miércoles, 16 de agosto de 2017

Qué se oculta tras “La Última Cena” de Da Vinci (I)

A todos nos han enseñado y nos han dicho, que el Santo Grial es el cáliz, la copa de la que bebió Jesús en la Última Cena. Este cáliz ha sido buscado por miles de personas a lo largo de la historia, siendo una de las reliquias de primer orden. ¿Fue realmente el Santo Grial un cáliz? El Santo Grial portaba la sangre de Cristo, y en este sentido, sí que decían la verdad. Pero desde este instante, conocerás la verdad, el misterio desvelado de lo que realmente es el Santo Grial, su importancia y por qué es tan buscado.




No dudes en llegar hasta el final, y sorprenderte en cada palabra, cada párrafo, cada acontecimiento, cada prueba, porque nada volverá a ser como antes.

El secreto del Santo Grial, su custodia, lo salvaguardaba una Orden Masónica de caballería conocida como el Priorato de Sión. Esta Orden la fundó Godofredo de Bouillon, que no fue un simple creyente, o un simple caballero, sino que representa algo mucho más importante.

El Priorato de Sión es conocido por ser los portadores de un secreto trascendental, que si fuera revelado, sacudiría los cimientos de la iglesia y de todo lo que creemos como verdad, y sin duda alguna, cambiaría nuestra realidad y la vida de millones de personas. Esta Orden fue fundada en 1.099, durante la Primera Cruzada. Esta Orden se creó dentro de la misma organización que eran los Templarios, mitad monjes mitad soldados.

Algunos de los Grandes Maestres que formaron parte del Priorato a lo largo de la historia, fueron Jean de Saint-Clair, René de Anjou, Botticelli, Robert Boyle, Isaac Newton, Victor Hugo, Debussy… y por supuesto, Leonardo Da Vinci. Aunque no fueron maestres en sí, también pertenecieron a la Orden Juana de Arco, el Papa Juan XXIII y Nostradamus.

¿Se creó esta Orden compuesta de personajes ilustres, aristócratas y familias reales para conservar un tesoro material, un cáliz? ¿Es posible que antepusieran sus vidas por salvaguardar un cáliz? ¿Es lógico que dedicaran sus vidas por algo tan material? ¿Era una Sociedad exclusivamente política? Obviamente no!!!

Uno de esos maestres, Leonardo Da Vinci, dibujó una obra entre 1.495 y 1.497 titulada “Il Cenacolo “. No se trata de un cuadro, sino que fue pintada en una de las paredes de la Santa Maria delle Grazie en Milán. Da Vinci, muy vinculado al Priorato de Sión, y conocedor de lo que salvaguardaban, de los secretos que conocía, decidió dejar plasmado muchos de esos secretos en esta obra. Absolutamente todo lo representado en esta obra está lleno de simbologías, de mensajes cifrados, de revelaciones. Analicemos detenidamente esta obra del Maestre más importante e influyente de la Orden, “La Última Cena” de Leonardo Da Vinci, porque en ella está la respuesta al Santo Grial y a muchas otras cuestiones.

El Nuevo Testamento habla que en esta cena, fue donde Jesús instituyó el sacramento del pan y el vino, que son su carne y su sangre. Esta cena, es el momento que antecede a la crucifixión de Jesús. La Última Cena es descrita en tres de los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento (Mateo, Marcos y Lucas), pero no en el Evangelio de Juan.

En esta cena, Jesús dijo. “Que pase de mí este cáliz…”, y se ha interpretado como que Jesús ofrecía una copa a sus discípulos, pero curiosamente, en la mesa no hay vino. También ofreció el pan a sus comensales, pero no se ven pedazos de pan partidos para ofrecer, sino que cada uno poseía su pedazo de pan. En la mesa de la Última Cena, sabemos realmente los nombre de seis de los discípulos que estaban, además de Jesús: Pedro, Santiago, Juan, Simón, Andrés y Judas… el resto de personajes que forman el cuadro, son interpretaciones y mensajes que quiere enviar Leonardo.

Da Vinci pintó la escena, donde todos los discípulos están posicionados detrás de una mesa. Esto sería imposible en la realidad, ya que las cenas según la costumbre judía en aquella época, los invitados al Séder, se disponían a los comensales en divanes alrededor de una mesa en forma de “U”, llamado triclinio, y los comensales estarían reclinados, medio tumbados y no sentados.

La cena que tuvo lugar, es lo que se conoce como Séder de Pésaj, la cena que antecede al Día de Pascua. En los Séder, era costumbre que participaran también las mujeres, así que es imposible que en la Última Cena, sólo hubiera varones. Esta cena era una fiesta, un motivo de celebración, y es impensable e iba contra las tradiciones, que no hubiera mujeres.

Da Vinci, en su obra, representó a los doce discípulos junto a Jesús, pero realmente, el número 12 es simbólico. No existe ninguna prueba ni justificación para que esto fuera así.

En la mitología y la religión, la importancia de esta cifra es notable. Para los griegos, los dioses olímpicos del Panteón eran doce, como también fueron doce los trabajos encargados al héroe romano Hércules como penitencia. Según la Biblia, Jacob tuvo doce hijos, y hubo doce tribus de Israel. El número doce, está considerado como el número solar por excelencia y una constante en la cultura mediterránea, símbolo del orden cósmico, de la perfección y de la unidad. La Luna gira doce veces alrededor de la Tierra, hecho que ya observaron y conocieron los pueblos primitivos, en la sincronía entre el año solar y los ciclos lunares. De ahí que los antiguos astrónomos establecieran más adelante los doce signos del Zodiaco.

En el cristianismo, la multiplicación de la trinidad por los 4 puntos cardinales da como resultado el número 12. Para los hebreos, el cumpleaños número 12 de una mujer, significa el paso a la vida adulta y se celebra con el rito denominado Bar Mitzvah. En la cosmología japonesa el creador está sentado sobre 12 almohadones. En sánscrito, lengua sagrada del hinduismo, el sol tiene 12 nombres.

Un número simbólico es aquel que no indica una cantidad, sino que expresa una idea, un mensaje distinto de él, que lo supera y lo desborda. No siempre es posible saber por qué tal número significa tal cosa. La asociación entre ambas realidades a veces es desconocida. Para nosotros, esto es difícil de entender, pero los semitas los usaban con toda naturalidad para transmitir ideas, mensajes o claves.

El número 12 significa “elección”. Por eso se habla de las 12 tribus de Israel, cuando en realidad el Antiguo Testamento menciona más de 12. Esto lo que quiere expresar, es que eran tribus “elegidas”. Igualmente se agrupan en 12 a los profetas menores del Antiguo Testamento. También el Evangelio menciona 12 apóstoles de Jesús, que resultan ser más de doce, pero se los llama “Los Doce”, porque son los elegidos del Señor. Jesús asegura tener 12 legiones de ángeles a su disposición y el Apocalipsis habla de 12 estrellas que coronan a la Mujer, 12 puertas de Jerusalén, 12 ángeles y 12 frutos del árbol de la vida.

Así que, no existe ninguna razón para pensar que a la cena acudieron Jesús y los doce apóstoles, sino que Da Vinci, lo utiliza como simbolismo para expresar una imagen, y utilizar esa numeración como forma de descifrar un mensaje oculto.

Ahora bien, si esta no fue la disposición original de la mesa, ¿cuál fue? Anteriormente expuse que la tradición de la época, era sentarse en triclinios en forma de “U”. La casa donde se celebró la cena, tenía dos pisos, y en el piso superior era donde todo estaba dispuesto. Los discípulos al entrar en dicha estancia, se encontraron con un amplio salón, con una mesa central rodeada de trece triclinios.

Había un diván más elevado que el resto, que obviamente, sería el lugar destinado a Jesús, con un lecho a su derecha, y los demás dispuestos alrededor de la mesa, hasta llegar al segundo lecho preferencial, justo al otro lado donde situaría Jesús. Al entrar los discípulos, dudaron si sentarse en el sitio que quisieran o esperar a Jesús y ser dispuestos en un lugar determinado, pero Judas, se adelantó al pensamiento de los demás, y sin dudarlo, tomó asiento en el lecho justo a la izquierda de Jesús y Juan, hizo lo mismo sentándose en el lecho a la derecha. Esos lugares, supuestamente eran para los “elegidos”, para los más próximos a Jesús, y estos dos discípulos decidieron que eran ellos los que más merecerían esta mención, lo que enfadó al resto.

Quien más recriminó este gesto y se enfadó, fue Simón Pedro, que como forma de protesta, lo que hizo fue tomar sitio en el lecho más bajo de la mesa, justo en el extremo, enfrente de Juan. En esta imagen, podéis ir visualizando cómo realmente debían estar sentados.

Para los judíos, la parte más importante de la mesa no era el centro, sino el lado izquierdo, esencialmente el segundo lugar, pintado en amarillo en la imagen. Así que Juan, se sentó justo en el extremo (a su derecha), y Judas lo hizo a su izquierda, ocupando el tercer sitio del triclinio.

El lugar de menor importancia, era el que estaba situado más cerca de la puerta, ya que éste era el lugar que solía ocupar el siervo, que debía estar constantemente atento por si tenía que ir a buscar más agua, comida, vino, etc… y éste fue el lugar que ocupó Simón para demostrar su enfado. Así que ya conocemos exactamente donde se colocaron cuatro de los personajes de la última cena. En Juan 13:23,25, se puede leer: “Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús, cerca de su pecho“.

Según la disposición real, a su lado estaban Judas y Juan. Si observamos el cuadro de Da Vinci, a la derecha de Jesús está Juan y a su izquierda Tomás, así que, quien debió recostarse sobre su pecho fue Juan. Ahora bien, aquí viene uno de los secretos revelados por Da Vinci en “La Última Cena”. La persona que está a su derecha no es Juan, sino que se trata de María Magdalena.

Da Vinci nos está revelando dos secretos: 1.- que sí había mujeres en la cena, como era común en las comidas de festividades y 2.- que su discípulo predilecto, el elegido, era María Magdalena.

Da Vinci nos dejó otra pista para decirnos que sí hubo presencia de mujeres en dicha cena, un nudo en un extremo del mantel.

La palabra “nudo” en italiano hace referencia a un vínculo (vincoli). Así que Da Vinci, nos está dando otra pista, que en la mesa existe un vínculo muy especial.

Si pudiéramos presenciar la pintura original según lo pintó Da Vinci, y pudiéramos ver los colores de forma nítida, podríamos apreciar otro simbolismo, otro mensaje cifrado. Los ropajes de Jesús, eran azul y rojo, y el de María Magdalena son los mismos, únicamente cambia la posición, está de forma inversa. Da Vinci nos informa que uno completa al otro, que estaban unidos mucho más allá de un simple trato afectuoso maestro-discípulo, sino que su relación era mucho más importante, como un matrimonio.

En la Biblia, se nos dice que Juan, es decir, realmente María Magdalena, estaba recostado sobre el pecho de Jesús (que otro hombre estuviera en esa postura con el Maestro, no sería una imagen adecuada ni creíble en aquella época, así que sólo una mujer, una mujer muy unida a él, como una esposa o una madre o una hermana, podía hacerlo, y Mª Magdalena no era ni su madre ni su hermana).

Si observamos “La Última Cena”, podemos observar que junto a Jesús, realmente no hay nadie, que existe un espacio a ambos lados, y que a su izquierda, bien podría haber una persona reclinada sobre él, sobre su pecho, sobre su regazo.

Da Vinci incorporó una técnica llamada escritura invertida o de espejo, dejando mensajes ocultos que solo pueden ser revelados con el uso de espejos o superposiciones. En la Universidad de Northeastern (Boston), el diseñador gráfico Terrence Masson utiliza desde hace años una tecnología informática para buscar los mensajes ocultos en las obras de Leonardo. Terrence descubrió que Da Vinci tenía una gran curiosidad y dominio sobre la reflexión y la refracción de la luz, óptica y anatomía humana del ojo. También se interesaba por cómo estaban captados los reflejos de los espejos cónicos. Así que la imagen real podría ser claramente esta.

Es decir, si juntamos una obra original y el mismo, pero invertido, aparecen imágenes que parecen estar situadas en otra dimensión, fuera del alcance del ojo humano a simple vista. Da Vinci, quería revelar algunas cosas en esta parte esencial de la obra. Por un lado, vemos que Juan, que se supone es el predilecto de Jesús y quien, según los escritos, fue la persona que se recostó en su pecho durante la cena, se aparta de la figura de Jesús, algo realmente extraño y fuera de lugar si hiciéramos caso a lo que dice la Biblia.

Si observamos con mayor detalle la figura de Juan, parece claro que lo que se está representando es a una mujer. Toda la figura es claramente femenina, donde pueden verse las manos pequeñas, los rasgos del semblante son finos y armoniosos, se intuyen pechos femeninos y lleva un collar de oro. ¿Por qué Da Vinci la pintó a su derecha y no justo al lado de Jesús, en la izquierda, apoyada en su regazo?

Hay que tener en cuenta que Da Vinci pintaba para la iglesia, y no se podía permitir ciertas licencias creativas, por mucho que él conociera la verdad de los hechos, porque le habrían acusado de herejía, blasfemia… y su destino hubiera sido bastante oscuro. Así que, Da Vinci, se veía obligado a dejar como legado su conocimiento como maestre del Priorato de Sión, en forma de secretos ocultos y acertijos.

Si nos fijamos en la composición general de esta escena, lo más destacado es que la configuración que describen Jesús y María Magdalena, es como una gran “M”.

Dos líneas azules y dos líneas rojas. Da Vinci nos revela que se trata, efectivamente, de María Magdalena, porque no sólo aparece una “M” (María), sino que los panes de ambos, perfectamente posicionados donde Da Vinci quería, forma una segunda “M” (Magdalena). Leonardo nos facilita todos los detalles para decirnos que Jesús y María Magdalena, estaban ambos presentes en la última cena, y que el lugar preferencial lo ocupaba María Magdalena y no Juan entre sus discípulos.

La mayoría de los libros y la historia, nos dicen que la escena refleja el momento exacto donde Jesús, dice a sus discípulos que uno de ellos le iba a traicionar. Jesús dijo: “En verdad, en verdad os digo que uno de vosotros me traicionará” (Amen dico vobis, quia unis vestrum me traditurus est – Mateo 26).

Jesús ocupa el centro de la escena, a sus lados, existe un equilibrio con seis discípulos a cada lado. Si nos fijamos, se puede ver que los discípulos están agrupados de tres en tres. Los discípulos están agrupados en “rectángulos”, cuyo significado es unidad y estabilidad. En el centro está Jesús, y al contrario que todos los demás, se encuentra circunscrito en un “triángulo equilatero”, que significa equilibrio, majestuosidad, el triángulo donde reside el ojo de Dios. El número tres representa al hombre (cuerpo, mente y espíritu) y a la deidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo). Al fondo, podemos observar tres ventanales que iluminan la parte central donde está Jesús.


Vamos a ver quién es cada uno y su posición en la mesa y qué ocurre en el momento exacto donde Jesús, presuntamente, anuncia que va a ser traicionado por un discípulo que se encuentra sentado a la mesa.

A la derecha de Jesús, se encuentran Juan (María Magdalena en realidad), Judas y Pedro, y en el extremo Andrés, Santiago y Bartolomé. A la izquierda de Jesús, se encuentran Santiago el Mayor, Tomás y Felipe, y en el extremo Mateo, Tadeo y Simón.

Viendo la escena, todos los discípulos se encuentran en actitud inquieta, de sorpresa y de indignación, excepto Jesús y María Magdalena, que se encuentran en un estado de total normalidad, calmados, serenos. Si realmente éste fuera Juan y no Mª Magdalena, también se encontraría airado, contrariado y sorprendido por lo que acaba de decir Jesús, es otra muestra de Da Vinci, para decirnos que esta persona no es Juan, y que como elegido de Jesús, conoce de antemano todo lo que él piensa y lo comparte con ella.

Jesús tiene la palma izquierda hacia arriba y abierta, una posición que expresa paz, sinceridad, honestidad. En cambio, su mano derecha está hacia abajo y mucho más tensa que la izquierda, que expresa una posición dominante y que, no está diciendo toda la verdad. Así que Jesús, está diciendo la verdad pero hay algo que oculta. Ahora bien ¿lo oculta él o lo oculta Da Vinci? Justamente la mano derecha, es la que está al lado de Juan (María Magdalena), así que nos da otra pista que aquello que parece, no es.

El trinomio más alejado a la izquierda de Jesús (a la derecha cuando se contempla el cuadro), y por cercanía a éste, lo forman Mateo, Tadeo y Simón. Como vimos anteriormente, cuando los discípulos llegaron al lugar donde todo estaba predispuesto para la cena, Simón se sentó en el lugar menos privilegiado, lo más alejado de Jesús. Da Vinci, aquí es fiel a la historia real, y coloca a Simón lejos de Jesús, en el extremo izquierdo, el de menos importancia en una mesa judía.

De los cuatro trinomios que conforman el cuadro, éste es el único donde los discípulos tienen sus manos alzadas hacia arriba. ¿Estamos ante los discípulos más honestos y sinceros que tenía Jesús? Simón el Zelote y Judas Tadeo iban siempre juntos a predicar, ambos recibieron el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego el Día de Pentecostés y ambos murieron el mismo día en el mismo lugar.

Simón, no parece estar tan sorprendido por la noticia de Jesús, más bien su gestualidad expresa afirmación, como aseverando las palabras de Jesús, estando de acuerdo que uno le va a traicionar y que éste, será Judas, aquel que osó a sentarse en primer lugar junto a Jesús. Junto a él, en el medio de los tres, está Judas Tadeo. Este personaje es digno de resaltar, porque Tadeo realmente es Leonardo Da Vinci.

Se han usado técnicas informáticas y software avanzado para la comparación y confrontación de imágenes, utilizando un autorretrato de Leonardo Da Vinci y el San Judas Tadeo de La Última Cena. Para realizar esta operación se han utilizado programas de robotización de imágenes, tratamiento y comparación como Facette (usado por los cuerpos policiales de diversos países), Adobe Photoshop y un software de comparación facial diseñado exclusivamente para este tipo de estudios.

Después de someter las imágenes a estas herramientas, la conclusión a la que se ha llegado, es que entre ambas imágenes existe un nivel de concordancia del 70,1% en modo normal. Esto indica que entre las dos imágenes confrontadas existe “familiaridad”, y que por tanto ambos retratos podrían pertenecer a la misma persona. En modo forzado, el programa arroja un índice de coincidencia del 88,6%, lo que confirma que el modelo para ambas imágenes fue una misma persona.

Por otra parte, el nivel de concordancia antropométrica errónea entre ambos rostros era sólo de un 13,2%, habiendo coincidencias plenas en un 86,8%. Entre ellas, destacan especialmente la concordancia aproximada de los arcos oculares, supranasales, maxilares y una dimensión craneal similar. La figura o matriz que dibujan ambos rostros es altamente coincidente.

Del aspecto estético destacan los accesos capilares, tanto en el cabello como en la barba. Aunque habría que matizar que existe una diferencia notable de envejecimiento de una imagen a la otra. Eso explicaría por qué aún dándose un índice de concordancia alto entre ambas imágenes existen algunas diferencias entre ellas. Los pómulos, la comisura labial, el tabique nasal, la frente y laxitud expresiva hacen y conforman unas exactitudes coincidentes del 67,2%. Otra característica coincidente es la distribución y distancias entre globos oculares, nariz y boca. Ninguna de las dos imágenes muestra orejas que comparar. En este punto del estudio el nivel de concordancia es del 70,01%.

Los datos fueron concluyentes, y determinaron que se trata de la misma persona. ¿Por qué Leonardo se dibujó a él mismo suplantando la figura de Judas Tadeo?

Judas es una palabra hebrea que significa “alabanzas sean dadas a Dios”. Tadeo quiere decir “valiente para proclamar su fe”, y da Vinci, es muy valiente al plasmar y revelar todo lo que existe en esta obra. Da Vinci sólo expresa el nombre de Tadeo y obvia el de Judas, ¿quizás para diferenciarlo del Judas Iscariote traidor? ¿o nos está diciendo que en esta obra él nos revela sus intenciones para que conozcamos la verdadera fe que hay que tener y hacia quién? Una de las características más conocidas de Tadeo, fue ser un gran predicador que conseguía evangelizar a muchos pueblos, así como ser el portador de la Sábana Santa para entregársela al Rey Agbar de Edessa.

Da Vinci nos está revelando, que posee secretos y conocimientos sobre la verdad, que traerían como consecuencia una conversión de fe, una nueva religión, y que él es portador de la verdad sobre Jesús. Hay que tener en cuenta también, que es imposible que los apóstoles tuvieran una edad tan avanzada, porque tras la muerte de Jesús, muchos vivieron largos años, imposibles para personas tan mayores en el momento de la Última Cena, y Da Vinci, pinta a Tadeo y a Simón con avanzada edad.

Si Tadeo realmente es Da Vinci, Simón es representado como Platón. ¿Cuál es la finalidad para representarle con el rostro del filósofo griego?

Platón era una persona mal vista por la Iglesia, al igual que Simón el Zelote, ya que los zelotes eran una facción extrema religiosa y violenta. Platón intentó demostrar de manera racional la existencia de Dios, y los límites entre la razón y la fe, le obligaron a buscar un método de ordenar el pensamiento con rigor, un método lógico, y quien mejor había desarrollado los temas lógicos, era Aristóteles.

Platón no creía en Dios como ser único, transcendente, infinito y personal, sino que creía en innumerables personalizaciones limitadas y finitas de lo divino, el cual no se concentra en una sola entidad personal e infinita. En el universo todo lo que existe tiene vida y todo cuanto tiene vida es divino. Es decir, ser viviente y ser divino, para Platón son ideas equivalentes. Platón no solamente decía que un dios podía comportarse como un hombre, sino que un hombre podía llegar a ser un dios. Este tipo de pensamiento, era herético para los judíos como para los cristianos. Por este tipo de razonamientos e ideas, Platón no era del agrado de la iglesia.

Así que Da Vinci mantiene un tranquilo diálogo con Platón, pareciendo estar ajenos a lo que sucede en la mesa, al revuelo creado, como si ellos estuvieran hablando de cosas más trascendentales e importantes. Da Vinci no creía en la divinidad de Jesús y tampoco aceptaba la santidad de los apóstoles ni comulgaba con el milagro de la eucaristía. El tercero de este trinomio, es Mateo, el más heterodoxo de los discípulos. Así que no es casual que uno de los cuatro trinomios, esté formado por estos tres personajes, que representan los puntos más alejados de la iglesia ortodoxa y más críticos.

Ninguno de los tres mira a Jesús, otro signo revelador que indica que estos personajes y sus pensamientos, estaban muy lejos de Jesús, no sólo en el extremo menos importante de la mesa, sino en el extremo opuesto de la religión que predicaba Jesús.

El trinomio en el lado opuesto de la mesa, está formado por Andrés, Santiago el Menor y Bartolomé. Andrés, tiene las dos manos alzadas con las palmas apuntando hacia el frente, un gesto de desaprobación y estar contrariado e indignado por la situación, así como de sorpresa, pero una sorpresa no agradable para él. Santiago el Menor hace un gesto con su mano izquierda de intentar frenar el arrebato de Pedro y Bartolomé se inclina hacia delante en un ademán de ver o escuchar más nítidamente lo que ocurre, con las manos apoyadas en la mesa, un gesto que indica que está tomando impulso y quiere dirigirse al centro de la mesa.


El trinomio justo al lado de estos, está compuesto por María Magdalena, Judas y Pedro. Parece más que evidente que, quien todos afirman es Juan, justo a la derecha de Jesús, se trata de una mujer. Judas, es el personaje que se encuentra en un nivel más bajo del resto de discípulos. Mª Magdalena con rostro sereno y postura cómoda, sin tensión, parece escuchar algo que le está diciendo Pedro. Lo curioso de esta imagen, es que Pedro porta en su mano un cuchillo, pero su rostro no acompaña a la acción, el cual parece estar simplemente comentando a Magdalena. ¿Por qué porta Pedro un cuchillo en plan amenazador?

Judas parece querer escuchar lo que Pedro está diciendo a María Magdalena. Pedro no sólo amenaza blandiendo un cuchillo con su mano derecho, sino que con su mano izquierda, amenaza de vida a María Magdalena, como insinuando que aquello que acaban de revelar en la mesa, debía ser castigado con la muerte, pero el rostro de Magdalena, no es de terror ni miedo, sino que se inclina hacia Pedro para escuchar sus sugerencias. La postura fisionómica de Pedro es antinatural, muy forzada. ¿A quién quiere matar Pedro?

El trinomio a la izquierda de Jesús, está formado por Tomás, Santiago el Mayor y Felipe. Llama la atención Tomás con el dedo apuntando hacia el cielo. Esta representación es muy típica de Da Vinci. Quién levanta su dedo derecho y mira a alguien se muestra como el “primero entre iguales”. La palabra príncipe, realmente significaba “primero entre iguales”, y tiene su origen etimológico en la palabra latina “princeps” y ésta a su vez proviene de la palabra griega “arkhon”.

Publicado el 11 mayo, 2014|https://jorgepalazon.wordpress.com/2014/05/11/que-se-oculta-tras-la-ultima-cena-de-da-vinci/Anuncios

Así afectará el eclipse solar a cada signo del zodiaco

Prepárate porque habrá mucha energía moviéndose

El próximo 21 de agosto veremos el eclipse de sol que tanta controversia ha causado, unos dicen que será el inicio del fin del mundo, pero sus teorías no tienen sustento alguno.

En este evento la luna, el sol y la tierra estarán alineados, muchas fuerza se moverán, tanto así que cuando esto pase ‘pesaremos un kilo menos’.

Los astros no se quedan fuera de este evento y así afectará este eclipse de sol a cada signo del zodiaco.




ARIES

El eclipse marcará el inicio de etapas y proyectos, puede que haya un nuevo amor en puerta, si estás planeándolo, puede haber un embarazo o el inicio de algo que te hará crecer.

TAURO

El foco será tu familia y su bienestar, a partir del eclipse te haces más consciente de lo importante que son tus padres, amigos y hermanos.

GÉMINIS

Los viajes estarán latentes, puede que estés planeando uno y con el eclipse tomes la decisión final o que tu trabajo te exija moverte hacia otro lugar.

CÁNCER

El eclipse de sol impactará de manera positiva en tu autoestima y seguridad personal. Puede ser el momento óptimo para pedir un aumento o apostar por un sueño que lleva mucho tiempo postergando.

LEO

Tu sensualidad estará activada, estás más sexy que otros meses, puede que cambies de imagen o que centres tu atención en ti y en tus necesidades.

VIRGO

La espiritualidad se manifestará en tu vida, intentas descansar y conectar con tu paz interior, dejas del lado las cosas que te roban energía y tú te vuelves prioridad.

LIBRA

Estarás muy activo a nivel social, puede que conozcas a alguien nuevo que te invite a nuevos proyectos o te conecte con personas que te sumarán.

ESCORPIÓN

Harás muchos contactos a partir del eclipse, estarás más sociable, con más ganas de conocer personas que le sumen a tu vida.

SAGITARIO

Con este eclipse de sol te vendrán las ganas de retomar tus estudios, de superarte y cambiar algo que te incomoda. En esta etapa estarás enfocada en impulsar los proyectos que tienes en el tintero.

CAPRICORNIO

El dinero será clave para ti, puede ser un gran momento para obtener un préstamo e independizarte. También estarás más interesado en trabajar por ti y en tu bienestar.

ACUARIO

Puede haber firmas o asociaciones, si tienes pareja la relación se torna más seria de lo que pensabas, hay consolidación y estabilidad en tu vida.

PISCIS

Llevas mucho tiempo pensando en cambiar tus hábitos, en modificar aspectos de tu vida que no te hacen feliz y con el eclipse tomarás las riendas de tu vida.

http://lafichaquefaltaba.com/asi-afectara-eclipse-solar-signo-del-zodiaco/

¿Porqué no estalla una revolución ?

¿Te has preguntado alguna vez porqué nadie reacciona ante la infame oleada de opresión y abusos de todo tipo que estamos sufriendo?

¿No te produce perplejidad el hecho de que tras tantas y tantas revelaciones sobre casos de corrupción, injusticias, robos y burlas a la ley y a la población en general, a la cual se le ha robado literalmente el presente y el futuro, no suceda absolutamente nada?

¿Te has preguntado porqué no estalla una Revolución masiva y por qué todo el mundo parece estar dormido o hipnotizado?

Estos últimos años se han hecho públicas informaciones de todo tipo que deberían haber dañado la estructura del Sistema hasta sus mismísimos cimientos y sin embargo la maquinaria sigue intacta, sin ni tan solo un arañazo superficial.




Y esto pone de manifiesto un hecho extremadamente preocupante que está sucediendo justo ante nuestras narices y al que nadie parece prestarle atención.

El hecho de que SABER LA VERDAD YA NO IMPORTA

Parece increíble, pero los acontecimientos lo demuestran a diario.

La información ya no tiene relevancia
Desvelar los más oscuros secretos y sacarlos a la luz ya no produce ningún efecto, ninguna respuesta por parte de la población.

Por más terribles e impactantes que sean los secretos revelados.

Durante décadas hemos creído que los luchadores por la verdad, los informadores capaces de desvelar asuntos encubiertos o airear los trapos sucios, podían cambiar las cosas.
Que podían alterar el devenir de la historia.
De hecho, hemos crecido con el convencimiento de que conocer la verdad era crucial para crear un mundo mejor y más justo y que aquellos que luchaban por desvelarla eran el mayor enemigo de los poderosos y de los tiranos.

Y quizás durante un tiempo ha sido así.

Pero actualmente, la “evolución” de la sociedad y sobretodo de la psicología de las masas nos ha llevado a un nuevo estado de cosas.
Un estado mental de la población que no se habría atrevido a imaginar ni el más enajenado de los dictadores.
El sueño húmedo de todo tirano sobre la faz de la tierra: no tener que ocultar ni justificar nada ante su pueblo.
Poder mostrar públicamente toda su corrupción, maldad y prepotencia sin tener que preocuparse de que ello produzca ningún tipo de respuesta entre aquellos a los que oprime.

Ésta es la realidad del mundo en el que vivimos.
Y si crees que esto es una exageración, observa a tu alrededor.

El caso de España es palmario.
Un país inmerso en un estado de putrefacción generalizado, devorado hasta los huesos por los gusanos de la corrupción en todos los ámbitos: el judicial, el empresarial, el sindical y sobretodo el político.

Un estado de descomposición que ha rebosado todos los límites imaginables, hasta salpicar con su pestilencia a todos los partidos políticos de forma irreparable.


Y sin embargo, a pesar de hacerse públicos de forma continuada todos estos escándalos de corrupción política, los españoles siguen votando mayoritariamente a los mismos partidos, derivando, como mucho, algunos de sus votos a partidos subsidiarios que de ninguna manera representan una alternativa real.

A pesar de hacerse públicos todos estos casos de corrupción generalizada; a pesar de revelarse la implicación de las altas esferas financieras y empresariales, con la aquiescencia del poder judicial; a pesar de demostrarse por activa y por pasiva que la infección afecta al Sistema en su generalidad, en todos los ámbitos, imposibilitando la creación de un futuro sano para el país; a pesar de todo ello, la respuesta de la población ha sido…no hacer nada.

La máxima respuesta de la ciudadanía ha sido “ejercer el legítimo derecho de manifestación”, una actividad muy parecida a la que hace la hinchada cuando su equipo de fútbol gana una competición y sale en masa a la calle para celebrarlo.

Es decir, nadie ha hecho nada efectivo por cambiar las cosas, excepto picar cacerolas.

Y el caso de la corrupción política desvelada en España y la nula reacción de la población es solo un ejemplo de entre muchos tantos a lo largo y ancho del mundo.

Ahí está el caso del deporte de masas, azotado como está por la sospecha de la corrupción, de la manipulación y del dopaje y por la más que probable adulteración de todas las competiciones bajo el control comercial de las grandes marcas, o por las apuestas deportivas…y a pesar de ello, sus audiencias televisivas y su seguimiento no solo no se ve afectado, sino que sigue creciendo cada vez más y más y más…

Pero todos estos casos empequeñecen ante la gravedad de las revelaciones hechas por Edward Snowden y confirmadas por los propios gobiernos, que nos han dicho, a la cara, con luz y taquígrafos, que todas nuestras actividades son monitoreadas y vigiladas, que todas nuestras llamadas, nuestra actividad en redes sociales y nuestra navegación en Internet es controlada y que nos dirigimos inexorablemente hacia la pesadilla del Gran Hermano vaticinada por George Orwell en “1984”.

Y lo que es más alucinante del caso: una vez “filtradas” estas informaciones, nadie se ha preocupado de rebatirlas.

¡Ni mucho menos!

Todos los medios de comunicación, los poderes políticos y las grandes empresas de Internet implicadas en el escándalo han confirmado públicamente este estado de vigilancia como algo real e indiscutible.

Como mucho han prometido, de forma poco convincente y con la boca pequeña que no van a seguir haciéndolo…

¡Incluso se han permitido el lujo de dar algunos detalles técnicos!

¿Y cuál ha sido la respuesta de la población mundial cuando se ha revelado esa verdad?
¿Cuál ha sido la reacción general al recibir estas informaciones?

NINGUNA

Todo el mundo sigue absorto con su smartphone, sigue revolcándose en el dulce fango de las redes sociales y sigue navegando las infestadas aguas de Internet sin mover ni una sola pestaña…

Así pues, ¿De qué sirve saber la verdad?

En el caso hipotético de que Edward Snowden o Julian Assange sean personajes reales y no creaciones mediáticas con una misión oculta, ¿De qué habrá servido su sacrificio?

¿Qué utilidad tiene acceder a la información y desvelar la verdad si no provoca ningún cambio, ninguna alteración, ni ninguna transformación?

¿De qué sirve saber de forma explícita y documentada que la energía nuclear solo nos puede traer desgracias, como nos demuestran los terribles accidentes de Chernobyl y Fukushima, si tales revelaciones no surten ni el más mínimo efecto?

¿De qué nos sirve saber que los bancos son entidades criminales dedicadas al saqueo masivo si seguimos utilizándolos?

¿De qué nos sirve saber que la comida está adulterada y contaminada por todo tipo de productos tóxicos, cancerígenos o transgénicos si seguimos comiéndola?


¿De qué nos sirve saber la verdad sobre cualquier asunto relevante si no reaccionamos, por más graves que sean sus implicaciones?

No nos engañemos más, por duro que sea aceptarlo.

Afrontemos la realidad tal y como es.

En la sociedad actual, saber la verdad ya no significa nada

Informar de los hechos que verdaderamente acontecen, no tiene ninguna utilidad real

Es más, la mayoría de la población ha llegado a tal nivel de degradación psicológica que, como demostraremos, la propia revelación de la verdad y el propio acceso a la información refuerzan aún más su incapacidad de respuesta y su atonía mental.

La gran pregunta es: ¿POR QUÉ?

¿Qué nos ha conducido a todos nosotros, como individuos, a este estado de apatía generalizado?

Y la respuesta, como siempre sucede cuando nos hacemos preguntas de este calado, resulta de lo más inquietante.

Y está relacionada, directamente, con el condicionamiento psicológico al que está sometido el Individuo en la sociedad actual.

Pues los mecanismos que desactivan nuestra respuesta al acceder a la verdad, por más escandalosa que ésta resulte, son tan sencillos como efectivos.

Y resultan de lo más cotidiano.

Simplemente todo se basa en un exceso de información

En un bombardeo de estímulos tan exagerado que provoca una cadena de acontecimientos lógicos que acaban desembocando en una flagrante falta de respuesta.

En pura apatía.

Y para luchar contra este fenómeno, resulta clave saber cómo se desarrolla el proceso…


¿CÓMO SE DESARROLLA EL PROCESO?

Para empezar, debemos entender que todo estímulo sensorial que recibimos está cargado de información.

Nuestro cuerpo está diseñado para percibir y procesar todo tipo de estímulos sensoriales, pero la clave del asunto radica en la percepción de información de carácter lingüístico, entediendo por “lingüistico”: todo sistema organizado con el fin de codificar y transmitir información de cualquier clase.

Por ejemplo, escuchar una frase o leerla implica una entrada de información en nuestro cerebro, de caracter lingüístico.

Pero también lo implica ver el logo de una empresa, escuchar las notas musicales de una canción, ver una señal de tráfico o oir la sirena de una ambulancia, por poner algunos ejemplos…

Una persona en el mundo actual, está sometida a miles y miles de estímulos lingüisticos de este tipo a lo largo de un día normal, muchos de ellos percibidos de forma consciente, pero la inmensa mayoría percibidos de forma inconsciente, que deben ser procesados por nuestro cerebro.

El proceso de captación y procesamiento de esta información lo podríamos dividir básicamente en 3 fases: percepción, valoración y respuesta


Percepción

Sin lugar a dudas, formamos parte de la generación con mayor capacidad de procesamiento de información a nivel cerebral de la toda historia de la humanidad, con muchísima diferencia, sobretodo a nivel visual y auditivo.

Es más, a medida que nacen y crecen nuevas generaciones, éstas adquieren una mayor velocidad de percepción de información.

Una muestra de ello la podemos encontrar en el propio cine.

Visualiza un antiguo western de John Wayne, en una secuencia cualquiera de acción, como por ejemplo, un tiroteo.

Y después visualiza una secuencia de un tiroteo o de una persecución de coches en una película actual.

Cualquier secuencia de acción de una película actual está trufada de sucesiones rapidísimas de planos de corta duración.

En tan solo 3 o 4 segundos verás diferentes planos: la cara del protagonista conduciendo, la del acompañante gritando, la mano en el cambio de marcha, el pie pisando el pedal, el coche esquivando un peatón, el perseguidor que derrapa, el malo que agarra la pistola, como dispara por la ventanilla, etc…y cada plano habrá durado apenas décimas de segundo.

Las imágenes se suceden a toda velocidad como los disparos de una ametralladora.

Y sin embargo eres capaz de verlas todas y procesar el mensaje que contienen.


Ahora ponte la película de John Wayne.

No encontrarás sucesiones de planos a ritmo de ametralladora, sinó sucesiones de planos mucho más largos en duración y con mayor tamaño de campo visual.

Probablemente, un espectador de la época de John Wayne se habría mareado viendo una película actual, pues no estaría acostumbrado a procesar tanta información visual a tanta velocidad.

Esto es un ejemplo sencillo del bombardeo de información al que está sometido el cerebro de alguien en la actualidad, en comparación con el de una persona de hace tan solo 50 años.

Añádele a esto todas las fuentes de información que te rodean, como la televisión, la radio, la música, la omnipresente publicidad de todo tipo, las señales de tráfico, los diferentes y variados ropajes que viste cada una de las personas con las que te cruzas por la calle y que representan, cada uno de ellos una serie de códigos lingüísticos para tu cerebro, la información que ves en tu móvil, en la tablet, en internet y añádele, además, tus compromisos sociales, tus facturas, tus preocupaciones y los deseos que te han programado tener, etc, etc, etc…

Se trata de una auténtica inundación de información que debe procesar tu cerebro continuadamente.

Y todo ello en un cerebro del mismo tamaño y capacidad que el de ese espectador de los westerns de John Wayne hace 50 años.

Por lo visto, parece que nuestro cerebro tiene capacidad suficiente para percibir tales volúmenes de información y comprender los mensajes asociados a esos estímulos.
Ahí no radica el problema.
De hecho parece que nuestro cerebro disfruta con ello, pues nos hemos convertido en adictos al bombardeo de estímulos.
El problema aparece en la siguiente fase.

Valoración

Es cuando debemos valorar la información recibida, es decir, cuando llega la hora de juzgar y analizar sus implicaciones, que nos topamos con nuestras limitaciones.

Porque, literalmente, no disponemos de tiempo material para hacer una valoración en profundidad de esa información.

Antes de que nuestra mente, por sí misma y con criterios propios, pueda juzgar de forma más o menos profunda la información que recibimos, somos bombardeados por una nueva oleada de estímulos que nos distraen e inundan nuestra mente.

Es por esta razón que nunca llegamos a valorar en su justa medida, la información que recibimos, por importantes que sean sus posibles implicaciones.

Para comprenderlo mejor, vamos a utilizar una analogía, en forma de pequeña historia.

Imaginemos a una persona muy introvertida, que pasa la mayor parte de su tiempo encerrada en casa.
Prácticamente no tiene amigos ni entabla relaciones sociales de ningún tipo.
Ahora supongamos que esa persona baja al supermercado a comprar una botella de leche y cuando va a pagarla, se le cae al suelo y la rompe, causando gran estruendo y manchando su ropa a ojos de todos los clientes y de la cajera.
Cuando esa persona vuelva a su casa, aislada de toda relación y estímulo social, probablemente dará un gran valor a lo acontecido en el supermercado.
Se preguntará por qué le cayó la leche y qué movimiento en falso realizó para que eso sucediera; se preguntará si fue culpa suya o fue culpa de la botella que era demasiado resbaladiza; analizará en su cabeza la mirada de la cajera y los gestos y comentarios de todos y cada uno de los clientes; incluso observará las manchas en su ropa e intentará adivinar lo que pensaban sobre ella las demás personas al verla en esa situación.
Se sentirá ridícula y juzgará aquel acontecimiento meramente anecdótico como mucho más importante de lo que realmente es.
Simplemente porque para ella, ese ridículo en el supermercado será el gran acontecimiento social del día o de la semana.
Y quizás no lo olvide nunca más en su vida.

Ahora sustituyamos a la persona introvertida y sin relaciones por un modelo opuesto. Una persona extrovertida, que pasa el día entero rodeada de gran cantidad de personas y acontecimientos, interactuando frenéticamente con clientes y compañeros de trabajo, hablando por teléfono, concertando citas, comprando, vendiendo, haciendo reuniones, riendo, enfadándose y rematando el día tomando copas con los amigos.
Supongamos que esta persona va a comprar la leche y también se le cae causando gran estruendo y manchándose la ropa.
La valoración que hará del hecho será meramente anecdótica, pues representará un evento más de entre los muchos acontecimientos de carácter social que experimenta a lo largo de la jornada.
Y en pocas horas se habrá olvidado de lo sucedido.

Una persona en la sociedad actual se asemeja mucho al segundo modelo, sometida a gran cantidad de estímulos sensoriales, sociales y lingüísticos.

Para nosotros, toda información recibida es rápidamente digerida y olvidada, arrastrada por la corriente incesante de información que entra en nuestro cerebro como un torrente.

Porque vivimos inmersos en la cultura del twit, un mundo donde toda reflexión sobre un evento dura 140 caracteres.

Y esa es la profundidad máxima a la que llega nuestra limitada capacidad de análisis.

Es por esta razón, por nuestra impotencia a la hora de valorar y juzgar por nosotros mismos el volumen de información al que estamos sometidos, que la propia información que nos es transmitida lleva incorporada la opinión que debemos tener sobre ella, es decir, aquello que deberíamos pensar tras realizar una valoración profunda de los hechos.

Es decir, el emisor de la información le ahorra amablemente al receptor el esfuerzo de tener que pensar.

Ese es el procedimiento que utilizan los grandes medios de comunicación y en un mundo con individuos auténticamente pensantes sería calificado de manipulación y lavado de cerebro

La televisión es un claro ejemplo de ello.

Fijémonos en un noticiario cualquiera.

Todas las noticias de todos las cadenas estan narradas de forma tendenciosa, de manera que contengan en su redactado y presentación no solo la información que debe ser transmitida, sinó la opinión que debe generar en el espectador.

O más claramente aún, el ejemplo de las omnipreentes tertulias políticas, donde los tertulianos son calificados como “generadores de opinión”.

Es decir, su función es generar la opinión que deberías fabricar por tí mismo.

Así pues, el bombardeo contínuo e incesante de información en nuestro cerebro nos impide juzgar adecuadamente el valor de los hechos, con criterio propio y según nuestros códigos internos.

Nos quita el tiempo que deberíamos tomarnos para sopesar las consecuencias de un acontecimiento y lo fragmenta en pedacitos de 140 caracteres y con ello, convierte en breve y superficial cualquier juicio que emitamos sobre una información recibida.

Resumiendo: nos hace pensar “en titulares” y por norma general, esos titulares ni tan solo los pensamos nosotros mismos, sino que nos son inoculados con la propia información.

Respuesta

Una vez reducido a la mínima expresión nuestro tiempo de valoración personal de los hechos, entramos en la fase decisiva del proceso, aquella en que nuestra posible respuesta queda anulada.

Aquí entran en juego las emociones y los sentimientos, el motor de toda respuesta y acción.

Y es que al fragmentar y reducir nuestro tiempo dedicado a juzgar una información cualquiera, también reducimos la carga emocional que asociamos a esa información.

Observemos nuestras propias reacciones: podemos indignarnos mucho al conocer una noticia cualquiera, ofrecida en un noticiario, como por ejemplo el desahucio forzoso de una familia sin recursos, pero al cabo de unos segundos de recibir esa información, somos bombardeados por otra información distinta que nos lleva a sentir otra emoción superficial diferente, olvidando así la emoción anterior.

Para decirlo de forma gráfica y clara: de la misma manera que nuestra capacidad de juicio y análisis queda reducida a un twit, nuestra respuesta emocional queda reducida a un emoticono


Y aquí es donde reside la clave del asunto.

Es en este punto donde queda desactivada nuestra posible respuesta.

Para comprenderlo mejor, volvamos a la analogía de las personas introvertida y extrovertida que rompían la botella de leche en el supermercado.

La persona introvertida encerrada en su hogar, que ha otorgado un valor más profundo a los hechos acontecidos en el supermercado seguirá dándole vueltas al asunto una y otra vez.
Es decir, no olvidará fácilmente las emociones vinculadas al ridículo que sintió en ese momento y con mucha probabilidad, esa exposición continuada a sus propias emociones acabará desembocando en un sentimiento de incomodidad ante la posibilidad de volver al lugar de los hechos.

Así pues, es muy posible que esa persona no vuelva durante un tiempo a comprar en ese supermercado, aunque eso implique que ha que ir bastante más lejos a comprar la leche.

Hasta el punto de llegar a fabricar un sentimiento de repulsa hacia el propio establecimiento y las personas que la vieron hacer el ridículo.
Es decir, la energía emocional que habrá volcado sobre ese hecho concreto, habrá terminado desembocando en una reacción efectiva ante el hecho en sí.

Sin embargo, la persona extrovertida volverá sin ningún problema al supermercado a comprar leche, pues en su mente, el suceso llevará asociada muy poca carga emocional.
Como mucho, quizás se ruborice un poco al ver a la cajera o a algún cliente.
Es decir, la persona extrovertida, no emprenderá acciones efectivas y tangibles derivadas del suceso de la botella de leche.

Más allá de las valoraciones que hagamos sobre estos personajes inventados, estos ejemplos nos sirven para demostrar que el bombardeo incesante de información al que estamos sometidos acaba desembocando en una fragmentación de nuestra energía emocional y por ello acabamos ofreciendo una respuesta superficial o nula.

Una respuesta que en momentos como el que vivimos, intuímos debería ser mucho más contundente y que sin embargo, no llegamos a generar porque carecemos de energía suficiente para hacerlo.

Y todos observamos desesperados a los demás y nos preguntramos “¿Por qué no reaccionan? ¿Por que no reacciono yo?”

Y esa impotencia desemboca, al final, en una sensación de frustración y apatía generalizadas.

Ésta parece ser la razón básica por la que no se produce una Revolución cuando, por la lógica propia de los acontecimientos, debería producirse.

Se trata pues, de un fenómeno meramente psicológico

Éste es el mecanismo básico que aborta toda respuesta de la población ante los continuos abusos recibidos.

La BASE sobre la que se sustentan todas las manipulaciones mentales a las que estamos sometidos actualmente.

El mecanismo psicológico que mantiene a la población idiotizada, dócil y sumisa

Lo podríamos resumir así:
El excesivo bombardeo de información nos impide tomarnos el tiempo necesario para otorgar el valor adecuado a cada información recibida y con ello, nos impide asociarle la suficiente carga emocional como para generar una reacción efectiva y real

¿CONSPIRACIÓN O FENÓMENO SOCIAL?

Poco importa si todo esto forma parte de una gran conspiración para controlarnos o si hemos llegado a este punto por la propia evolución de la sociedad, porque las consecuencias son exactamente las mismas: los más poderosos harán lo posible por mantener estos mecanismos en funcionamiento; incluso fomentarán tanto como puedan su desarrollo, simplemente porque les beneficia.

De hecho, la propia revelación de la verdad favorece estos mecanismos.

A los más poderosos ya no les importa mostrarse tal y cómo son ni desvelar sus secretos, por sucios y oscuros que éstos sean.

Revelar estas verdades ocultas contribuye en gran medida a aumentar el volumen de información con el que somos bombardeados.

Cada secreto sacado a la luz crea nuevas oleadas de información, que puede ser manipulada e intoxicada con datos adicionales falsos, contribuyendo con ello a la confusión y al caos informativo y con ello a nuevas oleadas secundarias de información que nos aturdan aún mas y nos suman más profundamente en la apatía.

Si combinamos esta apatía, fruto de la poca energia emocional con la que intentamos responder, con las tremendas dificultades que el propio sistema nos pone a la hora de castigar a los responsables, se generan nuevas oleadas de frustración, cada vez más acusadas, que nos llevan, paso a paso, a la rendición definitiva y a la sumisión absoluta.

Así pues, no lo dudes: a las personas que ostentan el poder les interesa bombardearte con enormes volúmenes de información lo más superficial posible

Porqué una vez instaurada en la sociedad esta forma de interactuar con la información recibida, todos nosotros nos convertimos en adictos a ese incesante intercambio de datos.


El bombardeo de estímulos representa una auténtica droga para nuestro cerebro, que cada vez necesita más velocidad en el intercambio de informaciones y exige menos tiempo para tener que procesarlas.

Nos sucede a todos: cada vez nos cuesta más dedicar tiempo a leer un artículo largo cargado de información estructurada y razonada.

Exigimos que sea más resumido, más rápido, que se lea en una sola línea y que se ingiera como una pastilla y no como un ágape decente.


Nuestro cerebro se ha convertido en un drogadicto de la información rápida, en un yonqui ávido de contínuos chutes de datos que ingerir, a poder ser pensados y analizados por cualquier otro cerebro, para no tener que hacer el esfuerzo de fabricarnos una compleja y contradictoria opinión propia.

Porque odiamos la duda, pues nos obliga a pensar.
Ya no queremos hacernos preguntas.
Solo queremos respuestas rápidas y fáciles.

Somos y queremos ser antenas receptoras y replicadoras de información, como meros espejos que rebotan imágenes externas.
Pero los espejos son planos y no albergan más vida en ellos que la que reflejan proviniendo del exterior.
Hacia ahí se dirige el ser humano de forma acelerada.
¿Vamos a permitirlo?

CONCLUSIÓN

Quizás todo lo expuesto anteriormente no es lo que querías escuchar.
Es poco estimulante y resulta algo complicado y farragoso, pero las realidades complejas no pueden reducirse a un ingenioso titular en forma de twit.

Para emprender una transformación profunda de nuestro mundo, para iniciar una auténtica Revolución que lo cambie todo y nos lleve a una realidad mejor, deberemos descender hasta las profundidades de nuestra psique, hasta la sala de máquinas, donde estan en marcha todos los mecanismos que determinan nuestras acciones y movimientos.

Ahí es donde se está dirimiendo la auténtica guerra por el futuro de la humanidad

Nadie nos salvará desde un púlpito con brillantes proclamas y promesas de una sociedad más justa y equitativa.
Nadie nos salvará sólo contándonos la supuesta verdad, ni desvelando los más oscuros secretos de los poderes en la sombra.

Como acabamos de ver, la información y la verdad ya no tienen importancia, porque nuestros mecanismos de respuesta están averiados.

Debemos descender hasta ellos y repararlos; y para conseguirlo, debemos saber cómo funcionan.
Para ello no será necesario hacer un complejo curso de psicología: observando con atención y razonando por nosotros mismos podemos conseguirlo.

Porque no se trata de algo esotérico ni fundamentado en creencias extrañas de carácter Místico, Religioso o New Age.
Es pura lógica: No hay revolución posible sin una transformación profunda de nuestra psique a nivel individual.
Porque nuestra mente está programada por el Sistema.
Y por lo tanto, para cambiar ese Sistema que nos aprisiona, antes debemos desinstalarlo de nuestra mente.

¿Tú lo vas a hacer?

GAZZETTA DEL APOCALIPSIS
https://elrobotpescador.com/2017/08/14/por-que-no-estalla-una-revolucion/