Un estudio de la Universidad de Texas afirma que la civilización maya creó el efecto invernadero en la atmósfera global antes de la llegada de las fábricas, generando así el primer cambio climático de la historia.
La civilización maya habría originado el cambio climático
En la actualidad existe una notable preocupación por el clima. El aumento de los gases de efecto invernadero, la deforestación, la destrucción de ecosistemas marinos y la superpoblación son factores clave en lo que denominamos el cambio climático. Uno pensaría, por tanto, que este es un fenómeno moderno causado por la industrialización y la sociedad capitalista.
Sin embargo, y siendo precisos, no ha sido siempre del sistema productivo actual, y es que un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Texas, en Austin, Estados Unidos, ha concluido que los mayas ya cambiaron el clima antes de la revolución industrial, es decir, de que las fábricas aparecieran en el viejo continente.
Según el estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, para crear los vastos sistemas de canalización de agua y humedales con el fin de contrarrestar la sequía, deforestaron la selva y liberaron a la atmósfera gases de efecto invernadero… algo que, a la postre, pudo suponer el fin de su civilización.
Los mayas se extendieron por un territorio de 350.000 Km cuadrados en lo que hoy día es la península de Yucatán (México), Guatemala, Honduras y Belice.
Alcanzó su máximo esplendor durante el llamado periodo clásico, entre los años 250 y 900 de nuestra era. Sus poderosas ciudades estado jalonan hoy la selva para ser objeto de visitas turísticas: esplendorosas pirámides y templos, fantásticas inscripciones y grabados.
Pero en el año 900 algo extraño ocurrió. Un misterio aún no resuelto que obligó abandonar más de 50 magníficas ciudades a su suerte.
Pero en el año 900 algo extraño ocurrió. Un misterio aún no resuelto que obligó abandonar más de 50 magníficas ciudades a su suerte.
Para Tim Beach, director del estudio, una de las causas reside en la sequía. «Sus largas y complejas redes de humedales podrían haber cambiado el clima mucho antes de la industrialización» -asegura.
Gracias al barrido por láser o lidar (Light Detection and Ranging o Laser Imaging Detection and Ranging) y otras técnicas arqueológicas y de datación, los investigadores estadounidenses obtuvieron evidencias de la profunda y extensa transformación de la naturaleza durante el tiempo de expansión de la civilización maya.
Las imágenes del lidar revelaron la presencia de antiguos humedales y sistemas de canalización en Belice alrededor de los cuales se encontraron rastros de alimentos, como maíz y conchas en un área explorada de 250 kilómetros cuadrados bajo la selva amazónica.
Estos hallazgos despejaban el misterio de cómo se alimentó esta gran civilización en la selva. “Estos complejos de humedales y canales fueron cruciales para el transporte y la agricultura –precisó Sheryl Luzzadder-Beach, coautora del trabajo- en especial después de que comenzaran los duros periodos de sequía y en respuesta al crecimiento de la población.”
Y claro, los extensos humedales incrementaron la liberación de dióxido de carbono a la atmósfera, a causa de la quema de rastrojos, y del metano, procedente de la actividad agrícola.
Según el estudio, estos humedales alcanzaron su cumbre coincidiendo con un importante incremento en los niveles de metano en el planeta durante el primer milenio de esta era, y a la vez que se produjeron redes de humedales similares en América del Sur y China.
Según el estudio, estos humedales alcanzaron su cumbre coincidiendo con un importante incremento en los niveles de metano en el planeta durante el primer milenio de esta era, y a la vez que se produjeron redes de humedales similares en América del Sur y China.
La consecuencia, los mayas podrían haber calentado el planeta. “Ejercieron un impacto antropogénico más temprano, más intensivo y más extenso de lo que se pensaba” –concluyen los especialistas.
Es curioso porque ha quedado demostrado que en los últimos dos milenios ninguna variación en la actividad del Sol, ni ninguna erupción volcánica, ha tenido un efecto tan global ni tan vertiginoso como el cambio climático actual.
Desde finales del siglo XIX la temperatura ha aumentado de promedio 0,9ºC. La causa de este significativo aumento, especialmente en los últimos 35 años, es imputable a la industrialización y la quema de combustibles fósiles. Algo tenemos que hacer para no desaparecer como los mayas.
Periodista y escritor
24 de Octubre de 2019 (17:00 CET)
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