LA DELEGACIÓN DEL GOBIERNO EN NAVARRA PERMITE UN ACTO DE EXALTACIÓN AL TERRORISTA PATXI RUIZ
Rosa Díez denuncia la ocultación en TVE del acto en Pamplona mientras sí se da cancha a criminalizar las protestas contra Pedro Sánchez
El Gobierno socialcomunista que persigue las protestas contra Pedro Sánchez permite una manifestación proetarra en pleno centro de Pamplona
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No tienen el más mínimo disimulo y a estas alturas de la película no parece que les vaya a preocupar en exceso que el personal se dé cuenta de sus aviesas intenciones.
El Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez y de Pablo Iglesias, el mismo que persigue e intenta amordazar a los manifestantes de la calle Núñez de Balboa, en el madrileño barrio de Salamanca, solo porque no les gusta que critiquen a los ‘okupas’ de La Moncloa, deja campar a sus anchas a los proetarras por las calles de Pamplona.
Lo del gabinete sanchista, con ese ministro del Interior llamado Fernando Grande-Marlaska, es para que se lo haga mirar.
El titular de esa cartera tiene una curiosa habilidad para tener siempre línea con la Delegación del Gobierno en la capital de España, con el socialista José Manuel Franco, para que prohíba siempre cualquier concentación en contra de Sánchez.
Da igual que esta sea pedida en tiempo y forma. Los ‘hombres de Marlaska’ la impedirán a toda costa. Y si al final se acaba llevando a efecto, como está pasando en Núñez de Balboa y otros barrios y localidades de Madrid, el ministro ordenará a sus policías que empiecen a exigir a los manifestantes, como si no hubiese un mañana, los DNI y que quiten la bandera española.
En cambio, si es en Pamplona y la solicitan unos proetarras para lanzar ‘vivas’ a un etarra, Patxi Ruiz, que se llevó por delante la vida de Tomás Caballero (UPN), entonces no pasa nada.
Afortunadamente, de momento, por más que lo sigue intentando, este Ejecutivo de PSOE y Unidas-Podemos no ve forma de meter en cintura a las redes sociales y se le siguen escapando noticias a su control.
Si lo que pretendía era ‘esconder’ la concentración proetarra, el intento ha sido en vano, entre otras cosas porque la nacionalista EITB hizo un gran despliegue para cubrir la misma y las redes sociales se inundaron de fotos denunciando el vomitivo acto.
Eso sí, el Gobierno de Sánchez intenta hacer pasar a los españoles por menores de edad y ‘obliga’ a TVE a no hacer proselitismo de esa concentración de proetarras. Más bien la tapará y ampliará hasta la náusea lo que sucede en Madrid, culpando aviesamente a la derecha de esos gritos contra Pedro Sánchez.
La propia Rosa Díez denuncia precisamente esa manipulación orquestada desde el Gobierno central, usando la televisión de todos los españoles para destacar lo que le interesa a ‘cum fraude’ Sánchez:
Carlos Herrera: «Protestar contra Sánchez e Iglesias, todo y todos los días»
En su monólogo de este viernes, el líder de la radio española ha hablado sobre la crítica de Garzón al sector del turismo, la ineficacia de Iglesias en la gestión de la crisis sanitaria y las protestas en el barrio de Salamanca de Madrid contra Pedro Sánchez
Carlos Herreras y las protestas ciudadanas contra el Gobierno Sánchez.PD
Señoras, señores. Me alegro, buenos días.
Ayer, hubo repunte en los números de la pandemia. 217 fallecidos en 24 horas. Y llama la atención que Cataluña contribuye de manera muy notoria a esas cifras.
131 corresponden a Cataluña por los 19 de Madrid.
Mientras los miembros del Gobierno dicen tonterías sin cuento o ejercen de matones de barrio en sede parlamentaria, hay otros políticos que jalean a grupos de ciudadanos que confunden el derecho a protestar con el incumplimiento de elementales normas de la prevención sanitaria.
El espectáculo se desarrolla ante nuestros ojos mientras en los hospitales siguen muriendo personas. Por centenas.
Y mientras todo esto pasa, desde Japón anuncian que Nissan va a cerrar su fábrica de la zona franca de Barcelona. 3000 empleos directos y 20.000 indirectos.
La realidad y el futuro inmediato es lo suficientemente duro que tampoco hay que empeorarlo un poco más.
Es tan grave que todos deberíamos hacer un llamamiento a la responsabilidad. El más obligado de ellos, el Gobierno.
Pero este Gobierno oscila entre la incompetencia y el sectarismo más feroz.
«¿CÓMO UN TIPO COMO GARZÓN PUEDE LLEGAR A SER MINISTRO?»
Ayer, el inexplicable ministro de Consumo – ¿cómo un tipo como Garzón puede llegar a ser ministro? Bueno, pues porque esta es la España de hogaño – dejó sentado en su magisterio en esas dos disciplinas – la incompetencia y el sectarismo – cuando desacreditó al sector turístico como un sector estacional, precario y de poco valor añadido.
¿Estacional? Bueno, claro. Tú es que quieres que haga calor todo el verano, pero es que en invierno hace fresco… Si este fuera un gobierno serio, este tío ya no sería hoy ministro.
O la titular del ramo habría presentado la dimisión en señal de protesta.
Pero un Gobierno serio jamás tendría a un personaje como Garzón sentado en un consejo de ministros.
Su mayor mérito ha sido enterrar a Izquierda Unida, que había heredado la dignidad antifranquista del viejo partido comunista de España para ponerla al servicio de estos vividores de la política, de estos populistas caribeños que no han dado un palo al agua en su vida y que se permiten jugar con un sector del que viven más de dos millones de españoles.
Tenía que pasar y pasó. Francia ha decidido aplicarnos la reciprocidad y cualquier España que viaje a Francia pasará una cuarentena de 14 días antes de hacer vida normal.
Islandia, adonde van los turistas más aguerridos a ver si un volcán entra en erupción, ofrece a los turistas test gratuitos.
Nosotros les ofrecemos 14 días confinados. Con estas declaraciones y medidas, el sector turístico – que supone cerca del 15% de la economía española, está en una espiral de pérdidas que ya superan los 3.000 millones.
Eso es irresponsabilidad de unos tíos que están sentados en el Consejo de Ministros. Empezando por el que lo capitanea. El Doctor Fraudillo. El doctor Sánchez
Además, Por si esto fuera poco, el vicepresidente segundo volvió a ejercer de Joker. De payaso psicópata.
Se permitió la chulería y el sarcasmo de una especie de macarra de la peor estofa, para defender su delirante propuesta de subida de impuestos.
Iglesias tenía que explicar en sede parlamentaria su gestión como vicepresidente en asuntos sociales.
Pero no es cómodo hablar de las colas en los comedores sociales, de la gente sin empleo, sin ayudas, de la devastadora mortalidad que se ha dado en residencia de ancianos…
Todo eso le compete, pero no hubo ningún momento para eso. Él no está en esas cosas, él está en la propaganda. Quién sabe si preparando la excusa para saltar del Gobierno y lanzarse a la calle…
Más allá de la catadura política del personaje, hay una reflexión.
Esta crisis ha demostrado que desde el ámbito privado se saben hacer las cosas mejor, con más eficacia y diligencia que desde la esfera pública.
Sería mucho mejor bonificar fiscalmente toda la labor que pueden hacer las grandes fortunas en fundaciones, promoción de la actividad y cooperación de lo social que exprimirlas a base de impuestos para pagar el sueldo a políticos inútiles e incapaces que además no quieren trabajar el sábado en la política de reconstrucción de España.
Vamos a reconstruir España de lunes a viernes.
Lo de la Nissan de Barcelona, ya veremos. Puede que no sea la única.
Hoy cuenta ‘Expansión’ que también están en riesgo la fabricación de algunos modelos en las fábricas de Renault de Palencia y Valladolid.
España ha llegado a ser una potencia mundial en la fabricación de automóviles gracias a la reforma laboral. Y todo eso se va a volatilizar en unos años.
LAS PROTESTAS DE «LOS CAYETANOS»
Sanidad va a anunciar hoy que áreas sanitarias van a pasar a la fase 1 de la desescalada.
La atención está en Valencia – que den por hecho que pasa – Málaga y Granada – que ya veremos – y Madrid, que den por hecho que no.
Ayer tarde, la presidenta de la Comunidad dijo que el Ministerio no parecía favorable a conceder el progreso a la Comunidad.
Isabel Díaz Ayuso, que hay veces que parece que si no está en mitad de una polémica parece no estar a gusto – animó las protestas del barrio de Salamanca contra el Gobierno de Sánchez y la Policía hizo un despliegue para evitar que la acumulación de personas en la calle incumpliera las normas.
Primera reflexión: Protestar contra Sánchez e Iglesias, todo y todos los días. Incumplir las normas de prevención sanitaria, nunca. De ninguna manera.
Desacreditar estas protestas – como hace la izquierda – es ridículo y muestra un cierto temor a perder el monopolio de la calle.
Esto de los pijos, los cayetanos… Son ciudadanos con los mismos derechos que los perroflautas que acamparon en Sol hace cinco años.
Bueno, aquellos tenían derecho a concentrarse y ahora hay un estado de excepción que lo impide. Ahora, tienen todo el derecho del mundo a expresar su rechazo contra una gestión catastrófica de la crisis.
El miedo que tienen los activistas de izquierda, los que están en la política y en el periodismo, es que mucha gente pueda compartir esa protesta.
Por eso necesitan descalificarla, decir que es cosa fachas, de pijos, que no pueden jugar al golf… Ojo que este tipo de manifestaciones a veces también refuerzan a los que están en el poder.
Acuérdense de Zapatero, que algunas de esas manifestaciones le reforzaron y alguno se frotaba las manos.
Entre estas y otras cosas, la constatación de que esta pandemia nos va a seguir trayendo dolores de cabeza. Lo dicen todos los expertos.
Todavía quedan muchas páginas por escribir, mucha resistencia y mucho sacrificio que hacer.
Esto no se va a solucionar en dos días. Lo vamos a seguir pasando mal.
Pero algún día acabará y en el camino habrá tiempo para ajustar cuentas.
CARLOS HERRERA
Cadena COPE
¡A las kacerolas!
La mayoría lo hace desde el mismo balcón de los aplausos pero los hay que aprovechan el paseo vigilado de la fase cero para sumarse. El
estado de alarma permite deambular sin rumbo fijo… de todas formas, tampoco hay sitio al que ir porque están prohibidas las visitas y las tiendas son escaparates muertos que no tardarán en colgar un cartel de cese de negocio.
Los que protestan mientras andan –no puedes pararte– están desacreditados por pijos, como si allí todos se quejaran de vicio. Los "cayetanos", los "borjamaris", dicen de ellos en la prensa, y no precisamente en El País sino ya en
El Mundo, además de en los de siempre. Nos cuentan que en esa calle es donde viven los más ricos y que la mayoría vota a PP y Vox.
Cabe deducir pues, que carecen del derecho a la protesta porque su dinero es de procedencia dudosa, no como el de los proletarios
Wyoming y
Ferreras o como el de los nuevos ricos que defienden un proyecto de familia en el campo al estilo
Iglesias.
Estos de la "milla de oro" –otro estigma– no crean empleo, sólo despiden, no pagan impuestos para la Sanidad Pública porque
prefieren la Ruber de Calvo y se lo quedan todo para ellos, para sus tapices, sus subastas y sus 'teslas'. No hay más que verlos, así vestidos y protestando…
Por tanto, habrá que proceder a una "desbalboización" de Madrid como se hizo con los kulaks ucranianos y rusos de hace 100 años –y 100 millones de muertos– que eran "propietarios", o sea, que tenían un puñetero granero o una vaca y fastidiaban la colectivización.
Luego llegó la planificación de la hambruna, ingenioso genocidio que se resiste a pasar como tal a los libros de texto de los niños y jóvenes confinados. Además, los revoltosos propietarios de Núñez de Balboa llevan banderas de España.
Tener una bandera o una cacerola en casa empieza a ser un peligroso síntoma de desafección. En ruso, el remedio podría también ser algo así como la deskazerolización.
Pues no queda otra, ¡A las Kacerolas! A lo mejor si lo escribimos con k queda menos cayetano, menos borjamari o menos facha y los medios de comunicación les dan permiso para protestar de siete a siete y cinco de la mañana, casi como si fueran personas comunes con algún derecho.
En la rueda de prensa de Illa y Simón para anunciar que Madrid se queda en la fase cero –que es la primera aunque luego llegue la fase uno– nos dijeron que como los capitalinos han sido buenos y ejemplares podrán ir un poco a misa o un poco a entierros o pedir libros a una biblioteca sin pasarse.
Uno de los periodistas que intervino en la farsa de prensa, el del Huffington Post, fue al grano y preguntó por el madrileño barrio de Salamanca y por Ayuso, señalándolos como los violadores de la fase cero y primeros sospechosos de cualquier posible rebrote letal.
Una, por estar en un hotel cuando no se puede y los otros, por juntarse demasiado para protestar con tanto dinero como tienen. El ministro y el doctor se escabulleron un poco al principio pero Illa no tardó demasiado en sumarse al señalamiento: "No es tolerable que una minoría ponga en peligro todo lo que hemos conseguido".
Brillante acusación si la dirigimos los ciudadanos contra el Gobierno de Iglesias y Sánchez. Eso sí, de criterios técnicos o de documentación clara y concisa sobre la pandemia, no quisieron hablar. La prueba de trasparencia, dijo Illa señalando el atril, es "que estamos aquí informando".
Ante la
descarada ofensiva contra Madrid, pieza a cobrar por la izquierda, los "gobiernos en la sombra" sirven de poco, más allá de dar ideas a los comunistas sobre el tipo de sombra que pueda merecer el PP. Hará bien
Pablo Casado en escuchar el eco de las cacerolas y apoyarse en Madrid, que es un gobierno a plena luz, haciendo todo lo posible por contrarrestar las políticas liberticidas de un gobierno tan social-comunista como inútil.
Si Díaz Ayuso es la pieza a batir es por algo. Si el diario con más tirada de España, El País, dedica la apertura de su portada y algún añadido más a Díaz Ayuso es por algo. Si preocupa más un hotel que 27.000 muertos es, asquerosamente, por algo.
Y ese algo es que la alternativa a la pandilla de ineptos que nos gobierna se ha dejado ver por el Madrid de
Isabel Díaz Ayuso y
José Luis Martínez Almeida, que lo es también de Ciudadanos y de Vox si esta vez no pierden el tiempo en mirarse de los pies a la cabeza. La izquierda no soporta haber perdido el Ayuntamiento y seguir lejos de la Comunidad y buscarán toda falta de escrúpulos –que puede haberla– para conseguirlo.
Pues eso, mientras unos se deciden a que los otros no nos tomen por imbéciles, ¡a las kacerolas!, versión sonora del cine mudo del CIS, y que llegue el estruendo hasta Galapagar pasando por la Moncloa. Y nada en la sombra, todo a plena luz.