Nuestro AND parece haber sido manipulado en el pasado, o seres que se hicieron pasar a ellos mismos como “dioses”. En Sumer, la raza alienígena de “dioses” fueron conocidos como los Anunnaki.
En Grecia, los Annodito. En el saber Celta, los Tuatha de Danaan. En las escrituras semíticas (Torah, Talmud, Antiguo Testamento y otros textos apócrifos, como el Libro de Enoch), éstos son llamados Los Nefilim, Los Hijos de Dios, o Los Vigilantes.
Estos Anunnaki se dice que ocupan otro planeta en nuestro sistema solar (conocido a los científicos que están buscándolo, como ‘Planeta X’). Este planeta es llamado Nibiru por los antiguos sumerios, y se dice que tiene una larga y elíptica órbita de 3600 años.
Este planeta, al contrario de otros planetas en nuestro sistema solar, se mueve con las manecillas del reloj, en vez de contra las manecillas.
Fue una colisión de Nibiru con otro planeta en nuestro sistema solar lo que creó la Tierra, según mucha de la mitología mundial.
Los mismos dioses tenían su propia monarquía, con leyes de sucesión similares a las nuestras, y ellos construyen un imperio global sobre la Tierra, con grandes ciudades, templos y monumentos, y poderosas naciones establecidas en varios continentes. Ellos crearon a la humanidad cono una raza esclava para que trabajase sus granjas y sus minas de oro, entre otras cosas.
Las leyendas sumerias son muy claras: el hombre fue hecho para llevar el yugo de los dioses.
El hombre estaba aparte de los dioses, como un animal domesticado, y había un grana tabú cultural entre los dioses en contra de compartir cualquiera de su información sagrada con la humanidad, incluso cosas como escritura y matemáticas.
Estos dioses gobernaban directamente sobre Egipto, Mesopotamia, y el Valle del Indus, y su reinado es registrado en las historias de todas esas tres civilizaciones.
En algún punto, se dice que algunos de los dioses rompieron filas. Esto, de nuevo, es registrado en casi cada cultura de la Tierra que tiene historia escrita u oral de leyendas. Algunos de los dioses, encontrando a las hembras humanas muy atractivas, se entrecruzaron con ellas (por supuesto, quebrando un importante tabú dentro de su propia cultura), y creando una raza de híbridos humanos/dioses.
Sin embargo, estas acciones (el entrecruzado y el compartir secretos con los humanos) incurrió en a cólera del dios más alto, y a un número de otros dioses que estaban disgustados por su cruce interracial. Esto detonó la masiva y devastadora batalla de los dioses que ha llegado hasta nosotros en forma de leyendas como Guerra en el Cielo y el Diluvio.
Es interesante que este diluvio es mencionado en las leyendas de casi todas las culturas antiguas en la Tierra.
Según Sitchin, mientras la producción de oro de los Anunnaki fue incrementada por medio de la minería en Sur África, así era el esfuerzo físico para extraerlo.
Después de continua minería de oro, de día y de noche, durante un período de 150,000 años (450,000 – 300,000AC), los Anunnaki mineros en Sur África se rebelaron. El motín fue resuelto a través de la intercesión de los dioses hermano/hermana de los Anunnaki, llamados Enki y Ninharsag, quienes genéticamente diseñaron a una hembra-mono para crear un trabajador de reemplazo.
Luego de considerables ensayos y errores, según la historia sumeria, fue desarrollado un trabajador híbrido adecuado. Con la tecnología capaz de la manipulación de genes, los Anunnaki implantaron el ovario de una hembra-mono en una joven Anunnaki.
Este temprano híbrido no podía reproducirse sexualmente, pero un tiempo más tarde, algunos de estos híbridos (referidos como cabezas negras en las Tablillas Sumerias) fueron movidos de África a un lugar que los sumerios llamaron E.DIN en Mesopotamia, y siguieron diseñándolos para que fueran capaces de reproducirse sexualmente.
Algún tiempo considerablemente más adelante, algunos de los Anunnaki (incluyendo a la realeza) comenzaron a aparearse con hembras humanas.
Está anotado en la Biblia:
“Los hijos de Dios vieron a las hijas de los hombres, que eran hermosas, y tomaron para sí esposas, escogiendo entre todas.”Genesis 6:2.
A los hijos de esta unión se les denominó hombres de renombre o semidioses.
(Referencia bíblica.: Cuando los hijos de dios llegaron a las hijas de los hombres y les engendraron hijos, estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron hombres de renombre.” Genesis 6:4).
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