jueves, 17 de octubre de 2013

La Caída del Imperio Americano

Ya hay acuerdo.

¡Estamos salvados!

Ya acabó la negociación para elevar el techo de deuda en los Estados Unidos.
Ya ha terminado esa suerte de paripé mediático-político en forma de cuenta atrás, al más puro estilo hollywoodiense de película de acción, cuando los “héroes” se enfrentan a la desactivación de una bomba y deben decidir entre cortar el cable rojo o el cable azul mientras el reloj cuenta inexorable los últimos segundos.

Pero independientemente del resultado positivo de las negociaciones entre Demócratas y Republicanos, independientemente de cuánto han elevado el techo de la deuda y por cuánto tiempo hayan decidido enterrar a su país en ella, independientemente de todo ello, lo cierto es que estamos asistiendo en vivo y en directo a La Caída del Imperio Americano.

Sin paliativos.

El imperio de los Estados Unidos se está derrumbando ante nuestros ojos a una velocidad jamás vista anteriormente.
A una velocidad propia de la era digital, los smartphones, las tablets y la televisión interactiva en 3d.

Un derrumbe del que todos somos testigos y del que tarde o temprano acabaremos siendo también víctimas.

Y un indicio de las terribles repercusiones que puede tener este hecho para todos y cada uno de nosotros lo encontramos en la vergonzosa manipulación política y mediática a la que estamos siendo sometidos.

Empezando por ese engaño masivo por parte de nuestros gobiernos, especialmente en Europa y especialísimamente en España, mediante el cual nos están vendiendo una supuesta recuperación económica que no se ve por ninguna parte.

Así, estos días podemos asistir a un bonito desfile de altos mandatarios, que como buhoneros del lejano oeste nos venden los prodigios de sus crecepelos, ungüentos o elixires, esta vez en forma de milagrosas recuperaciones económicas en países como Portugal, Irlanda o la propia España, que de repente y por alguna razón divina o paranormal, empezarán a crecer este próximo año 2014, a pesar de tanto recorte y austeridad destructiva del tejido económico más básico.

El caso de España será especialmente destacado, pues como dijo el inefable ministro Montoro (sí, amigos, ese que parece una polilla de armario): “España está en movimiento y pronto asombrará al mundo”.

Quizás ello se deba al hecho de que a partir del año 2014, el Producto Interior Bruto nacional incluirá la prostitución, el narcotráfico y el contrabando, por indicación de la Unión Europea y siguiendo el ejemplo de otros países, como Austria, que incluye esos conceptos en el cálculo de su PIB desde 2006.


Y sin duda, ese significará un milagro que asombrará al mundo, pues en un país tan repleto de putas, narcotraficantes y contrabandistas el Producto Interior Bruto puede dispararse hasta límites inimaginables, de un año para otro y por un simple “truco contable”, pues además debemos tener en cuenta que siendo por su propia naturaleza actividades ilegales y clandestinas, su peso económico solo puede ser “estimado” y eso permite hacer estimaciones de calibres muy imaginativos y favorables según la conveniencia del gobierno a cada momento.

(¡Lástima que no se incorporen al PIB los chorizos de cuello blanco y los políticos corruptos de diverso pelaje que inundan el país, pues eso convertiría España en primera potencia mundial!)

Incorporadas pues estas actividades al Producto Interior Bruto, eso se traducirá en una súbita y aún más milagrosa reducción de la deuda soberana, pues ésta se calcula en relación al PIB y al aumentar éste de manera significativa, la deuda se reducirá de forma considerable.

Y será entonces cuando nuestros gobernantes se apuntarán el tanto de ese “milagro económico” achacándolo a sus inteligentísimas políticas de recorte masivo de los derechos ciudadanos y al saqueo sistemático de la población en favor de los bancos.

Pero que nadie se engañe si la situación macroeconómica de España mejora este 2014.

No será gracias al gobierno, a los Rajoy, Montoro o De Guindos, aunque se cuelguen mil y una medallas por ello.

Cuando “milagrosamente” baje la prima de riesgo y disminuya la deuda soberana, no duden ustedes en regalarle flores a las prostitutas que trabajen en el lupanar más cercano a sus casas, pues ellas y solo ellas estarán sacando a nuestra economía de la recesión.

Tal es el tamaño de las mentiras y las manipulaciones a las que estamos sometidos diariamente.
Porque lo cierto es que nada mejora de forma perceptible para la población.

Tal y como indican algunos expertos, como por ejemplo el economista británico Chris Clarke:

“Actualmente no hay una mejora económica. Por el contrario, [la economía] se hunde muy rápidamente. Lo que ocurre es que la Unión Europea y el Banco Central Europeo nos dicen que las cosas mejoran”,…

“Lo que ustedes están viendo por el momento es que los líderes financieros, la Unión Europea, la Comisión, los Gobiernos, todos ellos nos están contando cómo han resuelto los problemas, aunque en realidad no han hecho absolutamente nada en el último par de años para resolver ninguno de sus problemas. Por lo tanto, no debería ser una sorpresa para nadie que vayan a sufrir las consecuencias”


Pero mientras airean tales mentiras y manipulaciones vergonzosas a través de sus obedientes medios de comunicación, sabemos que países como Francia sufren protestas masivas por la creciente destrucción de empleo y la degradación imparable de su economía, hasta el límite de tener que suspender maniobras militares conjuntas programadas con considerable antelación, a causa de los recortes presupuestarios:

Francia anuncia que se retira por falta de presupuesto de unas maniobras militares de gran envergadura que iba a realizar conjuntamente con Reino Unido en Djibouti (este de África) el próximo noviembre.


Hecho curioso si tenemos en cuenta que el mismo gobierno Francés que renuncia a tales maniobras, hace tan solo 30 días abogaba enloquecidamente por llevar a cabo una costosísima operación militar en Siria, en colaboración con el Reino Unido y los Estados Unidos ¿Recuerdan?

Pero la brutal manipulación de la verdad a la que estamos sometidos no termina aquí.

Podemos detectarla en detalles tan aparentemente triviales como la fiambrera del ministro De Guindos (ex forajido de Goldman Sachs), que oportunamente y por “mera casualidad” recogieron nuestros amigos de la prensa cuando se dirigía a la reunión del Eurogrupo y que sirve de metáfora visual para demostrarnos ¡cuan campechanos y sacrificados son nuestros gobernantes, que se traen la comida de casa y no cargan gastos innecesarios en el castigado erario público!

Al más puro estilo de los calcetines agujereados que lucía el presidente del Banco Mundial Paul Wolfowitz en 2007, en una visita a una mezquita de Turquía, también “oportunamente” fotografiados por la prensa en su momento.

Si se permite el comentario: ¡Se ha de ser idiota para tragarse manipulaciones subliminales tan burdas!

Pero desgraciadamente, para eso están los medios de comunicación.

Para servir a sus amos con toda fidelidad y obedecer en todas las manipulaciones que les sean encomendadas.

Solo así puede entenderse la cobertura mediática que ha recibido en España la posible suspensión de pagos en Estados Unidos, que a pesar de llegar a ser calificada por algunos economistas como armagedon financiero o incluso fin del mundo, se ha visto relegada a un tercer lugar en la cobertura de las noticias, como si se tratara de una vulgar y lejana merienda campestre, a pesar de tener el potencial de desestabilizar o incluso destruir la economía global.

Y es que si el público centrara excesiva atención en lo sucedido estos últimos días en Estados Unidos y recordara además lo acontecido con el fallido y patético intento de ataque a Síria de hace tan solo unas semanas, podría llegar a preguntarse cosas incómodas e incluso atar cabos:

“si el país en teoría más poderoso del mundo está tan endeudado que ya nadie le obedece ni le sigue y solo puede pagar sus facturas endeudándose aún más y tal límite de endeudamiento solo depende de una mera votación parlamentaria cuyo resultado desfavorable puede llegar a destruir la economía global, entonces ¿cuál es el auténtico estado de la economía global?”

Sin duda, una pregunta así podría resultar muy incómoda para nuestros falsarios gobernantes.
Por lo tanto, mejor taparlo de forma conveniente, ocultando la noticia entre mil y una chorradas de carácter nacional, para restarle trascendencia.

Y es que las cosas en Estados Unidos, no van “demasiado bien”, para ser generosos…

Tan lamentable es el estado económico del gobierno Norteamericano, que incluso 9 grandes empresas ya tienen más dinero en efectivo que el propio Gobierno de EE.UU.



Y siendo tan grave como es el estado de la economía europea y norteamericana; tan cerca como han estado los Estados Unidos de caer en el impago y arrastrar con ello a la economía planetaria…

¿Alguien puede justificar de forma razonable la extrema tranquilidad que ha reinado estos últimos días en las bolsas de todo el mundo?

Porque ciertamente hemos asistido atónitos a un estado de tranquilidad pasmosa en los mercados de todo el mundo, cuando en otras ocasiones, un simple rumor era capaz de generar extremo nerviosismo, altibajos bursátiles y auténticos seísmos en el “parquet”.

Sin embargo, esta vez, ante la posibilidad de un cataclismo financiero sin igual como el que representaría un impago de la deuda de EEUU, las bolsas han sido una auténtica balsa de aceite.

Y eso solo puede significar dos cosas:

A-Que todos y cada uno de los brokers, analistas bursátiles y corredores de bolsa del mundo son videntes y saben lo que va a suceder a cada momento…algo absurdo porque entonces todos ganarían siempre y nadie perdería jamás y eso imposibilitaría la existencia de la economía capitalista.

B-Que los mercados están controlados desde altas esferas con información privilegiada, desde las cuales se dan instrucciones precisas que son obedecidas a rajatabla en momentos concretos y significativos…y eso implicaría, simple y llanamente, que todas las bolsas y por lo tanto, la economía global, está controlada por unos “pocos” y que lo que se conocen como”mercados”, no existen y son tan solo una obra de teatro, algo ilusorio, una mera representación.

Y este es el detalle clave que por lo visto todo el mundo ha pasado por alto.

La extraña y sospechosa tranquilidad con la que las bolsas de todo el planeta han afrontado este proceso de negociación del techo de deuda, en teoría tan peligroso para la estabilidad económica mundial.

Pero que nadie se engañe por el aumento del techo de deuda Norteamericano.

Que nadie se engañe con la reapertura del gobierno federal de los EEUU y la vuelta al trabajo de los funcionarios federales.

Que nadie se engañe con las subidas de la bolsa que seguirán a este acuerdo pomposamente calificado de “histórico” en algunos medios.

Que nadie se engañe por la tibieza con la que han cubierto los medios de comunicación un hecho potencialmente tan peligroso y dañino para todos como es el posible impago de deuda norteamericano.
Que nadie se engañe por las semanas de tranquilidad que vendrán a continuación, coincidiendo con las festividades navideñas.

Que nadie se engañe por la vergonzosa propaganda política con la que nos regalarán las orejas en toda Europa y especialmente en España, hablándonos de recuperación de la crisis y salida de la recesión.

Vivimos una inmensa maniobra de anestesia generalizada, mediante la cual, nuestros bienamados mandatarios intentan ganar unos meses de tiempo.

Unos meses preciosos durante los cuales conseguirán adormecer aún más a la ya hipnotizada población con sus sibilinas mentiras.

Pues por lo visto, todas las grandes maniobras, todos los grandes cambios y reorganizaciones extremadamente dolorosas a las que nuestro mundo se verá sometido, deben empezar a escenificarse de forma clara a partir de mediados del año que viene.

Pues lo cierto es que ya estamos viviendo un colapso económico generalizado.

Pero no se trata de un colapso repentino, un crack doloroso, apocalíptico y brutal, como nos han hecho temer durante tanto tiempo.

Eso implicaría un caos incontrolable para los que lo manejan todo entre bambalinas.

No.

Lo que estamos viviendo es una demolición controlada.

Un cambio de paradigma económico que nos conducirá de forma lenta, segura e inexorable a un nuevo estado de esclavitud permanente, hábilmente disfrazado de precariedad laboral, movilidad en el empleo, deslocalización de empresas y persecución exhaustiva del fraude fiscal y del respeto escrupuloso de la ley.
En el que las clases medias serán prácticamente erradicadas y solo quedarán dos grandes clases: amos y esclavos.

Y en el que el mayor sueño en la vida del esclavo, aparte de poseer el último modelo de teléfono de nueva generación con el cual ser debidamente monitorizado y vigilado por las fuerzas de seguridad, será llegar a formar parte del “servicio” o de la “guardia” del amo.

Y este proceso, como ya comenzó a escenificarse en 2008 con la caída de Lehman Brothers, necesita del derrumbe definitivo del Gran Imperio Norteamericano, pues arrastrará a todo el mundo con él y hará necesarias las reformas económicas, sociales y políticas a escala global que nos llevaran al modelo neo-feudal del Nuevo Orden Mundial.

Esa es la función con la que se ha diseñado La Caída del Imperio Americano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario