miércoles, 23 de abril de 2014

Morir de amor: casados durante 70 años, fallecieron con 15 horas de diferencia

Cuando Helen Felumlee falleció a los 92 años la mañana de ese sábado, su familia supo que su marido, Kenneth, de 91, no tardaría en acompañarla. Desde que se conocieron, la pareja no podía soportar estar separados mucho tiempo, incluso desayunaban tomándose de las manos. Finalmente, él falleció tan sólo 15 horas y media después que dejara el mundo quien era su esposa desde hacía 70 años.

“Sabíamos que cuando uno se fuera, el otro lo iba a seguir”, dijo Linda Cody, una de sus hijas. “Queríamos que se fueran de la mano y lo hicieron”.

A causa de problemas de circulación, dos años atrás debieron amputarle la pierna a Kenneth, y Helen se convirtió en su cuidadora principal, asegurándose de que tenía todo lo que necesitaba. Continuó haciendo esto hasta tres semanas antes de su muerte, cuando ella llegó a ser demasiado frágil para cuidarlo.



“Estaba tan débil que apenas podía hacerlo”, recordó Cody en declaraciones a Zanesville Times Recorder. “Pero ella seguía empujando su silla; ella todavía estaba llenando su vaso de agua“.

Cuando la salud de Kenneth comenzó a fallar, Helen empezó a dormir en el sofá para estar cerca de él. El matrimonio no había dormido separado en los 70 años de relación, comentó su familia. Es usual la anécdota que rememora el momento en que hace años, cuando los dos se tomaron un ferry nocturno equipado con cuchetas individuales, optaron por dormir en la cama inferior en lugar de estar separados, incluso por esa única noche.

Cuando Helen enfermó y quedó postrada en la cama de un hospital, para Kenneth fue muy fuerte, dijo Cody. “Él la tomaba de la mano, pero mantenía su cabeza hacia abajo porque no podía soportar verla sufrir“, dijo la hija.

Cody confesó que su padre comenzó a decaer unas 12 horas luego de que su madre falleciera, el pasado 12 de abril, y les dijo que “no quería dejar que se fuera sola”. Él finalmente falleció la mañana siguiente, rodeado de su familia y amigos. “Ya estaba listo”, dijo Cody.

La pareja se conocía desde hacía años, pero recién el 20 de febrero de 1944 se fugaron a Newport, Kentucky, desde Cincinnati a dos días de que ella cumpliera 21 años. Kenneth era demasiado joven para casarse en Ohio.

El hombre trabajaba como inspector de vías férreas y mecánico antes de emplearse en la oficina postal de Newport. También daba clases dominicales en la iglesia de su localidad.

Helen era ama de casa, se hacía cargo de su familia y ayudaba a otras familias del área. También se desempeñaba como maestra los domingos y era reconocida en su comunidad porque le gustaba enviar tarjetas de saludos, agradecimiento y felicitaciones a todos.

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