Vasijas descubiertas en un túmulo funerario escita contenían restos de opio y marihuana, confirmando así lo contado por el historiador Heródoto sobre estos pueblos de la estepa póntica.
La dramática escena de un hombre de cierta edad masacrando a un joven puede hacer referencia a las «Guerras Bastardas» de las que habla Heródoto.
Los escitas dominaron las vastas praderas de Eurasia por mil años, llevando temor a los corazones de los antiguos griegos y persas. A pesar de su increíble extensión, este pueblo, caracterizado por una cultura basada en el pastoreo nómada y la cría de caballos de monta, no dejó ciudades o asentamientos tras de sí.
Asimismo, la mayor parte de lo que se conoce sobre los escitas procede de fuentes extranjeras, concretamente griegas y latinas. Las principales de ellas son el libro IV de la Historia de Heródoto (440 a.C.), la Geografía de Estrabón y el poema de Ovidio Epístola desde el Ponto, que describe principalmente la Escitia Menor, ambos de la misma época (circa 13 d.C.). La arqueología ha descubierto testimonios de la cultura escita en los montículos funerarios de Ucrania y el sur de Rusia, los cuales son conocidos con el nombre de kurgans.
Ahora, uno de estos kurgans, localizado en las montañas del Cáucaso Sur, Rusia, ha revelado un intrigante descubrimiento: artefactos de oro que arrojan algo de luz sobre el sombrío mundo de los escitas, donde, como relata Heródoto, no faltaban los rituales psicotrópicos. «Es un descubrimiento único», dice el arqueólogo Anton Gass en una nota publicada en National Geographic.
«Son unos de los objetos más sofisticados jamás hallados en la región». Los artefactos de oro encontrados dentro de una recámara secreta del montículo funerario. El sorprendente hallazgo, que tuvo lugar en 2013, se mantuvo en secreto hasta hoy para proteger el lugar de saqueadores.
El arqueólogo Andrei Belinski comenzó a excavar en el kurgan, llamado Sengileevskoe-2, como parte de un proyecto para despejar el área ante el paso de un tendido eléctrico. Luego de semanas de excavación, el equipo de Belinski se topó con una recámara rectangular subterránea flanqueada por grandes rocas.
La recámara contenía vasijas, anillos, collares, y brazaletes de oro de 2,400 años de antigüedad. Juntos, todos los objetos pesan poco más de 3 kilos. Rituales con Cannabis y Opio En los meses siguientes,
Belinski le solicitó a un grupo de criminólogos de la ciudad de Stávropol que analizaran el residuo negro dentro de las vasijas. Los resultados dieron positivo para opio y cannabis, confirmando una práctica antigua reportada por Heródoto. El historiador griego mencionó que los misteriosos escitas arrojaban una planta sobre piedras calientes en una especie de saunas y se embriagaban al inhalar los vapores.
Debido a que el residuo yacía dentro de las vasijas, los investigadores creen que éstas eran utilizadas para preparar y tomar un fuerte brebaje a base de opio, mientras la marihuana —término genérico empleado para denominar a los cogollos de la cannabis— era quemada e inhalada en la misma habitación.
El montículo central donde tuvo lugar el descubrimiento fue excavado por completo hace pocos meses y, a pesar que no se encontraron otros artefactos preciosos, Gass y Belinski desenterraron una red de zanjas y anillos de tierra que sugieren que el kurgan podría formar parte de un complejo ceremonial más grande. Publicado el 27 de mayo de 20150 comentarios Etiquetas:
Artículo publicado en MysteryPlanet.
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