miércoles, 11 de enero de 2017

Huellas no humanas de 8.000 años en una cueva de Egipto

Huellas no humanas de 8.000 años en una cueva de EgiptoMientras un explorador amateur se encontraba en el desierto, en la frontera suroeste de Egipto con Libia se tropezó con la llamada «cueva de las bestias» en el año 2002. 

Esta cueva, también conocida como Wadi Sura II, posee un total de 5.000 imágenes pintadas o grabadas en la piedra hace más de 8.000 años. A parte de tener tal antigüedad (que sería suficiente para sorprendernos) este misterioso grupo de huellas, aparentan no haber sido grabadas por seres humanos.

Un nuevo estudio ha demostrado que las manos son demasiado delgados y largos para haber pertenecido a un humano.



Una nueva teoría sin embargo, ha sugerido que antiguos cazadores pudieron haber creado las huellas alzando a algunos lagartos y arrastrando sus extremidades sobre la roca. Sin embargo, el por qué estos supuestos antiguos cazadores hicieron esto sigue siendo un misterio. 

Ocultas enttre la gran cantidad de manos plasmadas en las paredes de roca se encuentran otras manos mucho más pequeñas (ver comparación) y con dedos más delgados y largos que lo normal. Análisis científicos determinaron que las huellas no fueron hechas con manos de bebés humanos, como se pensaba anteriormente.Ocultas enttre la gran cantidad de manos plasmadas en las paredes de roca se encuentran otras manos mucho más pequeñas (ver comparación) y con dedos más delgados y largos que lo normal. 

Análisis científicos determinaron que las huellas no fueron hechas con manos de bebés humanos, como se pensaba anteriormente. 

No hace falta decir que la nueva teoría es contradictoria, y como es entendible muchos no están de acuerdo, lo que sugiere que la verdad detrás este incidente es mucho más misteriosa de la que estamos dispuestos a aceptar. 

Los investigadores primero creyeron que las extrañas impresiones grabadas en la piedra perteneció a las manos y los pies de bebés, pero un nuevo investigador ha demostrado lo contrario, lo que sugiere que los rastros dejados en la cueva no pertenecían a seres humanos. 

La Antropóloga Emmanuelle Honoré del McDonald Institute for Archaeological Research afirmó que quedó estupefacta cuando vio la forma de las pequeñas impresiones, que a primera vista, podrían asemejarse a las manos de un bebé. 

Antropóloga Emmanuelle Honoré
Antropóloga Emmanuelle Honoré Ella le dijo a National Geographic: «Eran mucho más pequeñas que las manos de un bebé humano, y los dedos eran demasiado largos.» También puede leer: Historia prohibida: Símbolos ocultos que conectan a las más grandes civilizaciones antiguas Para entender qué o quién dejó esas huellas, 

Honoré comparó las mediciones de los contornos de las huellas de manos encontradas en la «Cueva de las bestias» con las tomadas de la mano de unos niños recién nacidos, incluyendo las mediciones de recién nacidos prematuros. Los resultados fueron claros, las pinturas en la cueva no pertenecían a seres humanos. 

La antropóloga considera que las marcas misteriosas podrían haber sido creadas por cazadores que utilizaban las patas delanteras de lagartos del desierto o incluso cocodrilos para hacer esas marcas. 

La complejidad de esta antigua «obra de arte» es totalmente sorprendente y más aún teniendo en cuenta que esto antecede en cientos de años a las más antiguas civilizaciones ahora conocidas. ¿Las misteriosas huellas reflejan la presencia de una civilización no humana, tratando de dejar un aviso de «estuvimos aquí» para generaciones futuras?«Esto plantea nuevas perspectivas para entender el arte rupestre en el Wadi Sūra y el comportamiento y el universo simbólico de las poblaciones que lo hicieron», escribe en su estudio, publicado en Archaeological Science. Pero igualmente no se ha podido explicar el por qué humanos de hace 8.000 años utilizaron lagartos o cocodrilos para dejar esas marcas. 

Esta explicación no tiene sentido según muchos otros investigadores que buscan explicaciones alternativas. La complejidad de esta antigua «obra de arte» es totalmente sorprendente y más aún teniendo en cuenta que esto antecede en cientos de años a las más antiguas civilizaciones ahora conocidas.

 ¿Las misteriosas huellas reflejan la presencia de una civilización no humana, tratando de dejar un aviso de «estuvimos aquí» para generaciones futuras? National Geographic escribe: «Honoré es reacia a especular sobre por qué una civilización quisiera imprimir las patas de los animales en las paredes de su cueva.» 

«Es muy difícil para nosotros como investigadores interpretar estas pinturas ya que tenemos una cultura totalmente diferente», dijo la antropóloga. 

¿Un mensaje para generaciones futuras? 

De hecho que sí, ¿pero realizado por quién? Tan solo de ver una de las pinturas rupestres es imposible no quedar pasmado ante la complejidad de la misma. 

¿Lograron esto antiguos humanos hace 8.000 años o como creen otros refleja la presencia de una especie no humana en la antigüedad? 


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