17 JUNIO, 2021 - 19:15 VALDA RORIC
Uruk de Mesopotamia fue probablemente el primer inmortal de las leyendas. Se creía de él que era un individuo “normal” que, sencillamente, no podía morir. Sin embargo, la mitología sugiere que siempre han existido inmortales y consejeros. En este sentido, Uruk podría ser considerado como el primer ejemplo de un consejero inmortal de la humanidad.
Gilgamesh era rey de la ciudad de Uruk. Supuestamente vivió 2.000 años después de Uruk el Inmortal. Según algunas leyendas, Uruk vivió en la corte de Gilgamesh, e incluso fue uno de sus maestros. Gilgamesh era hijo de Lillah y Ninsun.
Dos vidas, dos formas de ser
El mito de Enkidu nos habla de nueve mujeres inmortales que llegaron hasta él cuando nació. Estas nueve mujeres eran las hadas que realizaban predicciones sobre la vida de un niño y su destino al nacer. Tras una serie de buenos augurios de las primeras ocho hadas, la última, la más joven pero también la más sabia, predijo que Enkidu viviría dos vidas: una propia, en la que actuaría erróneamente, y una segunda que le pertenecería a ella y en la que sus acciones estarían caracterizadas por su rectitud.
Fragmento de un relieve dedicado a la diosa Ninsun, madre de Gilgamesh. (Public Domain)
Además, el hada afirmó que esperaba un gran don para la segunda vida de Enkidu. Estaba en lo cierto. En su primera vida, a pesar de ser fuerte, valeroso y sabio, como habían predicho las primeras ocho hadas, Enkidu cometió muchos errores y lo echó todo a perder tanto en su reino como en su vida personal. Finalmente, con su reino ya en decadencia, Enkidu se encontraba en su lecho de muerte. Fue entonces cuando suplicó el perdón de la sabia hada que había predicho que viviría dos vidas diferentes.
En ese momento, la inmortal hada se le apareció e hizo retroceder el tiempo de nuevo hasta el momento en que Enkidu era aún joven. En esta segunda vida, Enkidu actuó con rectitud, se casó con Ninsun y concibió a Gilgamesh, el gran ‘don’ que el hada le había predicho.
Posible representación del rey Enkidu. (CC BY-SA 3.0)
El mortal deseo de Karún
Carún era un inmortal de la cultura etrusca. Se cuenta de él que descendió a los infiernos y regresó, y también es conocido por haber sido infeliz a causa de su condición inmortal. Es uno de los poquísimos inmortales cuyo único deseo era la muerte. Curiosamente, en mitos de todo el mundo, los héroes que viajan al infierno y regresan pueden ser reconocidos como inmortales porque dejan el mundo de los vivos sin haber muerto y vuelven a él posteriormente. Los dioses de las antiguas mitologías también son inmortales. En ocasiones se considera a los antiguos dioses seres humanos inmortales disfrazados. El dios eslavo Veles, por ejemplo, admitía ser inmortal, pero no un dios.
Vampiros, hombres-lobo y la Iglesia
Los vampiros son un buen ejemplo de criaturas mitológicas inmortales. Según cierta teoría, las historias de vampiros fueron creadas por auténticos inmortales a fin de mantener en secreto su propia existencia. Taulreus defiende esta idea en su libro Gheestelycke Sermoonen. Los seres terroríficos como vampiros y hombres-lobo evitarían por tanto que la gente considerase la posibilidad de la existencia real de seres humanos inmortales.
En el pasado, la Iglesia prohibió e intentó destruir todos aquellos libros que planteaban la posibilidad de la existencia de inmortales bajo una forma física. Por otro lado, los alquimistas eran acosados y perseguidos por buscar la Piedra Filosofal, un mineral legendario que supuestamente serviría para elaborar el elixir de la vida (eterna).
‘El alquimista en busca de la Piedra Filosofal’, óleo de Joseph Wright, 1711. (Public Domain)
Leyendas posteriores
La obra Gheestelycke Sermoonen nos habla de un joven soldado que pasa a formar parte de un grupo de mercenarios. En el transcurso de una batalla, el joven es testigo de cómo dan muerte a su comandante, jefe de los mercenarios. Antes de morir, el jefe deja al joven al mando. Con el paso del tiempo, el nuevo comandante envejeció y se retiró a una ciudad de algún lugar de Egipto.
Cierto día, cuando se dirigía al mercado, el ahora anciano se encontró con el antiguo jefe de los mercenarios, que él pensaba muerto desde hacía muchos años. Sin embargo estaba bien vivo, y su apariencia era exactamente la misma que la que había conocido el anciano hacía tanto tiempo. El hombre preguntó a su antiguo comandante si era inmortal. El inmortal reveló entonces su identidad, y le dijo a su viejo amigo que finalmente había conseguido realizar su destino.
Otro inmortal famoso fue el Conde de Saint Germain. No obstante, Santo Germain fue uno de los inmortales más recientes de la historia. Entre estos inmortales relativamente modernos también se encuentra Nicolás Flamel, un hombre de quien se decía que había descubierto la Piedra Filosofal y la había utilizado para elaborar el elixir de la vida a fin de alcanzar la inmortalidad.
Ilustración del Conde de Saint Germain obra de Charles Sindelair. (1935) (Public Domain)
Mitos y leyendas de todo el mundo están llenos de historias sobre inmortales. Existen incluso diferentes tipos de inmortales. Algunos de ellos al parecer nacen ya inmortales, mientras que otros alcanzan esta condición como alquimistas al descubrir la Piedra Filosofal y el Elixir de la Inmortalidad. ¿Qué hay de cierto en estas historias de inmortales? ¿Es posible que hayan sido obra de auténticos inmortales con la intención de ocultar su existencia? Es muy posible que no encontremos jamás la respuesta a estas preguntas.
Imagen de portada: Ilustración alegórica de la inmortalidad. (Gnostic Warrior)
Autor: Valda Roric