La historia de la humanidad está repleta de hechos inexplicables, extraordinarios, y los antiguos nos han legado construcciones monumentales que no parecen posibles siquiera con nuestra tecnología actual, menos con la que suponemos en ellos.
Pero hay un hecho que no requiere tecnología sino milagro, y es el nacimiento virginal de numerosos "iluminados" o "iniciados" en los que es fácil ver la influencia de manos no humanas.
Los hombres han dicho que tales manos son de dioses o de ángeles, definidos como enviados de los dioses.
Algunos de ellos, como los que describen los Vedas en una batalla monumental con armas atónicas y carros voladores, o los que muestra Zacarías en la Biblia, con carros de fuego con ruedas y alas, o los que aparecen labrados en la piedra en Yucatán, y tantos otros, están pormenorizados de tal manera que no es posible atribuirlos a la fiebre ni a un rapto de imaginación desbordante, sobre todo porque hay entre ellos una concordancia que la fiebre generalmente no produce.
Buda Sakyamuni nació en el siglo IV antes de nuestra en el Himalaya, en el norte de la India, de una virgen llamada Maya.
Sidharta Gautama, el Buda Sakyamuni, nació en el siglo IV antes de nuestra en el Himalaya, en el norte de la India, de una virgen llamada Maya.
Los dioses atendieron solícitamente a Maya y a Buda, que tan pronto salió del vientre virginal de su madre dio pasos y pronunció con gravedad palabras que fueron otros tantos milagros de precocidad.
Por ser parte de nuestra propia tradición, conocemos la historia del nacimiento de Cristo de Myriam, o María, y la llegada de magos guiados por una estrella hasta el lugar del parto.
La explicación convencional de la estrella y la naturaleza de esos magos puede variar en el sentido de influencia de civilizaciones alienígenas, tanto por lo que pudo ser la estrella como por lo que eran los magos.
A comienzos del siglo siete, Mahoma, un pastor analfabeto, tomó contacto con un ser que llegó del cielo y le dijo ser el arcángel Gabriel "el emisario enviado por Dios para comunicarte que has sido elegido para que le anuncies a la humanidad su mensaje revelado".
Con estas palabras, ese "ángel", ser superior sin dudas pero no sabemos de qué naturaleza, convirtió al pastor en uno de los mayores profetas y al analfabeto en un sabio que convenció a los sabios. En el Corán, libro que Mahoma dictó, hay ejemplos abundantes de mensajeros que descienden del cielo.
Los aborígenes de los montes Kimberley, en el noroeste de Australia, cuentan que en tiempos remotos sus dioses trazaron sobre las rocas unos dibujos antropomorfos, ellos los llamaron los "wandjinas". Estos seres instruían a los nativos.
En la mitología de los aborígenes australianos, los wondjina (o wandjina).
Cuentan que de vez en cuando pueden ver a sus dioses en forma de luces que se mueven a gran altura por las noches. En el altiplano boliviano, una leyenda que está simbolizada en pictografías en la puerta del sol de Tiahuanaco alude a una mujer llegada de Venus antes de que la Tierra estuviera habitada por la humanidad.
Los judíos atravesaron el desierto de Egipto al Canaan guiados pos Moisés. En América aconteció algo similar, también bajo la influencia de seres superiores, ángeles dioses o extraterrestres. Les pasó a los aztecas, que caminaron por el desierto 3000 kilómetros guiados por Huitzilopochtli, el "gran pájaro", desde Arizona hasta su hogar en el lago Texcoco, México.
Los indios Hopi narran que no siempre vivieron en su actual reserva en Arizona, donde los norteamericanos los convirtieron en fósiles, sino que hace milenios, sus antepasados de los vivían en un continente en el Pacífico que llamaban Kass Kara, hasta que estalló una gran guerra con otro continente y Kass Kara empezó a hundirse en el océano.
Los antepasados de los indios hopis vivían en un continente en el Pacífico que llamaban Kass Kara.
Entonces los hopi fueron auxiliados por seres llegados del cielo, los Katchinas, que los salvaron de la catástrofe trasladándolos a América en "escudos volantes". Esos seres que llegaron del cielo tallaban grandes bloques de piedra, viajaban por el aire y eran capaces de trazar grandes túneles bajo tierra: tenían una tecnología superior.
En América en diversos lugares de su extensa geografía hay grabados y dibujos que pueden ser interpretados como seres extraterrestres, con escafandra y antena. Pero quizá el más claro esté en Uzbekistán, en Asia, y es el grabado de un ser con antenas, vestido con traje espacial y una especie de mochila, y sobre las montañas un objeto volador en el cielo. A su izquierda hay otro ser con un disco en la mano.
Es notable que estos seres, que merecieron quedar para la posteridad en la roca, sabían trabajarla como los mismos americanos, que eran capaces entonces de colocar sobre enormes pilares de piedra una roca tan pesada, a varios metros de altura, que ni siquiera hoy la técnica nos puede auxiliar para hacer algo parecido.
Un caso muy mencionado es el de los dogones, que habitan en Malí, África. Según sus tradiciones, sus ancestros fueron visitados en el siglo XII por seres provenientes de la estrella Sirio. Los dogones saben que Sirio es una estrella binaria, lo que no fue descubierto por la astronomía hasta el siglo pasado y que ambas estrellas tienen planetas.
En el siglo XVI un almirante de la flota otomana, Piri Reis, trazó mapas para uso militar con detalles precisos de la superficie terrestre, en base a mapas mucho más antiguos que pudo agenciarse en los países que visitaba. Esos mapas muestran islas que hoy no existen pero que la ciencia ha demostrado que existieron hace millones de años. Sus mapas muestran un istmo que vincula el sur de América con la Antártida y otras zonas que fueron corroboradas a mediados del siglo pasado.
Los mapas muestran zonas amplias con ríos, montañas, llanos y otros detalles que no podían conocerse sino desde el aire, en tiempos en que nadie podía volar....La tribu de los indios Thompson de la Columbia Británica, cuentan cómo una vez una mujer casada fue capturada por "gente del cielo".
Furiosos por este hecho emprendieron una guerra contra los "hombres del cielo". Construyeron un armazón para llegar al cielo, que se desmoronó en cuanto "los del cielo" comenzaron a tomar represalias. Los maoríes cuentan que una vez una delegación maorí obtuvo permiso para visitar el "país del cielo", donde fueron instruidos en valiosas artes por los seres superiores que allí habitaban.
Es pesado de explicar
El trabajo de la roca es una constante en las civilizaciones antiguas que no ha podido ser explicado suficientemente. Por ejemplo, en Stonehenge, en Inglaterra, el templo solar o lo que fuere está lejos del lugar de donde trajeron las rocas, tan pesadas que apenas pueden moverse y sin embargo las trasladaron casi 300 kilómetros a pesar de que pesan 350 toneladas y no hay manera de arrastrarlas por el suelo.
Stonehenge, un misterio sin develar.
En una revista apretada de apariciones misteriosas en la antigüedad, se pueden mencionar la "dama blanca" de Sudáfrica, las "perlas celestes" de los tibetanos, el "disco de la esfera" de los antiguos germanos.
Los ovnis psicoides
Los extraterrestres, seres inteligentes provenientes del Espacio exterior que toman contacto con la Tierra, vienen según la palabra popular, en "ovnis". Stanislav Grof, en un intento de explicar un fenómeno que elude la experimentación y que genera fuerte entusiasmo y negativas cerradas, lo considera "una experiencia psicoide", y da a esta palabra el sentido de lo que no pertenecen al reino del psiquismo ni al reino de la realidad material sino que está ubicado en el interregno entre la conciencia y la materia.
Desde ese lugar hay quienes dicen haber visto ovnis a plena luz del día y otros, de noche. Algunos aseguran haber presenciado aterrizajes y otro haber hablado con los extraterrestres y haber sido llevados a bordo o "abducidos" para ser estudiados científicamente.
Hasta ahora la explicación oficial de los ovnis oscila entre desórdenes mentales de los que dicen haberlos visto o interpretaciones erróneas de globos meteorológicos, meteoritos, bandas de pájaros o reflejos. Pero a pesar de todo, hay gente entrenada y sin problemas psíquicos, que se ha propuesto avistarlos y dice haberlo hecho, no solos sino en compañía y han aportado documentos gráficos, en ningún caso definitivos.
La estrella de Belén que guiaba a los Reyes Magos:¿era un ovni?
El punto sigue siendo si la Tierra fue visitada en el pasado por extraterrestres, una de las interpretaciones posibles de los fenómenos a que aludimos antes en diversos tiempos y lugares, y si está siendo visitada ahora o se trata de una ilusión, una fantasía propia de una época donde un orden de creencias cede para dar lugar a otro que lo reemplace en quienes de todos modos no pueden esperar, necesitan creer ahora en algo visible y tangible.
La naturaleza "psicoide" de los ovnis permite atribuirles una condición intermedia entre las alucinaciones y los fenómenos "reales". Esta condición híbrida hace difícil estudiarlos científicamente porque la ciencia necesita una distinción clara entre lo real y lo irreal, y no puede navegar en aguas intermedias, salvo las proezas que vemos hacer a la física cuántica, por ejemplo.
Un formidable erudito como era el médico y psiquiatra suiza Carl Gustav Jung, discípulo apartado de la escuela de Freud, aplicó al fenómeno ovni su método de "ampliación", que consiste en estudiar el fenómeno en sí y todo cuanto pueda relacionarse con él en cualquier ciencia, fuera de la ciencia, en cualquier tiempo y lugar.