En 2015, se reveló que Coca Cola invirtió al menos 4 millones de dólares en financiar la "Global Energy Balance Network" (GEBN), una organización sin fines de lucro dirigida por científicos universitarios que participan en proyectos de investigación sobre la obesidad.
El grupo dijo que frenar el aumento de peso debería consistir menos en hacer dietas y más en "mantener un estilo de vida activo y comer más calorías". Afirmaron que no había pruebas convincentes que sugirieran que las personas deberían culpar a la comida rápida y a las bebidas azucaradas por la epidemia de obesidad.
El mensaje de GEBN era que "la obesidad no se trata de los alimentos o bebidas que estás consumiendo, sino que no estás equilibrando esos alimentos con el ejercicio". Su principal afirmación fue que había "pruebas sólidas" de que la falta de ejercicio es la principal responsable de la obesidad, no la mala alimentación. Después de que se hiciera público el patrocinio de la industria, el sitio web de GEBN y sus páginas en redes sociales ya no estaban disponibles
Ese mismo año, el público se enteró de que Coca-Cola se había gastado, en los últimos cinco años, 8,9 millones de libras esterlinas financiando a científicos británicos de alto nivel que llevaban a cabo investigaciones sobre alimentación saludable, entre ellos la British Nutrition Foundation (£224.769), el National Obesity Forum (£67.300) y el Science Media Centre (£30.000), que promueve las "voces y opiniones de la comunidad científica del Reino Unido ante los medios de comunicación".
Los mejores científicos también recibieron dinero en efectivo de Coca-Cola, algunos de los cuales asesoran a organismos gubernamentales. Además de financiar a prominentes científicos británicos, Coca-Cola también pagó 4,8 millones de libras esterlinas al European Hydration Institute (Instituto Europeo de Hidratación), una fundación de investigación que recomendó a la gente el consumo de bebidas refrescantes y deportivas del tipo que vende la empresa.
La Dra. Barbara Bowman, una líder veterana de la división para la Prevención de Enfermedades Cardíacas y Accidentes Cerebrovasculares de los Centros para el Control de Enfermedades, dimitió de su cargo
en 2016 después de que se revelara que estaba ayudando a Coca-Cola y al Instituto Internacional de Ciencias de la Vida (ILSI) a influenciar a las autoridades sanitarias mundiales en asuntos relacionados con la regulación del azúcar y las bebidas.
Varios correos electrónicos de Bowman mostraron cómo ella le brindó orientación a Alex Malaspina, exejecutivo y estratega de Coca-Cola. Malaspina, junto con Coca Cola, ayudó a fundar el ILSI. Los correos electrónicos, obtenidos por medio de una Ley de Libertad de Información, revelaron que Bowman estaba dispuesta a ayudar a Malaspina a ejercer influencia política en las Organizaciones Mundiales de la Salud.
Ese mismo año, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Boston (BU) y
publicado en el American Journal of Preventive Medicine, encontró que Coca-Cola Company y PepsiCo patrocinaron un total combinado de al menos 96 organizaciones de salud entre 2011 y 2015. La American Diabetes Association y la Juvenile Diabetes Research Foundation estaban en la lista, un hallazgo que los autores calificaron de "sorprendente, dado el vínculo establecido entre la diabetes y el consumo de refrescos". El estudio recomendó que las organizaciones de la salud rechazaran el patrocinio de las empresas de refrescos, urgiendo a que se recurra a fuentes alternativas de financiación.
Hicieron oídos sordos a esto, como veremos a continuación.
En una línea similar a la afirmación de la organización sin fines de lucro GEBN de que "se trata de la falta de ejercicio y no de los refrescos azucarados", entre 2010 y 2014 se llevó a cabo un importante estudio titulado The International Study of Childhood Obesity, Lifestyle and the Environment (
ISCOLE). Su objetivo principal era determinar las relaciones entre los hábitos de vida y la obesidad.
La población estudiada incluía 6.000 niños de 12 países de Europa, África, las Américas, el Sudeste Asiático y el Pacífico Occidental. Los niños respondieron preguntas sobre su estilo de vida, alimentación y actividad física. Los padres y administradores escolares también fueron interrogados. Además, se examinaron otros factores.
© 2013 Katzmarzyk et al.; licensee BioMed Central Ltd.
Distribución geográfica del Estudio Internacional sobre Obesidad Infantil, estilo de vida y medio ambiente (ISCOLE).ISCOLE fue financiado con una donación de 6,4 millones de dólares otorgada por Coca Cola y parece que el estudio encontró que sí, de hecho, la falta de ejercicio es un factor clave para predecir la obesidad infantil. He contado un total de
28 estudios adicionales relacionados con el estudio principal, incluyendo los siguientes títulos:
Roman-Viñas B, Chaput JP, Katzmarzyk PT, Fogelholm M, Lambert EV, Maher C, Maia J, Olds T, Onywera V, Sarmiento OL, Standage M, Tudor-Locke C, Tremblay MS; ISCOLE Research Group. 'Proportion of children meeting recommendations for 24-hour movement guidelines and associations with adiposity in a 12-country study' ("Proporción de niños que cumplen con las recomendaciones relativas a las pautas de movimiento durante 24 horas y sus asociaciones con la adiposidad en un estudio de 12 países").
Int J Behav Nutr Phys Act. 2016 Nov 25;13(1):123.Los 22 autores del estudio ISCOLE original declararon que no tenían intereses contrapuestos. Sin embargo, al final del documento, justo después de los agradecimientos y antes de las referencias, encontramos la siguiente
nota:
ISCOLE es financiado por la Coca-Cola Company. El financiador no desempeñó ninguna función en el diseño del estudio, la recopilación y el análisis de datos, la decisión de publicar o la preparación del manuscrito.Sin embargo, éste no es el caso. Hace unos días me llamó la atención que
un requerimiento del Acta de Libertad de Información por parte de U.S. Right to Know, un grupo estadounidense que vigila la industria alimentaria, descubrió evidencia que apunta a que Coca-Cola influyó en el diseño de los estudios. "Parece que muchos de los científicos de ISCOLE no declararon el alcance total de la participación de Coca-Cola en sus estudios sobre la obesidad infantil", dijo Gary Ruskin, codirector de U.S. Right to Know. "Esto suscita preguntas no sólo sobre estos estudios financiados por Coca-Cola, sino también sobre la exactitud de las declaraciones de conflicto de intereses en otros estudios científicos financiados por corporaciones."
De hecho, un
artículo publicado en el Journal of Public Health Policy analizó los estudios de ISCOLE y sus correos electrónicos obtenidos por FOIA. El
comunicado de prensa informa:
Los correos electrónicos sugieren que los investigadores consultaron e incluyeron a representantes de Coca-Cola en la toma de decisiones estratégicas sobre el diseño del estudio. En las primeras etapas de la planificación del estudio, por ejemplo, las partes debatieron qué países se incluirían y cuántos.
El 26 de marzo de 2012, Rhona Applebaum (jefa del departamento de ciencias y salud de Coca-Cola) envió un correo electrónico a Peter Katzmarzyk (Investigador codirector del ISCOLE) que decía lo siguiente:
"Ok, ¿entonces con Rusia y Finlandia estamos en 13?" O sin Finlandia y con 12. En serio, nuestro director ejecutivo odia el número 13"... Ella continuó, "Lo del número 13 es en serio. No tenemos FL [¿piso en inglés: "floor"?] 13 en Coca-Cola".
Applebaum preguntó a Katzmarzyk: "¿Qué otro país deberíamos considerar?" A lo que respondió:
"Deberíamos hablar de Rusia. ¿Ya tienes contactos allí?"
Katzmarzyk a Applebaum: "Podemos elaborar un presupuesto más detallado si desea llevar esto a cabo".Por una vez, los rusos se salvaron...
Katzmarzyk y el director representante de Coca Cola parecen estar muy involucrados en la toma de decisiones. Él también suena como un sirviente obediente. Si alguien te da millones de dólares para hacer algo, ¡será mejor que hagas bien tu trabajo!
No es de extrañar que
ya se haya encontrado que los estudios financiados por la industria alimentaria tienen un índice de riesgo de 7.61 de mayor probabilidad de mostrar resultados favorables para los productos relevantes de la industria alimentaria que los estudios que no reciben financiación de la industria.
Con respecto a la teoría favorita de Coca-Cola de "se trata de la falta de ejercicio y no de los refrescos azucarados", oigamos a Gary Taubes, quien cubrió exhaustivamente este mito en su libro
Why We Get Fat [¿Por qué engordamos?]. Él muestra que ha habido una "proliferación del ejercicio" al menos desde la década de los 70. La gente va al gimnasio más que nunca y algunos incluso mueren corriendo maratones. Se argumenta que los niños británicos en el pasado no hacían más actividad física que los del siglo XXI, pero eran mucho menos obesos que ahora.
Como
dice el profesor Simon Capewell, de la Universidad de Liverpool: "Tener a la industria alimentaria en los ámbitos donde se establecen las normativas alimentarias es como poner a Drácula a cargo del banco de sangre". Él tiene razón y el hecho de que Coca-Cola financie a los mejores científicos para llevar a cabo estos estudios es como una escena de la película
Idiocracia.
Pero tal vez deberíamos ignorar todo esto y "beber una Coca Cola después de hacer ejercicio". Esto es lo que defienden los principales científicos, incluso de forma indirecta. ¿Por qué no lo harías? Aquí está el porqué:
Artículos en inglés:
La Dra. Gaby nació en una familia mixta oriental y occidental en Costa Rica y es médico de familia en ambiente rural y ex-cirujana cardíaca. Su investigación en el campo de la medicina, la verdadera naturaleza de nuestro mundo y todas las cosas relacionadas con la curación la han llevado a Italia, Canadá, Francia y España. Gaby es co-presentadora del programa 'Salud y Bienestar' en
SOTT Radio Network y sus escritos se pueden encontrar en
Health Matrix .
Gabriela Segura, M.D.
jue, 14 dic 2017 21:54 UTC
https://es.sott.net/article/57067-Corrupcion-de-la-ciencia-El-historial-sombrio-de-Coca-Cola-en-la-investigacion-sobre-la-obesidad-Dracula-a-cargo-del-banco-de-sangre