Durante la Segunda Guerra Mundial existieron muchos mitos e historias para no dormir sobre los nazis. De entre ellas, hoy vamos a hablar de los Foo Fighter, no la banda de rock, sino los misteriosos aviones, un fenómeno que trajo de cabeza a los aliados. El batallón ovni de Hitler que no acertaban a definir.
Y es que han sido muchos los escritores e historiadores que en algún punto de la historia de la Segunda Guerra Mundial han tocado el tema de estos supuestamente objetos voladores no identificados.
Un término, Foo Fighter, utilizado por los pilotos de los aviones aliados para describir unos fenómenos aéreos desconcertantes durante las operaciones en vuelo.
Un término, Foo Fighter, utilizado por los pilotos de los aviones aliados para describir unos fenómenos aéreos desconcertantes durante las operaciones en vuelo.
La historia habla sobre el inicio de los primeros informes de estos aviones/objetos no identificados a partir de 1944, desde ese momento los testigos asumirían que los Foo Fighter eran armas secretas empleadas por el enemigo.
Obviamente, el tiempo ha acabado desmontando toda probabilidad sobrenatural de estos batallones con explicaciones científicas, pero aún así, no queda claro el origen de esos avistamientos.
Obviamente, el tiempo ha acabado desmontando toda probabilidad sobrenatural de estos batallones con explicaciones científicas, pero aún así, no queda claro el origen de esos avistamientos.
Habría que remontarse unos años antes en la historia para encontrar por primera vez el término. No venía de estos extraños aviones, originalmente Foo Fighter llegó a través de un personaje de una tira cómica surrealista de los años 30 bajo el nombre de Smokey Stover (de Bill Holman).
Holman utilizaba en su cómic muchos juegos de palabras y signos sin sentido, entre ellos “foo”.
Holman utilizaba en su cómic muchos juegos de palabras y signos sin sentido, entre ellos “foo”.
El personaje de Stover era un bombero cuyo vehículo se llamaba Foo Fighter y que a su vez utilizaba el nombre en lugar de fire fighter (bombero). Stover también solía decir “where there’s foo, there’s fire”. Así que este es el comienzo del término al que la historia le tendría varias sorpresas.
Llegados a la WW2, el término sería tomado de la tira cómica por el teniente Donald J. Meier, quién a su vez era fan incondicional del trabajo de Holman.
En este punto hay dos versiones: una habla de la noche del 27 de noviembre de 1944, momento en el que Meier y el oficial Ed Schleuter reportaban el avistamiento de lo que parecía una bola roja de fuego que perseguía a los aviones junto a una gran variedad de maniobras a alta velocidad.
Esta teoría explica que Meier, quién tenía en ese momento una copia de la tira cómica en el bolsillo, la sacó y la estrelló en el escritorio diciendo: “Estos han sido esos malditos Foo Fighters”.
La segunda versión que habla de la primera referencia a los Foo Fighter nos lleva de nuevo a Meier, aunque unos meses antes. Un 13 de febrero de 1944 en el Cuartel General Supremo de la Fuerza Expedicionaria Aliada (SHAEF) en París enviaba a los medios de comunicación una nota de prensa que hacía referencia por primera vez a la aparición de una nueva arma alemana en el frente aéreo occidental.
En cualquier caso en ambas citas se trataba de la misma alerta. Los aviadores de Estados Unidos (los primeros con los cazas nocturnos Northrop P-61 Black Widow) intentaban describir una clase de bolas, esferas luminosas que encontraban volando sobre Alemania en la noche.
La descripción que hacían era la de unos objetos brillantes, algunos pilotos los describían como luces capaces de realizar giros extremadamente violentos antes de desaparecer del plano.
La descripción que hacían era la de unos objetos brillantes, algunos pilotos los describían como luces capaces de realizar giros extremadamente violentos antes de desaparecer del plano.
Lo curioso es que en estas primeras informaciones hablaban de objetos que volaban en formación a los aviones aliados y que se comportaban como si estuvieran bajo algún tipo de control inteligente, aunque en ningún caso mostraron un comportamiento hostil.
El fenómeno se extendió de tal forma que los militares los tomaron muy en serio, momento en el que comenzaron las primeras teorías que hablaban de posibles armas secretas alemanas (algo que el propio tiempo ha acabado tirando por tierra, ya que existieron otras investigaciones que revelaban que, por ejemplo, los pilotos alemanes y japoneses habían reportado objetos similares).
Antes de acabar ese año, el 13 de diciembre de 1944, SHAEF volvía a lanzar un comunicado que aparecería en el New York Times el día después, una carta donde se describía oficialmente el fenómeno como una “nueva arma alemana”. Tras el NYT la noticia se extendería por otros grandes medios de la época como el New York Herald Tribune o el Daily Telegraph.
Siguiendo la línea de los medios de comunicación, al año siguiente, el 15 de enero de 1945, era la revista Time la que llevaba por primera vez la historia de los Foo Fighter.
En el interior de la prestigiosa revista se informaba de las extrañas “bolas de fuego” que habían estado siguiendo a los cazas nocturnos.
La misma Time, a través de las declaraciones de varios pilotos, explicaba que se tenía la conciencia entre los combatientes de que el fenómeno eran misteriosas luces de persecución a alta velocidad.
En el interior de la prestigiosa revista se informaba de las extrañas “bolas de fuego” que habían estado siguiendo a los cazas nocturnos.
La misma Time, a través de las declaraciones de varios pilotos, explicaba que se tenía la conciencia entre los combatientes de que el fenómeno eran misteriosas luces de persecución a alta velocidad.
Llegados a este punto, ¿qué eran realmente estos fenómenos avistados? Con el tiempo se ha dado paso a intentos explicativos con coherencia basados en hechos. Por ejemplo, ya en 1945 aparecían las primeras explicaciones científicas sobre lo que estaba ocurriendo.
Se ofrecían dos versiones: la posibilidad de que estos avistamientos eran una ilusión causada probablemente por el deslumbramiento por las ráfagas de fuego antiaéreo, o bien se sugería que se debía a un tipo de descarga eléctrica de las alas de los aeroplanos (semejante al fuego de San Telmo).
Otras de las explicaciones oficiales en la época, llena de sentido común, venía a decir que estos avistamientos tenían que ver con la situación. Los pilotos podrían sufrir alucinaciones provocadas por el propio cansancio extremo en el fragor de la batalla.
Informado en : Gizmodo.com
Extranotix.