John Dee, el extraordinario alquimista y matemático inglés del siglo XVI, afirmaba que la tierra no era redonda, sino achatada en los extremos, que existía una matemática no euclidiana y que la Tierra no era sólida componiéndose de esferas superpuestas que podían comunicarse entre ellas. Insistió ante la Reina Isabel de Inglaterra para que se apoderara de Groenlandia, porque esta Isla daba acceso a otro universo paralelo, como se diría hoy.
John Dee sabía también que en América estaba el Occidente Secreto, que era el Continente de la Otra Luz, de aquella que nace cuando muere la luz del sol físico y visible, tal vez la Luz del Sol Negro, o mejor del Rayo Verde, que anuncia la Estrella de la Mañana.
Todo esto le era revelado a John Dee concentrándose en una esfera negra, de4 un material desconocido , que hoy puede verse en el British Museum y por un 'Angel' (el 'Angel de la Ventana Occidental', de Gustav Meyrink), que le enseñó un lenguaje totalmente nuevo y que Dee llamó Enociano (de Enoc, el patriarca del Génesis bíblico). Sin duda, John Dee estableció comunicaciones con extraterrestres venidos de Hiperbórea, de la Tierra Interna, o de Venus.
Sus 'Angeles' podían viajar, según Dee, hacia el pasado o hacia el futuro en el tiempo. Las obras de Dee, con las claves de sus revelaciones, han sido hechas desaparecer, como siempre, y su biblioteca fue saqueada y quemada.
He contemplado largo tiempo en el British Museum el espejo de John Dee. Una obs diana, según se dice allí, perteneciente a los aztecas y que Hernán Cortés llevó a Europa.
¿Sería, acaso, el espejo de la Princesa Papán, con el que veía a Quetzalcóatl, el Dios Blanco, donde éste le hablaba y ella tenía sus visiones?
¿Será este mismo Dios que se presentó a John Dee? Poco sabemos de los Dioses Blancos de América, porque la Inquisición destruyó todos los documentos que a ellos se referían y que hablaban de un Cristo mucho más antiguo, el de la Atlántida, venido de otros mundos. El Angel de John Dee puede ser también el mismo Angel de Rilke, aparecido en Duino..
A proposito de las esferas superpuestas de Dee y de su matemática no euclidiana, Rieman habla de 'superficies superpuestas'. De este modo, los 'otros mundos interiores,subterráneos', no estarían dentro de la tierra, sino aquí mismo, invisibles, sin tocarse, a causa de estados distintos de la conciencia, que bloquean -por así decir- las comunicaciones y las entradas.
Pero los 'pasos' existen. Son los 'túneles', los 'tubos astrales'. Por allí entran los platillos y por allí se sale, a veces accidentalmente, a esos otros mundos como le ocurrió al cabo del ejército chileno en el norte del país, que se sintió como succionado por aquel OVNI que 'conocía su pensamiento' y luego perdió conciencia y memoria.
A esas 'otras tierras' habría entrado también el Almirante Byrd, a esos repliegues del espacio o arrugas topológicas, dobleces análogas. La emoción que produce la visión repentina de un OVNI es causada por la presencia de otro universo paralelo. Es posible que los platillos estén todo el tiempo aquí, pero no los vemos.
Tal vez ellos tampoco nos vean. Y sólo a veces, a causa del encuentro con un pasaje, un túnel, una puerta de entrada, nos encontramos cara a cara. Allí o aquí, está entonces Hiperbórea, Agarthi, Kambalá, el Reino del Preste Juan y allí se han ido todos aquellos que descubrieron las llaves que abren esas puertas........
Fuente: http://veritas-boss.blogspot.com.es/2012/11/alquimistasjohn-dee.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario