La idea de que los seres humanos podemos ser una raza de esclavos pertenecientes a una sociedad extraterrestre no es nueva. Y esta es también la teoría del escritor William Bramley, que describió muy claramente en su obra “Los Dioses del Edén” y en la que me he basado para escribir este artículo.
Esta
idea ya fue expresada miles de años atrás en los registros de las
civilizaciones más antiguas de la humanidad. La primera de esas
civilizaciones fue la de Sumer, una sociedad notablemente avanzada que
surgió en el valle del Tigris-Eufrates entre los años 5000 y 4000 a.C. y
floreció como una civilización mayor en los 3500 a.C. Esto lo explicó
con notable detalle Zecharia Sitchin en varios de sus libros.
Al
igual que otras sociedades antiguas que surgieron en la región de
Mesopotamia, Sumer dejó registros donde se estableció que criaturas de
apariencia humana de origen extraterrestre gobernaban a la antigua
sociedad humana como los primeros monarcas de la Tierra.
A aquellos pueblos no terrestres comúnmente se les consideraba como “dioses”. Algunos “dioses” sumerios se decía que viajaban por el cielo y por los espacios en vehículos volantes. Antiguas esculturas presentan a varios “dioses” llevando aparatos parecidos a los anteojos de los pilotos modernos. Los sacerdotes actuaban como intermediarios entre los “dioses” y la población humana.
No
todos los dioses mesopotámicos eran extraterrestres de apariencia
humana. Algunos eran aparentemente androides y se le atribuían atributos
ficticios como los que se les atribuían comúnmente a los dioses
extraterrestres de apariencia humana. No obstante, descubrimos dentro
del panteón mesopotámico una clase diferente de seres que claramente
encaja dentro del molde de los “antiguos astronautas”.
Los testimonios históricos y los de los tiempos modernos indican que esos “dioses” son tan humanos en su comportamiento como nosotros. Sin embargo, tenemos dificultades para llamarles “dioses” provenientes de algún planeta, aunque hay muchas especulaciones sobre su lugar de origen. Además, es posible que la presunta propiedad de la Tierra haya cambiado de manos durante los últimos milenios.
Los testimonios históricos y los de los tiempos modernos indican que esos “dioses” son tan humanos en su comportamiento como nosotros. Sin embargo, tenemos dificultades para llamarles “dioses” provenientes de algún planeta, aunque hay muchas especulaciones sobre su lugar de origen. Además, es posible que la presunta propiedad de la Tierra haya cambiado de manos durante los últimos milenios.
En
el folklore judío, Rahab es el nombre de un demonio marino, un dragón
del agua, el gobernante del mar. Rahab es mencionado en el Talmud y en
el Antiguo Testamento, se le ha dado la etimología de escándalo, tumulto
y arrogancia. Su nombre original era el abismo primordial, el dragón
marino de la oscuridad y el caos, era comparable al Leviatán y a
Tiamat.
Más
tarde Rahab llegó a ser un demonio especial, habitante del mar,
especialmente asociado al Mar Rojo, en este caso algunas veces asociados
con el Leviatán. Rahab es o era el ángel de la insolencia y el orgullo,
es responsable de agitar las aguas y producir las olas, el también es
responsable de la tempestades del mar, de acuerdo con algunas fuentes
era el ángel guardián de Egipto, una posición a menudo designada a otros
ángeles tales como Belial, Mastema, Samael y Uzza. Rahab representa el
caos en textos antiguos tales como la Biblia.
Y creemos que en realidad representa al “dios” sumerio Ea.
Rahab
es también una organización emparentada con la Hermandad de la
serpiente, organización fundada por el príncipe Annunaki Ea (ENKI) según
la leyenda. La Hermandad de la serpiente se rige por un linaje
sanguíneo, traspasándose la sabiduría de padres a hijos. Los hijos
humanos de este dios sumerio fueron los primeros iniciados hace más de 6
mil años, que es cuando parece se funda la hermandad.
Este linaje, originario de la Atlántida, parte de Mesopotamia y se dirigen a Europa, donde siguen la tradición en un entorno totalmente secreto. Participan del control del mundo a través de sus conexiones con otras logias. Aseguran ser poseedores de una sabiduría superior enseñada por el mismo Enki, el portador de luz de conocimiento. Se afirma que guardan antiguos documentos ancestrales y los iniciados superiores tienen comunicación con seres extraterrestres, Los antiguos Elohim, los dioses de la antigüedad.
Este linaje, originario de la Atlántida, parte de Mesopotamia y se dirigen a Europa, donde siguen la tradición en un entorno totalmente secreto. Participan del control del mundo a través de sus conexiones con otras logias. Aseguran ser poseedores de una sabiduría superior enseñada por el mismo Enki, el portador de luz de conocimiento. Se afirma que guardan antiguos documentos ancestrales y los iniciados superiores tienen comunicación con seres extraterrestres, Los antiguos Elohim, los dioses de la antigüedad.
William Bramley inventó un nuevo término basado en la aparente relación de los “dioses” con la raza humana: “los Custodios”.
Con este nombre identificaba a una sucesión de sociedades
extraterrestres que parece han tenido la propiedad y custodia de la
Tierra desde la prehistoria.
Pero yo prefiero utilizar el nombre de Annunakis,
que fue empleado por Zecharia Sitchin. ¿Qué tipo de seres son esos
Annunakis? Los registros históricos y los testimonios modernos los
describen como físicamente muy parecidos a los humanos, racialmente
diversos y bastante similares a los seres humanos en su comportamiento.
Los
antiguos escritos y los modernos testimonios indican que las
personalidades de los Annunakis se desenvuelven en una gama completa
desde santos hasta pecadores; desde el más degradado de los déspotas
hasta el más bondadoso de los humanitarios. Desgraciadamente, todo
parece indicar que es el elemento más despótico de su sociedad el que
influye más en los asuntas de la Tierra.
Las
antiguas civilizaciones mesopotámicas registraron gran parte de su
historia en tablillas de arcilla. Sólo se ha conservado una parte de
aquellas tablillas, en que se explica una importante historia acerca de
los “dioses” Annunakis y sus relaciones con el Homo sapiens. De
acuerdo a esta historia, hubo un tiempo en que los seres humanos no
existían en nuestro planeta. Pero la Tierra ya estaba habitada por
miembros de la civilización Annunaki. No obstante, la vida de los
Annunakis en la Tierra no era placentera, ya que sus esfuerzos por
explotar los recursos naturales y los minerales de la Tierra, resultaban
agotadores.
Como nos dice una tablilla: “Cuando los dioses parecidos a los hombres soportaban el trabajo y sufrían el duro esfuerzo, el afán de los dioses fue grande. El trabajo era pesado, el cansancio era mucho…”.
Las tablillas describe el pesado e interminable trabajo de los obreros Annunakis en las operaciones mineras de la Tierra, ordenadas por sus líderes. Los trabajadores estaban permanentemente quejándose y amenazando con la rebelión contra sus líderes. Era necesaria una solución y se encontró una: crear un nuevo ser que fuera capaz de realizar las mismas labores que hacían los Annunakis en la Tierra. Con este propósito en mente los “dioses” Annunaki crearon el Homo sapiens.
Como nos dice una tablilla: “Cuando los dioses parecidos a los hombres soportaban el trabajo y sufrían el duro esfuerzo, el afán de los dioses fue grande. El trabajo era pesado, el cansancio era mucho…”.
Las tablillas describe el pesado e interminable trabajo de los obreros Annunakis en las operaciones mineras de la Tierra, ordenadas por sus líderes. Los trabajadores estaban permanentemente quejándose y amenazando con la rebelión contra sus líderes. Era necesaria una solución y se encontró una: crear un nuevo ser que fuera capaz de realizar las mismas labores que hacían los Annunakis en la Tierra. Con este propósito en mente los “dioses” Annunaki crearon el Homo sapiens.
Las tablillas mesopotámicas hablan de una historia de la creación en la cual unos “dioses”
“matan” a otro “dios” y mezclan su cuerpo y su sangre con arcilla.
Véase la similitud simbólica con el acto de la Eucaristía en la iglesia
católica. De esta mezcolanza produjeron un ser humano. La nueva criatura
de la Tierra resultó muy similar en apariencia a sus creadores
Annunakis. En su libro “El doceavo planeta”, Zecharia Sitchin
analiza minuciosamente la historia sumeria de la creación y concluye que
el relato del cuerpo de un “dios” mezclado con arcilla puede tener
relación con la ingeniería genética. Zecharia Sitchin apoya su
sorprendente conclusión señalando que las tablillas sumerias explican
que los primeros humanos fueron creados en el vientre de “diosas”
Annunakis.
De acuerdo a las tablillas, había Annunakis machos y hembras, que se reproducían mediante relaciones sexuales. De hecho, los antiguos mesopotámicos dicen que ellos proveían de la relación de “dioses” Annunakis con mujeres humanas. Sitchin cree que la arcilla en realidad era una sustancia especial que pudo ser insertada dentro de la matriz de una ·”diosa” Annunaki. Esta sustancia proporcionaba el código genético de la nueva criatura: el Homo sapiens (“hombre que piensa”). Los humanos aparentemente podían ser engendrados de esta manera porque eran físicamente muy parecidos a los Annunakis. Lo curioso es que los científicos modernos han conseguido la reproducción de una manera similar.
De acuerdo a las tablillas, había Annunakis machos y hembras, que se reproducían mediante relaciones sexuales. De hecho, los antiguos mesopotámicos dicen que ellos proveían de la relación de “dioses” Annunakis con mujeres humanas. Sitchin cree que la arcilla en realidad era una sustancia especial que pudo ser insertada dentro de la matriz de una ·”diosa” Annunaki. Esta sustancia proporcionaba el código genético de la nueva criatura: el Homo sapiens (“hombre que piensa”). Los humanos aparentemente podían ser engendrados de esta manera porque eran físicamente muy parecidos a los Annunakis. Lo curioso es que los científicos modernos han conseguido la reproducción de una manera similar.
Las antiguas tablillas mesopotámicas señalan a un “dios” en particular como el promotor y ejecutor de la creación del homo sapiens.
El nombre de ese “dios” era Ea, que era hijo de un rey Annunnaki que se
decía gobernaba otro planeta dentro del vasto imperio Annunaki.
El príncipe Ea era conocido por el título de “EN-KI”, que significaba “señor [o príncipe] de la Tierra”. Los textos de los antiguos sumerios revelan que el título de Ea no era totalmente preciso porque se decía que Ea había perdido su dominio sobra la mayor parte de la Tierra con su medio hermano Enlil, durante una de las innumerables rivalidades e intrigas de los gobernantes Annunakis.
El príncipe Ea era conocido por el título de “EN-KI”, que significaba “señor [o príncipe] de la Tierra”. Los textos de los antiguos sumerios revelan que el título de Ea no era totalmente preciso porque se decía que Ea había perdido su dominio sobra la mayor parte de la Tierra con su medio hermano Enlil, durante una de las innumerables rivalidades e intrigas de los gobernantes Annunakis.
Además de la creación del Homo sapiens,
el príncipe Ea aparece en las tablillas mesopotámicas por muchas otras
realizaciones. Aparentemente Ea era un científico de considerable
talento. Se dice que él drenó los pantanos del Golfo Pérsico y los
reemplazó por tierras fértiles.
Él supervisó la construcción de represas y diques. A él le gustaba navegar y construyó barcos con los que navegar los mares. Cuando llegó el tiempo de crear el homo sapiens, demostró una buena comprensión de la ingeniería genética. Pero de acuerdo a las tablillas, no sin antes someterlo a un proceso de prueba y error. También es significativa la descripción de Ea como de buen corazón con respecto a su creación: el Homo sapiens.
Los
textos mesopotámicos retratan a Ea como un abogado que habla ante los
consejos Annunakis a favor de la nueva raza de la Tierra. Ea se oponía a
muchas de las crueldades que muchos gobernantes Annunakis, incluyendo a
su medio-hermano Enlil, cometían con los seres humanos. Por las
tablillas sumerias, se sabe que al parecer Ea no quería que el homo
sapiens se le tratara severamente, pero sus deseos a este respecto
fueron invalidados por otros líderes Annunakis.
Como acabamos de ver, nuestros antiguos y altamente civilizados ancestros relataron una muy diferente historia del surgimiento de la humanidad sobre la Tierra a la que nosotros conocemos hoy en día. Claramente a los mesopotámicos no se les enseñaban las teorías Darwinianas de la evolución. No obstante, hay alguna evidencia antropológica sorprendente de la prehistoria para apoyar la versión de los sumerios. De acuerdo a los análisis en los días modernos de los registros fósiles, el Homo sapiens emergió como una especie animal diferente en alguna parte entre 700.000 y 300.000 años a.C.
Como acabamos de ver, nuestros antiguos y altamente civilizados ancestros relataron una muy diferente historia del surgimiento de la humanidad sobre la Tierra a la que nosotros conocemos hoy en día. Claramente a los mesopotámicos no se les enseñaban las teorías Darwinianas de la evolución. No obstante, hay alguna evidencia antropológica sorprendente de la prehistoria para apoyar la versión de los sumerios. De acuerdo a los análisis en los días modernos de los registros fósiles, el Homo sapiens emergió como una especie animal diferente en alguna parte entre 700.000 y 300.000 años a.C.
Pasando
el tiempo emergieron un número de subespecies del homo sapiens, entre
las cuales se incluye la especie a la pertenecemos todos los seres
humanos actuales: Homo sapiens sapiens. El Homo sapiens sapiens apareció
hace apenas 30.000 años —algunos dicen que sólo 10.000 a 20.000 años
atrás. Esto plantea una importante pregunta: ¿se referían los sumerios
al Homo sapiens o al Homo sapiens sapiens en su historia de la creación? Hay argumentos de que ellos se estaban refiriendo al Homo sapiens original.
Pero muy probablemente se estaban refiriendo al moderno Homo sapiens sapiens, ya que el Homo sapiens sapiens es una subespecie del Homo sapiens, la única que aún sobrevive de todo el género Homo
y de los homínidos. Por lo tanto, sus parientes vivos más cercanos son
los grandes simios (a los que pertenece), como el gorila, el chimpancé o
el orangután.
La
más antigua historia de la creación fue escrita alrededor de los años
4.000 – 5.000 a.C. Es más probable que un registro verdadero de la
creación de la humanidad tenga entre 5.000 y 25.000 años, a que haya
sobrevivido 295.000 años o más. Si los sumerios estaban describiendo la
historia del Homo sapiens sapiens, los acontecimientos
posteriores descritos en las tablillas mesopotámicas caen dentro de una
estructura de tiempo más plausible. Los mismos mesopotámicos eran
miembros de la subespecie homo sapiens sapiens. Ellos estaban
principalmente interesados en saber cómo ellos mismos habían llegado a
la existencia. En sus variados trabajos, los sumerios describen a un
animal peludo parecido al hombre, el cual parece ser una de las más
primitivas subespecies del homo sapiens. Los sumerios veían claramente a aquellos hombres primitivos como una raza de criaturas totalmente diferentes.
Si
las historias de la creación mesopotámica se basan en acontecimientos
reales y si esas historias se refieren a la creación del Homo sapiens sapiens, podemos suponer que el Homo sapienssapiens apareció repentinamente en la historia. Extraordinariamente, esto fue lo que sucedió precisamente.
El registro antropológico revela que el Homo sapiens sapiens
apareció repentinamente en la Tierra, no gradualmente.
F. Clark Howell y
T. D. White, de la Universidad de Berkeley, en California han dicho lo
siguiente: “Esa gente [Homo sapiens sapiens] y su cultura material
inicial surge con aparente brusquedad justo 30.000 años atrás,
probablemente más temprano en el Este de Europa que en el Occidente”.
El misterio de esta repentina aparición está relacionada con otro enigma: ¿Porqué el hombre más primitivo [homo sapiens neanderthalensis]se extinguió repentinamente y al mismo tiempo apareció este moderno Homo sapiens sapiens? ¡La evolución no va tan rápida! Los señores Howell y White analizaron esta cuestión y concluyeron: “…
la total, casi repentina desaparición de la población neandertal se
mantiene como uno de los enigmas y problemas críticos en los estudios de
la evolución humana”.
http://veritas-boss.blogspot.com.es/2012/11/que-relacion-tiene-la-hermandad-de-la.html