sábado, 12 de octubre de 2013

Los anti-independentistas desbordan las previsiones y toman la ciudad condal

Varios miles de personas se concentran en el centro de Barcelona el 12 de octubre. (Efe)


La concentración antiindependentista celebrada hoy en Barcelona ha sido un éxito rotundo. En ello coinciden todos los convocantes, ya sean plataformas o partidos políticos. Quizá sea por el buen tiempo (el año pasado fue una jornada lluviosa) o quizá como reacción a la escalada independentista, lo cierto es que el llamamiento a celebrar el 12 de octubre tuvo mucho eco. Si el año pasado la Delegación del Gobierno dijo que se habían reunido 65.000 personas, los organizadores consideran que este año han doblado esa cifra, a pesar de que tales previsiones puedan resultar un tanto optimistas.

Hay una verdad incontestable: la afluencia de gente fue masiva. “¡Y luego diréis que somos cinco o seis!”, fue una de las consignas coreadas durante la manifestación, en alusión a la minimización de las cifras que ya hizo el año pasado tanto el Ayuntamiento como el Gobierno autonómico. No se equivocaban: frente a la euforia de la organización, el consistorio enfrió las cifras hasta situarlas en unas exiguas 30.000 personas, muy lejos de las más de 100.000 que calculan las plataformas cívicas y los partidos que participaban. Sea como fuere, las previsiones se cumplieron de sobras y la convocatoria fue un éxito total.

Fue un acto bi en toda su extensión. Había banderas españolas y catalanas hermanadas, había pancartas en castellano y catalán, había discursos en ambos idiomas… y la mayor profusión de lemas hacían referencia a la pertenencia a Cataluña y a España. A ambas. El lema Som Catalunya. Somos España le venía como anillo al dedo, porque era el fiel reflejo de lo que luego se vio en la céntrica plaza.

Aunque la convocatoria era a las 12 horas, ya desde las 10 el PP había movilizado a su militancia para asegurarse de que el acto se hacía visible. Esta formación repartió banderas mixtas (por una cara eran la enseña española y por la otra, la senyera) y cajas de chapas y de camisetas azules con el lema Somos 47 millones (o sea, explicando explícitamente que los catalanes están dentro de esos 47 millones de españoles), una campaña que, imitando la campaña Som sis milions de Jordi Pujol (cuando Cataluña alcanzó esta cifra de población), presentó este viernes la presidenta popular, Alicia Sánchez-Camacho.

Aunque algunas plataformas habían convocado una pequeña manifestación anterior a la manifestación para marcar perfil propio, el acto verdaderamente importante tuvo lugar en la plaza de Cataluña, que se quedó pequeña para tanta riolada de gente. A media mañana, los manifestantes desplegaron una bandera gigante en pleno Paseo de Gracia, entre Gran Via y la calle Caspe. A partir de ahí, comenzó una fiesta propiamente dicha.

El PP marca el ritmo

El PP marcó el ritmo, con una jornada festiva aunque con concesiones reivindicativas. Repartió pancartas para todos los gustos y con diversos lemas:Tapan recortes con banderas; Estrellats? No, gràcies (¿Estrellados? No, gracias, haciendo referencia a la estrella de la bandera independentista);Hacer puentes, no muros; Los nacionalismos enfrentan y dividen; Silenci, mai més (Silencio, nunca más); No separados ni separatistas… Y consignas monocordes: el grito más coreado fue unánime: Yo soy español, español, español. Y otro: No nos engañan, Cataluña es España. Prácticamente, no hubo apenas más consignas coreadas. Pero la larga espera hasta el acto fue festivamente amenizada por un profesional que echó mano de un amplio repertorio de música popular, con especial atención a Joan Manuel Serrat,Peret, Loquillo o Jarabe de Palo

Hubo mucha afluencia de políticos y abundantes declaraciones.Alicia Sánchez-Camacho acudió rodeada de la cúpula popular, todos con la camiseta azul de la campaña: Enric Millo, Santi Rodríguez, Xavier García Albiol… por estar, incluso estabaIñaki Oyarzábal, secretario general del PP vasco. O también el díscolo eurodiputado Alejo Vidal-Quadras, que iba por su cuenta. Por parte de Ciutadans,Albert Rivera, Matías Alonso,Jordi Cañas, Carina Mejías y toda la plana mayor, incluido el ideólogo Arcadi Espada.

Sánchez-Camacho y Rivera ya valoraron la convocatoria antes de que ésta comenzase. Tanto uno como otra coincidieron en señalar que la mayoría silenciosa comienza a hacerse oír en Cataluña y que el líder socialista,Pere Navarro, ha cometido un error histórico no sumándose al acto. “Esta es la fiesta de la gente que defiende que se siente de Cataluña y de España. Y eso no lo han entendido ni Duran ni Navarro”, dijo la presidenta popular, refiriéndose tanto al socialista como al democristiano Josep Antoni Duran Lleida. Y Rivera señaló que “queremos lanzar un mensaje a toda España: que estamos aquí, que en Cataluña no todos somos separatistas y que somos la alternativa del separatismo. Me preocupan los complejos de Pere Navarro y que no le hayan permitido venir hoy aquí”. Y terminó: “Cataluña es mi tierra, España es nuestro país y Europa es nuestro futuro”.

Un diagnóstico común

Si hay algo que puede destacarse es la coincidencia en el diagnóstico tanto de ambos políticos como de José Domingo, exdiputado de C’s y presidente de Impulso Ciudadano, una de las plataformas organizadoras: “Se ha demostrado una obviedad: que muchos catalanes nos sentimos españoles y queremos seguir siéndolo”. Domingo consideró que el objetivo de los organizadores estaba más que superado y también lamentó que no se hayan incorporado al acto mucha gente que se siente igualmente catalana y española, haciendo mención a tibieza del PSC a la hora de movilizar a su militancia.

El manifiesto del acto, no obstante, corrió a cargo de dos deportistas: el atletaJesús García Bragado, concejal del PP en Sant Adrià del Besòs, y el piloto de skeleton Ander Mirambell. “Ésta es una celebración democrática, cívica y popular”, clamó desde el escenario García Bragado, que también dejó caer el lema de su partido: “Somos 47 millones”. Luego, apostilló que “España necesita a Cataluña y Cataluña necesita a España". Y Mirambell, que hizo la mitad de su alocución en catalán, dijo que “todos nos sentimos catalanes y tots ens sentim espanyols”. Calificó a esta comunidad como una tierra de acogida, de oportunidades y de ser una sociedad abierta. “El resto nos ha de escuchar y querer, pero Cataluña también ha de respetar la pluralidad y la riqueza de España”. Y terminaron una alocución pronunciada en castellano, catalán e inglés: “Somos Cataluña, somos España, hoy es nuestra fiesta nacional”.

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