A unos 200 kilómetros de la capital sudanesa sobresalen del terreno árido e inhóspito del desierto los restos de una antigua ciudad. En medio de las dunas, las solitarias pirámides parecen haber sido olvidadas por el mundo moderno, sin restaurantes u hoteles cercanos para atender a los turistas que acuden a apreciarlas.
El complejo arqueológico de las pirámides de Meroe, en el desierto de Nubia (norte de Sudán), se encuentra a más de 200 kilómetros de Jartum, la capital de Sudán, en la ribera de una amplia curva del río Nilo, cerca de un grupo de aldeas llamado Bagrawiyah.
Alrededor del año 1.000 a.C. y tras la caída de la dinastía egipcia número 24, el Reino Nubio de Kush pasó a ser la principal potencia de la región media del Nilo.
“Sudaneses y extranjeros visitan las pirámides, pero en el pasado solía venir más gente.
Este año no han sido tantos.
“Esta es nuestra historia. Aquí están enterrados nuestros antepasados”, explica Abdullah, oriundo de la aldea Al Tarabil, a pocos kilómetros de esta antigua necrópolis. Según él, en “un buen día” puede llegar a ganar entre 10 y 16 dólares ofreciendo paseos en camellos a los turistas.
Visitar este complejo histórico cuesta 10 dólares. Actualmente, se están realizando iniciativas para preservar las pirámides de la acción de los elementos y del daño causado por la actividad humana.
Por RT
No hay comentarios:
Publicar un comentario