Todas las festividades que se realizan por estos meses tienen la misma finalidad utilizar el fuego como elemento purificador y otorgarle mas fuerza al sol.
Uno de los antecedentes que se puede buscar a esta festividad que se realiza con el mismo fin pero en una fecha muy diferente es la celebración celta del Beltaine, que se realizaba el primero de mayo para celebrar el fin del Invierno celta y comienzo de la mitad lumínica de la Rueda Anual.
El nombre significaba “fuego de Bel” o “bello fuego” y era un festival anual en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas. Después los druidas hacían pasar el ganado entre las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades.
A la vez, rogaban a los dioses que el año fuera fructífero y no dudaban en sacrificar algún animal para que sus plegarias fueran mejor atendidas.
Otra de las raíces de tan singular noche hay que buscarla en las fiestas griegas dedicadas al dios Apolo, que se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de carácter purificador. Los romanos, por su parte, dedicaron a la diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de saltar tres veces sobre las llamas. Ya entonces se atribuían propiedades medicinales a la hierbas recogidas en aquellos días.
Es curioso que entre los beréberes de áfrica del norte (Marruecos y Argelia) se enciendan el 24 de junio, durante la fiesta llamada Ansara, hogueras que producen un denso humo considerado protector de los campos cultivados. A través del fuego se hacen pasar entonces los objetos y utensilios más importantes del hogar. Los beréberes las encienden en patios, caminos, campos y encrucijadas y queman plantas aromáticas.
Prácticamente ahuman todo, incluso los huertos y las mieses. Saltan siete veces sobre las brasas, pasean las ramas encendidas por el interior de las casas y hasta las acercan a los enfermos para purificar e inmunizar el entorno de todos los males.
Lo cierto es que esta costumbre beréber de celebrar el solsticio es preislámica porque se basa en el calendario solar, mientras que el musulmán es lunar.
El cristianismo fue experto en reciclar viejos cultos paganos. Lo que antaño se hizo en Baños de Cerrato (a unos cuantos kilómetros de Palencia) es uno de los muchos ejemplos que se pueden esgrimir al respecto. Ya en época romana existían en esta localidad unas fuentes o baños consagrados a las ninfas (hasta el punto de encontrarse un altar dedicado a ellas) cuyas aguas tenían propiedades curativas. El rey godo de Toledo, Recesvinto (siglo VII), llegó hasta aquí y gracias a sus aguas se curó de una enfermedad. Como por entonces ya se había convertido al cristianismo, mandó erigir un templo en acción de gracias y se buscó como patrono a un santo que tuviera algo que ver con las aguas, y todas las papeletas las tenía San Juan Bautista. Este es el origen da la famosa basílica visigótica de San Juan de Baños, en cuyo recinto se celebra la “misa en rito hispano-visigótico-mozárabe”, el domingo más cercano a San Juan, declarada de interés turístico.
UN ASTRO Y UN SANTO
La noche y el amanecer, están dedicado a San Juan en un esfuerzo por cristianizar las numerosas fuerzas que se manifiestan en esta mágica jornada, en la que todas las sociedades tradicionales de Europa ponen en marcha numerosos rituales de antiguo origen y profunda funcionalidad cultural. La fiesta no es específica de localidades concretas, sino que se extiende por toda Europa con diversas variantes.
Un personaje símbolo de la cristiandad como lo es San Juan y un Astro el Sol, que según la tradición popular, sale bailando al amanecer del día 24 son los que presiden la celebración y los componentes básicos de la misma.
En la noche y el amanecer sanjuaneros los hombres manipulan diversos instrumentos simbólicos con la finalidad de luchar contra los distintos males que perjudican a los humanos, a sus actividades y a sus bienes a lo largo del año.
Fecha de transición astral que anuncia diversos cambios en la naturaleza equivale a una ruptura de orden cósmica propiciadora de emergencias del inframundo. Por eso la noche de San Juan es noche de brujas, entes que pueden provocar numerosos males a los humanos.
La Noche de San Juan, la de las tradiciones mágicas, se caracteriza por la multitud de hogueras que iluminan la noche. Los ciudadanos arrojan a la hoguera antes de su encendido pequeños objetos, conjuros, deseos e incluso apuntes del curso con el objetivo de hacer desaparecer los malos espíritus.
La tradición de enramar las fuentes está relacionada con la prosperidad, la abundancia y la fecundidad. La tradición dice que al amanecer del primer día de verano, las mujeres recogían de las fuentes la flor del agua con la esperanza de encontrar pareja, concebir hijos o hacerse con poderes curativos. Al amanecer, cuando las mujeres iban a la fuente, se cantaba a la flor del agua.
El rito principal consiste en encender una hoguera para “dar más fuerza al sol”. Simbólicamente, el fuego es el elemento purificador por excelencia y el que nos puede ayudar a quemar y desprendernos de todo lo que queremos dejar atrás en nuestra vida.
CABALLUCOS DEL DIABLU
Los Caballucos del Diablu son seres mitológicos de Cantabria que aparecen en la noche de San Juan volando entre llamas, humo y emanaciones de azufre y atronando en el silencio de la noche con bramidos infernales producto de la furia liberada tras todo un año de continencia.
Cuenta la leyenda que son siete y parecen libélulas gigantes, pues tienen largas y transparentes alas, y vuelan por los cielos nocturnos cántabros.
Sus colores son rojo, blanco, azul, negro, amarillo, verde y anaranjado. Vuelan siempre juntos y el primero de ellos es el caballo rojo, el más grande y robusto, percherón, el jefe que lidera y dirige a los demás en su búsqueda. Quienes han visto a los caballucos dicen que el mismísimo diablo monta uno, y que el resto son cabalgados por demonios.
Son nefastos para los montañeses, pues se dedican a pisotear o quemar las mieses. Los caballucos se desplazan por las sendas dejando las huellas de sus cascos y los cantos y lastras que alcanzan sus pezuñas quedan marcadas como si de tierra recién labrada se tratase. Su resoplido es tan fuerte y frío como el cierzo de invierno que hace caer las hojas de los árboles. Sus ojos relumbran como brasas incandescentes.
Según el mito, estos caballos del infierno fueron hombres pecadores que perdieron su alma y se vieron obligados a vagar por Cantabria el resto de la eternidad. El caballo rojo fue un hombre que prestaba dinero a los campesinos y luego mediante sucias tretas embargaba sus propiedades; el blanco era un molinero que robaba muchas maquilas del molino de su señor; el negro era un ermitaño que engañaba a las gentes; el amarillo un juez corrupto; el azul un tabernero; el verde un terrateniente que deshonró a muchas jóvenes y el naranja un hijo que por odio maltrataba a sus padres.
TRADICIÓN EN CANTABRIA (ESPAÑA)
Es tradición en Cantabria, en la mañana de San Juan, echarse al monte a buscar las flores del agua que nacen en las fuentes y los tréboles de cuatro hojas brotados esa misma noche. Pero resulta muy difícil, ya que durante la noche los caballucos del diablu se han dedicado, pues su misión y maldad les obliga, a destruir las flores del agua y tréboles que han encontrado para evitar que los mozos y las mozas los encuentren.
Si aun con todo algún afortunado encuentra la flor del agua, encontrará con ella el amor y la felicidad, mientras que quién en tal ocasión encuentre uno de estos raros tréboles, será afortunado con las cuatro gracias de la vida, una por cada hoja:
Vivir cien años.
No sufrir dolores en el resto de la vida.
No pasar hambre.
Aguantar con ánimo sereno toda desazón.
Las hogueras de San Juan en Cantabria perpetúan la tradición propiciatoria y purificadora. Pero el vuelo de los caballucos al resplandor de las hogueras es señal de grandes desgracias. Ni tan siquiera las bendecidas Anjanas tienen poder ante su galope y el único modo de estar a salvo es hacer siete cruces en el aire antes de que se acerquen, pero al ser tan veloces y ante la previsión de que no funcione la gente recurre a otro procedimiento útil, el llevar encima una rama de verbena o yerbuca de San Juan la hierba sagrada que espanta todo mal y que debe haberse recogido la madrugada de la noche de San Juan del año anterior.
Cuando tras una noche de tropelías sin interrupción volando y trotando por mieses, camberas y pueblos, el amanecer los sorprende sudorosos y agotados, los caballucos del diablu desaparecen hasta el año siguiente atravesando cuevas cubiertas de cuajarones de sangre. Mientras se retiran resollando y piafando caen de sus fauces unas babas, que al enfriarse en el suelo, se convierten en barras de oro. En Cantabria, todo el mundo sabe que quien las recoge tendrá riquezas a raudales, pero tras morir su alma irá al infierno irremisiblemente. Aun así muchos ambiciosos no hacen caso a tal admonición y antes de amanecer andan con faroles buscándolas por entre las hierbas de los prados. Cuando retornan de su afanosa búsqueda, se tienen que esconder entre árboles para no ser vistos por los mozos y mozas que recorren los prados brincando y cantando:
“A quín agarre la yerbuca
la mañana de San Juan,
no li dañarán culebras
ni caballucos del mal.”
CREENCIAS Y SUPERSTICIONES
Esta noche se abre la puerta que nos introduce al conocimiento del futuro y a las dimensiones mágicas de la realidad. Es la noche en que los entierros arden, el Diablo anda suelto y los campos son bendecidos por el Bautista. Es una costumbre que en la mañana, muy temprano la gente se lava el pelo y la cara con las aguas bendecidas y comienza a llamar, tres veces consecutivas: ¡San Juan!, ¡San Juan!, dame milcao (guiso de papas con manteca) que yo te daré pan.
La noche anterior (23 de junio) dos han sido los eventos más importantes: el baile del fuego y las supersticiones. Algunas de estas supersticiones son:
La joven que sale al amanecer y se encuentra con un perro su marido será un goloso perro durante su vida.
Al salir, después de las 12, se encuentra con un gato negro es mala suerte para el futuro, felicidad si el gato es de otro color. (yo opino que un gato negro aleja las malas ondas)
Si a medianoche se hace una cruz en los troncos de los árboles, producirán el doble.
Si a las 12, mira la luna y después la higuera, la verá florecer.
La higuera y el “pesebre” (helecho) florecen esta noche. Quien posea una de estas flores será muy afortunado.
Quien vea florecer la hierbabuena esta noche será muy afortunado siempre que lo mantenga en secreto.
En la víspera se planta la flor de la hortensia, en un tarro con tierra y agua. Luego se le hace un pedido poniendo fe en el bautismo de San Juan.
Hay que lavarse las manos con agua de manantial para mantenerse joven y el cabello para conservarlo hermoso. Esa noche las aguas están benditas por el Bautista.
Cuando llueve esa noche o al día siguiente, va a haber abundancia de manzanas.
Antes de la salida del sol hay que regar los árboles con agua de manantial, para que den bastante fruta durante el año.
Para tener buena siembra hay que tirar un pedazo de vela la noche de San Juan.
Para aprender a tocar guitarra hay que colocarse durante esta noche bajo una higuera.
RITUALES DE SAN JUAN
Los antiguos celtas llamaban Alban Heruin a este festival, y su principal significado era el de celebrar el instante en el que el Sol se hallaba en su máximo esplendor, cuando duraba más tiempo en el cielo y mostraba su máximo poder a los hombres, y al mismo tiempo, el día en que empezaba a decrecer en el Solsticio de Invierno.
Para conmemorar y al mismo tiempo para atraer su bendición sobre hombres, animales y campos, se encendían grandes hogueras. Este festival se lo asocia a rituales destinados a obtener pareja o a conservarla.
Son innumerables los rituales propios de la Noche de San Juan, que se conmemora la víspera del 24 de Junio, pero todos giran en torno a la glorificación del fuego. De hecho, este es el festival del fuego por excelencia.
Realmente la noche del solsticio es la del 21 de Junio aunque la Iglesia la ha adaptado a la festividad de San Juan.
De igual forma, la presencia del agua es uno de los grandes símbolos de las celebraciones de San Juan que parece no tenerse en tanta consideración y que sin embargo, es una parte esencial de numerosos ritos de esta festividad.
El apelativo de “Verbena” a esta fiesta se lo dio la costumbre practicada en algunos lugares por las jóvenes casaderas de ir a recoger verbena a las doce de la noche en la víspera de San Juan, creyendo que con ello conseguirían el amor del hombre deseado por su corazón.
Una de la creencias era que la pareja que saltaba unida la hoguera conseguía felicidad y buena fortuna.
Otra de las tantas costumbres es aquella en que las jóvenes arrojan guirnaldas trenzadas por ellas a sus amados a través de las llamas y ellos deben recogerlas antes de que caigan al fuego.
Las guirnaldas se guardan como talismanes de buena fortuna y, ocasionalmente, se quemaba alguna cinta en el hogar para procurar protección de sus habitantes y animales.
Algunos grupos para finalizar las ceremonias se introducen entre las olas, comulgando por un corto tiempo con el mar y recibiendo de él toda su fuerza.
RITUALES CON AGUA
La noche de San Juan debes tomar un cuenco de barro o cristal, nunca plástico, ponerle agua y sal marina (de la gruesa), dentro del agua introducir los talismanes que tengas, joyas personales, conchas de mar y piedras de rio o de mar, déjalo toda la noche a la luz de la luna (si está nublado no importa) y a primera hora de la mañana retirar las joyas, los talismanes, las conchas y las piedras.
Las joyas y talismanes deben secarlos y ya estarán limpios y descargados de malas vibraciones.
En cuanto a las conchas y las piedras, se pueden colocar una o dos en las esquinas de las ventanas, sirven para proteger, ademas si hacen algun ritual de protección es bueno poner alguna concha de estas.
Importante: no tirar el agua. El agua se debe guardar en alguna botella de vidrio bien limpia, y se puede utilizar durante todo el año para proteger la casa. Cuando lo crean conveniente se puede tirar un chorro de este agua en el cubo de fregar el suelo, limpiar con ella ventanas, puertas de la casa y sus respectivos marcos. Esta es la menera de hacer una limpieza de la casa de malas vibraciones.
El agua que sobre de esta limpieza hay que tirarla al W.C. y tirar de la cisterna 3 veces.
RITUALES DE AMOR
PARA ATRAER EL AMOR VERDADERO
Materiales:
Una vela rosa ungida con aceite de Cardamomo o Jazmín.
Incienso de Sándalo o Rosa.
Perfume aroma de Verbena, también puede ser de Vainilla o Violeta.
Un saquito rosa.
Cordón rojo para atar el saquito.
Un cordón verde.
Verbena. (Substitución Violeta)
Purpurina roja.
Un pedacito de imán.
Una rosa seca (opcional).
Ceniza de una hoguera de San Juan.
PROCEDIMIENTO:
Encender la vela rosa la noche de San Juan (preferiblemente usando alguna madera de la hoguera) y luego encender el incienso.
Toma el cordon verde y hazle siete nudos en él, mirando la vela y visualizando, al realizar este acto, que atraemos amor hacia nosotros.
Es importante que NO pienses en una persona en especial, (no es un amarre, es un ritual para atraer el amor verdadero a nuestras vidas).
Al tensar cada nudo en el cordon verde se dirá:
“Por las fuerzas de esta noche mágica, acerco el amor verdadero hacia mí.”
Realizado esto, toma la mitad de la purpurina y la arrojas al aire, de modo que parte de ella nos caiga encima. Repite “Que este polvo brillante ilumine y guíe el camino del amor hacia mí”
A continuación, introduce en el saquito el cordón con los nudos, una bolita con cera de la vela ( si la amasas en forma de corazón mejor), parte de la purpurina que queda y un poco de ceniza de la hoguera. A continuación, debes decir:
“¡Símbolos del amor y de los poderes de esta noche mágica, atrae hacia mí el amor que me está destinado, para colmar mi vida de amor y felicidad por el poder de este saquito de San Juan! ¡Que así sea!.”
Deja arder la vela hasta el final, introduce en el saquito el imán, la verbena y la rosa seca.
Cierra el saquito con el cordón rojo y llévalo siempre contigo.
El SOLSTICIO DE VERANO en el Hemisferio Norte y DE INVIERNO en el Hemisferio Sur
Las fechas mencionadas de la noche del 23 al 24 de Junio son las típicas para los cristianos, pero puede ser que en un año determinado caiga un día antes o después, debido a las irregularidades del calendario gregoriano, como los años bisiestos.
Existe una gran confusión con cuándo festejar realmente la noche de San Juan, en especial en aquellos lugares donde la celebración se liga a la efeméride astronómica del solsticio de verano (21-22 de junio) al que nos referiremos más adelante y no al nacimiento de Juan el Bautista; es ahí cuando se plantea una disputa sobre cuál es la auténtica “Noche de San Juan”.
En aquellos lugares donde la celebración se liga a la festividad de San Juan el Bautista (24 de junio) y no a la efeméride astronómica del solsticio de verano (21-22 de junio) existe una disputa sobre cuál es la auténtica “noche de San Juan”. Si bien cabe entender que a partir de las 0:00 horas ya se trata del “día de San Juan” y, por tanto (al ser de noche en las zonas lejanas al círculo polar ártico), esas primeras horas puedan considerarse “noche de San Juan”, lo habitual es entender que la noche de un determinado día no se refiere a las primeras horas del mismo sino a las últimas, una vez que ya se ha puesto el Sol.
Esta diferente interpretación da lugar a que en algunos lugares las celebraciones tengan lugar la noche del 23 al 24 de junio, en otras tengan lugar la noche del 24 al 25 (ej. Hogueras de Alicante). Por otro lado, no es extraño que en algunos lugares la celebración se extienda a las dos noches en función del espíritu festivo de cada sitio.
Todo se relaciona con San Juan el Bautista y el solsticio del 21 de junio. El 24, se celebra el nacimiento de San Juan, quien preparó a la humanidad para la llegada de Jesús. Su nacimiento ocurrió en una fecha muy cercana a un solsticio (de invierno para el hemisferio sur y de verano para el hemisferio norte), lo que quiere decir que lo que está en juego son poderosas energías solares actuando en la Tierra.
San Lucas narra en su Evangelio que María, en los días siguientes a la Anunciación, fue a visitar a su prima Isabel cuando ésta se hallaba en el sexto mes de embarazo. Por lo tanto, fue fácil fijar la solemnidad del Bautista en el octavo mes de las candelas de junio, seis meses antes del nacimiento de Cristo. Desde entonces se señaló esta noche como la de San Juan, muy próxima al solsticio de verano que ha heredado una serie de prácticas,ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes son inmemoriales en toda Europa y se han extendido por muchos pueblos de América.
Lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento de San Juan el Bautista, que en realidad no debería festejarse porque el dies natalis de los santos siempre fue el de la muerte.
En el Evangelio de San Lucas se cuenta que su padre, el sacerdote Zacarías, había perdido la voz por dudar de que su mujer, Isabel, estuviera en cinta. Sin embargo en el momento de nacer San Juan, la recuperó milagrosamente, como se lo había predicho el ángel Gabriel.
Rebosante de alegría, la tradición religiosa dice que encendió hogueras para anunciar a parientes y amigos la noticia. Cuando siglos después se cristianizó esta fiesta, la noche del 23 al 24 de junio se convirtió en una noche santa y sagrada, y de purificacion, sin abandonar por eso su aura mágica y pagana.
LOS TRES SÍMBOLOS DE ESTA FIESTA
El fuego es uno de los tres símbolos en que se basan los rituales ancestrales de esta noche. Es el elemento purificador que nos libera de la mala suerte y por eso se le alimenta lanzándole muebles viejos, uno costumbre es escribir en un papel la lista de todo lo que queremos dejar atrás en nuestras vidas y quemarlo en esa hoguera.
Fogatas y ritos relacionados con el elemento se incian la víspera de este día para festejar el poder del Sol y ayudarle a renovar su energía. La leyenda dice que las cenizas de la hoguera curan enfermedades.
La costumbre proviene de antiguos cultos paganos que pretenden alejar los malos espíritus, pero también está relacionada con la prevención de epidemias por el poder anti-infeccioso que posee el fuego.
El Agua es el segundo símbolo de San Juan. Simboliza fertilidad y pureza. Se considera que a partir de las doce de esta noche el agua es milagrosa, cura enfermedades y proporciona la felicidad.
Los ritos de las nueve olas, recoger la flor del agua o bañarse denudos en el rocío de los campos buscan efectos mágicos para encontrar pareja o tener hijos.
Las Hierbas son el tercer elemento mágico. Se cree que las plantas quintuplican suspropiedades curativas en esta noche y algunas, como el tomillo, el romero o la misma de San Juan se recogen para realizar remedios
Es costumbre que a partir de la medianoche se salga a los campos para recoger hierbas medicinales y luego se cuelguen en las ventanas de las casas para recibir la bendición de San Juan.
Esta fiesta se celebra en muchos puntos de Europa, aunque está especialmente arraigada en España, Portugal (Fogueiras de São João), Noruega (Jonsok), Dinamarca (Sankthans), Suecia (Midsommar), Finlandia (Juhannus) y Reino Unido (Midsummer). En Sudamérica, Brasil tiene Festas Juninas, en Paraguay, Argentina, Bolivia, Chile, Perú y Venezuela la noche de San Juan. La noche de San Juan está, así mismo, relacionada con antiquísimas tradiciones y leyendas españolas como la Leyenda de la Encantada.
En los antiguos mitos griegos a los solsticios se les llamaba “puertas” y, en parte, no les faltaba razón.
En definitiva, la atmósfera se carga de un aliento sobrenatural que impregna cada lugar mágico del planeta y es el momento propicio para sentir escalofríos, estremecernos, ilusionarnos, alucinarnos y narrar a nuestros hijos, nietos o amigos toda clase de cuentos, anécdotas y chascarrillos sanjuaneros que nos sepamos.
SOLSTICIO DE VERANO Y DE INVIERNO
FESTIVIDAD PAGANA
Hay dos momentos del año en los que la distancia angular del Sol al ecuador celeste de la Tierra es máxima. Son los llamados solsticios. El de verano es el gran momento del curso solar y -a partir de ese punto- comienza a declinar. Antes de cristianizarse esta fiesta, los pueblos de Europa encendían hogueras en sus campos para ayudar al Sol en un acto simbólico con la finalidad de que “no perdiera fuerzas”. En su conciencia interna sabían que el fuego destruye lo malo y lo dañino. Posteriormente, el hombre seguía destruyendo los hechizos con fuego.
Se ha asociado esta festividad al solsticio de verano, pero esto tan sólo es cierto para la mitad del mundo o, mejor dicho, para los habitantes que viven por encima del ecuador (en el hemisferio norte) ya que para los del sur el solsticio es el de invierno y si me apuran, ni tan siquiera para todos ellos pues esto de San Juan, al menos con este nombre, es patrimonio del mundo cristiano.
Aunque no lo crean en los países orientales, con ritos y creencias distintas, se celebran estas fiestas (eso sí, con otros nombres) conservando en todas ellas la misma esencia: rendir un homenaje al Sol, que en ese día tiene un especial protagonismo: en el hemisferio norte es el días más largo y, por consiguiente, el poder de las tinieblas tiene su reinado más corto y en el hemisferio sur ocurre todo lo contrario. En cualquier caso al Sol se le ayuda para que no decrezca y mantenga todo su vigor.
Este simbolismo era compartido por pueblos distantes, separados por el océano Atlántico. Es el caso de los viejos incas en Perú que se celebraba cada 24 de junio, el Inti-Raymi o la ” Fiesta del Sol ” en la impresionante explanada de Sacsahuamán, muy cerca de Cuzco. Justo en el momento de la salida del astro rey, el inca elevaba los brazos y exclamaba: “¡Oh, mi Sol ! ¡Oh, mi Sol ! Envíanos tu calor, que el frío desaparezca. ¡Oh, mi Sol !”
Este gran festival se sigue practicando y representando hoy en día para conmemorar la llegada del solsticio de invierno. Los habitantes de la zona se engalanan con sus mejores prendas al estilo de sus antepasados quechuas y recrean el rito inca tal y como se realizaba (más o menos) durante el apogeo del Tahuantinsuyo.
Fuente: FC y Cometa Magico