martes, 18 de febrero de 2020

Las Increíbles Intervenciones Médicas de los Monjes del Hospital de Soutra Aisle

Soutra Aisle es una iglesia de Escocia que, a su vez, formaba parte de un complejo de mayor tamaño que comprendía además un hospital y un monasterio. 

Las excavaciones de Soutra Aisle nos han proporcionado una ventana extraordinaria desde la que asomarnos a las vidas de los monjes Agustinos que residieron allí, incluyendo su extenso listado de tratamientos medicinales para matar el dolor, inhibir el apetito, acabar con los parásitos, brebajes para inducir al trabajo y curas contra la resaca. 

Con nuevos descubrimientos aún en proceso de investigación, Soutra Aisle se ha convertido en un lugar sumamente importante para la comprensión de la práctica médica medieval.

Además de sus obligaciones religiosas, los monjes de la Edad Media disponían de gran variedad de tareas para hacer cada día. 

Dichas tareas incluían la plantación y cuidado de sus propios cereales y verduras, la producción de vino, cerveza y miel, el copiado de manuscritos y la provisión de asistencia médica para los enfermos. 





El hospital de Soutra Aisle era una especie de prolongación del propio monasterio y todo el conjunto era conocido como Casa de la Santa Trinidad. 

Su investigación arqueológica nos ha aportado muchas ideas acerca de cómo era el funcionamiento de este hospital durante su mayor apogeo, en la época medieval.


Las ruinas del hospital medieval de Soutra Aisle. (Wikimedia Commons)

El hospital de Soutra Aisle

El hospital medieval de Soutra Aisle se ubica sobre la cima de una colina conocida como Soutra Hill, localizada en las Fronteras Escocesas, cerca del límite entre Escocia y Inglaterra. 

Además, el hospital estaba situado sobre el «Camino Real», la vía principal que unía Escocia con Inglaterra y que seguía la línea de la Dere Street, una de las vías romanas principales de Gran Bretaña. 

El hospital fue fundado en 1164 por el rey escocés, Malcolm IV y pertenecía a la orden de los monjes Agustinos. 

Es necesario indicar que, a diferencia de muchos otros monasterios fundados durante este período, el de Soutra fue edificado con los siguientes objetivos concretos: tratar a los enfermos, proporcionar hospitalidad a los viajeros, dar limosnas a los pobres y servir de asilo en sagrado. Se calcula que en su momento de mayor actividad debió de acoger a unas 300 personas.

Entre los más importantes -y peligrosos- hallazgos arqueológicos del hospital medieval de Soutra Aisle se encuentran los desechos médicos olvidados por los pacientes allí tratados durante siglos. 

En 15 zanjas excavadas sobre 3/4 de la superficie de un yacimiento de una milla cuadrada (2,59 Km cuadrados), los arqueólogos fueron capaces de identificar los desechos, dividiéndolos en los tres siguientes criterios: sangre, plomo, y ciertas plantas medicinales comunes utilizadas sólo con fines médicos. 

Debido a la base de arcilla impermeable que cubre el terreno de la zona, la colina está encharcada constantemente, favoreciendo la conservación del material arqueológico. 

Además, en el Soutra Aisle también se han recuperado fragmentos de recipientes de cerámica.

Las ruinas del Soutra Aisle, vistas desde el sur. (M J Richardson –Creative Commons license)

Tratamientos Medicinales del Soutra Aisle





El análisis de los recipientes recuperados en el Soutra Aisle reveló que en el pasado almacenaban medicinas como analgésicos y anestésicos generales a base de cicuta, beleño y adormidera. Un ungüento elaborado a base de opio y manteca de cerdo, se empleaba siendo aplicado para taponar heridas abiertas después de una cirugía o de una amputación. 

Los restos descubiertos de miembros amputados y de tejidos humanos cosidos son claras pruebas de que los monjes del Soutra Aisle llevaban a cabo procedimientos quirúrgicos sobre sus pacientes.

Medicina medieval. Detalle de una ilustración del “Canon medicinae” de Avicenna (Wikimedia Commons)

Antiparasitarios, inhibidores del apetito y remedios contra la resaca

Entre las ruinas del Soutra Aisle, los arqueólogos también descubrieron una mezcla de tormentila -una hierba con una gran concentración de tanino, que se empleaba para matar los huevos de las lombrices intestinales, así como para aliviar la diarrea y frenar las hemorragias internas. 

Además, también hallaron restos de Lathyrus Linifolius, una planta utilizada como inhibidor del apetito en las épocas de malas cosechas y como remedio para perder peso para los comilones. 

Asimismo hay pruebas de que los monjes Agustinos preparaban una cura contra la resaca a base de semillas de planta tóxicas y líquidos sobrantes de la fabricación de sal para inducir el vómito.

Monje bebiendo a escondidas en la bodega. Ilustración de una copia del ‘Li livres dou santé’ de Aldobrandino de Siena. (Wikimedia Commons)

Remedios para inducir al trabajo y abortos

Otro intrigante hallazgo del Soutra Aisle es el descubrimiento de restos de bebés nacidos muertos y la presencia de hongo de cornezuelo y bayas de enebro. 

El hongo de cornezuelo es un hongo parásito que ataca las cosechas de cereales y que contiene alcaloides, como la ergometrina, que provoca contracciones en el útero.

 Las bayas de enebro también se han considerado siempre un ‘estimulante uterino’. Por lo tanto, se ha especulado con que la combinación de estos dos elementos podría haber sido empleada como ayuda en los partos o para provcar abortos. 

Además, ya que los monjes Agustinos tenían estrictamente prohibido asistir a parturientas, aumentan las posibilidades de que los monjes realizasen dichas prácticas ilegales en el hospital o de que comadronas femeninas también trabajasen en Soutra Aisle.

El declive de Soutra Aisle

Después de un escándalo en 1460, por el que un maestro renegado, Stephen Fleming, fue depuesto, el hospital medieval entró en declive. La mayor parte de sus terrenos fueron confiscados y el hospital fue entregado al Trinity College Hospital de Edimburgo. 

Poco a poco la antigua institución, siempre repleta de gentes y pacientes, dio paso a un establecimiento vacío. A pesar de su pérdida de estatus, el hospital sobrevivió bajo la Reforma Escocesa durante el siglo siguiente y prosiguió luchando por existir hasta mediados del siglo XVII. 





En la actualidad aún se conserva un fragmento de la iglesia que, sin embargo, fue convertida en mausoleo para la familia Pringles de Soutra/Beatman’s Acre en 1686. 

Aún así, tal y como apuntan las investigaciones arqueológicas, la importancia del hospital medieval de Soutra Aisle no radica tanto en el propio edificio, como en los hallazgos médicos desenterrados en sus cercanías.

Imagen de Portada: Ilustración de un monje atendiendo a un paciente enfermo. (Wikimedia Commons)

Autor: Ḏḥwty
https://www.ancient-origins.es/artefactos-tecnologia-antigua/soutra-aisle-002689

Arabia Saudita sufre un Récord de Frío y Nieve en el desierto (vídeos)


Arabia Saudita está experimentando su ola de frío "más intensa" en al menos cinco años, con muchos pueblos y ciudades hundiéndose a sus temperaturas más bajas jamás registradas, según los meteorólogos locales.

Los mínimos de la noche a la mañana se han desplomado muy por debajo del punto de congelación en el norte de Arabia Saudita en los últimos dos días, con Tarif, una ciudad ubicada en la frontera con Jordania, sufriendo un récord de -5C (23F).





Según Reuters, el termómetro se desplomó por debajo del punto de congelación en muchas otras regiones, también: al sureste, se registró una lectura de -3C (26.6F) en Granizo, mientras que -2C (28.4F) se midió en Arar, una ciudad ubicada en La frontera con Irak.
مشهد ساحر تم نشره اليوم من قبل ABC الأمريكية، من تبوك - المملكة العربية السعودية، حيث أصبحت أرض الجمال ثلوج بدل من الرمال في منظر جميل جدا ❄🐪



En Riyadh, la capital, las temperaturas han bajado hasta casi el congelamiento en noches consecutivas, dejando las calles desiertas el martes y miércoles de la semana pasada.

Saudi city of Turaif witnessed snowfall on Sunday. It is considered the coldest region in the country where temperatures drop to below zero degrees Celsius in the winter.
The heavy snow covers large areas of the villages in the Bekaa valley, eastern Lebanon, due to the cold polar mass, whose impact will extend to large areas of Iraq and Jordan, in addition to parts of Saudi Arabia and Kuwait.


Según Hassan Abdallah del centro meteorológico Wasm, Arabia Saudita está experimentando su ola de frío "más intensa" durante (al menos) 5 años. Durante ese período en 2016, el termómetro cayó a un récord de -4C (24.8F) en Turaif mientras la nieve cubría los desiertos. Pero 2020 ya ha reducido esa temperatura baja, y este año también ha sufrido dos episodios de fuertes nevadas en el desierto, el primero a mediados de enero.

الثلوج في شمال المملكة ومستمرة في تذبذبها في امريكا الشمالية والقطب الشمالي ولايزال هناك من يقول بأن النفط سبب في إنحسار الثلوج و !!
Its snowing in Saudi Arabia@drwaheeduddin @JWSpry
https://
atus/1215517678271705088 

Con respecto a este último evento frío, el Ministerio de Meteorología y Medio Ambiente ha advertido a sus ciudadanos que permanezcan adentro cuando sea posible y que se mantengan calientes.




Arrebatados por Yahvé. ¿Abducciones en la Biblia?

Elias, Baruc, Felipe o Esdras son algunos de los muchos personajes bíblicos que fueron arrebatados a los cielos por misteriosos torbellinos y carros de fuego. Algunos jamás volvieron.

 ¿De dónde venían esos portentosos aparatos voladores? 

Elías jamás regresó… Aquel «torbellino» le arrebató para siempre ante los ojos de 50 profetas y del propio Eliseo, el mismo que más tarde, pertrechado con las vestiduras y el manto rasgado de Elías caídos desde el cielo, golpeó las aguas del Jordán, que se abrieron en dos. 

Para los exegetas de la Iglesia Católica, Elías sufrió un «transporte extático»; es decir, el profeta entró en trance místico y se «imaginó» el arrebatamiento. Lo cierto, empero, es que a Elías «no se le vio más». 

Y todo apunta a que este episodio ocurrió realmente —según parece, en el Monte Carmelo, hace aproximadamente 2.850 años—, aunque los comentaristas bíblicos lo niegan: «La desaparición misteriosa —dicen— ha de explicarse conforme al género literario de este ciclo de historias sobre el gran profeta». 

La Iglesia, pues, considera «ciencia-ficción» el episodio, así como otros muchos similares. Pero la realidad puede ser bien otra. El clan de los «arrebatados» Otro «arrebatado» y personaje enigmático donde los haya es Enoc, cuyo nombre, en hebreo, significa ‘iniciado’.





 Según cuenta el Génesis, Enoc «no murió, sino que fue arrebatado y llevado a los cielos en un carro de fuego». 

Poco más se dice de él en la Biblia, pero contamos con un sorprendente apócrifo, El libro de Enoc, en el que se relatan los viajes del misterioso personaje a bordo de esos «carros de fuego». 

En ese texto se narra, por ejemplo, cómo entró en «contacto» con misteriosos seres celestiales: «(…) se me aparecieron dos hombres de gran estatura; sus rostros brillaban como el sol y sus ojos eran como antorchas». 

Y le dijeron: «Hoy mismo estarás con nosotros en los cielos». Dios toma a Enoc, como en Génesis 5:24: «Y Enoc anduvo con Yahvé, y desapareció porque Yahvé se lo llevó».

 Ilustración de Figuras de la Biblia (1728); ilustrado por Gerard Hoet (1648-1733) y otros. 

El relato de sus viajes celestiales resulta sorprendente: «Condujéronme entonces a los cielos. Entré hasta detenerme frente a un muro, que parecía hecho de sillares de cristal, y estaba rodeado de lenguas de fuego (…) 

Me vi ante un gran palacio de cristal labrado, con suelo embaldosado de placas de vidrio, y el piso era también de cristal».

 Y aún añade otras extrañas pistas sobre sus travesías: «Después de aquellos días transcurridos en un lugar donde se me permitió ver lo que está oculto, después de haber sido arrebatado por un remolino y conducido hacia el Poniente (…)». 

Tras el último de aquellos «viajes», Enoc no volvió. Al igual que Elias, fue «arrebatado» para siempre. 

Sólo que no fueron los únicos… En otro apócrifo llamado La Ascensión de Isaías se cuenta cómo este profeta también subió a los cielos en un sospechoso «trance», acompañado de varios ángeles que le invitaron a vestirse con sus ropajes y cómo a bordo de aquella «nave» visitó los siete cielos. 

Y también en el Segundo Libro de Baruc se cuenta algo similar: «Una fuerza —puede leerse— me levantó y me colocó sobre el muro de Jerusalén». 

La sospecha de abducción En Los hechos de los apóstoles se narra otro «arrebatamiento»: el de Felipe, uno de los Padres de la Iglesia. 

A partir del versículo 26 del capítulo VIII, podemos leer: «El ángel del señor habló a Felipe diciendo: “Levántate y marcha por el camino que baja de Jerusalén a Gaza”.

Se levantó y partió.

Y he aquí que un etíope eunuco regresaba sentado en su carro, leyendo al profeta Isaías…». 





Más adelante, ambos se pararon a beber agua, momento que Felipe aprovechó para bautizar al eunuco, pero «saliendo del agua, el Espíritu del Señor arrebató a Felipe y ya no le vio más el eunuco. Felipe se encontró en Azoto y recorría evangelizando todas las ciudades hasta llegara Cesárea». ¿Qué era aquel «espíritu del señor» que arrebató al apóstol y lo transportó 40 kilómetros?

 ¿Otra fantasía literaria?, ¿una nueva metáfora? ¿No se parecen demasiados estas descripciones a las que actualmente informan los testigos de abducciones ovni? 

Lo cierto es que aquellos «torbellinos», «carros de fuego» o «ruedas voladoras» aparecen muchas veces a lo largo de la Biblia y otros textos apócrifos. Realizan maniobras extrañas, son «habitados» por ángeles de gran estatura, luminosos, de rostros extraños… Para algunos son demasiadas coincidencias. E investigadores prestigiosos de la temática lo tienen claro: se trataba de naves extraterrestres.

 «Y oró Eliseo, y dijo: “Te ruego, oh Yahvé, que abras sus ojos para que vea”. 

Entonces Yahvé abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo». 2 Reyes 6-17. 

Pero aún hay más: esos misteriosos objetos —y su enigmática función «arrebatadora»— ya fueron conocidos por Jesús. 

Así, en el apócrifo Historia de José, el carpintero (capítulo XVIII), podemos leer, en boca de Jesús, la siguiente expresión: «¿Y qué me impide ahora que yo ore para que mi Padre envíe un gran carro luminoso que eleve a José y que le traslade al lugar de reposo, para que viva allí con mis ángeles incorpóreos?».

 En cualquier caso, ni siquiera hace falta bucear en los apócrifos, porque en el Evangelio de San Mateo (capítulo 17,1-13), en donde se narra el extraño episodio de la Transfiguración, se dice que a Jesús le «brilló su rostro como el Sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz». 

Y allí aparecieron dos seres e, instantes después, les cubrió una «nube resplandeciente». Al abrir los ojos, todo volvió a la más absoluta normalidad.

 Lo más curioso es que aquellos dos seres luminosos fueron identificados como Elías —arrebatado para siempre— y Moisés, cuyo cadáver, después de haber mantenido contacto abierto con misteriosos seres que viajaban en extrañas «nubes», jamás fue encontrado. Ezequiel da la clave: eran ovnis Ezequiel tuvo la primera de sus «visiones» allá por el año 600 a.C. 

Cuatro de ellas aparecen relatadas en el libro que lleva su nombre. 

Él es otro «arrebatado», aunque con billete de vuelta. De aquel primer encuentro, Ezequiel ofrece detalles excepcionales: «Vi venir un viento huracanado, una nube densa en torno a la cual resplandecía un remolino de fuego, que en medio brillaba como bronce en ignición». 

Más adelante habla de «criaturas vivientes», de «portentosos cristales tras los cuales se observa el firmamento», de «ruedas que giran» posándose sobre el suelo… En suma, para muchos estudiosos aquellos seres con caras de «toro», «águila» o «león» no eran más que astronautas con escafandras, tomas de oxígeno o antenas. 

Luego, la imaginación de aquella gente hizo el resto. 

Por Bruno Cardeñosa.