sábado, 22 de diciembre de 2018

La antigua maldición del HMS Terror se cobra la vida de varias personas en el Ártico Canadiense


En 2007, el escritor estadounidense Dan Simmons publicó The Terror (El Terror), una novela basada en hechos reales que en 2018 fue adaptada a una serie de AMC del mismo nombre. Sin embargo, incluso Simmons en ese momento no conocía todos los detalles sobre la de 1845 del capitán John Franklin.

 ¿Qué pasó realmente con el HMS Terror y el HMS Erebus?

La novela de Simmons detalla la expedición de Franklin, en la que una exploración al Ártico acabó en tragedia: tanto la tripulación como los propios barcos desaparecieron en misteriosas circunstancias. La búsqueda se prolongó durante más de un siglo.





No fue hasta ​​mucho después de la publicación de la novela de Simmons, que los restos de los barcos fueron finalmente descubiertos. El HMS Erebus se encontró en 2014 y el HMS Terror en 2016. 

Gracias al derretimiento del hielo, provocado por el calentamiento global, ambos barcos fueron descubiertos en el hielo, en perfectas condiciones. En cuanto a lo que sucedió con los barcos, se cree que les atrapó una fuerte una tormenta y quedaron congelados en el agua. 

Mientras que la tripulación, algunos murieron por enfermedades mientras que otros recurrieron al canibalismo para sobrevivir. Sin embargo, a día de hoy continúa habiendo muchas preguntas sin respuesta. Por lo que, con el paso del tiempo, son muchos los que creen que los barcos y la tripulación fueron víctimas de una maldición.

Pero casi 17 años después, la comunidad inuit, donde se encontraron los restos del HMS Terror y su hermana el Erebus, asegura que la maldición se ha vuelto a despertar y que se ha cobrado la vida de seis personas, hasta el momento, en el pequeño asentamiento indígena.

Una antigua maldición

Los Inuits pertenecientes a la comunidad Nunavut de Gjoa Haven, el único asentamiento en la isla canadiense del Rey Guillermo, se reunieron para discutir sobre seis inesperadas muertes que ocurrieron poco después de la llegada de unos investigadores para estudiar los restos del HMS Terror.

Jacob Keanik, presidente del Centro de Patrimonio Nattilik en Gjoa Haven, dijo que su hermano y su sobrino se ahogaron en un accidente de barco, seguidos de otros dos hombres que murieron en un accidente de tráfico, un anciano de la comunidad también falleció y un trabajador de una escuela sufrió un letal ataque cardíaco fatal, y todo en tan solo dos días. Keanik también explicó que algunos vecinos de la comunidad han tenido ciertas premoniciones.

“Mi madre fallecida me dijo que incluso antes de que se descubrieran estos naufragios, que tienes que tener cuidado”, dijo Keanik a la CBC . “Toda la isla del Rey Guillermo tiene personas no humanas que no podemos ver. Es una sensación divertida cuando una vez que estamos en el otro lado de la isla… Sientes que hay alguien a tu alrededor, pero no hay nadie cerca.”

Keanik dijo que su madre nunca dejó claro si pensaba que los seres invisibles son los espíritus de la tripulación perdida de la expedición de Franklin, o si son seres que persiguieron a los tripulantes moribundos a mediados del siglo XIX. 

Algunos Inuits creen que los objetos de los barcos están malditos y no deberían ser perturbados para así evitar despertar una segunda maldición.

Debido al revuelo causado por la supuesta maldición, el comité Franklin decidió responder a las preocupaciones de la comunidad informando que no se habían encontrado restos humanos en los dos barcos.

“Solo se están encontrando artefactos y se están retirando de los lugares del naufragio y hay planes establecidos de que, si se encuentran cuerpos, se dejarán en su lugar”, ha explicado Fred Pedersen, de la Asociación Inuit de Kitikmeot. “Nosotros no vamos a traer o perturbar restos humanos.”

Pero la declaración de Federsen, de la Asociación de Inuit de Kitikmeot, no ha sido suficiente para calmar sus miedos.

El portavoz de la Agencia Parks Canada, Dominique Tessier, dijo que los restos del HMS Erebus habían sido “bendecidos por los Guardianes”, cuidadores inuit designados para vigilar el sitio del naufragio de la expedición de Franklin, pero en el caso del HMS Terror no fue así, aunque lo están intentando solucionar.





“Este verano, después de las tragedias, los ancianos bendijeron la arena de Gjoa Haven y llevaron a los Guardianes al naufragio del HMS Terror, donde rociaron sobre él mismo y realizaron una bendición”, explicó Tessier. “Ambas bendiciones fueron dirigidas por los inuit de Gjoa Haven.”

¿La bendición ha terminado con la última maldición del HMS Terror? Sólo el tiempo dirá.


Por MEP
Publicado el 21/12/2018

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