lunes, 21 de julio de 2014

Los empresarios catalanes, "preocupados" por los efectos del proceso independentista

Defensores de la independencia de Cataluña se manifiestan en Barcelona (Reuters)


Los empresarios catalanes se muestran preocupados por la marcha del proceso soberanista catalán y su incidencia en la actividad económica, y coinciden en pedir diálogo entre los actores de este proceso, según las conclusiones del informe ‘Temas candentes de la economía catalana: visión de los empresarios’, elaborado por PwC y que ha sido presentado en un acto con la presencia del presidente de la Generalitat, Artur Mas.

El diálogo aparece así como única forma de evitar un choque de trenes que sería, en sí mismo y por las consecuencias que supondría para todos, un grave accidente de consecuencias imprevisibles. Los empresarios prefieren pensar que, como dice uno de ellos, “estamos abocados a entendernos”.

El informe y recoge las principales preocupaciones del empresariado catalán en nueve áreas clave como son el crecimiento, el sector financiero, la formación, el turismo, la fiscalidad, las infraestructuras, la internacionalización, la innovación y tecnología y el futuro político.

En líneas generales, los directivos se muestran prudentes respecto al proceso y consideran que no ha llegado el momento para que el mundo económico catalán se pronuncie. Sí existe unanimidad en considerar un desastre una salida de la Unión Europea en caso de que se llegara a la independencia de Cataluña.


Según recoge el propio informe, “los responsables de las grandes empresas catalanas están preocupados por el proceso, pero no ocupados en tener una posición activa en su marcha, y por encima de todo, llaman al diálogo entre los concernidos, casi con desesperación”.

En el plano estrictamente económico, hay otro punto de coincidencia: ni siquiera admiten considerar como hipótesis de trabajo una Cataluña independiente fuera de la Unión Europea. Los empresarios definen la eventual exclusión de la UE con palabras contundentes como “desastre”, “drama” o “catástrofe”. Si bien es cierto que algunos presidentes y consejeros delegados confían en que las consecuencias negativas que supondría la eventual exclusión de la UE hiciera reconsiderar esta opción a la propia institución comunitaria
.El presidente de la Generalitat, Artur Mas (Efe)

Por otro lado, hay algunos responsables de grandes compañías quedefienden que este colectivo no debe participar aún o tener una postura pública en este debate. Para ellos, se trata de un asunto político e institucional, que no afecta a su actividad, y que sea cual sea el desenlace del proceso, se convertirá en un condicionante más de mercado al que deberán adaptarse.

Un amplio número de los responsables consultados admite que no ha incorporado el factor independentista en el análisis de sus perspectivas, ni ha elaborado planes de contingencia para preparar o prevenir los efectos de lo que esté por venir. Se debe a la confianza general en que más tarde o más temprano se abrirá camino una solución acordada. Algunos admiten que contemplan incluso el traslado de sus actividades fuera de Cataluña si se consuma la separación de España, aunque esta es una idea claramente minoritaria.


Los empresarios catalanes demandan también más información sobre la situación del proceso y sobre las consecuenciasque podrían suponer los hipotéticos escenarios institucionales de Cataluña en el futuro. Algunos empresarios concentran esta petición en que se elabore un “business plan para Cataluña S.A.” que recoja todas las variables posibles y sus consecuencias, una planificación estratégica que dé a conocer a la sociedad los posibles escenarios futuros de este proceso político.

La independencia, mala jugada para ambas partes

Los más pesimistas consideran que la eventual independencia supondría un duro golpe para las economías catalana y española durante un largo período de tiempo. España perdería, en este contexto, a un “pariente rico”, como asegura uno de los intervinientes, con un peso importante en el PIB, en la actividad internacional, y en sectores tan destacados como la industria o el turismo. Además, tendría más dificultades para hacer frente al endeudamiento acumulado sin la aportación de un territorio tan destacado. Y Cataluña podría ver mermados el acceso a financiación y a los mercados exteriores, inversiones estratégicas y peso en el tablero económico mundial. Además, su condición de puerta de entrada al mercado ibérico se vería más afectada cuanto mayor sea el desencuentro entre las dos partes.

Los presidentes y consejeros delegados aseguran que los pasos dados en el debate sobre el encaje institucional y territorial de Cataluña apenas han afectado a sus actividades o cuentas de resultados. Pese a ello, alguno admite que, como experiencia aislada, “en algunas zonas y en algunas ocasiones, no nos reciben precisamente con los brazos abiertos por ser catalanes, al contrario de lo que sucedía hace unos años”.

En el apartado "Participantes y metodología", el informe detalla que se se ha realizado con las aportaciones de un grupo de trabajo formado por presidentes, consejeros delegados y máximos ejecutivos de las principales empresas catalanas, que se reunieron en la sede de PwC en Barcelona, y que se completó con una serie de entrevistas individuales en profundidad con otro grupo de empresarios. Por último, se envió un amplio cuestionario a una muestra seleccionada de directivos. 

El listado de participantes en el grupo de trabajo es el siguiente: Albert Esteve (consejero delegado de Esteve), Amancio López (presidente de HOTUSA), Ángel Simón (presidente ejecutivo de Agbar), Carlos Losada (profesor de ESADE), Eduardo Sanchiz (consejero delegado de Almirall), Eloy Planes (consejero delegado de Fluidra), Francesc Boada (presidente de Abantia), Jaume Guardiola (consejero delegado de Banco Sabadell), Joaquim Boixareu (consejero delegado de Irestal Group), Jordi Mercader (presidente de Miquel y Costas), Jordi Miarnau (presidente de Comsa-Emte), Jorge Guarner (consejero delegado y director general de Sarquavitae), Josep Lluís Bonet (presidente de Freixenet), José María Serra (presidente de Catalana Occidente), Luis Sans (presidente de Santa Eulalia), María Teresa García-Milà (directora de la Barcelona Graduate School of Economics), Salvador Alemany (presidente de Abertis), Sixte Cambra (presidente del Port de Barcelona), Xavier Pujol (consejero delegado de Ficosa), Xavier Tauler (consejero delegado de Copisa) y Xavier Vives (profesor del IESE).

Fuente: http://www.elconfidencial.com/espana/2014-07-21/los-empresarios-catalanes-preocupados-por-los-efectos-del-proceso-independentista_166025/

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