El porque Obama escogió a Hagel
Por Bob Woodward,
Bob Woodward es editor asociado de The Post. Su último libro es “El precio de la política.” Evelyn M. Duffy contribuyó a esta columna.
En los primeros meses de la presidencia de Obama en 2009, Chuck Hagel, que había acabado de terminar dos mandatos como senador de EE.UU., fue a la Casa Blanca para visitar a su amigo (Obama) con quien había trabajado durante cuatro años mientras eran ambos senadores en el Senado.
Así, el presidente Obama le pidió, ¿qué piensa usted acerca de la política exterior y de defensa?
Según el nuevo Secretario de Defensa, Hagel, (algo que por primera vez aquí aparece en la prensa) le dijo a Obama: “Estamos en un momento en que hay un nuevo orden mundial. Nosotros no lo controlamos. Usted debe cuestionar todo, cada cosa que ellos (los militares y diplomáticos) te cuentan”. te digo. Cualquier hipótesis de más de 10 años de edad es obsoleta. Es necesario cuestionar nuestro papel. Es necesario interrogar a los militares. Es necesario cuestionar para qué y a quién sirven los militares.”
“Afganistán será decisivo para su presidencia”, añadió Hagel, según sus propias palabras, “tal vez incluso durante un segundo mandato.” La clave es no quedarnos ”atascados” en Afganistán.”
Obama no dijo mucho, pero escuchaba. En ese momento, Hagel consideraba a Obama como un “solitario”, dispuesto a mantener una distancia y su propio consejo. Pero los comentarios de Hagel hoy ayudan para explicar por qué Obama nominó a este ex colega suyo del Senado para que sea su próximo Secretario de Defensa. Los dos comparten puntos de vista y filosofías similares para la Administración en tratar de definir el papel de Estados Unidos en la transición hacia un mundo post-superpoder.
Esta visión del mundo es una parte halcón y otra paloma. Esto equivale, en parte, a una impugnación de las guerras del Presidente George W. Bush. Sostiene que la guerra de Afganistán ha sido mal administrada y la de Irak innecesaria. La guerra es una opción, pero en gran medida un último recurso.
Por lo tanto, ya es hora de cambio de actitud, el papel de EE.UU. en el mundo debe ser cuidadosamente recortado – no es cuestión de preferencia, sino de afrontar la realidad, el ejército tiene que ser tratado con escepticismo profundo, gran parte del pensamiento estratégico de la política militar y exterior está caducado y atolladeros como Afganistán deben ser evitados.
El resultado final: Los Estados Unidos deben salir de estas guerras. Irak y Afganistán y, si es posible, evitar futuras. Aunque se habla mucho sobre la nominación de Hagel debido a sus actitudes sobre Irán, Israel y el presupuesto militar, acuerdos más amplios entre Hagel y Obama sobre la filosofía general es probablemente más consecuencial.
Hagel también ha dicho que cree que es importante que el Secretario de Defensa no debe dictar la política exterior y que la política debe hacerse en la Casa Blanca.
Hagel también se expresó reservas personales sobre la decisión de Obama a finales de 2009 de agregar a 51.000 soldados a Afganistán. “El presidente no ha sido el Comandante Jefe del Pentágono desde que Bush padre era presidente”, dijo en privado en 2011.
Si la nominación de Hagel como Secretario de Defensa es confirmado, como parece probable, el presidente va a tener una gran tarea en la navegación de este Nuevo Orden Mundial. Evitar la guerra está ligado directamente a la credibilidad de las amenazas que justifican ir a la guerra.
La experiencia de Hagel ofrece dos perspectivas inusuales. El primero es como sargento E-5 del Ejército en 1968, que él ha descrito como “el peor año de la guerra de Vietnam.” En suma, otro Vietnam debe ser evitado. La segunda es como profesor del curso de la Universidad de Georgetown ”Redefiniendo las relaciones geopolíticas.” En el cual básicamente preguntaba, ¿A dónde va todo esto?
Por ejemplo, Hagel ha dicho que un resultado de la guerra de Irak ha sido la de hacer de Irán el país más influyente en el Medio Oriente, y la probabilidad de que Irak podría convertirse en un satélite iraní.
Cuando me entrevisté con el presidente Obama en el verano de 2010 para mi libro, Obama’s Wars (Las guerras de Obama) su aversión a la guerra era evidente. Como informé en el libro, entregué a Obama una copia de una cita del libro sobre la Guerra Mundial de Rick Atkinson, The Day of Battle (El día de la batalla), y le pidió que lo leyera. Y Obama se puso de pie a leérmelo en voz alta:
“He aquí la más triste lección que hay que aprender una y otra vez. . . que la guerra corrompe, que corroe el alma y empaña el espíritu, que incluso el excelente y superior puede convertir en inmunda, y que ningún corazón permanecería sin mancha.”
“Simpatizo con este punto de vista,” Obama me dijo. “Ve mi discurso de aceptación del Premio Nobel”.
Yo había escuchado el discurso cuando se lo dio, el 10 de diciembre de 2009 y más tarde lo había leído y releído. Y en ese momento lo saqué de nuevo:
“Los instrumentos de la guerra tienen un papel que desempeñar en la preservación de la paz. Sin embargo, esta verdad debe coexistir con otra – que no importa cuán justificada sea, la guerra promete tragedia humana. La valentía y el sacrificio del soldado está lleno de gloria, que expresa devoción a su país, a la causa, a sus compañeros de armas. Pero la propia guerra nunca es gloriosa”- como Churchill había dicho – “y nunca debemos ensalzarla como tal. Así que parte de nuestro desafío es reconciliar estos dos hechos aparentemente irreconciliables – que la guerra es a veces necesaria y la guerra es en algún nivel una expresión de la locura humana. “
Esta es probablemente la mejor definición de la doctrina de Obama sobre la guerra. La aplicación de esta doctrina en el mundo peligroso e impredecible de hoy será difícil – pero en este asunto Obama parece haber encontrado un alma gemela.
Traducido por Greg Grisham
¿Por qué tuve que traducirlo yo en lugar de los perioputas españoles?
Lea más sobre este debate en el Washinton Post, (en inglés)
Fuente: http://maestroviejo.wordpress.com/2013/02/06/washington-post-el-nuevo-secretario-de-defensa-de-obama-traidores-del-nuevo-orden-mundial-mandan-en-el-pentagono/