jueves, 3 de mayo de 2018

Dieta de Cerebros Humanos ayudó a una Tribu de Papúa-Nueva Guinea a Resistir las Enfermedades

La investigación realizada sobre una tribu de Papúa-Nueva Guinea que se consideraba infame en el pasado por alimentarse de cerebros humanos como parte de sus elaborados ritos funerarios, ha proporcionado una mejor comprensión del desarrollo de la enfermedad de las vacas locas y otros trastornos similares.

Científicos de Gran Bretaña y Papúa-Nueva Guinea han estudiado a miembros de la tribu Fore y han descubierto que su dieta, que en el pasado incluía cerebros humanos en los funerales de sus parientes, les ayudó a desarrollar una resistencia genética a la enfermedad llamada kuru, similar a la famosa ‘enfermedad de las vacas locas’. La investigación también podría resultar útil en el desarrollo de nuevos tratamientos para las enfermedades “priónicas”, incluidos trastornos como el Parkinson y la demencia.




El Kuru empezó a ser conocido en el resto del mundo después de que un oficial médico del distrito que trabajaba en Nueva Guinea observara que las gentes de la tribu Fore, que habitan en las tierras altas de Papúa-Nueva Guinea, estaban siendo atacadas por una enfermedad debilitante misteriosa y mortal. Las víctimas de esta enfermedad inicialmente perdían la facultad de caminar, y a esto le seguía la incapacidad de tragar o incluso masticar. A su vez, esto provocaba una gran pérdida de peso y finalmente, la muerte. Esta enfermedad era llamada por los miembros de la tribu ‘kuru’, que significa “temblar de miedo”. En su peor momento, la enfermedad llegó a causar la muerte de alrededor del 2% de los miembros de la tribu al año.

Miembros de la tribu Fore de Papúa-Nueva Guinea ( genealogyreligion.net)

La tribu Fore practicaba ritos funerarios que incluían banquetes en los que los hombres comían carne de sus parientes fallecidos mientras que las mujeres se comían su cerebro. El ritual se entendía como una muestra de respeto por sus seres queridos, pero la tribu ignoraba que una mortífera molécula que habita en los cerebros humanos puede causar la muerte si se ingiere.

A día de hoy se sabe que el “kuru” solo es una de las varias enfermedades provocadas por las proteínas llamadas ‘priones’ que tienen la capacidad de reproducirse y volverse infecciosas. Esto ocurre generalmente bajo dos de sus formas, las llamadas PrP-sen y PrP-res. Los priones son fabricados de forma natural por el cuerpo de todo ser humano, pero también pueden transformarse de tal manera que se vuelvan contra su portador. Esto provoca que el prión transformado actúe de manera parecida a un virus, atacando al cuerpo e incluso afectando a otros priones cercanos. Estos otros priones pueden llegar a imitar su comportamiento, extendiéndose así la enfermedad por todo el cuerpo.

La enfermedad priónica mejor conocida de los tiempos modernos es la de las “vacas locas”, cuya denominación correcta es encefalopatía espongiforme bovina (EEB) y que se detectó por vez primera en el ganado en los años 80. Se identificó como su causa la alimentación por parte de las reses a base de piensos de origen animal cuya elaboración incluía cerebros de ovejas infectadas con una enfermedad llamada “tembladera”, en inglés scrapie. El brote de EEB provocó en 1986 el sacrificio de cientos de animales. También produjo agitación en Europa y otros continentes. Para el año 1988 ya se había diagnosticado la enfermedad a 421 animales y en 1989 el gobierno de Estados Unidos prohibió la importación de reses, ovejas y cabras vivas procedentes de los países afectados por esta enfermedad.

De manera aún más preocupante, a principio de la década de los 90 empezaron a morir gatos domésticos que se habían alimentado con pienso que incluía carne de vacas infectadas de EEB. Cinco antílopes de zoos británicos murieron también, después de haber sido alimentados con pienso comercial para ganado. En el año 1993, 120.000 animales habían sido diagnosticados con EEB. Esto provocó que el gobierno británico prohibiese alimentar al ganado con piensos elaborados con carne y huesos de otros animales así como la utilización de este producto en fertilizantes para granjas. A pesar de estas medidas, en 1995 Stephen Churchill, de 19 años fue una de las tres personas que murió de una variante de la enfermedad de Creutzfeld-Jacob (ECJ), una nueva versión de una enfermedad que ya existía, también provocada por priones. Para el año 1996 el número de víctimas humanas en Gran Bretaña se había elevado a 42, y 45 millones de cabezas de ganado habían sido sacrificadas. Al empezar a morir seres humanos por la enfermedad, Japón prohibió la importación de piensos británicos de origen animal, y los Estados Unidos la importación de carne de vacuno británica. Los casos de EEB se siguieron dando en animales hasta el 2012, aunque la incidencia de la enfermedad ya había disminuido considerablemente para entonces.

El problema con los priones transformados, y no es pequeño, es que son básicamente indestructibles. No obstante se ha descubierto recientemente que existe una manera de protegerse genéticamente contra ellos y que esta podría además indicar, siguiendo el ejemplo de la tribu Fore en Nueva Guinea, que en algún momento de la historia el canibalismo fue una práctica universal entre los humanos.

Festín caníbal en Tanna, Vanuatú, ca. 1885-9 ( Wikimedia Commons )

Tras el brote de kuru de los años 50 quedó prohibido alimentarse de cerebros humanos en Nueva Guinea y la enfermedad comenzó a desaparecer. Sin embargo, los científicos que investigan la tribu han descubierto hace poco que la antigua costumbre de los Fore de alimentarse de cerebros humanos tuvo como consecuencia el desarrollo de la resistencia genética al kuru y otras enfermedades provocadas por priones, incluidos trastornos como la enfermedad de Creutzfeld-Jakob (ECJ). El origen de esta resistencia genética es un gen específico que protege al individuo contra los priones. En esencia, es un gen que parece impedir que las proteínas que podrían generar nuevos priones mutados produzcan ningún prion, previniendo de este modo las enfermedades priónicas.




“Es un ejemplo claro de evolución Darwiniana en seres humanos. La epidemia de la enfermedad priónica selecciona una singular modificación genética que aporta una total protección contra la invariablemente mortal demencia”, declaró a The Guardian John Collinge de la unidad de enfermedades priónicas del Instituto de Neurología del University College de Londres.

Mujer de la tribu Fore cargando con un niño enfermo de Kuru ( Macalester.edu)

Collinge añadió que este equipo está llevando a cabo en este momento nuevas investigaciones, ya que el descubrimiento podría ayudar a los científicos a tratar una amplia variedad de enfermedades degenerativas como el Alzheimer y el Parkinson. El camino a seguir en esta investigación es comprender la estructura molecular de los priones que causan las enfermedades y los procesos que las provocan. El equipo ha publicado también sus hallazgos en la revista Nature.

Imagen de portada: Miembro de la tribu Fore de Papúa-Nueva Guinea mostrando una calavera ( The Student Review )


Traducción: Rafa García

Este artículo fue publicado originalmente en www.ancient-origins.net y ha sido traducido con permiso.

14 JUNIO, 2015 - 21:38 ROBIN WHITLOCK
http://www.ancient-origins.es/noticias-historia-tradiciones-antiguas/dieta-cerebros-humanos-ayud%C3%B3-una-tribu-pap%C3%BA-nueva-guinea-resistir-las-enfermedades-002655/page/0/1

Mientras una casa se incendiaba lograron captar algo aterrador que está confundiendo a las redes

El material inicia mostrando una casa, supuestamente embrujada, que se incendiaba en horas de la mañana. Cuando un grupo de jóvenes se percató de lo que ocurría decidieron quedarse en el lugar para grabarlo todo; sin embargo, nunca se imaginaron que lo que captarían se haría viral.




Como podrás ver, una extraña sombra blanca y de gran tamaño se asoma por uno de los balcones. Esta se moviliza de un lado a otro y, luego de algunos segundos, desaparece repentinamente causando el pánico de quienes presenciaron el hecho.




Hombre inventa un auto eléctrico que nunca necesita cargarse, luego él desaparece

Según se informa, el inventor de nombre Sangulani Maxwell Chikumbutso fue contratado por la administración Trump en el 2017 y se trasladó a los Estados Unidos. ¿Lo has visto con el Presidente últimamente? ¿Es un engaño elaborado? ¿Qué pasó con Maxwell Chikumbutso y su auto eléctrico que funciona con ondas de radio? 

"El auto eléctrico Saith Holdings - el SAITH - es ciertamente el primero en Zimbabwe, y absolutamente en el mundo según la descripción dada. Todos hemos oído hablar de la tecnología de los autos eléctricos, ¿verdad? Lo que no todos sabemos es que el auto eléctrico de Chikumbutso desafía lo que en física se conoce como la ley de la conservación de la energía que lo ha hecho difícil de alcanzar en todo el mundo, o mejor dicho hasta ahora, para crear una máquina de energía perpetua. Sangulani acaba de crear esa máquina evasiva de energía perpetua en el Saith.




El auto viaja a un máximo de 90 km/h y tiene potencia suficiente para arrastrar un vehículo Ford Ranger con seis personas dentro, nos dijo enfáticamente. Todo este tiempo el auto estaría generando su propia energía para funcionar así como para alimentar su hogar cuando usted lo estaciona. Sí, cuando está aparcado, puedes conectar una línea a tu casa para alimentarla con el auto".

Esa cita viene de un artículo publicado en julio de 2015 en OfZimba sobre el inventor zimbabuense Maxwell Chikumbutso, su auto eléctrico sin carga SAITH, la compañía del mismo nombre, su máquina de energía más verde que convierte "alta energía de radiofrecuencia directamente en electricidad" y más. Basta con preguntarse si Nikola Tesla ha reencarnado... o si sus papeles secretos sobre la energía libre han sido liberados. Mientras su sitio web (que incluye fotos de las invenciones) promociona sus otras invenciones (incluyendo un helicóptero que funciona con cualquiera de los seis combustibles), nada más parece haber sido reportado sobre Maxwell Chikumbutso.

Es decir, hasta el 11 de junio de 2017, cuando anunció en el Zambian Observer que cerró su negocio en Zimbabwe y se mudó a California, Estados Unidos.

"El gobierno de EE.UU. vio lo que África no vio y California es ahora nuestro hogar, la oficina central de Saith Holdings s.a.". Dijo Maxwell Chikumbutso.

¿Qué vio la administración Trump en Chikumbutso y sus afirmaciones que desafían a la física que los gobiernos e inversores en África no vieron? ¿Por qué lo instaló en California, sede de la fábrica donde se fabrican los vehículos eléctricos Tesla? ¿Por qué el sitio web de Saith s.a. no menciona nada sobre la mudanza o su ubicación actual en los Estados Unidos? ¿Por qué está buscando donaciones?

¿Por qué, como dice en el artículo de 2017 de OfZimba, diseñó la parte del auto que produce energía para que se autodestruyera totalmente si se manipulaba o se sometía a ingeniería inversa?

¿Por qué parece que nadie lo ha visto o reportado en la compañía, el auto o sus otros inventos de "energía libre" desde el anuncio? ¿Dónde están ellos?

¿Dónde está Maxwell Chikumbutso?



[Mysterious Universe]
https://www.youtube.com/watch?v=-lpipPtB4Dc

¿Ha sido fotografiado Nibiru?






La amenaza subterránea de Florida: Socavones



3 febrero 2014
Derechos de autor de la imagenGETTYImage caption

Los huéspedes acababan de salir de esta casa cerca de Disney World cuando colapsó por un socavón.

"Es como si esa cosa estuviera viva… Se revolvía, se movía… Hacía ruidos, como un gruñido".

Es una imagen que aún persigue al oficial de policía Douglas Duval, quien, en la noche del 28 de febrero de 2013, respondió a un llamado de emergencia en medio de la calma suburbana de Tampa y se encontró frente a frente con el mundo subterráneo de Florida, en Estados Unidos.




Dentro de un chalé, el suelo se había abierto y se había tragado el cuerpo dormido de Jeff Bush, de 37 años.

Su hermano Jeremy intentaba rescatarlo frenéticamente, pero Jeff había sido succionado hacia las profundidades y su cuerpo nunca fue hallado.

Derechos de autor de la imagenGETTYImage caption

Por fuera no había señales del hoyo que se tragó a Jeff Bush en su casa.

Sólo gracias a los esfuerzos de Douglas Duvall por arrastrar a Jeremy fuera del hoyo movedizo evitó una segunda tragedia.

La trampilla natural que se abrió y se cobró la vida de Jeff Bush se llama socavón, y está lejos de ser un caso excepcional.

En los últimos años, enormes socavones han aparecido de la noche a la mañana en lugares tan distantes como China y Guatemala, pero es en Florida donde el temor es más grande.

En agosto pasado, un complejo vacacional cerca de Disney World colapsó dentro de un gran agujero de 20 metros.

Por eso viajé a Florida para investigar este fenómeno devastador y para tratar de entender qué causó el hoyo que mató a Jeff y por qué la geología de este estado lo convierte en la capital mundial del socavón.

Cavidades subterráneas

Es posible explorar algunos de estos pozos naturales y descender dentro de los espacios vacíos que hay por debajo en lugares como la cueva de Ladder, en el Condado de Citrus.

Aquí se puede ver cómo la lluvia teñida de ácido y el agua subterránea se comen lentamente el lecho de roca caliza, produciendo cavidades bajo la superficie.

A menudo, el barro y la arena superficiales son arrastrados dentro de estas cavidades para formar un paisaje marcado por hoyos y depresiones que llamamos carst o carso.

Derechos de autor de la imagenAPImage caption

Este enorme agujero se abrió en plena calle en Ciudad de Guatemala en 2010.

Derechos de autor de la imagenAFPImage caption

Este fue otro enorme socavón en Guatemala en 2007.

Derechos de autor de la imagenSCIENCE PHOTO LIBRARYImage caption

Algunos son espectaculares, como el Gran Cenote, en México.

El problema es que a veces el mundo subterráneo de cuevas y cavernas se abre paso hasta la superficie y arrastra todo lo que hay encima.




Estos "colapsos de la cubierta" son la amenaza mortal que acecha en la Florida subterránea.

Según las investigaciones, uno de estos colapsos de la cubierta yacía justo debajo de la habitación de Jeff Bush.

Bill Bracken, el ingeniero de estructuras que trabajó con los equipos de emergencias en la casa de Bush, me mostró imágenes que tomó desde dentro del hoyo aquella noche.

Derechos de autor de la imagenAPImage caption

Así encontraron los rescatistas el hoyo en la habitación de Jeff Bush el año pasado.

Verlas es escalofriante. Cuando se abrió y el suelo empezó a caer hacia dentro, una fuerza de succión rompió y arrastró el piso de concreto hacia abajo junto a todo lo que había en el cuarto.

Los socavones son bastante comunes en Florida. Virtualmente todo el estado, desde los Cayos en el sur hasta el límite con Georgia en el norte, es una enorme plataforma caliza bañada por debajo por el agua subterránea y con un clima húmedo que aporta abundante lluvia desde arriba.

En aumento

El agua mantiene el césped verde, llena las piscinas y provee de agua potable a millones de personas. Pero también está consumiendo la base rocosa soluble de Florida.

El resultado es un estado derrumbándose en sí mismo. Entre las calles de la ciudad, los tranquilos suburbios y los naranjales, a menudo se abren agujeros que revelan una nueva Florida escondida.

Los residentes están comprensiblemente preocupados. Cada vez que aparece una grieta en sus casas, los dueños llaman enseguida a expertos geotécnicos.

Más de 6.500 reclamos de seguros por socavones se registran al año. Todo esto hace que los hoyos de Florida sean un auge para abogados y geólogos.

Los que no es tan común es que supongan una tragedia. La muerte de Bush es la primera causada por uno de estos fenómenos en años en este estado.

El distrito de Seffner, donde estaba su casa, está en un punto especialmente favorable para los socavones: un grupo de colapsos que horada la parte centro y oeste del estado, alrededor de la ciudad de Tampa.

Derechos de autor de la imagenGETTYImage caption

Este socavón en Dunedin, Florida, arrastró la parte trasera de una casa.

Su muerte causó desasosiego entre las comunidades del oeste de Florida, porque el flagelo de los socavones está en aumento.

No se sabe exactamente por qué son cada vez más prominentes. Sus detonantes son enigmáticos, aunque el hecho de que haya una "temporada de socavones" sugiere que el clima tiene algo que ver.

En los meses de verano, los huracanes de la costa del Golfo de México inundan el estado, arrojando toneladas de agua sobre la tierra en cuestión de horas, aplastando el suelo y haciendo colapsar los techos de las cuevas que hay por debajo.

En la temporada seca, puede descender el nivel freático de los acuíferos, reduciendo la presión en las cavidades llenas de agua y haciendo que colapsen sus costados.
Factor humano

Pero los cambios drásticos de la napa subterránea de Florida pueden provenir de otra fuente sorprendente. El clima templado y húmedo y el suelo fértil son ideales para la agricultura, y han hecho que esta región, junto a California, sea la cesta de la fruta de Estados Unidos.

Derechos de autor de la imagenGETTYImage caption

Un socavón en Clermont, cerca que Disney World.

Sus famosos naranjales y campos frutales se irrigan en parte con el agua subterránea del acuífero de Florida.

A diferencia del calor que dura todo el año en California, en los meses de invierno Florida puede ser fría y sus frutas, especialmente su vasta cosecha de fresas, suelen estropearse con las heladas.

Así que cuando el frío aprieta de forma súbita, los agricultores responden rociando intensamente los campos con el agua cálida subterránea.

Este agresivo bombeo del manto freático, sin embargo, puede hacer descender el nivel de los acuíferos repentinamente en decenas de metros. Cuando esto ha ocurrido en el pasado, ocurrieron varios colapsos.

No hay evidencias de que el uso de agua subterránea para la agricultura fuera el desencadenante del socavón mortal en Seffner.

Sin embargo, es un recordatorio de la creciente presión humana que se está ejerciendo sobre el sistema natural en el que se apoya Florida.

La tentación del sol atrae cada vez a más gente a este estado, y la expansión urbana está avanzando hacia tierras silvestres que ocultan trampas subterráneas. En el pasado, podrían haber pasado desapercibidas. Pero hoy no.

Pero eso, de alguna manera, la razón real del aumento del daño producido por socavones en Florida es el factor humano.

Iain StewartGeólogo, especial para BBC
http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/02/140203_ciencia_socavones_florida_np


Los imperios fantasmas de Mesopotamia

El presente artículo no es más que un resumen - necesariamente breve - de un libro sorprendente: "Die Sumerer gab es nicht" [Los sumerios nunca existieron] (Eichborn Verlag. Frankfurt/Main, 1988), del profesor y economista alemán Gunnar Heinsohn. Sorprendente por sencillo: escrito en un lenguaje sin tecnicismos abre un insospechado horizonte de que puede hacernos comprender por primera vez el pasado de nuestras civilizaciones.

Gunnar Heinsohn, nacido en 1943 en Gdynia, cursó estudios de filosofía, economía y sociología en Berlín y obtuvo el doctorado en 1973.

Desde 1984 trabaja en la Universidad de Bremen en Alemania. Sus investigaciones sobre la historia de economía monetaria y el origen de las religiones le condujeron al modelo histórico que expone en el citado libro y otras publicaciones posteriores.

Heinsohn, científico estricto, basa sus teorías sobre datos extraidos de las obras de arqueólogos y filólogos de reconocido prestigio y competencia indudable: todos los hechos que expone en su libro son de dominio común; lo novedoso es la interpretación que aporta este autor.




En el presente resumen se han debido suprimir, obviamente, las abundantes referencias y fuentes que cita Heinsohn; de todas formas el interesado lector no tendrá dificultad en comprobar los datos en enciclopedias especializadas o compendios que resuman la historia de Mesopotamia y Egipto, tal y como se enseña hasta hoy en las universidades.

I.- Imperios fantasmas

El estudio quiere demostrar que las épocas históricas de Oriente Próximo han sido duplicadas por los arqueólogos. Una misma civilización - la de los sumerios, por ejemplo - se ubica dos veces en la Historia, una vez en el lugar que le corresponde, a mitades del primer milenio a.C., y una segunda vez a principios del III milenio, sin base alguna. En otras palabras: existen unos imperios fantasmas unos 1.500 años antes del comienzo del desarrollo cultural que tanto admiramos en las civilizaciones mesopotámicas.

Nos ocuparemos aquí del período de tiempo transcurrido entre el fin de la Edad de Piedra y la época helenística, es decir de los tres milenios entre 3.000 a.C. y 300 a.C., según las fechas aceptados por los modernos historiadores.

En este lapso de tiempo solemos ubicar ocho épocas históricas:

1. Antiguos Sumerios
2. Acadios
3. Neosumerios
4. Amorritas
5. Casitas
6. Asirios
7. Neobabilónicos o Caldeos
8. Persas

Los historiadores clásicos y la Biblia, sin embargo, sólo mencionan cuatro épocas. Son las siguientes:

1. Antiguos caldeos
2. Asirios
3. Neocaldeos
4. Persas

Este libro quiere demostrar que el imperio amorrita no es otro que el persa trasladado al II milenio, que los neobabilónicos y los neosumerios forman una misma civilización, que los acadios son en realidad los integrantes de la cultura asiria, fechados erróneamente en el III milenio y que los Casitas y los Antiguos Sumerios forman juntos el pueblo que tradicionalmente se conoce bajo el nombre de Antiguos Caldeos. El esquema de duplicación sería el siguiente:
Antiguos sumerios 3000 a.C.

2350 a.C Antiguos Caldeos
1100 - 705 a.C.
Acadios 2200 a.C
Neosumerios 2000 a.C. Asirios
705 - 625 a.C.
Amorritas 1600 a.C.
Casitas 700 a.C. Neocaldeos
625 - 540 a.C.
Asirios 625 a.C.
Neobabilonios 539 a.C. Persas
540 - 331 a.C
Persas 331 a.C

¿Cómo se explica esta duplicación que nos viene confundiendo desde hace un siglo? Tiene su origen en que llevamos siglos entregados a una historiografía cuyo fin esencial no era otro al principio que el de corrobar la validez de la Biblia. La fecha clave es la de Abrahán, nacido según el texto bíblico alrededor de 2.100 antes de Jesucristo en la "ciudad Ur de los caldeos", que en aquel entonces ya debió de constituir un importante núcleo civilizatorio y cultural, al igual que Egipto, país que Abrahán visitó poco después. Era evidente, pues, para quien se fiara de la Biblia, que las culturas caldea y egipcia ya estaban en pleno auge durante el tercer milenio ante Cristo.

Cuando comenzaron las primeras excavaciones sistemáticas en Próximo Oriente, se descubrió que la estratigrafía de los yacimientos arqueológicos no permitía suponer que una civilización como la caldea o la asiria hubiese existido durante medio milenio. Como a nadie se le ocurrió discutir la datación bíblica de Abrahán, era preciso postular que éste vivía en un contexto cultural extremamente antiguo, diferente al de los caldeos o asirios, y tan remoto que los historiadores griegos no conservaban su memoria. Este postulado se cimentó con un error: se separaron los documentos cuneiformes según el idioma en el que fueron escritos y se asignaba a cada idioma una época correspondiente. Lo correcto hubiera sido aceptar la existencia simultánea de varias lenguas y dialectos...

Es un hecho que no conocemos ninguna excavación en la que se encuentren los ocho estratos correspondientes a las ocho épocas mencionadas arriba. Los pocos ejemplos de estratigrafía completa que figuran en los libros de Historia presentan capas tan finas que, según admiten los propios arqueólogos, no se pueden considerar válidos desde un punto de vista objetivo.

Nos encontramos con estratos que representan 25 o 50 años y que se interpretan como sedimentos de un lapso de tiempo que alcanza 100, 200 y hasta 500 años, todo ello porque la cultura hallada en el estrato inmediatamente inferior se fecha 'sin lugar a dudas' en el III milenio a.C.

Otro hecho es que todos los historiadores clásicos, como Estrabón por ejemplo, hacen mención de los famosos caldeos y de su alto nivel cultural. A pesar de estar tan bien documentados, los arqueólogos no han encontrado ni rastro de ellos. Se ignora hasta su lengua y de las 88 ciudades fortificadas, cuya existencia señala el rey asirio Sanherib, no se ha encontrado un sólo ladrillo.




II.- ¿La Biblia tiene razón?

Hemos visto que la impresionante edad de los imperios de Sumer y de Egipto se postuló tomando como base la Biblia, aceptado como el documento historiográfico más antiguo que poseemos. Contado las generaciones señaladas en la Biblia, se suele fechar a Moisés y el éxodo de los israelitas de Egipto aproximadamente a mitades del II milenio a.C. y a Abrahán unos 500 años antes. Como dijimos, la mención de Ur y de Egipto - ambos ya muy desarrollados - en 1. Moisés 11:26 y 12:10-19 es el punto clave para la datación de todas las culturas de Próximo Oriente y Egipto.

Sin embargo, los historiadores del siglo pasado también han consultado fuentes griegas o escritos en lengua griega. Para Egipto es fundamental la obra de Manetón, llamado Aegyptiaca, escrita para Tolomeo II (285 - 246 a.C.). Lamentablemente no existe ninguna copia del manuscrito original. Conocemos algunos fragmentos citados por el escritor judío Josefo Flavio (37 - 100 d.C.) en su libro "Contra Apión". Sabemos, sin embargo, que Josefo utilizaba un texto ya manipulado por copistas pro-judíos y anti-judíos. Uno de los problemas principales era la estancia de José en la corte del faraón y el éxodo; además se manipulaban sobre todo las dinastías antiguas para poder identificar al rey Mendes con Adán. Había una doble tendencia: los autores antijudíos querían aumentar la edad de su propio pueblo para superar la de colectivo judío, mientras que los judíos sentían la necesidad de crear un ambiente cultural para todas las generaciones entre Adán y Abrahán, dado que la Tierra no podía estar sin poblar.

No obstante, también nos han llegado datos que no coinciden con la cronología establecida por la Biblia. Herodoto (484 - 425 a.C.), que escribe antes de que se canonizara la Biblia, asigna al faraón Keops, constructor de la famosa pirámide homónima, una época posterior a Rampsinitos (Historias III, 124). Rampsinitos se identifica hoy día con Ramsés III y se fecha entre 1.200 y 1.100 a.C. mientras que a Keops se le reserva el siglo entre 2.600 y 2.500 a.C. Es muy probable que Herodoto tenía razón, ya que menciona expresamente que la pirámide se construyó con ayuda de útiles de hierro. Efectivamente es inexplicable cómo los egipcios lograron trabajar los bloques de granito, basalto, diorita y cuarzo - todos ellos minerales extremamente duros - sin la ayuda de este metal, supuestamente desconocido en el III milenio.

Otros fragmentos de Manetón se citaban en la obra de Julio Africano, el primer historiador cristiano, localizado en el siglo III, que está perdida hoy prácticamente en su totalidad. La tercera fuente la constituye el libro de Eusebio (269 - 340), obispo de Cesarea en Palestina. Tampoco se ha conservado el original, pero sí una traducción latina redactada por Jerónimo (345 - 419). La ambición historiográfica de estos autores, sin embargo, se reduce a la elaboración de una historia mundial que debía incluir la historia particular de los israelitas, canonizada ya desde hace medio milenio en forma de la Biblia. Como vemos, no se puede decir que Eusebio o Josefo Flavio nos transmitan las dinastías que figuraban en la obra original de Manetón, sino que utilizaban estas dinastías para corroborar la historia dictada por la tradición judía y enriquecerla.

No es distinto el caso del historiador Beroso, nuestra fuente principal para la historia de Mesopotamia. Escribe su obra para el rey seleúcida Antioquio I Soter (281 - 261 a.C.) y aunque no menciona ningún imperio 'sumerio', sí establece una lista de reyes y dinastías bastante antiguas. Por desgracia, tampoco se conoce esta obra, que sólo se ha conservado en fragmentos citados por Josefo, Eusebio y otros autores judíos o cristianos.

De todo ello resulta que la personalidad de Abrahán determina toda nuestra historiografía. Si pudiéramos estar seguros de que la fecha dada por la Biblia coincide más o menos con la realidad, no nos preocuparía tanto la dudosa transmisión de los textos de Manetón y Beroso. Ahora bien, desde que Julius Wellhausen publicó en 1878 su "Historia de Israel", ha quedado claro que la redacción de los textos más antiguos de la Biblia - los de la llamada tradición yahvista - no se remontan más allá del siglo IX a.C. En el mismo libro, Wellhausen no sólo demuestra que la tradición israelita utiliza el ambiente contemporáneo para describir un paisaje mil años más antiguo, sino también que los personajes de Abrahán y sus hijos no se pueden considerar personas reales.

Mientras que ésta última idea tardó en calar, sí se aceptó muy pronto la tardía elaboración de la Biblia, que fue acercaca aún más a nuestros días, de tal forma de que hoy nadie duda de que la materia bíblica es un producto del siglo VI a.C. Los historiadores actuales ya tampoco defienden la autenticidad histórica de Abrahán. Algunos científicos modernos sostienen incluso que las figuras de Abrahán, Isaac, Jacobo etc. representan a antiguos dioses que posiblemente se veneraban en forma de árboles santos, rocas y pozos, siendo el más antiguo el concepto de Isaac, que sólo mucho más tarde se hizo preceder por su 'padre' Abrahán... En conjunto, hoy día se acepta generalmente que la historicidad de estos Patriarcas no se puede verificar.

Ahora bien ¿cómo y por qué inventa la tradición judía un antepasado lejano al que ubicar en un tiempo tan remoto? Weidmann (1968) explica que durante el exilio, el colectivo judío sentía la necesidad de crear un pacto más antiguo con Yahvé, ya que la Alianza de Moisés, a quien le fue anunciada la Tierra Prometida, se había roto por culpa de los pecados del pueblo... al menos así lo hizo pensar el hecho de haber sido exiliados.

Para mantener la fe en que existía un derecho sobre esta tierra era necesario inventar otra Alianza, mucho más antigua, mediante la cual Yahvé habría prometido a 'su' pueblo la tierra de Palestina sin exigir nada a cambio. Por este motivo político se creó la figura de Abrahán, precesor de Moisés. Sabemos incluso que la fecha bíblica de éste último no es histórica, aparte de que originalmente la leyenda de Moisés y la del éxodo no estaban relacionadas entre sí. Después de haber sido combinadas, se fecharon recurriendo por motivos religiosos a un período de 480 años.

Éste fue el lapso de tiempo transcurrido entre la construcción de un Templo atribuido a Salomón y la restauración del mismo templo en el año 512 a.C. Ahora se ubicó el éxodo - y con ello Moisés - otros 480 años antes de la famosa construcción del Templo (1 Reyes, 6:1). Para fechar Abrahán, se utiliza de nuevo un período de tiempo similar, situándo al patriarca 430 años del éxodo.

A nuestro juicio, la creación de la leyenda del éxodo de debería fechar en el siglo 7 a.C., época en la que los asirios - y junto con ellos, los israelitas, súbditos y colonos del imperio asirio - fueron expulsados de Egipto. Una parte del pueblo que permaneció en el país fue esclavizada y trató de huir después, hecho que refleja la leyenda del éxodo. En todo caso, esta tradición no se puede aceptar como eje de una cronología segura.

III.- Una cronología sin base

Cuando se difundió la noticia de que las fecha bíblicas de los patriarcas no son válidas para establecer una historiografía seria, los egiptólogos y asiriólogos hubieran debido comunicarse que ya no existía ninguna base para suponer la existencia de un pueblo altamente civilizado a principios del III milenio. Una revisión total de todas las fechas debería haber sido la lógica consecuencia inmediata. No ocurrió: una vez demostrada por Wellhausen la escasa fiabilidad de la Biblia en asuntos históricos, los asiriólogos tardaron otros cien años en tachar de sus libros al mítico Abrahán.

Al hacerlo no cayeron en la cuenta de que deberían haber tachado a la vez toda la cronología derivada de esta figura. Se dio la paradoja de que los judíos habían hecho remontar su religión hasta el tercer milenio para competir con otras religiones de igual antigüedad, mientras que ahora los arqueólogos, sin considerarse fundamentalistas, demostraron que la cultura mesopotámica era aún más antigua, y todo ello basándose precisamente en la Biblia.

En 1 Moisés 14:1 se menciona un cierto rey Amrafel de Senaar, que más tarde fue identificado con Hamurabi (cuya famosa estela con el código de leyes no se encontró en un estrato que pudiera justificar la antigüedad que se le atribuye). Y desde entonces, Hamurabi sirve de base y eje para toda la cronología de Oriente Próximo. Actualmente se vuelve a rechazar su identificación con Amrafel... sin embargo, la fecha obtenida por la ecuación se sigue aceptando como punto clave de la Historia.

Para mantener esta validez se comete un grave error metódico: Por una parte se asignan determinadas dinastías, cuya existencia es referida por antiguos documentos, a estratos en los que no se han hallado vestigios que pudieran corroborarlas. Peor aún, se ubican algunas dinastías en tiempos que aparentemente no han dejado estrato alguno. Es decir, los arqueólogos tensan la cinta del tiempo transcurrido mucho más allá de lo que permite el grosor de las capas de la estratigrafía.

Vemos que los arqueólogos modernos repiten los mismos trucos que los historiadores judíos y cristianos cuando utilizaron las listas de Manetón y Beroso. Para cubrir más tiempo forman una secuencia cronológica de varias dinastías que en realidad eran contemporáneas. Es un hecho conocido que en las listas atribuidas a Manetón se encuentran manipulaciones de este tipo. El resultado equivale a una hipotética enumeración en orden cronológico de los soberanos de León, Asturias, Castilla y Aragón, todos ellos reyes hispanos... pero que vivían simultáneamente.

Para Egipto se ha desarrollado otro método de datación, independiente de la tradición israelita. Debemos poner a prueba su validez. Se trata del llamado Período de Sotis.

IV.- El Año de Sotis (Egipto)

Los científicos parten de la base siguiente: En Egipto había dos calendarios; uno que contaba unos años de 365 días y otro que se atenía a los fenómenos de la naturaleza. Es evidente que los dos calendarios debían diferir cada vez más, ya que la falta de años bisiestos hizo avanzar las fechas sobre el tiempo real. Si en un momento dado el día de Año Nuevo - que se celebraba el primer día del mes de Thot - coincidía con un fenómeno astronómico determinado, evidentemente debía caer un día antes de tal fenómeno al cabo de cuatro años (el año solar real dura 365¼ días). Al cabo de diez años, la diferencia era de dos días y medio, un siglo más tarde ya alcanzaba un mes, y después de 1.460 años, las fechas volverían a coincidir, después de que el Primero de Thot hubiese recorrido todas las estaciones del año.




Los arqueólogos afirman que este período de diferencia entre los dos (hipotéticos) calendarios se aprendía a calcular fijando como fenómeno astronómico de referencia el día en el que la estrella Sirio aparece por primera vez sobre el horizonte, después de haber estado invisible durante parte del año. El momento en el que Sirio sale de esta manera, casi simultáneo con el sol, y coincidiendo además con el Año Nuevo del calendario civil, se habría fijado como fin de un Período de Sotis, e inicio de uno nuevo. Conocemos una de estas fechas clave, ocurrida en el año 138 d.C. De ahí que es posible calcular la antigüedad de cualquier documento que ofrece a la vez la fecha del calendario civil y una referencia al año de Sotis.

Los egiptólogos creen poseer seis documentos que justifican esta hipótesis y permiten tal cálculo. Son los siguientes:

1. El escritor Teón (379 - 395) dice que en el año 26 d.C. se terminó un período de Menofres.
2. El escritor Censorinos - en 239 d.C. - afirma que 100 años antes se había terminado un Gran Año.
3. El decreto de Canopo es una orden que pretende reformar el calendario y fijar la fecha de Año Nuevo. Se elige para ello el momento de la aparición de la estrella Sotis.
4. La información de Elefantina dice que el día 28 del mes Epifi del año civil se celebró la fiesta de la aparición de Sopdet.
5. El papiro de Ebers ofrece una fecha de un calendario que tiene 365 días.
6. El papiro de Ilahun señala que la aparición de Sopdet (Sotis) cae en el día 16 del cuarto mes.

¿Tienen estos documentos el valor que se les suele atribuir?

En primer lugar hay que dejar claro que no existe ninguna razón en concreto para pensar que los egipcios conociesen un tal período de Sotis o que calcularan las fechas de sus fiestas por este calendario meramente hipotético. Se trata de una teoría elaborada por los arqueólogos para hallar un sistema que apoyara la cronología aceptada, basada - como hemos visto - en la Biblia. Veamos los seis documentos que prometen ser la única prueba de un Egipto de gran antigüedad:

1.- Teón no dice nada más que el año 26 d.C. finalizó un período de Menofres. Hay una marginalia de mano desconocida que añade: "Desde Menofres y el fin de la era de Augusto [corresponde a 284 d.C.] son 1605 años". Dado que no sabemos qué significa Menofres, un término que no se encuentra en otros documentos, no tenemos base alguna para relacionar este período con una supuesta observación del Sirio
.
2.- Censorino habla del Gran Año que se habría terminado en 138/139 d.C. No obstante, ya en el siglo pasado se calculó que una apocatástasis - así se llama el orto helíaco de Sirio, o sea su salida simultánea con el sol, en el momento de su primera aparición en el año - no puede haber tenido lugar en estas fechas. Además, si se hubiese dado, probablemente nos habría sido transmitido por el gran astrónomo Claudio Tolomeo de Alexandria (100 - 170 d.C.) que debería haberla observado.

3.- El decreto de Canopo es un documento trilingüe del siglo III a.C. que nos habla de un tiempo en el que se le añadieron 5 días al año de 360 días. Expone que ahora Isis - el planeta Venus y la diosa cuyo día se celebraba como principio del año civil - cambia su posición un día cada cuatro años, por lo cual se considera oportuno intercalar en el calendario un día cada cuatro días (con ello se introducen los días bisiestos y se forma una calendario 'juliano' dos siglos antes de Julio César). Para tener un punto de referencia, el decreto propone la fecha de reaparición anual de la estrella Sotis.

En los textos egipcios (jeroglífico y demótico, redactados ambos a partir del original griego) se traduce Sotis con Sopdet, mientras que se omite el nombre del planeta Venus, al que sólo se hace referencia como "el luminoso". Esto les parecía suficiente razón a los egiptólogos para olvidarse dela fecha de Isis y postular un período de Sotis que no aparece de forma alguna en el documento original. Es más, el texto habla de un calendario primitivo de 360 días. Si este se empleaba realmente, ya no tenemos base alguna para calcular concordancias exactas entre el año civil y fenómenos astronómicos o naturales como la aparición de Sirio o la crecida anual del Nilo, dado que en este caso todas las fechas no se movían un mes por siglo sino... ¡dieciseis meses!

El científico Immanuel Velikovsky - cuyas obras han sido rechazadas por los arqueólogos de orientación tradicional - demostró que en las traducciones egipcias del decreto de Canopo, el nombre de Sopdet también designa al astro que en otra ocasión es llamado "el luminoso". Lo más lógico es pensar que la estrella en cuestión es simplemente Venus, identificada con la diosa Isis. El decreto determinaría en este caso que la fiesta de Año Nuevo se celebrara el día de la reaparición de Venus, fenómeno que gracias a los años bisiestos caería a partir de ahora siempre en primer día de Thot. Es más, recientemente se ha puesto seriamente en duda la identificación de Sotis con Sirio. Posiblemente el nombre de Sotis no es más que una variante de Hator, diosa identificada con Isis, o sea Venus.

4.- El documento de Elefantine hace mención al faraón Tutmose III, pero no debemos olvidar que este monarca fue acomodado en el año 1464 a.C. a raíz de esta información: estamos ante una pescadilla que se muerde la cola y no ofrece un referencia fiable.

5.- El papiro de Ebers describe un año de 360 días que además no comienza con el primero de Thot. Evidentemente no ha existido ningún calendario formal que se haya utilizado sin cambios durante más de 1460 años y que nos pudiera servir de regla inamovible.

6.- El papiro de Iluhan sí señala la fecha de la aparición de Sopdet, pero no revela el nombre del faraón que reinaba en este momento. Se suele fechar en el año 1872 a.C. bajo el reinado de Sesostris III, a base de la comparación de grafismos, pero esta conjetura es todo menos convincente. Como base para la cronología de Egipto, este documento no nos puede servir.

Como conclusión, todo el sistema de datación basado en el período de Sotis se debe rechazar, postura que hoy día ya es adoptada por varios egiptólogos de renombre.

Conviene dejar claro que toda la cronología de la Grecia Antigua - anterior a la época clásica - y por extensión la de la Europa prehistórica está basada en comparaciones con la cultura egipcia y en hallazgos de objetos y mercancías de indudable origen egipcio y mesopotámico. Es decir, también nuestra propia cronología europea se tambalea.

V.- Los enigmas de Mesopotamia

Los problemas de la estratigrafía de la antigua Mesopotamia son múltiples. Faltan, sin ir más lejos, los sedimentos en los que deberíamos buscar los vestigios de los medos y los persas. No se hallan apenas documentos escritos que arrojen luz sobre los caldeos - hoy llamados neobabilonios - aunque los historiadores griegos describen este pueblo como altamente civilizado y muy dado al comercio. El suelo carece asimismo de estratos que se puedan atribuir a los acadios, y en los lugares donde sí los ofrece, no se puede detectar capas que puedan corresponder a los asirios. Lo más curioso de todo es que los hallazgos mejor conservados se atribuyen a la época entre 2100 y 1700 a.C., aunque no hace falta excavar mucho para dar con los yacimientos: se encuentran casi a ras del suelo.

También llama la atención el hecho de que la Historia de China y de América Latina se suele iniciar aproximadamente a mitades del II milenio como muy temprano. No es éste el lugar para tratar de regiones cuya cronología no depende de la Biblia. Un estudio comparativo, sin embargo, podría ayudar a aclarar más la historia de Próximo Oriente.

Señalaremos algunos enigmas o curiosas coincidencias en cada una de las ocho épocas convencionales:

1. - Hasta 3000 a.C. : Neolítico

No se conoce la identidad de los pobladores neolíticos de Mesopotamia y se ignora si persisten luego bajo el dominio de la civilización que pronto se impondrá en la región o si incluso ellos mismos la generan. Todavía no hay templos ni sacerdotes. No se sabe por qué se comenzó a fraguar una sociedad en la que el oficio más destacado era el de sacerdote.




2.- Alrededor de 3000 a.C. : Catástrofe

Los sedimentos atestiguan que una catástrofe tiene lugar. Análisis de polen han demostrado que el clima sufre un cambio. Las causas se ignoran. Las tradiciones conservadas por los documentos cuneiformes hablan de una inundación catastrófica causas por la diosa Inanna, identificada con Venus.

3.- A partir de 3000 a.C. aprox.: Antiguos Sumerios

Aquí comienza la primera civilización propiamente dicha. Se encuentran templos y estatuillas de Inanna-Venus y se relaciona esta época con el rey Gilgamesh que fortificó la ciudad de Uruk. Sin embargo, los historiógrafos griegos no conservan memoria alguna de esta época: ellos conocen al pueblo habitante de Mesopotamia como Kasdim, Caldu o Caldeos.

En las excavaciones realizadas en Uruk - la plaza más importante de toda Mesopotamia - , los estratos sumerios del III milenio se hallan a menudo directamente debajo de los sedimentos de la época neobabilónica o caldea, perteneneciente al I milenio.

Las suntuosas tumbas reales de Ur, que probablemente forman parte de esta época - aunque su estratigrafía es dudosa - sólo se pueden comparar con las sepulturas de los reyes escitas, que aparecen 2.000 años más tarde. Es curioso que en la siguiente época, la de los acadios, se manifiesta un pueblo intruso, llamado Quti o Guteos, cuyos rasgos más característicos evocan a los escitas.

En la ultima fase de los sumerios, alrededor de 2400 a.C. se encuentra un puñal con mango de bronce, cuya hoja de hierro - hierra de minas, no de meteoritas - no encaja en absoluto en su tiempo, dado que la Edad de Hierro no comienza hasta 1200 a.C. aproximadamente.

Sorprende también la alta tecnología de los carros de combate, tanto de dos como de cuatro ruedas. Porque en la época siguiente, la de los acadios, este vehículo desaparecerá por completo y sólo se conservará ocasionalmente en representaciones de algunas deidades. Sin embargo, no tiene lugar una decadencia general porque en otros aspectos de la vida habrá un gran avance tecnológico. Pero el carro de combate no se vuelve a utilizar hasta la época de los amorritas alrededor de 2000 a.C.

Respecto a la cerámica hay dataciones muy arbitrarias. Para citar un ejemplo: la así llamada cerámica de Halaf, encontrada en los fundamentos de un palacio de la Edad de Hierro, se debería haber fechado como muy temprano a finales del II milenio. Sin embargo, se fechó gracias a comparaciones con otra cerámica similar hallada en Arpachiya que, a su vez, se pudo relacionar con otra, obviamente más reciente que fue encontrada en estratos sumerios y fechada 'sin duda' en el III milenio. Con ello, la cerámica de Halaf se acomoda entre el IV y el V milenio, mientras que su estratigrafía no deja lugar a dudas de que se trata de un producto de finales del II milenio.

4.- A partir de 2350 a.C.: Los Acadios

Alrededor de 2350, el rey Sargón de Acad conquista el sur de Mesopotamia y funda el primer gran imperio de la humanidad. Es extraño que en ningún yacimiento se haya conseguido detectar una estratigrafía convincente que permitiese localizar el imperio acadio. Los monumentos atribuidos a esta cultura se suelen hallar directamente bajo la superficie, lo que que debería descartar la posibilidad de fecharlos en el III milenio. Las capas inmediatamente superiores se suelen asignar al reino de los Mitanni, lo que supone un lapso de mil años sin sedimento alguno.

Toda información sobre el imperio acadio nos viene de tablillas de arcilla producidas después de 700 a.C. Se postula que se trata de copias, hechas a partir de originales casi dos mil años más antiguos y perdidos en su totalidad. Es además improbable que los originales se puedan hallar jamás, ya que el suelo carece incluso de los estratos en los que habría que buscarlos.

No se ha encontrado la impresionante capital fundada por Sargón, ni tampoco rastro alguno de la red de carreteras - atestiguada por documentos del I milenio - que debería haber alcanzado una extensión de un total de 7.000 kilómetros, niveladas metro por metro con ayuda de instrumentos de metal, sorprendentemente afilados para esta época. Por lo demás es enigmático para qué podían servir estas carreteras si se había perdido el uso de carros de combate, tal y como explicamos arriba.

Sargón saqueó Babilonia y se declaró rey de esta ciudad. Esta información hoy no se da por válidad ya que en la época de los acadios no pudo existir aún una Babilonia digna de ser saqueada. Tampoco se suele dar crédito a los documentos que afirman que Sargón pretendió superar la suntuosidad de Babilonia fundando una nueva capital. En conjunto se descarta la idea de que en el siglo 23 a.C. Babilonia pudiera haber sido algo similar a una metrópoli.

Sargón inició una guerra contra un imperio difícilmente localizable, con el nombre de Subartu, que tal vez se ubicaba en Anatolia. Allí existe un poderoso reino del mismo nombre (Sparda = Lidia)... pero en el I milenio.

Sargón y su nieto Naram-Sin se proclaman vencedor y ocupante de Magan y Meluha, nombres que en el I milenio (época en el que fueron redactados los documentos que nos transmiten estas hazañas) siempre se refieren a Egipto y Etiopía. Se descarta la idea de que en el III milenio a.C. un rey mesopotámico pudiera haber sometido Egipto. Pero este país fue efectivamente vencido por Sargón de Asiria (721 - 705 a.C.) y conquistado por su nieto Asarhadón. A causa de la imposibilidad de suponer tales victorias en el III milenio, se han hecho intentos de relacionar los términos Magan y Meluha con otras regiones, sin que se haya encontrado ninguna solución satisfactoria.

Un caso parecido es el del comercio de Acad con Dilmun, antiguo nombre de la India. Como no se cree que pueda haber relaciones comerciales de envergadura en el III milenio, se intenta en vano ubicar a Dilmun en alguna otra parte. Exactamente igual es el caso de Captara, que no puede referirse a otro lugar que Creta.

La ciudad de Ebla en Siria, vencida por Sargón y Naram-Sin, contiene un archivo en escritura cuneiforme escrito en el dialecto fenicio-hebreo del I milenio a.C. Al fechar los textos entre 2400 y 2250 surgen muchos problemas; la aparición del nombre divino Yahvé es sólo uno de ellos.

Causan asombro un puñal de hierro, el parasol como insignia real, que se repite unos 1.500 años más tarde entre los asirios, y el inven to de espadas de bronce en forma de hoz que sólo unos 800 años más tarde vuelven a aparecer en Egipto, relacionadas allí con la invasión de los hiksos.

La comparación con la cultura acadia ha servido también para fechar la civilización del valle del Indo, cuando la estratigrafía de las antiguas ciudades de Harappa y Mohenyo-Daro contradice la supuesta antigüedad: los sedimentos del siglo VII a.C. cubren directamente las capas asignadas al III milenio.

5 - A partir de 2112 a.C. : Los Neosumerios

En las excavaciones de Uruk se confunden los estratos de la época neosumeria con los de la cultura neobabilónica, dado que faltan las capas correspondientes a los acadios, que deberían separar las dos civilizaciones.

Los estilos artísticos y las plantas de los templos neosumerios forman una unidad con aquéllos de la época neobabilónica que se inicia - teóricamente - unos 1.500 años más tarde.




Sorprenden los múltiples documentos que atestiguan toda forma de negocios monetarios, incluido créditos, intereses, cambio, bancos etc. mientras que en el imperio neobabilónico, que debe de haber desarrollado una cultura muy mercantil, no se encuentren dichas características, aunque por entonces la economía monetaria ya estaría ampliamente difundida. En las leyes del rey neosumerio Ur-Nammu, en cambio, se mencionan incluso monedas... unos 1.400 años antes de la fecha en la que se suele ubicar el invento de la moneda.

El rey Shulgi entreprende tres campañas contra los hurritas, pueblo de origen desconocido. Toda la información acerca de los hurritas la debemos a documentos acadios. Conocemos nombres propios, topónimos y fórmulas religiosas de los hurritas pero ignoramos su lengua. Sólo el idioma de los urarteos, que aparece unos 400 años más tarde, ofrece ciertas semejanzas. El nombre del dios principal, Tesheba, es el mismo. Se da el caso de que a los hurritas les faltan los vestigios arqueológicos mientras que los urarteos carecen de documentos históricos.

Existen paralelas sorprendentes entre la vida del último rey neosumerio Ibbi-Sin y la del último monarca neobabilonio Nabonid, que vive unos 1.500 años más tarde. En los dos casos, el rey tiene que enfrentarse a un antirregente durante la última década de su reinado, huye para buscar refugio en una fortaleza, pierde su capital sin que fuera destruida y no es ejecutado sino exiliado a una tierra en Persia.

Se mencionan los habirus, que evidentemente se deben identificar con los hebreos. Aunque resulta insólita la presencia de este pueblo en la Mesopotamia del III milenio, se busca en vano otra solución.

6.- A partir de 2000/1900 a.C.: Los Amorritas

Las ruinas de la ciudad de Mari están muy bien conservadas. Según los arqueólogos, la villa se dejó de habitar de manera definitiva alrededor de 1700 a.C., pero se sigue mencionando en algunos documentos después de esta fecha.

El gran rey Hamurabi pretente haber conquistado las regiones de Hana y Subartu, que hasta hoy no se han podido ubicar de manera convincente. Unos 1.300 años más tarde, los persas extienden su imperio hasta Yauna y Sparda (Jonia y Lidia). El rey persa Ciro el Grande habla en una ocasión de reyes amorritas que lo reconocen como monarca, aunque los amorritas dejaron de existir - teóricamente - un milenio antes.

El idioma acadio de la época amorrita es casi imposible de distinguir del acadio de la época neobabilónica, aunque los dos dialectos deberían estar separados por un lapso de 1.500 años. Hamurabi y el rey persa Darío I se sirven de frases y fórmulas idénticas.

Se mencionan minas de hierro unos 600 años antes de iniciarse la Edad de Hierro. Por otra parte es evidente que se utilizaba el hierro para elaborar las esculturas de diorita y otros minerales semejantes de gran dureza.

Sorprende que en la época amorrita se encuentran referencias a monedas, a un sistema de solfeo escrito, se conoce el teorema de Pitágoras, se mencionan grupos arios extendidos en todo el territorio de Oriente Próximo, se halla una estatuilla de un guerrero con un típico gorro persa...

La epopeya de Gilgamesh se conoce en varias variantes; la más antigua, que corresponde a la época amorrita, ofrece un estilo más fluido y mejor trabajado mientras que una versión tardía del siglo VII a.C. en lengua asiria tiene giros arcaicos y es mucho menos refinada y menos rica.

Otro enigma es la ciudad de Eridu que se concibe como la ciudad más antigua de Mesopotamia y su centro religioso más importante. Su estratigrafía es la mejor conservada de todas las que conocemos. Resulta que toda actividad constructora cesó en tiempo de los amorritas, a inicios del II milenio. Sorprende entonces que los reyes asirios Sargón y Senáquerib - ubicados en el siglo VIII - describen Eridu como una importante plaza fuerte, papel que sigue desempeñando - a tenor de los documentos - aún en épocas de Nabucodonosor y Darío. Eridu aparece como un gran emporio comercial todavía en tiempos helenísticos. Los comerciantes ¿vivían en medio de ruinas?

7.- A partir de 1750 a.C. : Los Casitas

No conocemos la lengua ni el origen de los casitas. Los documentos cuneiformes de su tiempo se sirven del acadio y de sumerio, cuando éste último idioma debería haber sido ya una lengua muerta en esta época.

El período casita se extiende sobre más de medio milenio. La estratigrafía existente no puede corroborar un lapso de tiempo de tal envergadura.

En el ocaso de los casitas juegan un papel importante los elamitas. Este pueblo vuelve a mencionarse cuando Sargón de Asur derrota al rey neobabilonio Marduk-apla-iddina (Merodeh-Baladán), cuyo nombre coincide exactamente con el del último gran rey casita.

8.- A partir de 1157: Época oscura

Las así llamadas dinastías IV-VIII no se han podido corroborar ni por monumentos arqueológicos ni por documentos de su propia época. Es sorprendente que las innovaciones del rey Nabonasar (746 - 734 a.C.) ya se han dado 1.500 años antes bajo el reinado de Urucágina, cuya vida ofrece varias paralelas a la de Nabonasar.

9.- A partir de 705 a.C. : Los Asirios

De las 88 ciudades fortificadas de los caldeos que menciona el rey asirio Senáquerib (705 - 681 a.C.) no se ha detectado un sólo ladrillo. Sin embargo, en la misma región se han excavado las ciudades de los neosumerios, cuya existencia era aparentemente ignorada por los historiadores clásicos. Es extraño que estas plazas lleven frecuentemente los mismos nombres que las poblaciones caldeas milenio y medio más tarde.

Tampoco se ha encontrado una sola tablilla que permitiera averiguar el idioma y la escritura de los caldeos.




Tiglatpileser III y Sargón de Asur derrotan al rey neobabilonio Merodeh-Baladán. Sin embargo, no han dejado testimonio escrito de su victoria mientras que sí nos ha llegado un relato de la derrota por parte del monarca vencido. Nos acordamos de que se dio el caso contrario cuando Sargón de Acad venció a rey sumerio Lugalzagesi. Coinciden además el nombre del lugar de la batalla (Dur) y el detalle de que el adversario de Sargón tarda en acudir a la lucha. También se solapan numerosos rasgos de la vida de Sargón de Acad y de Sargón de Asur. Lo mismo cabe afirmar de sus hijos.

La estratigrafía de muchos yacimientos asirios es preocupante: falta todo sedimento que atestigüe la existencia del gran imperio asirio, de la época de los medos y de la de los persas. Debajo de los estratos helenísticos se ubican los del reino Mitani (siglo XIII - XIV a.C) y debajo de éstos, capas del tiempo acadio (siglo XXV). Nos encontramos frente a dos intervalos, de mil años cada uno, que no han dejado estrato alguno.

10 .- A partir de 625 a.C.: Neobabilonios o Caldeos

Basta aquí con recordar las múltiples coincidencias entre neobabilonios y neosumerios, descritos en el apartado 5.

11.- A partir de 540 a.C.: Los Persas

Dado que Mesopotamia es la provincia más rica de todo el imperio persa y la residencia principal de sus soberanos, no deja de sorprender que no se hayan encontrado inscripciones cuneiformes de esta época, mientras que incluso en la propia Persia hallamos inscripciones en lengua acadia, redactadas por orden del rey Darío I.

Tanto Darío como las fuentes griegas y hebreas atestiguan que este rey fue el primero en colocar estelas que ofrecían un resumen del código de leyes. Esta información sería incorrecta, al tenor de uno de los hallazgos más famosos de Mesopotamia: la estela de Hamurabi, elaborada según los arqueólogos a inicios del II milenio. Además, no se han encontrado las estelas que mandó colocar Darío. Llama la atención que la estela de Hamurabi fue descubierta en Susa, es decir en Persia, y casi a ras del suelo.

Resulta particularmente extraño que no se conocen vestigios de construcciones persas en Mesopotamia. Parece como si este pueblo altamente civilizado no se hubiera dignado de vivir en ciudades fortificadas.

En la región de Irán tampoco faltan extraños espacios vácuos en las estratigrafías. Los hallazgos mejor conservados se fechan entre 3500 y 2200 a.C., una época que nunca fue descrita por los historiadores clásicos. Éstos concentran su atención en la mitad del I milenio... cuando no hay monumentos arqueológicos dignos de este nombre entre 2200 a.C. y el siglo VIII a.C.

12.- A partir de 330 a.C.: Los Seleúcidas

Sorprende que en época de los seleúcidas se escriba todavía en sumerio, teóricamente una lengua muerta por espacio de ya 1.700 años. En un texto del tiempo seleúcida se les define a los griegos como 'haneos', aunque el reino de Hana, sometido por Hamurabi, supuestamente dejó de existir milenio y medio antes.

13.- A partir de 250 a.C.: Los Partos

Aquí se terminan los problemas más graves, ya que se encuentran tanto monumentos arqueológicos como documentos históricos. Sólo extraña que aún se siga escribiendo en sumerio y que se encuentren objetos artísticos cuyo estilo recuerda el sumerio.

VI.- La secuencia correcta

Hemos visto que la arqueología de Oriente Próximo se ha construido alrededor del eje central de una figura bíblica: Abrahán. Sabemos también que los primeros arqueólogos que iniciaron las excavaciones en Mesopotamia - sobre todo en Ur - no tuvieron otra meta que la de encontrar la cultura en cuyo seno nació Abrahán. Al buscar un estrato correspondiente a su tiempo hubo que descartar las capas representantes de las ocupaciones griegas y persas porque eran muy recientes, y la de los asirios por ser de una índole diferente, que no encajaba con la descripción bíblica.

Los estratos de los antiguos caldeos - hoy llamados sumerios - se eliminarion por el carácter primitivo de los hallazgos. Sólo quedaron, entonces, los sedimentos del tiempo neocaldeo que pertenecían en realidad a la época del rey Nabucodonosor (siglo VI y VII a.C). En lugar de utilizar los vestigios encontrados para arrojar luz sobre la cultura caldea, se fabricó una civilización nueva que se acomodó en el III milenio y se marcó con el nombre de 'neosumeria'. Este paso arrastró tras de si toda una serie de consecuencias - ineludibles, por otra parte - que terminaron complicando la arqueología de tal modo que hoy los enigmas de Mesopotamia superan con mucho sus aspectos lógicos.

La duplicación de los neocaldeos y su transferencia al III milenio exigió ubicar los hallazgos correspondientes a la cultura asiria en una época inmediatamente anterior, donde fueron asignados al reino de "Acad". Ahora bien, los asirios nos han transmitido información sobre las dinastías que les precedieron. Estos reciben el nombre de Casitas cuando se fechan correctamente - en realidad se trata simplemente de los antiguos caldeos - y se publican bajo el término de "antiguos sumerios" cuando son obviamente anteriores al reino fantasma de Acad.

Los persas sufren el mismo proceso: la cultura de los neocaldeos termina con la invasión persa, pero como hemos trasladado a los neocaldeos al III milenio, no nos queda más remedio que proyectar la civilización persa al II milenio, donde les damos el nombre de cultura amorrita o antigua Babilonia.

La secuencia correcta, tal y como fue referida por los historiadores de la Antigüedad, es la siguiente:

1.- Fin del Neolítico alrededor de 1050 a.C.

2.- Una o varias catástrofes causadas por agentes cósmicos
A raíz de los cambios producidos, y para evitar nuevas desgracias, se instaura una cultura teócrata. Se erigieron templos con el fin de reconciliar a la humanidad con las supuestas deidades enfurecidas.

3.- y 7.- A partir de 1050 (aprox.) Los Antiguos Caldeos
En esta época se realiza el invento de la escritura cuneiforme. La lengua desconocida de los casitas es simplemente el sumerio, que de hecho fue utilizado por esta cultura (aunque hay algunos textos casitas tardíos en acadio, que ya pertenecen al tiempo persa). Alrededor del año 740 a.C. tiene lugar una revolución, la de Nabucodonosor-Urucagina, que acaba con la teocracia.

4.- y 9.- A partir de 705 a.C.: Los Asirios
El rey Sargón conquista el imperio de los antiguos caldeos. Todos los avances tecnológicos que atribuimos a los acadios pertenecen a los asirios. Se escribe una lengua semita. Las diferencias entre el 'acadio' y el 'asirio' se explican por el simple hecho de que el acadio es una lengua vernacular del imperio asirio mientras que la grafía del asirio se condiciona por su utilización en las inscripciones. Los soberanos asirios conquistan Egipto y mantienen relaciones comerciales con Creta y la India.

5.- y 10 .- A partir de 625 a.C.: Los Neocaldeos
Este imperio, hoy prácticamente desconocido por la supuesta falta de documentos escritos, está muy bien documentado por unas 300.000 tablillas de arcilla, que hoy se atribuyen a los 'neosumerios'. No ignoramos la lengua caldea: no es otra que el 'sumerio'. La civilización de los caldeos, en definitiva, no se ha perdido.

6.- y 11.- A partir de 540 a.C. Los Persas
Sería imposible pensar que los persas no hayan dejado ninguna constancia arqueológica de su dominio sobre Mesopotamia. Desde luego que la dejaron... pero los múltiples hallazgos fueron asignados a un misterioso reino amorrita. No faltan tampoco ciudades ni palacios persas. La estela con el código de Hamurabi es la misma que menciona Darío I, ya que los dos reyes son idénticos. Lo mismo vale para sus hazañas guerreras.

12.- A partir de 330 a.C. Los Seleúcidas
No puede extrañar que todavía se siga utilizando el idioma 'sumerio' ya que no se trata de una lengua muerta sino perfectamente viva, vehículo de comunicación de los caldeos que acaban de ser sometidos por los seleúcidas.

13.- A partir de 250 a.C. Los Partos
Tampoco aquí nos puede extrañar ya el uso continuado del idioma sumerio-caldeo.

VII.- Conclusiones

Como vemos, la secuencia de las culturas mesopotámicas no es un producto arbitrario de la fantasía de unos investigadores de mente confusa sino la consecuencia estrictamente lógica de un primer fallo, el de aceptar la fecha bíblica de Abrahán como base de la cronología.

Al corregir la historia de Mesopotamia debemos revisar igualmente la de los territorios vecinos. Las culturas israelita y canaanita, por ejemplo, no son más jóvenes ni más antiguas que la caldea. Esta conclusión se ve corroborada por la estratigrafía documentada en varias excavaciones de Palestina.

El reino de Mitani, desconocido en la Antigüedad, se identifica como el imperio de los medos, cuyos vestigios se siguen buscando hasta hoy.

El hecho de que Asur en su época antigua - fechada erróneamente a principios del II milenio - se extendía hasta Capadocia y el Mar Negro ya no puede sorprender, ya que se trata del siglo VIII y VII a.C. Consecuencias similares se dan para el reino de los hititas.

No puede extrañar que encontremos a grupos arios e indoeuropeos como adversarios de los acadios, ya que no estamos en el III milenio sino en el siglo VII.

En Egipto apenas hay estratigrafías profundas. Ha causado mucha confusión un hecho inicialmente inexplicable: el de encontrar objetos artísticos, esculturas y estatuillas del Imperio Antiguo - es decir, del III milenio - que prácticamente no se pueden distinguir de otros pertenecientes al siglo VII a.C. Ya hemos mencionado más arriba que también las pirámides se construyeron en la Edad de Hierro, tal y como relata Herodoto.

Este modelo histórico también nos permite identificar a los hiksos, considerados un enigma hasta hoy. Se trata de soberanos extranjeros que sometieron el valle del Nilo procedentes seguramente de Asia. Ahora bien, hay otro episodio de dependencia política en la historia egipcia: la época de los sargónidas que conquistaron el país en el siglo VIII a.C. Nunca se mencionan en las fuentes egipcias, lo que resulta bastante insólito. Ahora es fácil reconocer en los hiksos, que reinaron durante 108 años, a los reyes asirios y su dominio sobre Egipto que se calcula en 109 años.

Es evidente que también se deberá cambiar la cronología de la antigua Grecia, ya que depende íntegramente de la cretense y la anatólica. Éstas, a su vez, se fecharon por comparación con las culturas egipcia y mesopotámica. En enigma de los ajiwaya, pueblo mencionado en algunas inscripciones hititas, se soluciona así, ya que no es nada raro encontrar el nombre de los aqueos en el siglo VII a.C. Y es ésta época la que corresponde realmente a los hititas.

Como toda la cronología de Europa se ha elaborado de acuerdo a la griega, deberemos revisar también las fechas asignadas a las culturas históricas y prehistóricas de Italia, Malta, la Península Ibérica y el resto del continente. Muchos problemas se resolverán sin tardanza cuando desaparezcan los espacios vacíos introducidos en la Historia para mantener una cronología que sólo se basaba en algunas tradiciones israelitas.

por Ilya U. Topper
Cádiz 1994
http://www.absolum.org/antrhis_imperios_fantasma_mesopotamia.htm

La falla de Hayward es una bomba de tiempo terrestre: ¿de qué se trata y cuándo estallará?

En caso de que alguna vez ocurriera un terremoto en la falla de San Andrés, las consecuencias serían terribles para la humanidad, eso es algo bastante difundido. Pero geólogos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) señalaron que, si se registrara un terremoto en la falla de Hayward, sería aún más devastador.

La falla de Hayward se encuentra en la bahía de San Francisco, donde actualmente viven muchas personas que se encuentran en peligro. Según los investigadores, viven sobre una bomba de tiempo tectónica.

Este desastre multiplicaría el terremoto hipotético de la falla de San Andrés, también en California, y resultaría todavía más destructivo y costoso.

La falla de Hayward contiene centros poblados importantes como Oakland y Richmond.

Por desgracia, la falla de Hayward atraviesa las partes más pobladas, desde Richmond hasta San José, así que de ocurrir un sismo de magnitud 7.0 la vida de muchas personas estará bajo grave riesgo.




"Una falla así es lo que llamamos una bomba de tiempo tectónica y lamentablemente no tardará mucho en explotar", comentó el geólogo del USGS.

Según el USGS, un simple movimiento tectónico generaría una secuencia de réplicas que causarían gran devastación debido a la cantidad de personas que viven en la región. Los daños que ocasionaría serían terribles, puesto que aparte de la pérdida de vidas humanas posible porque los terremotos no se pueden predecir, la de las infraestructuras serían muy difíciles de enfrentar, debido al costo. 

Un problema mayor: los gaseoductos

El daño a los gasoductos provocaría incendios y agravaría la crisis originada por un terremoto.

Además de lo inestable de su naturaleza, la falla de Hayward es una de las fallas geológicas más urbanizadas y pobladas de todo Estados Unidos, por lo que solo un temblor podría generar miles de millones de dólares en daños, alrededor de mil muertes y miles de pérdidas de propiedad por parte de los habitantes. Eso es lo que la vuelve tan preocupante.

Además, un terremoto más potente podría afectar la integridad de los gasoductos subterráneos y causar incendios que incrementarían el costo humano y financiero. Lo peor de todo es que se ha registrado un terremoto en la falla de Hayward cada 100 a 220 años, y el último ocurrió en 1868, hace 150 años.

¿Crees que un terremoto está cada vez más cerca? ¿Qué debemos hacer para contener la situación? Dinos lo que piensas y comparte la información.


FUENTE: http://www.labioguia.com/notas/la-falla-de-hayward-es-una-bomba-de-tiempo-terrestre-de-que-se-trata-y-cuando-estallara