jueves, 3 de septiembre de 2015

Descubren fósiles de un «escorpión marino» de tamaño humano en el cráter de un ancestral meteorito

pentecopterus
En lo que fueron las profundidades marinas de lo que hoy es Iowa, Estados Unidos, habitó hace 460 millones de años una especie de euriptérido o gigantostráceo, conocido como «escorpión marino», según un estudio publicado en la revista BMC Evolutionary Biology a partir de 150 fragmentos fósiles descubiertos.

 Los euriptéridos fueron unos monstruosos predadores que habitaron los mares más antiguos de hace cientos de millones de años. La nueva especie extinta de estos «escorpiones marinos» ha sido datada en 460 millones de años de antigüedad, lo que la convierte en la más antigua hasta ahora conocida. Los restos fósiles de Pentecopterus decorahensis –denominado así por su semejanza en cuanto a movimientos con el pentecóntero, un barco de guerra griego— miden más de un metro y medio. A pesar de su apodo, esta criatura no pertenecía a la familia de los escorpiones porque carecía de glándula venenosa, y, en cambio, estaba más emparentada con las arañas modernas. 

Como ha afirmado el principal autor de este estudio e investigador de la Universidad de Yale (Estados Unidos), James Lamsdell, «la nueva especie es increíblemente rara. La forma de la pata, que debió de servir para nadar, es única, así como la forma de su cabeza. Además era muy grande». Pero sin duda, lo que más ha sorprendido a los científicos es su estado de conservación: el exoesqueleto está comprimido en la roca pero ha podido ser retirado para estudiarlo bajo microscopio. Lamsdell ha detallado que «esto muestra una asombrosa cantidad de detalles como las marcas de pequeños pelos sobre las patas». 

Fragmentos fósiles Los más de 150 fragmentos fósiles de la nueva especie han sido descubiertos al excavar la capa superior del conjunto sedimentario de Winneshiek, al noreste de Iowa (un esquisto de arena de 27 metros de espesor localizado en el cráter de un antiguo impacto de meteorito, en su mayoría sumergido por el río). Algunos segmentos corporales han sugerido que el artrópodo pudo medir hasta 1,7 metros de largo, convirtiéndose en el mayor euriptérido de su era. Pero sus fósiles también han permitido detallar partes de su anatomía.

Por ejemplo, la extremidad trasera incluye una pata con una gran superficie y articulaciones que parecen estar bloqueadas para reducir la fuerza. Pentecopterus decorahensis habría podido usar estas patas para nadar o cavar. Las otras dos extremidades de la parte trasera habrían podido estar implicadas en la captura de presas más que en la locomoción. Los autores han constatado además que estos tres miembros traseros eran más cortos que los delanteros, por lo que sugieren que el «escorpión marino» anduvo sobre seis patas en lugar de ocho.

Artículo publicado en MysteryPlanet.

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