La pasada madrugada, a las 4.17 hora peninsular española, el Sol ha demostrado que se encuentra cerca de su pico de gran actividad, que alcanzará a finales de este año, y ha producido una llamarada solar potentísima, la más fuerte con diferencia en lo que va de 2013.
El Observatorio de Dinámica Solar (SDO) de la NASA, una sonda lanzada hace dos años para estudiar el comportamiento del Astro rey, ha registrado una erupción de clase X1.7.
Las llamaradas solares pueden ser de clase A, B, C, M y X, de menor a mayor intensidad, seguidas de un número que va del 1 al 9, así que la de esta madrugada provoca respeto. Y no solo eso: durante una hora ocasionó un apagón de radio de alta frecuencia, según el Centro de Predicción del Clima Espacial supervisado por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU.
La llamarada ha ido acompañada de una brillante eyección de masa coronal (CME), una nube ardiente de partículas y radiación lanzada al espacio que puede afectar a las operaciones de los satélites y a las redes eléctricas.
Por fortuna, la Tierra no se encuentra en su camino, tampoco ningún otro planeta. Sin embargo, la eyección podría golpear dos naves de la NASA, Epoxi y Spitzer, el próximo 15 de mayo, según
SpaceWeather.com.
La mancha solar muy activa que produjo esta explosión está en el lado más lejano del Sol. Dentro de unos pocos días, se volverá hacia la Tierra. Esperemos entonces que se haya apaciguado.
Los ciclos de actividad de nuestra estrella duran once años. El actual, el ciclo 24, comenzó en 2008 y durará hasta 2019-2020. Según los científicos, alcanzará su máximo pico a finales de este año.
Hasta la pasada madrugada, según explican en
Space.com, las llamaradas solares de 2013 no habían pasado de la clase M en el escalafón. La más potente se quedó en M6.5.
Dos gigantescas erupciones solares en 24 horas
Dos gigantescas explosiones se produjeron en el Sol el 13 de mayo. A pesar de la potencia del fenómeno, los científicos aseguran que no hay amenaza de perturbación magnética en la Tierra.
La primera explosión solar, de clase X1,7, se registró el 13 de mayo a las 2:17 GMT.
El segundo destello, de clase X2,8, se produjo a las 16:16 GMT en la región activa que se encuentra en el extremo oriental del Sol, según datos del Centro de Predicción del Clima Espacial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA).
Erupciones de clase X tan potentes no se registraban en el Sol desde octubre de 2012, cuando los rayos X alcanzaron la clase X1,8.
Los destellos solares se dividen en cinco clases (A, B, C, M y X) en función de la potencia de la radiación de los rayos X. La clase más baja es A0,0, que corresponde a la potencia de radiación en la órbita de la Tierra de 10 nanovatios por metro cuadrado. Cada clase tiene una potencia diez veces superior a la anterior.
Las explosiones de clase X son las más fuertes, y pueden causar pérdidas de radio en todo nuestro planeta, tormentas radioactivas de larga duración y pueden tener efectos nocivos sobre los seres vivos, el clima, las telecomunicaciones, los satélites y el suministro de energía eléctrica.
Las erupciones en el Sol ambién suelen ir acompañadas de emisiones de plasma solar. Si la nube de plasma alcanza la Tierra se produce una tormenta magnética.
“La situación de la fuente del destello que se ha producido hoy no es geoefectiva, si las partículas cargadas expulsadas durante la explosión no se dirigen hacia la Tierra, es muy poco probable que se dé una tormenta magnética”, explica el director del Centro de Pronósticos del Clima Espacial del Instituto de Magnetismo Terrestre, Ionosfera y Propagación de Ondas de Radio (IZMIRAN) Serguéi Gaidash.
El Sol pasa por ciclos regulares de actividad y cada 11 años aproximadamente se producen inflexiones en las que suelen producirse erupciones solares que pueden deformar y alterar considerablemente el campo magnético de la Tierra.
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