En lo alto de la estratosfera, un vórtice de viento está girando, y
ese altanero remolino podría agitar las profundidades del océano. Nuevas
simulaciones de supercomputación sugieren que un vórtice de viento
estratosférico ayuda a agitar los océanos de todo el planeta, y por
tanto, también podría ayudar a formar el clima global, dicen los
investigadores.
Los científicos ya sabían que la actividad en la estratosfera entre 10 a 50 kilómetros por encima de la Tierra desempeña un papel en lo que sucede en la troposfera,
la parte de la atmósfera que se extiende desde la superficie del
planeta a la estratosfera. También sabían que el comportamiento de la
troposfera influye en los patrones de circulación de los océanos, que a
su vez, conduce el clima. Esta investigación se informó a principios de
este año, y daba a entender que los acontecimientos en la estratosfera podrían afectar directamente a los océanos,
aunque esos hallazgos se han basado en un modelo climático simple y una
simulación por ordenador que ha ido modelando la estratosfera durante
unos relativamente cortos 260 años.
Para profundizar en estos vínculos de la estratosfera con los océanos, el climatólogo Thomas Reichler, de la Universidad de Utah en Salt Lake City y sus colegas, reexaminaon las simulaciones de un conocido modelo climático, desarrollado por la National Oceanic and Atmospheric Administration, que ha compilado 4.000 años de condiciones atmosféricas y oceánicas, y las han comparado con datos meteorológicos y oceánicos recopilados durante los últimos 30 años. Estas simulaciones revelaron una sorprendente relación entre los vientos estratosféricos y las corrientes oceánicas de una profundidad de 2 kilómetros bajo de las olas. Los investigadores informan en línea en la revista Nature Geoscience que los resultados de ese modelo climático fueron apoyados con datos de 18 modelos.
Cada 2 años de promedio, descubrieron que, repentinamente, la estratosfera se calienta en varias decenas de grados centígrados. Durante estos eventos, el vórtice polar de vientos estratosféricos de hasta 130 km. por hora los vientos que circundan el Ártico pueden debilitarse o cambiar de dirección (de izquierda a derecha alrededor del Polo Norte), durante un máximo de 2 meses. Las simulaciones sugieren que durante décadas, estos eventos de calentamiento perturban dramáticamente la superficie del océano, lo que afecta al flujo de la circulación meridional atlántica, un sistema de corrientes que actúa como una cinta transportadora del movimiento del agua por todo el planeta.
"Los efectos de la estratosfera puede explicar en un orden del 30% las oscilaciones que encontramos en el océano", afirma Reichler. "Encontramos que la circulación meridional atlántica tiene un ‘talón de Aquiles’, un punto vulnerable en el norte del Océano Atlántico en la región del sur de Groenlandia". Esa región, dice, es susceptible a pequeñas cantidades de calentamiento o enfriamiento de la atmósfera, y la forma en que se enfría el agua influye en lo mucho o poco que ésta se hunde, lo que conduce impulsar o retrasar, respectivamente, la cinta transportadora del océano.
"Nunca había considerado que los fenómenos meteorológicos a decenas de kilómetros de altura en la atmósfera influyeran tan significativamente, y en escala de décadas a siglos, en las profundidades en el océano", señala el climatólogo Judah Cohen del Atmospheric and Environmental Research en Lexington, Massachusetts, que no participó en este estudio. "Este estudio es un ejemplo más de cuán sorprendente y complejo es el sistema climático, de cómo están interrelacionados o conectados todos los componentes, y lo difícil que resulta modelarlos correctamente."
Estos hallazgos sugieren que los modelos climáticos no deberían pasar por alto la estratosfera, como suele suceder. Sin embargo, Reichler advierte que aún no está claro cuán importante es la estratosfera en el clima. Los acontecimientos de repentino calentamiento estratosférico analizados en el documento son impulsados por ondas que viajan hacia arriba de la troposfera, "por lo que uno podría discutir si la troposfera es la causa primaria de estos episodios", apunta Reichler. "Yo diría que la estratosfera lo que hace es amplificar estos efectos iniciados en la troposfera y que más tarde tienen un impacto en el océano, pero me gustaría que hubiese más investigación sobre ello para aclarar realmente esta cuestión".
Para profundizar en estos vínculos de la estratosfera con los océanos, el climatólogo Thomas Reichler, de la Universidad de Utah en Salt Lake City y sus colegas, reexaminaon las simulaciones de un conocido modelo climático, desarrollado por la National Oceanic and Atmospheric Administration, que ha compilado 4.000 años de condiciones atmosféricas y oceánicas, y las han comparado con datos meteorológicos y oceánicos recopilados durante los últimos 30 años. Estas simulaciones revelaron una sorprendente relación entre los vientos estratosféricos y las corrientes oceánicas de una profundidad de 2 kilómetros bajo de las olas. Los investigadores informan en línea en la revista Nature Geoscience que los resultados de ese modelo climático fueron apoyados con datos de 18 modelos.
Cada 2 años de promedio, descubrieron que, repentinamente, la estratosfera se calienta en varias decenas de grados centígrados. Durante estos eventos, el vórtice polar de vientos estratosféricos de hasta 130 km. por hora los vientos que circundan el Ártico pueden debilitarse o cambiar de dirección (de izquierda a derecha alrededor del Polo Norte), durante un máximo de 2 meses. Las simulaciones sugieren que durante décadas, estos eventos de calentamiento perturban dramáticamente la superficie del océano, lo que afecta al flujo de la circulación meridional atlántica, un sistema de corrientes que actúa como una cinta transportadora del movimiento del agua por todo el planeta.
"Los efectos de la estratosfera puede explicar en un orden del 30% las oscilaciones que encontramos en el océano", afirma Reichler. "Encontramos que la circulación meridional atlántica tiene un ‘talón de Aquiles’, un punto vulnerable en el norte del Océano Atlántico en la región del sur de Groenlandia". Esa región, dice, es susceptible a pequeñas cantidades de calentamiento o enfriamiento de la atmósfera, y la forma en que se enfría el agua influye en lo mucho o poco que ésta se hunde, lo que conduce impulsar o retrasar, respectivamente, la cinta transportadora del océano.
"Nunca había considerado que los fenómenos meteorológicos a decenas de kilómetros de altura en la atmósfera influyeran tan significativamente, y en escala de décadas a siglos, en las profundidades en el océano", señala el climatólogo Judah Cohen del Atmospheric and Environmental Research en Lexington, Massachusetts, que no participó en este estudio. "Este estudio es un ejemplo más de cuán sorprendente y complejo es el sistema climático, de cómo están interrelacionados o conectados todos los componentes, y lo difícil que resulta modelarlos correctamente."
Estos hallazgos sugieren que los modelos climáticos no deberían pasar por alto la estratosfera, como suele suceder. Sin embargo, Reichler advierte que aún no está claro cuán importante es la estratosfera en el clima. Los acontecimientos de repentino calentamiento estratosférico analizados en el documento son impulsados por ondas que viajan hacia arriba de la troposfera, "por lo que uno podría discutir si la troposfera es la causa primaria de estos episodios", apunta Reichler. "Yo diría que la estratosfera lo que hace es amplificar estos efectos iniciados en la troposfera y que más tarde tienen un impacto en el océano, pero me gustaría que hubiese más investigación sobre ello para aclarar realmente esta cuestión".
Referencia: Science.org .
Autor: Charles Choi el 23 de septiembre de 2012,
Fuente: http://bitnavegante.blogspot.com.es/2012/09/vientos-estratosfericos-agitan-los-abismos.html?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed:+bitnavegante+%28BitNavegantes%29&utm_term=Google+Reader