En la época vikinga, las völvas (mujeres chamanes) eran temidas y respetadas: ejercían el seiðr (magia nórdica), y supuestamente estaban en contacto directo con Odín, padre de los dioses. La palabra völva deriva del nórdico antiguo vǫlva, que significa “portadora de la vara”, una hechicera y vidente itinerante que recibía un buen pago por sus servicios. Varias tumbas de mujeres halladas en Escandinavia contienen lo que se cree que es la vara o varita de una völva. Estas tumbas son a menudo ricas y bien equipadas, lo que demuestra que estas mujeres estaban involucradas en la práctica de la magia.
Las völvas eran las intérpretes religiosas principales de la antigua sociedad nórdica. El ejemplo más famoso de la predicción de una völva lo encontramos en el poema édico Völuspá (nórdico antiguo: Vǫluspá, que significa “Profecía de la Völva”). El poema cuenta la historia de la creación del mundo hasta su final venidero en el Ragnarök (“El Crepúsculo de los Dioses”), relato contado por una bruja nórdica que habla dirigiéndose a Odín.
La völva era por lo general una mujer mayor que vivía apartada de la sociedad vikinga normal. A menudo eran llamadas en situaciones de crisis, y con frecuencia eran seguidas por un grupo de jóvenes. En el rico enterramiento del barco de Oseberg, se encontraron los restos de dos ancianas y un inmenso ajuar funerario. Además de cientos de otros objetos, las dos mujeres traían con ellas cuatro trineos de caballos, un carro ricamente decorado, siete camas y varios tapices tejidos. Había también huesos de animales de alrededor de quince caballos, un gato, una becada euroasiática, una serreta, un toro, una vaca y cuatro perros.
Este bastón hueco encontrado en el enterramiento del barco de Oseberg ha sido interpretado como la varita de una völva. (Fotografía: autor desconocido / Museo de Historia Cultural, Oslo)
La mujer más anciana tenía entre 70 y 80 años de edad, y todo parece indicar que era una bruja nórdica; sus restos fueron descubiertos con un saquito de cuero lleno de cánnabis y un bastón hueco.
Una magia poderosa
El Seiðr (o seid) se encuentra en algún lugar intermedio entre la religión y la magia, y era practicado por las völvas de la antigua sociedad nórdica. Esta práctica estaba asociada al dios Odín y la diosa Freyja; diosa del amor, la belleza, la fertilidad y el sexo –pero también de la guerra y la muerte– y del seiðr. Las völvas dominaban el arte mágico del seiðr, y podían observar y anticipar el futuro para que la gente estuviese preparada para lo que les esperaba.
Conocer el destino, saber cuándo habría años malos y cuándo buenas cosechas, era una importante fuente de poder. Daba a la gente la oportunidad de hacer planes para el futuro, para que pudieran superar los tiempos difíciles, y también les aportaba esperanza.
Sabemos por documentos escritos, hallazgos arqueológicos y excavaciones, que el seiðr era parte importante de las creencias religiosas de los antiguos nórdicos. Quien dominaba esta magia en la época vikinga tenía acceso a otros mundos y poderes míticos.
Varita de hierro que se remonta a la época vikinga descubierta en una tumba de Luster, provincia de Sogn og Fjordane, Noruega occidental. Este tipo de varita se encuentra habitualmente en tumbas de mujeres que también contenían alucinógenos. (Foto: Svein Skare / Museo de la Universidad de Bergen)
Sabemos que las völvas utilizaban toda una variedad de rituales, como canciones y palabras especiales, y durante la práctica del seiðr a menudo caían en trance para poder encontrar las respuestas a las preguntas que se le habían planteado. En la Saga de Erik el Rojo encontramos una descripción de la völva Thorbjörg Lítilvölva, quien ejercía en Groenlandia:
Así, cuando llegó por la noche, acompañada por el hombre que había sido enviado a encontrarse con ella, estaba vestida de la siguiente manera: se cubría con un manto azul, con cordones para el cuello e incrustado con gemas hasta llegar a la falda. En el cuello llevaba cuentas de vidrio. Cubría su cabeza con una capucha negra de piel de cordero, forrada de armiño.
Llevaba una vara en su mano, rematada por un pomo; ésta se encontraba adornada con bronce e incrustaciones de piedras preciosas en torno al pomo. Se ceñía con una faja de pelo suave, y en ella llevaba una gran bolsa de piel en la que guardaba los talismanes que iba a necesitar, según su sabiduría.
En los pies llevaba peludos zapatos de piel de becerro, con largas correas de fuerte aspecto para atarlos, y grandes herretes de bronce en sus extremos. En las manos llevaba guantes de piel de armiño, de color blanco y peludos por dentro.
El lado oscuro
Una hechicera nórdica también podía utilizar sus poderes para hacer el mal, maldecir a otras personas e invocar dificultades y malos años. Las völvas tenían la capacidad de hacer enfermar a las personas, llevarlas a la locura o la muerte, y provocar accidentes. Fuentes escritas demuestran que los hombres también podían practicar el seiðr, aunque su papel era mucho menos respetado que el de sus colegas femeninas.
Imagen de portada: Figura de Thorbjörg Lítilvölva, personaje de la Saga de Erik el Rojo, expuesta en el Saga Museum de Reykjavik. (Fotografía: Inreykjavik)
Autor: ThorNews
El artículo ’The Feared and Respected Old Norse Völva Sorceresses’ escrito por Thor Lanesskog fue publicado originalmente en Thor News y ha sido publicado de nuevo en Ancient Origins con permiso.
6 DICIEMBRE, 2017 - 22:18 ANCIENT-ORIGINS
http://www.ancient-origins.es/noticias-historia-tradiciones-antiguas/hechiceras-la-%C3%A9poca-vikinga-las-temidas-respetadas-v%C3%B6lvas-004612/page/0/1