martes, 5 de febrero de 2019

Los Portales Dimensionales, ¿tienen Relación con misteriosas Desapariciones? (I)

Resultado de imagen de Portales DimensionalesLa escritora estadounidense Diana Gabaldon, en su novela Forastera (Outlander), nos sitúa en una historia que transcurre en Escocia en el año 1945. Recién finalizada la guerra, una joven pareja, Claire y su marido, deciden reunirse y disfrutar de unas ansiadas vacaciones. Paseando sola, la joven mujer descubre el círculo de piedras de Craigh Na Dun.

 Al acercarse a éste y poner las manos sobre la piedra más grande del círculo cae en un profundo trance, que la hace desaparecer de su época y viajar al pasado, concretamente a la Escocia de 1734. Muchas pueden ser las causas por las cuales hay cientos de personas que desaparecen a diario.

A veces la gente extraviada no se encuentra nunca, y es ahí cuando el misterio se hace más grande, a veces dando pie a teorías como las de abducciones extraterrestres, viajes en el tiempo o teleportación a otras dimensiones. 

Asimismo, tenemos las líneas Ley, unas misteriosas alineaciones de energía, que se concentran en vórtices magnéticos en la mayoría de los lugares sagrados del mundo.

¿Hay algo mágico en todas estas misteriosas desapariciones? ¿A dónde van a parar los que desaparecen en un portal dimensional? ¿Al pasado? ¿Al futuro? ¿A otra dimensión o universo paralelo? ¿A otra parte de nuestro universo? En el tema de las desapariciones misteriosas, tenemos innumerables casos de desapariciones individuales de personas de las que ya no se ha sabido nada más. 





Pero nos vamos a centrar en desapariciones masivas, que son más difíciles de explicar de manera lógica. Durante la Guerra de Sucesión española, en el año 1707, nada menos que 4.000 soldados del archiduque Carlos de Austria desaparecieron sin dejar rastro junto a un arroyo de los Pirineos, en un traslado aparentemente sin riesgo bélico alguno.

No había enemigos cerca y no quedaron cadáveres ni enseres militares, es decir, ninguna huella. El ejército no llegó a su destino y jamás volvió a saberse de él. Es el primer caso de pérdida de un ejército que se conoce, sin que esto quiera decir que antes de esa época el fenómeno no se hubiera producido. 

El caso es extraño, mas no quedó ni un solo testigo que proporcionara alguna información, por insignificante que fuera. En teoría un portal es una puerta mágica o tecnológica que conecta dos lugares distantes, separados por el espacio-tiempo. Por lo general, se compone de dos o más puertas de enlace, con el objetivo de entrar en una puerta de enlace que sale por la otra de manera instantánea.

Los lugares que enlazan con un portal pueden llevar a un lugar diferente en el mismo universo, en cuyo caso se trata de teleportación, un mundo paralelo o portal inter dimensional hacia el pasado o el futuro, o hacia otros planos de existencia, como el cielo, el infierno, u otros mundos mitológicos. Vemos que entramos en un terreno complejo y misterioso.

El sobrino del mago es una novela de fantasía de la serie Las Crónicas de Narnia, creada por C. S. Lewis, autor reconocido por sus novelas de ficción. Esta obra fue escrita en 1951 y publicada en 1955. Es la sexta en el orden de publicación, pero es la primera en el orden cronológico. 

En El sobrino del mago, cuando Digory Kirke se pone un anillo amarillo para ir en busca de Polly Plummer, surge de pronto desde un estanque. Luego se da cuenta que está en medio de un bosque, con muchos otros estanques diseminados.

Posteriormente, descubre que cada estanque es un portal a un mundo distinto. A través de uno de ellos, él y Polly llegan al mundo de Charn, que tras su destrucción, observan que su correspondiente estanque se seca. 

A través de otro estanque llegan al mundo de Narnia, justo en el momento de su creación. El ambiente del bosque era muy tranquilo y había una sensación de tranquilidad en el aire. El bosque producía una especie de sensación de sueño que hizo que en un momento Digory Kirke olvidara toda su vida.

Según el libro, “si alguien le hubiera preguntado: «¿de dónde has venido?», él habría contestado: «Yo siempre he estado aquí». Así era la sensación que producía ese lugar“. El bosque tiene una temperatura cálida y un sinnúmero de árboles frondosos, con un follaje tan espeso que el cielo, suponiendo que lo haya, no se puede ver desde el suelo. 

A pesar del espeso follaje, una fuerte luz penetra en el suelo del bosque, iluminando claramente todo el ambiente. La característica sobresaliente del bosque, además de los árboles, es la presencia de muchos estanques de agua. Inicialmente, los estanques parecen ser sólo charcos poco profundos.

 Sin embargo, cuando alguien salta en uno de esos charcos usando un anillo mágico, el estanque de agua transporta a dicha persona a un mundo diferente. Cuando aquel mundo es destruido, es decir, cuando toda la vida en aquél se acaba, como aconteció con el mundo de Charn, su respectivo estanque se seca.

La tradición nos dice que las hadas y otros seres, como duendes, elfos, etc…, son de naturaleza intermedia entre los humanos y los ángeles. Presentes en las leyendas y cuentos de todo el planeta con diversos nombres, siempre son seres difusos y escurridizos de ver, pero siempre en contacto, directo o indirecto, con las manifestaciones de la naturaleza.

No sólo materiales y geográficas, sino también en el plano de los sentimientos, sensaciones y creaciones, como la inspiración poética, los bosques y cuevas, los hechizos, la sabiduría ancestral, etc… En resumen, un mundo enigmático. Su relación con los humanos ha estado siempre influida de su propia naturaleza ambigua. Su contacto puede producir la locura, la muerte, las riquezas fabulosas, o el amor. 

Y sus emociones y sentimientos pueden ser de un carácter o de otro, pero siempre puro, pues no cabe en ellos la indefinición. Su danza, su amor, o su odio son inagotables y por eso se les ha considerado tradicionalmente como peligrosos, pues en este sentido son lo opuesto a la naturaleza humana, cuyo corazón está hecho de contradicciones.

Hay auténticos tratados que abordan aspectos de estos seres desde varios enfoques, pero sobre todo desde el mito y la leyenda, e incluso desde un punto de vista antropológico. Ahí están las obras del alquimista suizo Paracelso en el siglo XVI, que popularizó el término “elementales“, o la del abate francés Villiers. 

Más recientemente, algunos autores se han aventurado a escribir libros donde hablan profusamente sobre hadas, duendes y gnomos desde una perspectiva global, intentando clasificarlos y definirlos. Una ardua tarea. Y ciertamente los datos que nos ofrecen estas obras son valiosos y clarificadores pero siempre de una parte del fenómeno. Obras que van desde el libro que escribió Walter Scott, 

La verdad sobre los demonios y las brujas, hasta El diccionario de hadas de Katherine Briggs. Todas ellas son muy válidas y hay que reconocer el esfuerzo y la dedicación de sus autores por acercarnos a unos seres tan sutiles y por hacernos comprensible un mundo totalmente incomprensible, pero que aportan una visión solamente parcial de toda su complejidad.

Leyendo el libro de Roberto Rosaspini Reynolds, Hadas, duendes y otros seres mágicos celtas, no avanzamos demasiado en su comprensión. Porque, ciertamente, nos habla de hadas terrestres, acuáticas, domésticas, malévolas,…, de duendes, gnomos, silfos, salamandras, ninfas, elfos, trasgos y animales etéreos, pero las fuentes en que se basa son exiguas.

El misterio de mundo de las hadas nos acerca a una civilización que cohabita en un mundo paralelo al nuestro y del que apenas sabemos unos pocos detalles. Supone un desafío saber algo más sobre este mundo paralelo, aunque solo sea para deducir que no todo son cuentos de niños. 





Si todo fuese fantasía en el origen de estos relatos, muchas culturas seguramente no se hubiesen referido a seres vinculados a los elementos de la naturaleza y a los que desde antiguo se les ha rendido culto y se les ha temido. Existen obras donde sus autores respectivos cuentan sus experiencias personales con estos seres, sin ambigüedades, proclamando su realidad. 

Nos cuentan con todo lujo de detalles su aspecto físico, su forma de pensar, cómo se alimentan e incluso su actividad sexual. Por ejemplo las obras como la del vidente británico Geoffrey Hodson, El mundo real de las hadas, fruto de sus experiencias con estas criaturas y las visiones de las mismas que tuvo en los años veinte del siglo XX. O el libro de Dorothy MacLean sobre Comunicación con los ángeles y los devas, deidades benévolas en el hinduismo y el budismo. 

También podemos referirnos a libros como el del español Vicente Beltrán Anglada, Las fuerzas de la naturaleza, o del argentino Monseñor Claudio Paleka, Cuando el cielo pase lista, que describen la vida sutil de estos seres en cada uno de los cuatro elementos, con todo lujo de detalles.

 Esta tendencia literaria podría representar a aquellos que no solo creen en las hadas sino que además afirman haberlas visto y hasta hablado con ellas. Serían encuentros cercanos en la tercera fase, por utilizar una terminología ufológica. 

Fijándonos en los aspectos más llamativos, que en ocasiones nos pasan desapercibidos, como, por ejemplo, el concepto del tiempo en casi todos estos relatos. ¿Por qué esa insistencia de que el tiempo transcurre más despacio en el país de las hadas y que por tanto puede ser peligroso para un ser humano el penetrar en esta dimensión? 

 La teoría de la relatividad de Einstein, donde se plantea esa singularidad del tiempo, se publicó en 1913, y la gran mayoría de estas leyendas proceden, por lo menos, de la Edad Media y se pusieron por escrito a partir del siglo XVII. Un enigma de tantos que está aún por desvelar. Ninguna teoría explica la totalidad del misterio, pero todas ellas nos acercan a una realidad escurridiza.

Algunas antiguas culturas creían que los espejos reflejaban una sombra del alma. En la novela A través del espejo y lo que Alicia encontró allí, de Lewis Carroll, mientras Alicia está meditando sobre cómo debe de ser el mundo al otro lado del espejo de su casa, se sorprende al comprobar que puede pasar a través de él y descubrir de primera mano lo que ahí ocurre. 

Así lo hace, y llega a una sala en la que las piezas de ajedrez parecen cobrar vida. No se sabe con seguridad cuándo apareció el espejo en la vida del hombre, pero los encontramos desde la más remota antigüedad en utensilios de tocador y distintos objetos utilizados en las civilizaciones egipcia, etrusca, griega y romana, básicamente elaborados antiguamente con metal bruñido, generalmente cobre, plata o bronce. 

Sin embargo, desde que los seres humanos se vieron por primera vez a sí mismos en un espejo, ha existido una gran fascinación y misterio en lo que se refiere a estas superficies reflectantes, las cuales han sido consideradas por algunos como portales hacia otras dimensiones y como poderosos artilugios con poderes de invocación y capaces de atraer espíritus. 

Algunas culturas antiguas creían que los espejos reflejaban la verdadera naturaleza de la persona que estaba siendo reflejada, lo que alimentó las leyendas sobre los vampiros y los demonios que no se reflejaban en los cristales, ya que éstos no tenían alma que reflejar, mientras que algunas otras culturas creían que a través de ellos se podía invocar a los muertos. 

Para la tradición judía era importante cubrir todos los espejos en una casa donde alguien había muerto, mientras la familia realizaba el período de luto de siete días, pues se creía que, si los espejos no estaban cubiertos, el espíritu del difunto podía quedar atrapado en alguno de estos objetos, no pudiendo pasar a la otra vida. 

Para la cultura oriental los espejos estaban dotados de un gran poder místico, ya que se los consideraba capaces de espantar a los espíritus malignos, reflejando y multiplicando la fuerza de la energía que hay en una zona, principio básico del feng shui, alejando las malas energías. Los espejos también representaban para ellos una ofrenda al mundo espiritual y por ello eran colocados en las tumbas imperiales.

Los espejos son considerados por algunos expertos en temas paranormales como portales dimensionales. Los espejos serían algo así como agujeros de gusano, que servirían de aperturas a campos de energía que rodean otras dimensiones. 

Por ello se cree que algunas entidades, como los espíritus, podrían entrar en nuestro mundo a través de las aberturas de los espejos, lo que implicaría también que los espíritus malignos podrían acceder a estos portales, debido a que el bajo astral, más cercano al plano físico, es donde se supone se mueven seres malignos. 

Los espejos, desde épocas remotas, ocuparon un papel muy importante en las leyendas y mitos. Ta como ya hemos indicado, el escritor inglés Lewis Carroll desarrolló la idea del espejo como entrada a otro mundo en la segunda parte de las aventuras de Alicia.

El espejo también fue objeto de consulta oracular, pues se consideraba que podía mostrar sucesos y objetos distantes en el tiempo y el espacio. En el tradicional cuento de Blancanieves el espejo tiene la facultad de hablar y responder a las preguntas que le formula la malvada madrastra.

 El Espejo de Galadriel es un objeto ficticio imaginado por el escritor británico J. R. R. Tolkien para su novela El Señor de los Anillos. Se trata de un pilón lleno de agua en el que uno puede ver visiones del pasado, del presente y del futuro. Galadriel, una elfa noldo gobernante de Lothlórien, invita al héroe de la historia, Frodo Bolsón, a mirar en él.

 En palabras de la propia Galadriel: «Puedo ordenarle al espejo que revele muchas cosas y a algunos puedo mostrarles lo que desean ver. Pero el Espejo muestra también cosas que no se le piden y éstas son a menudo más extrañas y más provechosas que aquellas que deseamos ver. Lo que verás, si dejas en libertad al Espejo, no puedo decirlo. Pues muestra cosas que fueron y cosas que son y cosas que quizá serán. Pero si fueron, son o serán, ni siquiera el más sabio puede decirlo».

 A Sam Gamyi también se le permitió mirar, lo cual le llevó a tener que decidir entre regresar a la Comarca para prevenir su destrucción a causa de la industrialización o continuar en la búsqueda con Frodo para evitar que Sauron destruyera toda la Tierra Media.

 Esto recuerda a la antigua práctica de la adivinación a través de la observación del agua o hidromancia, tales como mirar fijamente en una palangana, cuenco o superficie de agua poco profunda con fines adivinatorios. Las Nornasde la mitología nórdica usaban el Pozo de Urd como cuenco adivinatorio.

En la novela Harry Potter y la piedra filosofal, de J. K. Rowling, podemos leer el siguiente dialogo: ” Albus Dumbledore: ‘Permíteme explicarte. El hombre más feliz en la Tierra podría usar el Espejo de Oesed como un espejo normal, eso es, él podría mirarse en él y se vería a sí mismo exactamente como es. ¿Eso ayuda?’. Harry Potter: ‘Nos muestra lo que queramos… lo que sea que queramos’. Albus Dumbledore: ‘Sí y no. Nos muestra nada más y nada menos que los más profundos, más desesperados deseos de nuestro corazón’. 

Entonces Albus Dumbledore le explica a Harry Potter lo que hace el espejo“. El Espejo de Oesed es un espejo, el cual, de acuerdo con Albus Dumbledore, muestra los “más profundos y más desesperados deseos de nuestro corazón“.

El nombre “Oesed” es “deseo” escrito de atrás hacia adelante, como se refleja en un espejo. La persona más feliz en el mundo se miraría en el espejo y vería su reflejo exactamente de la forma en que él o ella es. Inscrito en la parte superior está el siguiente texto: “Oesed lenoz aro cut edon isara cut se onotse“. 





Dando vuelta la inscripción y arreglando los espacios se produce: “Esto no es tu cara, sino de tu corazón el deseo“. Por su capacidad para reflejar la realidad, aunque invertida, los espejos y otras superficies reflectantes fueron tradicionalmente una de las herramientas más simples y eficaces para el desarrollo de las habilidades psíquicas, la magia y la adivinación. 

Numerosas culturas antiguas utilizaron el espejo para observar el futuro, responder preguntas, así como para encontrar objetos perdidos y personas. Una de las herramientas más utilizadas por los adivinos y magos fue el espejo, pudiendo ser cualquier objeto con una superficie reflectante, aunque el espejo más antiguo y más común ha sido el agua.

 Los adivinos, por lo general, fijaban la vista en la superficie del agua hasta que entraban en trance y experimentaban visiones. Los primeros adivinos árabes utilizaron sus propias superficies pulidas de cristal y en la antigua Grecia las brujas de Tesalia escribían sus oráculos con sangre humana en los espejos.

 Incluso se cuenta que enseñaron a Pitágoras a adivinar sosteniendo un espejo en dirección hacia la Luna. Los romanos creían que si un espejo se rompía, las almas que contenía se liberaban y provocaban siete años de mala suerte.

Más tarde, en la época medieval, los adeptos a las ciencias ocultas usaron los espejos, cuencos de agua, piedras pulidas y cristales, ya que se creía que las imágenes formadas en estas superficies reflectantes eran causadas por Dios o por los demonios que habían quedado atrapados allí por la magia.

El célebre vidente francés Michel de Nostradamus utilizaba un cuenco de agua, cuyo interior estaba pintado de negro, sobre un trípode de bronce, para hacer sus predicciones. Con una varita tocaba el agua para luego mirar el cuenco hasta tener las visiones. Como buen místico de su época, John Dee ejerció durante el siglo XVI una admirable versatilidad en torno a múltiples habilidades: fue alquimista, matemático, astrónomo, mago y consejero real. 

Su influencia como astrólogo personal de la reina Isabel I, le valió los recursos y el respaldo suficientes para desarrollar con tranquilidad sus labores. Personaje enigmático y un tanto oscuro, la fama de Dee llegó a generar anécdotas, como el haber conjurado un hechizo contra la armada española es su tentativa de invadir la isla británica. 

Pero más allá de la fascinante figura de este mago británico, existe un elemento particularmente interesante en su vida. Se trata de una peculiar herramienta que Dee utilizaba en diversas prácticas: un espejo mágico de obsidiana que fue llevado desde México hasta sus manos. 

Al parecer era un dispositivo que los brujos aztecas utilizaban en sus rituales y el cual, por sí solo, afloraba un extraño poder. Este tipo de objetos son populares en el arte de la adivinación, y de acuerdo con algunas versiones, los ángeles que transmitían información a Dee y su ayudante Kelly, se hacían presentes gracias a la superficie de este espejo de obsidiana. 

Dentro de la cultura azteca la pieza se asociaba a Tezcatlipoca, deidad de la noche y la oscuridad, y quien formaba parte de los cuatro dioses creadores, figuras de enorme relevancia en la cosmovisión de aquella sociedad. 

El Specularium de Dee, su famoso espejo de obsidiana negra, paso a manos de algunos coleccionistas hasta que finalmente terminó en las arcas del Museo Británico, donde actualmente se exhibe. Este instrumento pasaría a la historia como uno de los grandes catalizadores de magia, herramientas que si bien poseen una estructura palpablemente física, tenían la cualidad de incidir en las sutiles dimensiones alternativas. 

Los espejos muy bruñidos y pintados de negro en el lado convexo se consideraban excelentes instrumentos para desarrollar la clarividencia, de forma similar al uso de una bola de cristal. Pese a que estas prácticas adivinatorias fueron perseguidas por la Iglesia, las crónicas nos hablan de muchos reyes o príncipes que intentaron adivinar el porvenir mediante este método. 

Catalina de Médicis y Enrique IV tenían espejos mágicos a los que consultaban con frecuencia, mientras que Alberto Magno y Cornelio Agrippa hacían predicciones valiéndose de un espejo, así como el conde Alessandro di Cagliostro (1743 –1795), médico, alquimista, ocultista, rosacruz y masón de alto grado.

En 1326, el papa Juan XXII amenazó con la excomunión a los que practicaban el arte de adivinar a través de los espejos, pues era una creencia muy extendida que los demonios encontraban a veces refugio en estos objetos. Un procedimiento habitual entre los adivinos consistía en sumergir un espejo de metal en el agua y, según se viera el reflejo, desfigurado o claramente definido, se auguraba si una persona iba a vivir mucho o a morir prematuramente. 

El médico alemán Franz Anton Mesmer, descubridor de lo que él llamó magnetismo animal y otros después llamaron mesmerismo, disponía, por su parte, de una cubeta de madera negra en la cual la reina María Antonieta habría visto reflejado en sus turbias aguas todo el desenlace de la Revolución Francesa, incluyendo la muerte de sus amigos, del Rey de Francia Luis XVI y de ella misma. 

El espejo se relaciona con el simbolismo del agua reflejante y el mito de Narciso, el joven que se enamoró de su propia imagen reflejada en una fuente e, incapaz de apartarse de su imagen, acabó arrojándose a las aguas. 

El espejo mágico aparece con frecuencia en leyendas y cuentos infantiles como un artículo capaz de proyectar imágenes que ocurrieron en el pasado o que ocurrirán en el futuro, o para ver en el presente lo que está sucediendo a mucha distancia. Además de su conexión con el agua, los espejos también se relacionan con la Luna, pues reciben las imágenes como la Luna la luz solar. 

Por ello, se creía que los mejores espejos eran aquellos que se construían con plata, metal consagrado a la Luna. El cristal, como parte integrante de los espejos, tiene un simbolismo alquímico, en que el cristal simboliza la perfección espiritual.

 Los estudiosos en temas ocultos afirman que dentro de los espejos se desarrolla otro mundo, como si fuese el nuestro, pero de una manera invertida, y que son eficaces portales que nos comunican con el Más Allá, o con otros mundos similares al nuestro, tal vez universos paralelos, en donde nada es lo que parece.

Y suelen haber relatos de personas que afirman haber visto reflejados en los espejos a seres que en realidad no estaban allí o a familiares que habían fallecido recientemente y se presentaban a modo de despedida.

Los fenómenos paranormales reportados en relación con los espejos varían. 

La manifestación más frecuente que puede ocurrir al otro lado del espejo es la formación de imágenes de individuos o entidades que no sean las propias personas que ocupan la habitación; o la aparición de rostros, normalmente humanos, en la superficie reflectante, aunque también se han informado casos de la aparición de entidades diabólicas. 

La actividad paranormal de los espejos también incluye la presencia de sombras, tanto de forma humana como animal, saliendo y entrando de ellos, fenómeno que tendría una relación directa con los espejos embrujados. 

También se han reportado otros fenómenos como voces, extraños ruidos, olores, presencia de niebla, formas reconocibles y brumas cambiantes entrando y saliendo de ellos. Los psíquicos afirman que la visualización de un espejo por la noche, a la luz de la velas, pueden ser peligroso, ya que según los mitos y las leyendas el espejo mostrará nuestro reflejo, sino que también el de las supuestas entidades paranormales que habitan en un determinado hogar, ya sean fantasmas, almas en pena y demonios. 

Debido a su supuesta capacidad de captar espíritus almas, los expertos psíquicos aconsejan retirar los espejos de una habitación donde se encuentra una persona enferma, así como moverlos con frecuencia por las diferentes zonas de la estancia, para no poder ser usados como portales.

Los senderos del Dragón, los caminos de la Serpiente o las líneas Ley son los distintos nombres con las que son conocidas, desde tiempos prehistóricos, unas misteriosas alineaciones de energía, que se localizan en vórtices magnéticos en la mayoría de los lugares sagrados del mundo, como los círculos de piedras o monumentos megalíticos, iglesias, cementerios, edificios templarios, etc. ¿Tendrán algo que ver con los portales dimensionales? 

Habrían sido construidas con algún propósito desconocido por pueblos prehistóricos y modificadas por el tránsito acuífero de los subsuelos o de las grietas de terrenos que entran en fricción. Según John Bathurst Deane, en The Worship of the Serpent, el lugar en el que caía un rayo se consideraba en otro tiempo un lugar de poder, que era designado con el nombre de abismo o lugar prohibido de la serpiente.

 Esto vinculaba a la serpiente con la energía eléctrica o electromagnética de la Tierra. En la Tierra existen lugares donde supuestamente se abren portales dimensionales a otras estrellas y galaxias del universo, y también a otros planos y dimensiones. 

En el pasado había civilizaciones que parece eran conscientes de este conocimiento y por eso construyeron en estos lugares pirámides, templos y círculos de piedra, a fin de hacer de puente de comunicación entre la Tierra y su destino. 

Se dice que existen dos tipos de portales dimensionales, los naturales, que existen por sí solos en nuestro planeta, de forma natural, y los artificiales, que son o han sido construidos por el hombre o por seres extraterrestres, pero que a veces no son estables, aunque se encuentran a disposición, permitiendo ir y regresar a otras dimensiones.

Los naturales, se dice que sólo nos llevan a otra dimensión, pero no nos permiten regresar. Recientemente salió la noticia de que determinadas tormentas eléctricas emiten antimateria hacia el universo. 





Es decir, estas tormentas, por un breve momento, se convierten en un acelerador de partículas emitiendo millones de positrones al espacio. Es lo mismo que pretenden hacer en el CERN haciendo chocar partículas a gran velocidad, para crear antimateria. Pero estas tormentas lo hacen de forma natural.

La antimateria es lo opuesto a la materia, en que a cada electrón (carga negativa) le corresponde un antielectrón (carga positiva) , y a cada protón (carga positiva), le corresponde un antiprotón (carga negativa).

 El neutrón, como es de carga neutra, no tiene opuesto pues es el resultado de la combinación de ambos. La materia y antimateria son iguales en masa y opuestas en carga. Incluso los movimientos de rotación en espiral de la materia y antimateria son opuestos, con lo cual si una galaxia tiene un movimiento rotatorio en una dirección, en algún lugar esta su opuesto en dirección contraria.

También se considera a la antimateria como energía anti-gravitatoria. Por ello, en estas tormentas los rayos gamma que emiten y salen despedidos van en dirección opuesta a la gravedad, en algún lugar del espacio. Una nueva teoría afirma que los agujeros negros podrían ser el portal a otras dimensiones, y relaciona al CERN en la búsqueda de estas entradas dimensionales.

 El choque de partículas en direcciones opuestas busca encontrar una partícula neutra capaz de abrir un portal. En lugares como el triángulo de las Bermudas, las desapariciones documentadas van precedidas por tormentas eléctricas, o alteraciones magnéticas. 

Es decir, parece que hay un reajuste en la combinación de fuerzas opuestas provocando así una apertura dimensional. Volviendo al tema de las líneas Ley, las alineaciones rectas entre lugares sagrados están consideradas como rutas de energía, como si debajo de la tierra estuviera marcado el camino entre un lugar y otro por una fuente de energía que uniría los lugares sagrados del mundo. 

El galés Alfred Watkins (1865 – 1935), anticuario, fotógrafo, arqueólogo aficionado y explorador de lugares antiguos, notó después de visitar y fotografiar varios lugares en la Gran Bretaña, que estos lugares estaban alineados por todo el Reino Unido, siendo la primera la que lleva su nombre en el condado de Herefordshire.

En 1922 publicaría el libro Early British Trackways. Otro investigador, John Michell, identifico 22 alineamientos, pero sería Watkins quien le pondría el nombre a tales líneas. 

La mayor parte de su vida profesional Watkins se la pasaría viajando por toda Gran Bretaña, lo que le llevaría a prestar atención a ciertas alineaciones entre los antiguos centros religiosos paganos, tales como túmulos, círculos de piedras, monolitos y algunas iglesias cristianas primitivas, que solían estar construidas sobre restos de santuarios paganos más antiguos.

 Watkins acuñó el término de líneas Ley, (ley lines) a partir del hecho que, los lugares donde estas líneas se cruzaban o terminaban tenían a menudo nombres que acababan en -ley, -ly o -leigh, (del anglosajón antiguo, que significa tierra limpia o despejada). Y afirmaba que estas líneas eran antiguas vías comerciales y procesionales paganas, que conectaban los antiguos lugares sagrados.

Pero como suele acontecer, estas teorías de Watkins fueron rechazadas por la arqueología oficial como fantasiosas, argumentando que los antiguos pueblos de la tierra no poseían los conocimientos necesarios para alinear tales lugares, por lo que la apariencia de linealidad solo se debía a la casualidad.

Pero las líneas Ley pronto ganaron popularidad, y muchas personas de diferentes creencias, como los ocultistas y místicos, sugirieron que podrían tratarse de líneas de poder, por las que un adepto podría controlar las fuerzas de la tierra.

 Esto no gustó a Watkins, pues su idea no era mistificar su descubrimiento, sino demostrar que los antiguos edificadores poseían un vasto conocimiento en la construcción de vías y astronomía. Los sumerios, que tenían unos conocimientos muy desarrollados de astronomía, astrología, geometría sagrada y matemática, conocían esta red de líneas de fuerza magnética de la Tierra, también conocida como cuadrícula de energía global.

 L. A. Waddell dijo que encontró marcas sumerias en una de las piedras en Stonehenge, y Alexander Thom, profesor de Ingeniería en la Universidad de Oxford, descubrió que los que construyeron Stonehenge sabían de los principios geométricos y matemáticos pitagóricos miles de años antes de que Pitágoras naciese. 

Thom explicó que las piedras no sólo formaban dibujos geométricos en y alrededor del círculo, también se alineaban a características en el paisaje circundante y a las posiciones del Sol, la Luna y las estrellas más relevantes en momentos determinados, como por ejemplo cuando el Sol aparecía o desaparecía en el equinoccio o el solsticio, y la Luna estaba en las posiciones extremas de su ciclo. Era un reloj astronómico gigantesco,

Pero añadió que era algo más: ¡Era un receptor y transmisor de energía! La cuadrícula magnética de la Tierra consiste de líneas de energía magnética. Donde estas líneas se cruzan, la energía se mueve en espiral hacia un vórtice y donde muchas líneas se cruzan se tiene un vórtice enorme de energía. 

Éstos son los lugares de poder en que desde tiempos remotos se han localizado los sitios sagrados. El vórtice, o espiral, es una constante en todo el universo. Nuestra galaxia es una espiral, el agua se mueve en espiral cuando se vacía por un agujero y la molécula de ADN que lleva nuestro código genético es una espiral doble.


febrero 5, 2019
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