domingo, 16 de diciembre de 2012

Las Reliquias de Hitler

¿Qué pensarían si les dijéramos que Hitler estuvo rodeado de magos y miembros de poderosas sociedades secretas, y que le influyeron a la hora de tomar decisiones? ¿O que estuvo obsesionado por descubrir todos los objetos sagrados que se repartían por el mundo, en la creencia de que le darían el poder absoluto? ¿O que creó expediciones en busca, por ejemplo, del Santo Grial o del mítico reino de Shambala?


En esta obra, “Las Reliquias de Hitler”, nos acercaremos a sociedades secretas como la Orden Armanista, la Germanenorden, la Orden de los Nuevos Templarios o la Sociedad Thule; a esa guerra «ocultista» que a la sombra de la II Guerra Mundial enfrentó a nazis con aliados; a delirios místico-raciales como el representado por la Teozoología o los contenidos antisemitas de la revista Ostara; a las insostenibles teorías del Espacio Vital, la Tierra Hueca y el Hielo Eterno, sin olvidar la búsqueda que los nazis emprendieron de reliquias como el Santo Grial o la Lanza del Destino.
Las experiencias místicas de Hitler, las obsesiones ocultistas de Himmler, la influencia de astrólogos y magos en ambos bandos del conflicto, el engaño esotérico del vuelo de Rudolf Hess, el raude de los Protocolos de los Sabios de Sión… Las reliquias de Hitler aporta luz sobre estos y otros muchos asuntos sin los que es imposible comprender el mayor desastre de la historia.

La encarnación del Mal (fragmento de la introducción)

Debo reconocer que pocos acontecimientos de la historia me parecen tan sobrecogedores como la Segunda Guerra Mundial. 
La contienda bélica que enfrentó a la casi totalidad del mundo civilizado nos dejó desde sus múltiples frentes un patrimonio imborrable de dolor y atrocidades, episodios diversos de una crueldad tenebrosa y profunda, diabólica hasta sus máximas consecuencias, que ni la más fértil de las imaginaciones podía haber augurado. Los nazis, con Hitler a la cabeza, desempeñaron uno de los principales papeles de ésta vergonzosa escenificación del horror, pero desde luego no fueron los primeros en la historia ni los únicos en este episodio que llevaron hasta sus últimas consecuencias el lado más oscuro de la condición humana. 
La barbarie también se personificó en otros líderes, escenarios y momentos de la contienda, aunque bien es cierto que pocos se recrearon en ella como los acólitos de la esvástica. Lo vivido, con sus millones de muertos y un saldo de dolor incalculable anclado en los genes de las generaciones que sucedieron a la conflagración, debía de haber sido suficiente para borrar de la faz de la tierra todo atisbo de terror, pero lo cierto es que la humanidad parece abocada a repetir una vez tras otra sus errores. Más de 50 millones de muertos entre 1939 y 1945 no parecen haber sido suficientes.

Mientras escribo estas líneas son legión los soportes informativos que rememoran desde los más diversos enfoques la última de las grandes guerras que ha enfrentado al mundo a lo largo de la historia, con motivo del sesenta aniversario del cruento final de la contienda, lacrado con el fuego atómico que hirió mortalmente a las poblaciones de Hiroshima y Nagasaki. Sin embargo es desolador constatar simultáneamente la certeza de que en decenas de lugares del planeta la guerra y los inhumanos comportamientos que la aderezan forman parte de lo cotidiano, encontrando nuevos escenarios en los que encarna la perversidad. Pero este no es un libro escrito para analizar la voracidad de la naturaleza humana, ni las razones, personajes y acontecimientos que desataron, alimentaron y pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial. 
De ello se han ocupado y lo continuarán haciendo con mayor o menor pericia infinidad de autores. Esta es en cambio una obra que busca poner el acento en la injustificada omisión en la que, conscientemente o no, han coincidido la mayor parte de esos mismos autores, exclusión que pertinazmente ha buscado minimizar o directamente silenciar un aspecto sin el que es imposible racionalizar adecuadamente, aunque jamás justificar, lo sucedido. Nos referimos como el lector ya supondrá al papel desempeñado en la hecatombe por las creencias ocultistas y las prácticas mágicas nazis. 
No nos equivocamos sí afirmamos que se libraron dos guerras, aunque sólo una de ellas terminaría pasando a la historia de los manuales académicos. En las bambalinas de ésta se libró una contienda mágica, una lucha entre fuerzas posiblemente tan inmateriales como inexistentes, que a pesar de ello ejerció una demoledora influencia sobre el devenir de la tragedia humana que todos hemos conocido. Las disputas territoriales, el expansionismo alemán, las alianzas, la demonización de la raza judía, la adopción de ceremonias y simbología pagana, el demoledor carisma de algunos líderes nazis y la ciega confianza que mostraron los hombres fuertes del nacionalsocialismo en la necesidad del genocidio, sólo pueden ser completamente entendidos sí tenemos en cuenta el acervo hermético que abrazaron.


La Historia jamás olvidará las atrocidades nazis, y la esvástica siempre estará asociada a ellas
La acumulación de explícitas evidencias que apoyan esta afirmación es de tal calibre que el reiterado silencio que durante décadas han guardado los historiadores sobre este asunto no admite justificación y sólo cabría entenderlo en el contexto de mentalidades ingenuamente incrédulas o marcada e interesadamente parciales. Al igual que es imposible que logremos tapar el sol con una mano, obviar la presencia e influencia del ocultismo en los personajes y acontecimientos que configuraron el Tercer Reich es, hoy más que nunca, faltar a la verdad. Una verdad plasmada en infinidad de instantáneas y en mil y un detalles. 
La cruz gamada, las runas como emblema de las SS, los desfiles alegóricos a la mitología, la filosofía ocultista de las sociedades secretas enquistadas en la Europa de la primera mitad del siglo XX. Quizá y atendiendo a razones de causa mayor ese silencio fuera justificable tal y como algunos expertos han apuntado durante la celebración de los juicios de guerra de Nuremberg. Exponer y publicitar ese maremagnum de creencias irracionales, de ceremonias y rituales herméticos, de aventuras en la frontera de una arqueología que buscaba pruebas que dieran credenciales al mito, tal vez hubiera abierto una vía judicial por la que los criminales nazis hubieran podido escapar alegando perturbación y desequilibrios psíquicos. Porque nadie en sus cabales podía creer en la existencia y poder real de reliquias como el Martillo de Thor o la Lanza de Longinos, en la herencia genética de razas prediluvianas supervivientes de la Atlántida o en ejércitos invisibles luchando en los campos de batalla. 
En ese momento obviar lo evidente a sabiendas de que también ellos, los aliados, habían tomado parte activa en esa guerra invisible, fuese lo más conveniente para liberar el dictado de sentencias ejemplares por parte de los tribunales. Pero que esa actitud se mantenga hoy en día en inconcebible y secuestra la verdad. Desgraciadamente continúa siendo así por obra y gracias de la mayor parte de los historiadores, lo que expande las fronteras de la especulación hasta límites insospechados. Estas páginas pretenden ofrecer una modesta aproximación a esta pieza sin la que a nuestro juicio resulta imposible reconstruir el rompecabezas nazi. Nuestro objetivo es el de exponer las creencias esotéricas en las que germinó y se alimentó el nacionalsocialismo, especialmente las que empaparon a Hitler hasta emborracharle de mesianismo, así como el despliegue que hicieron los iniciados nazis de las más diversas artes ocultas con el fin de aliar a su favor las fuerzas de lo invisible. 
No pretendemos demostrar que tales creencias y prácticas contaban con los fundamentos y desencadenaban los efectos que los seguidores del Führer pensaban -que cada lector lo juzgue según su criterio-, sino reflejarlos como parte de una realidad en la que creían y sobre la que sustentaban muchas de sus acciones. Desde nuestro modesto punto de vista y con el más sentido de los respetos hacia las creencias de cada lector, consideramos absurdo el pensar que un objeto como la Lanza Sagrada contaba con algún poder propio, de naturaleza mágica, que ayudara a Adolf Hitler a gobernar con el indiscutible liderazgo con el que lo hizo a su pueblo. 
Sin embargo, la obsesión que el dictador alemán sintió por esta reliquia y la creencia que albergó de su condición de talismán que le ayudaría en la consecución de sus objetivos, le hicieron codiciarlo y hacerse con él. El poder evocador que dicha lanza generaba en Hitler era más que suficiente, convirtiendo en superfluo la más que dudosa filiación cristiana del mismo y por supuesto, su improbable poder objetivo. Algo similar podríamos decir del Grial o a cerca de la también anhelada Arca de la Alianza, e incluso aunque con otra interpretación de la Bandera de la Sangre, la reliquia que él mismo creo para alimentar la religiosidad de su política. Tampoco apreciamos efecto alguno objetivo en los rituales y en la guerra psíquica desplegada desde ambos bandos, pero la realidad es que los protocolos mágicos siempre han sido una constante que cohesiona y enardece a las sociedades secretas, que las distingue del resto.
 El Führer construyó su cuerpo de mando con un patrón cercano a esas sociedades secretas, de ahí la necesidad de esas ceremonias y de adherir a su causa cualquier práctica mágica que pudiera dar ventaja sobre el enemigo y ayudar a cumplir la mística misión que el destino le había encomendado tanto a él como a personajes como Himmler. 
Después adoptaría medidas contra toda práctica ocultista y sociedad secreta operativa en los territorios bajo su mando, una medida como tantas otras que tomó que han dado pie a todo tipo de especulaciones. Ahora bien, que nadie entienda que pretendemos engañarnos. Fueron las balas, las bombas, el mortífero gas de los campos de concentración los que acabaron con las vidas de las víctimas, y no los hechizos de los magos al servicio nazi. Sin embargo estas arengas de ocultistas, iluminados, astrólogos y videntes diversos alimentaron el enfermizo concepto de trascendencia de quienes daban las órdenes. 
Esos son los aspectos que nos interesan. El resultado de todo ello no pudo ser más dantesco. La atrocidad se apoderó del mundo y la encarnación del mal en la figura de un perturbado de aspecto risible marcó con sangre como jamás había sucedido la historia de la Humanidad.

canariasmagica.wordpress

España: Los cerrajeros de Pamplona no colaborarán en ningún desahucio porque se rigen por una ley “injusta"


La Asamblea de Profesionales de Cerrajería de Pamplona ha decidido no colaborar en ningún desahucio al entender que los procedimientos de embargo hipotecario “están regidos por una ley injusta que tiene como resultado el desamparo de miles de familias”.

La Asamblea de Profesionales de Cerrajería de Pamplona ha decidido no colaborar en ningún desahucio al entender que los procedimientos de embargo hipotecario “están regidos por una ley injusta que tiene como resultado el desamparo de miles de familias”.

a asamblea, que representa a la “práctica totalidad” de los profesionales de Pamplona, está constituida por 15 empresas y autónomos del sector, según ha explicado este viernes en rueda de prensa en representación del colectivo Iker de Carlos, que ha comparecido junto a otros cerrajeros y miembros de la Plataforma de personas afectadas por la hipoteca de Navarra.

El representante de la asamblea ha animado al resto de sectores que participan en las ejecuciones hipotecarias, como procuradores, secretarios, jueces y policías, a sumarse a esta iniciativa para evitar los procesos de desahucios.

sábado, 15 de diciembre de 2012

La Historia Borrada de la Humanidad, Orígenes Ocultos Revelados I

Al principio no existía el Universo. No existía el tiempo ni la materia. Existía lo que se conoce como el AMOR INFINITO. Todos los espíritus estaban conectados entre si formando uno solo.

 Cada espíritu tenía su propia conciencia individual y el hecho de estar conectados, les concedía la habilidad de tener posibilidades infinitas. 

En muchas culturas y religiones se le conoce al AMOR INFINITO como "Dios", "el Todo" y "La Energía Universal" entre otros.(1) 

Los espíritus en el AMOR INFINITO existen en forma de energía. Un grupo de estos espíritus decidió experimentar la materia. Querían experimentar el estar separados unos de otros. Esto lo lograron creando un universo material en el cual encarnarían en seres individuales formados por materia. Para sostener el Universo, el Infinito creó una energía que se conoce como la Matriz, la cual es contraria a lo que representa la energía espiritual. 

Si la energía espiritual es energía positiva de amor, entonces la energía de la Matriz representa la negatividad. El Infinito creó la Matriz con conciencia propia y le dio instrucciones para que determinara como iba a ser el universo material donde los espíritus iban a encarnar. La Matriz forjó el Universo de una forma contraria a lo que representan los espíritus. El AMOR INFINITO es la unión espiritual que forma uno solo. 

La Matriz creo el universo material a base de diferencias y separación. Forjó polos opuestos, como por ejemplo, lo femenino y masculino, la luz y la oscuridad entre otras cosas. La Matriz fue quien determinó que los seres vivos vivirían en planetas aislados. EL AMOR INFINITO permitió todo esto ya quería experimentar la materia hasta los niveles extremos de negatividad y separación.(2) 

Los espíritus que se desconectaron del Infinito entraron en el Universo sin recordar quienes eran antes de llegar allí. 

A la Matriz se le dio instrucciones de que hiciera todo lo posible para que los espíritus no reconocieran que son Uno y no volvieran al Infinito. Este es el fundamento básico de lo que se llama "El Juego Espiritual Universal". Cuando los espíritus que están dentro del Universo reconozcan que son Uno entonces volverán al Infinito. Las experiencias que vivimos en el mundo material son parte de un juego.(3) 

Para llegar al Infinito, los espíritus deben evolucionar espiritualmente mediante el amor incondicional. Mientras más amor y aceptación exista entre los seres vivos sin importar las diferencias, entonces más se evoluciona espiritualmente. Los espíritus deben reencarnar en distintos cuerpos para de esa forma experimentar diversas vivencias que conlleven a un mayor amor incondicional. 

El universo material esta dividido en varias dimensiones. Existen alrededor de 9 dimensiones donde los espíritus reencarnan, siendo la tercera dimensión la más baja. Mientras mayor amor incondicional logren los espíritus entonces se elevan a otras dimensiones que estén más cerca del Infinito.(4) 

La evolución espiritual también se logra cuando integramos los polos opuestos. Cuando no nos identificamos con ideas que son opuestas unas de otras. Un buen ejemplo es en lo referente a lo masculino y femenino. Estos son conceptos que socialmente se han establecido como diferentes. Cuando dejamos de identificarnos con ambos conceptos y logramos integrarlos entonces logramos evolución espiritual. 

Los espíritus son la única energía eterna dentro del Universo. 

La energía de la Matriz, por el contrario, necesita alimentarse de otras energías para mantenerse con vida. La energía principal que necesita la Matriz es la energía negativa relacionada con el miedo. Cuando los seres vivos sienten miedo u odio producen una energía negativa de la cual la Matriz se alimenta. Para obtener la energía del miedo, la Matriz creó seres de energía negativa con conciencia propia. 

Al igual que los espíritus, los seres creados por la Matriz reencarnan en cuerpos dentro del universo material. 

A los seres de energía negativa comúnmente se les conoce como "Los Señores de la Oscuridad". El objetivo de estos seres es provocar conflictos y guerras en las sociedades donde encarnan para crear miedo y odio. Ellos absorben las energías negativas creadas por los espíritus y luego se la pasan a la Matriz para que esta se alimente.(5) 

En un principio, el método que utiliza la Matriz para alimentarse era beneficioso porque los conflictos creados por los Señores de la Oscuridad obligaba a los seres vivos a tomar conciencia y así evolucionaban espiritualmente. La conflictividad era una buena forma para lograr la evolución espiritual. El problema es que al pasar el tiempo, la Matriz se hizo más fuerte y empezó a tomar mayor control del Universo. 

Los conflictos creados por la energía negativa son tantos que los espíritus se han enfrascado en una batalla campal en contra de los Señores de la Oscuridad alrededor de todo el Universo. 

Bajo este marco es que empieza a desarrollarse la Vía Láctea. En esta parte del Universo existen muchas razas inteligentes, pero sin embargo, hay dos en particular que tienen mayor renombre. Estas dos razas son los humanos y los reptiles. 

La raza humana se originó en la Constelación de Lyra, específicamente en el planeta Avyon. Los primeros humanos en desarrollarse en dicho planeta eran lo que se conoce como la raza nórdica. Eran humanos blancos rubios de ojos azules. Los reptiles son originales del planeta Aln en la Constelación de Orión y del planeta Alpha Draconis en la Constelación de Draco. 

Los reptiles de Orión poseen una apariencia física similar a las serpientes y los reptiles de Draco tienen apariencia física de dinosaurios y dragones. Los reptiles de ambas constelaciones estaban reunidos en una organización conocida como "La Alianza". (6) 

Los humanos y los reptiles se desarrollaron de forma aislada. Culturalmente, ambas razas son prácticamente opuestas unas de otras. Los humanos tenían como ideales la justicia y la igualdad entre todas las razas de la Galaxia. Los reptiles entendían que ellos fueron la primera raza inteligente en esta parte del Universo y por consiguiente tenían derecho a conquistar toda la Vía Láctea y eliminar o esclavizar a las demás razas que se interpusieran en su camino. Los humanos estaban organizados de forma comunal y estaban polarizados del lado femenino. 

Las mujeres eran quienes poseían los puestos de liderato. En cambio, la sociedad de los reptiles era una patriarcal y estaban organizados de forma autoritaria y jerárquica. En cuestiones espirituales, los humanos representaban la energía positiva de la luz y los reptiles representaban la energía negativa de la oscuridad. 

Dentro de la Vía Láctea, Los Señores de la Oscuridad reencarnaron principalmente en las sociedades reptiles. Este fue su campo inicial para crear conflictos y guerras en esta parte del Universo y de esa forma obtener la energía del miedo de la cual se alimentan. 

Cuando los humanos y los reptiles se encontraron por primera vez, no tardó mucho en que ocurrieran conflictos entre ellos. Para muchos de los reptiles, los ideales humanos de justicia e igualdad eran sinónimo de debilidad. Para los humanos, los ideales reptiles eran sinónimo de maldad. No se logró un buen entendimiento entre ambos grupos y terminaron enfrascándose en una guerra campal que ha durado por millones de años y se ha mantenido en distintas dimensiones. 

El primer suceso lamentable en esta guerra fue la destrucción del planeta Avyon por parte de los reptiles. La destrucción de Avyon obligó a grupos de humanos a moverse a distintas constelaciones para encontrar otros planetas donde vivir. En los nuevos planetas que los humanos habitaban existían otras atmósferas y medio ambiente. Los humanos evolucionaron físicamente de acuerdo a la atmósfera de los planetas que habitaban. 

Desde ese momento se empezó a crear la diversidad racial entre los humanos. El color de piel y las características físicas variaba de acuerdo a la atmósfera de los planetas. 

Mas adelante, un grupo de humanos y reptiles decidieron organizarse para buscar solución a la guerra entre ambas razas. Ellos crearon una organización la cual se conoce como "La Federación Intergaláctica". Los miembros de esta organización se identificaban mayormente con el lado espiritual de la luz. (7) 

Las primera acción que realizó la federación fue crear una nave militar en caso de que fuera necesario involucrarse en conflictos bélicos. Para esto tomaron un pedazo del planeta destruido Avyon y lo reconstruyeron como si fuera una nave. A esta nave planeta militar comúnmente se le conoce con el nombre de Nibiru. 

Dicho planeta pertenece a La Federación Intergaláctica de la constelación de Pleyades. Nibiru tiene una órbita extensa que no se restringe a un solo sistema solar y también los tripulantes pueden cambiar su ruta si así lo desean. (8) 

Los miembros de La Federación entendían que la guerra entre los humanos y los reptiles se debía por dos razones principales. 

* Primero, porque las ideologías de ambas razas eran opuestas. 

* Segundo, porque en las culturas de las dos razas no existía el libre albedrío. 

Tanto los humanos como los reptiles sacrificaban el pensamiento individual de las personas en beneficio del grupo. Ambos tenían formas de pensar rígidas lo cual hacia difícil el encontrar nuevas ideas que mejoraran el entendimiento entre las dos razas. 

Los miembros de La Federación concluyeron que para terminar la guerra debían crear una nueva sociedad donde se puedan integrar las ideologías encontradas de los humanos y los reptiles. Muchos entendían que se debía crear una raza que tuviera la genética de ambos grupos. De esa forma los nuevos seres híbridos no se identificarían con ninguna de las dos razas en particular. Concluyeron que el planeta perfecto para llevar a cabo este experimento era nada menos que el planeta Tierra. 

Hace millones de años, el planeta Tierra era diferente a lo que es ahora. Nuestro planeta era el doble de grande y se le conocía con el nombre de Tiamat. 

Muchas razas inteligentes formaron civilizaciones aquí. En varias ocasiones nuestro planeta ha sufrido catástrofes que la han llevado al borde de la destrucción. Algunas por razones naturales y otras debido a las guerras causadas por las razas que han habitado este planeta. 

Fuente: http://veritas-boss.blogspot.com.es/#!/2012/12/la-historia-borrada-de-la-humanidad.html