Académicos de la Universidad de Manchester, Reino Unido, descartaron como «imposible» el relato sostenido durante mucho tiempo de que la antigua reina egipcia Cleopatra murió a causa de una mordedura de serpiente. «La Muerte de Cleopatra», 1874, por Jean André Rixens.
Los especialistas rechazaron en concreto lo referente a la serpiente que habría estado implicada en la muerte de Cleopatra y de dos de sus doncellas en el mismo momento dentro del palacio de la reina, sin que nadie lo haya notado.
En principio, una serpiente —cobra o áspid en este caso— venenosa de Egipto habría sido demasiado grande y pesada como para haber podido estar oculta en una canasta de higos, traídos del campo, que fue llevada hasta donde se encontraba la reina.
De acuerdo con Andrew Gray, curador de herpetología en el Museo de Manchester, típicamente las cobras pueden medir desde 1.5 metros hasta 2.5 metros de largo, «demasiado grandes como para ocultarse fácilmente».
El egiptóloga Joyce Tyldesley refirió que el relato antiguo sobre el suicidio de Cleopatra indica que la cobra también mordió y mató a dos de sus doncellas, pero «habría muy poco tiempo para morderlas a las tres». Además, el veneno de una serpiente provoca la muerte de una persona «muy lentamente», en todo caso habría sólo una posibilidad del 10 por ciento para que sucediera, pues «la mayoría de mordeduras son secas, no inyectan el veneno», precisó.
«Eso no quiere decir que no son peligrosas: el veneno provoca necrosis y sin duda puede matar, pero muy lenta y dolorosamente.
Así que sería imposible usar una serpiente para matar a dos o tres personas, una tras otra, porque las serpientes usan veneno para protegerse y para cazar; es decir, conservan su veneno para utilizarlo en momentos de necesidad», precisó la experta. Cobra egipcia. Cleopatra está fuertemente asociada con las serpientes, al igual que muchos reyes y reinas del antiguo Egipto.
Además, se creía que ella era la encarnación de la diosa Isis y que podía tomar la forma de una serpiente (¿una reptiloide acaso?). Tyldesley, autora del libro Cleopatra: Última reina de Egipto, afirmó que solo uno de los aspectos del relato ha demostrado ser correcto: los antiguos egipcios creían que las serpientes eran buenas madres. «Muy pocas serpientes tienen un instinto maternal, sin embargo la cobra es una excepción, protege el nido hasta que nacen sus hijos», coincide el doctor Gray.
La muerte de la última regente faraónica de Egipto ha estado bajo intenso escrutinio durante la última década, con cada vez más estudios que sugieren que tal vez se quitó la vida por medio de un poderoso cóctel de drogas.
De ser ese el caso, entonces quedaría determinar si se lo autoadministró o no. Cleopatra se suicidó el 14 de agosto del año 30 a.C., después de que su amante Marco Antonio falleciera en sus brazos. Desde entonces, el destino de sus restos mortales ha sido un enigma.
Artículo publicado en MysteryPlanet
No hay comentarios:
Publicar un comentario