sábado, 19 de octubre de 2013

Encuentran en Dmanisi (Georgia) el cráneo del "Homo Temprano" de 1,8 millones de años de antigüedad

Foto: Recreación del hombre del Cráneo 5, el «Homo temprano», hallado en el yacimiento de Dmanisi, Georgia. J.H. MATTERNES

El hallazgo de un extraño cráneo de 1,8 millones de años de antigüedad en Dmanisi, Georgia, puede transformar profundamente lo que creíamos saber sobre la evolución humana. Estos restos espectaculares, conocidos como Cráneo 5, se distinguen por combinar una pequeña caja craneal con grandes dientes y una mandíbula prominente, alargada y simiesca, rasgos que hasta ahora nunca habían sido observados juntos en un hombre primitivo. 

Además, no están solos. Junto a ellos han aparecido fósiles de otros cuatro individuos, supuestamente de la misma época, con características diferentes. Según sus descubridores, un equipo de paleontólogos de Georgia, Suiza, Israel y EE.UU., el conjunto indica que los libros de texto están equivocados, y que todos los primeros miembros de nuestro género Homo -bautizados como Homo habilis, Homo rudolfensis y Homo erectus, entre otros- pertenecían en realidad a una misma especie que salió de África.

 Sus diferencias solo eran de apariencia externa, igual que los seres humanos contemporáneos podemos tener un aspecto bastante distinto unos de otros... y todos somos sapiens. Las atrevidas conclusiones del trabajo, que la revista Science destaca en portada, no están exentas de polémica.

Fuente: Judith de Jorge | ABC.es, 17 de octubre de 2013

Foto: La cara del Cráneo 5. G. BUMBIASHVILI.

El Cráneo 5, el más completo jamás encontrado de un antiguo Homo, es por sí mismo todo un enigma. Tiene una composición tan rara y única que «si hubiéramos encontrado la caja craneal y la cara separadas en diferentes lugares de África, los podríamos haber atribuido a diferentes especies», apunta Christoph Zollikofer, delInstituto y Museo de Antropología de Zúrich (Suiza), coautor del estudio. 

La mandíbula alargada, seguramente patológica, se encontró cinco años antes que el cráneo, en el año 2000, pero cuando ambas partes se juntan forman una calavera admirablemente formada, que los investigadores creen que pertenecía a un macho. La caja craneal tiene 546 centímetros cúbicos (la de un ser humano moderno es de 1.350 cm cúbicos), lo que sugiere que su propietario tenía un cerebro pequeño a pesar de las proporciones de sus miembros, parecidos a los nuestros.

Por si el rompecabezas no fuera lo suficientemente complicado, junto al Cráneo 5 fueron descubiertos los restos (cráneos y esqueletos parciales) de otros cuatro primeros ancestros humanos del Pleistoceno temprano, poco después de que los primeros Homodivergieran del Australopithecus y se dispersaran fuera de África. Se trata de un macho mayor desdentado, otros dos adultos, una hembra joven y un adolescente de sexo desconocido. El grupo, que vivía cerca de un río y utilizaba toscas herramientas de piedra para matar y despedazar animales, como peligrosos tigres dientes de sable y leopardos gigantes -objetos y restos han aparecido junto a ellos-, pudo morir a la vez debido a una erupción volcánica.

Los cinco de Dmanisi «parecen muy diferentes entre sí, por lo que era tentador anunciar que son especies distintas -explica Zollikofer-. Sin embargo, sabemos que vivieron en el mismo lugar y en el mismo tiempo geológico, por lo que podrían, en principio, representar la población de una única especie». 

Los investigadores creen que tienen entre sí las mismas variabilidades físicas que pueden encontrarse en diversos fósiles africanos tradicionalmente clasificados en tres especies diferentes (erectus, habilis y rudolfensis).

El «Homo temprano»

Para el paleoantropólogo David Lordkipanidze, del Museo Nacional de Georgia en Tbilisi, «las diferencias entre estos fósiles de Dmanisi no son más pronunciadas que las que existen entre cinco humanos modernos o cinco chimpancés». 

En lugar de varias especies de Homoecológicamente especializadas, los autores creen que existió una sola -un único linaje capaz de hacer frente a una variedad de ecosistemas- surgida en el continente africano. El equipo, cauto a la hora de proponer un nombre, ha preferido llamarlo el «Homo temprano».


Foto: El cráneo, sin la mandíbula, del individuo 5, en el lugar donde fue descubierto. MUSEO NACIONAL DE GEORGIA.

Si los investigadores están en lo cierto, nuestro sistema de clasificación para estos primeros ancestros nunca podrá ser el mismo. Pero esta pequeña «bomba» en el campo de la paleontología no se quedará sin detractores. Consultados en un artículo adjunto escrito por Ann Gibbons para Science, algunos de sus colegas creen que el Cráneo 5 es en realidad un Homo habilis, mientras que otros lo clasifican como erectus. 

José María Bermúdez de Castro, codirector del yacimiento burgalés de Atapuerca, conoce bien los restos de Dmanisi, que ha estudiado in situ, y se muestra muy escéptico con las conclusiones del nuevo estudio. «Tengo serias dudas al respecto. Es una osadía muy grande extenderlas a todo el continente africano y decir que solo existe un linaje Homo», explica por teléfono a ABC. 

El científico ha examinado las mandíbulas de ese yacimiento «extraordinario» y cree que existen«grandes diferencias» entre la del Cráneo 5 y las demás.


Foto: Los cráneos del 1 al 5, en el paisaje de Dmanisi. UNIVERSIDAD DE ZÚRICH.

Bermúdez de Castro tampoco considera concluyente que todos los individuos pertenecieran a la misma época, ya que «los geólogos no acaban de ponerse de acuerdo sobre la antigüedad de los estratos». En caso de ser coetáneos, «podrían haber convivido dos especies o subespecies sin problema» si cada una de ellas tenía su propio nicho ecológico. «Muchos colegas no estarán felices con estas conclusiones y se escribirán artículos no favorables», predice. Eso sí, el descubrimiento«no afecta en absoluto a Atapuerca, hay 600.000 años de diferencia». Con todo, «el debate está servido».

«Es una osadía muy grande»

La pequeña «bomba» en el campo de la paleontología que supone borrar de un plumazo las primeras especies del género Homo para convertirlas en una sola no se ha quedado, como era de esperar, sin detractores. Consultados por Ann Gibbons para una artículo adjunto a la investigación en la revista«Science», el paleoantropólogo Ron Clarke, de la Universidad de Witwatersrand, en Johannesburgo, cree que el Cráneo 5 se asemeja más a un Homo habilis, mientras que Fred Spoor, del Max Planck, argumenta que sería más «sensato» denominarlo erectus.

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