viernes, 14 de marzo de 2014

Dow Chemical dispuesta a tratar con el Agente Naranja los nuevos cultivos transgénicos

Una vez que el pasado martes finalizó el período de consulta pública para la aprobación de las nuevas semillas transgénicas de Dow AgroSciencies, resistentes a herbicidas, cientos de miles de personas están exigiendo al Departamento de Agricultura de Estados Unidos que detenga esta carrera de armas químicas, que está envenenando a la gente y al planeta entero.

“Enlist” son las nuevas semillas transgénicas de maíz y soja resistentes al herbicida tóxico 2,4-D, una conocida neurotoxina, que formaba parte de las sustancias químicas utilizadas en el Agente Naranja.

De acuerdo con el grupo de seguridad alimentaria Food & Water Watch, más de 387.000 personas han respondido a la consulta pública de Impacto Ambiental de la USDA. Las personas que hicieron sus comentarios, expresaron sus inquietudes con respecto a estas semillas, e instan a la Agencia que rechace su aprobación.

“Esta Empresa tiene la despiadada intención de solicitar el empleo de un veneno, el 2,4-D, un componente del Agente Naranja, que se aplicaría a los cultivos transgénicos”, escribió Lori Nakamura-Higa, sobrina de un veterano de Vietnam que sufrió envenenamiento por el Agente Naranja, de Kaneohe, Hawai. “Esto supondría una pérdida en la calidad de vida, que tratamos de preservar”.

“Esta loca carrera de armamento químico significa más contaminación, más daños al medio ambiente y mayores costes de producción. De aprobarse su uso iríamos hacia atrás, poniendo en grave peligro la salud humana y el medio ambiente”, dijo Gary Rost, de Falon Heights, Minnesota.

“Ustedes tienen el deber de proteger la salud y la seguridad de la gente. La intención de Dow es claramente peligrosa y representa una violación del orden público”, escribió Ken Mason , Wilmette, Illinois.

“¿Por qué deberíamos aprobar un nuevo cultivo resistente a otro pesticida si la soja y el maíz transgénicos resistentes a Roundup lo único que han hecho ha sido aumentar el uso de pesticidas. Los pesticidas no son saludables para nadie, y el Gobierno debería buscar otras formas de reducir su uso o eliminarlo, no aumentarlo”, dijo Jean Bixley , Cambridge, Minnesota.

“La agricultura y las grandes empresas químicas no son honestas al decirnos los riesgos que todo esto comporta y algún día vamos a pagar el precio de su codicia”. -Kevin Peroni, Denver, Colorado

“Por una vez tengan en cuenta al pueblo estadounidense y no a las grandes Corporaciones que le están pagando para que acceda a sus deseos. Esto podría ser catastrófico para la salud pública”. – Rachel Wood , Hudsonville, Mich

Aunque el período de consulta pública ha terminado, el Centro de Seguridad Alimentaria está tramitando una petición a la Casa Blanca para detener la aprobación de las nuevas semillas transgénicas.

Como la propia USDA ha admitido, la aprobación de estas semillas transgénicas supondría a un “aumento entre el 200 y el 600% en el uso agrícola del 2,4-D en 2020”. Este producto químico ha sido relacionado con el Parkinson, defectos de nacimiento, problemas reproductivos y alteraciones endocrinas.

“¿Por qué con todos estos riesgos asociados, compañías como Dow y Monsanto desarrollan semillas resistentes a estas sustancias químicas que tienen tras de sí un terrible historial sanitario?, dice Anna Lappé, autora de Dieta para un Planeta Caliente y cofundadora del Instituto Small Planet.

Lappé responde a su propia pregunta, diciendo que con la introducción de semillas resistentes a los herbicidas aumentan las ventas de estos, y por tanto suben los beneficios. “El verdadero motivo que se encuentra detrás de su introducción no es otro que la venta de productos de Dow y Monsanto”.

A principios de esta semana, Reuters publicó un artículo en profundidad sobre el intento de Dow para que se aprueben estas semillas transgénicas, que han sido publicitadas como “el lanzamiento más importante”, según Dan Kittle, Vicepresidente de Investigación y Diseño de Dow Agrosciences. La Empresa prevé duplicar sus ventas, en torno a los 7.000 millones de dólares anuales en los próximos 5 a 7 años.

“La clave para el ascenso de Dow dentro de la agricultura y el uso de herbicidas es la venta conjunta de la nueva semilla transgénica y el herbicida, el sistema de control de malezas Enlist”, decía el artículo de Reuters.




ONU: Cada vez más alimentos normales se mezclan con los transgénicos


Es cada vez mayor el número de incidentes relacionados con la detección de niveles bajos de organismos genéticamente modificados (OGM) en alimentos que se comercializan a nivel mundial, según un informe de la FAO.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) investigó la envergadura de la propagación de los productos genéticamente modificados en el mundo en un estudio especial en el que participaron 75 países de los 193 miembros de la organización.

El comunicado, publicado por la FAO, señala que de momento no existen normas internacionales que determinen el estatus de “contenido bajo de OGM” y cada país interpreta el concepto a su manera.

“Trazas de productos agrícolas genéticamente modificados se mezclan accidentalmente con alimentos y piensos que no contienen OGM durante los procesos de recolección, procesamiento, empaquetado, almacenamiento y transporte”, dice el comunicado. Esto puede pasar, por ejemplo, si campos con cultivos tradicionales se encuentran cerca de campos con cultivos que contienen OGM.

Según la investigación, en el período desde 2002 hasta 2012 fueron registrados 198 casos en los que productos con niveles bajos de OGM se mezclaron con alimentos que no los contenían. Cabe destacar que desde 2009 hasta 2012 estos casos aumentaron bruscamente, de 138 a 198.

EE.UU., Canadá y China fueron las fuentes principales de alimentos con niveles bajos de OGM. Gran parte de los productos detectados fueron destruidos o devueltos al país de origen.

El arroz, el maíz, la linaza y la papaya fueron los protagonistas más comunes en los casos de detección de transgénicos.

El estudio reveló que 30 países del mundo producen cultivos con OGM con fines tanto comerciales como científicos, 17 países no ejercen ningún tipo de control de seguridad sobre los alimentos y piensos ni disponen de leyes medioambientales referentes a los cultivos genéticamente modificados, mientras que 55 países tienen políticas muy estrictas en cuanto a los cultivos con OGM no autorizados.

Los resultados del estudio serán analizados durante una consulta técnica sobre niveles bajos de cultivos modificados genéticamente en el comercio internacional de alimentos y piensos que se celebrará en Roma los días 20 y 21 de marzo.

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