No es extraño, los seres que nos contactan no sólo han evolucionado tecnológicamente, sino también psíquicamente. No en vano emplearon sus facultades mentales para generar los primeros acercamientos y contactos.
En este artículo, ofreceremos un breve repaso de lo que significa el contacto con “ellos”, recordando las características que debe tener todo canal o antena, cómo confirmar los presuntos mensajes recibidos, los tipos de encuentros cercanos de acuerdo a la ufología, y la diferencia que existe entre el contacto con
seres extraterrestres y la denominada
Hermandad Blanca.
Por qué el contacto
Todos sabemos que la comunicación une y agrupa a las civilizaciones.
En este caso, ante la posibilidad de entrar en contacto con formas de vida superior, el conocimiento y enseñanza que se desprendería de este encuentro es invalorable. Es como hallarnos ante un gran portal de oportunidades que podría redimensionar nuestra comprensión del Universo y de nosotros mismos.
Ello se desprende de la interacción con otras formas de vida inteligente que han alcanzado un alto nivel evolutivo. Pero no porque sean mejores que nosotros, sino porque se trata de razas más antiguas que han enfrentado todo tipo de situaciones - guerras, incluso - para llegar donde se encuentran ahora. Hoy podemos afirmar que debido a su inteligencia es que no contactan abiertamente con la humanidad, pues ello podría suponer un “shock” de civilizaciones.
Nuestra accidentada historia humana les da la razón.
No obstante, ellos han venido estimulando un programa de contacto en el planeta con miras a un futuro encuentro masivo. Para ello han establecido comunicación tanto con gente común y corriente como con importantes científicos y líderes mundiales, aunque estos últimos sean más discretos - por razones obvias - en revelar sus experiencias.
A pesar que varios gobiernos del mundo y Fuerzas Aéreas liberaron información sobre los ovnis, al punto de que el ex astronauta
Edgar Mitchell (Capitán del Apolo XIV) exigiera recientemente a
Barack Obama en sumarse a la desclasificación de los “no identificados” y que revele su naturaleza extraterrestre, aún hay mucha madera por cortar en torno a nuestra comprensión de los extraterrestres y sus intenciones.
De lo único que tenemos certeza quienes sostenemos haber vivido la experiencia, es que nos observan desde hace mucho y que no vienen con malas intenciones.
El plan de contacto, según lo que hemos vivido y estudiado, parece apuntar a la elevación de la conciencia humana ante su inexorable destino cósmico. A prepararnos. A generar un puente que nos lleve de regreso al corazón del Universo.
El contacto sería solo un medio, y no un fin, para alcanzar el siguiente nivel de evolución.
Estamos listos? Pienso que estamos en el camino.
Pero hay que observar detenidamente la experiencia que significa relacionarse con formas de vida superiores. Debo subrayar que el contacto con ellos requiere una gran responsabilidad. Si bien es cierto lo extraterrestres conocen muy bien cuándo, con quiénes y por qué, es nuestra la responsabilidad de mantener el balance y la preparación para sobrellevar de la mejor manera una experiencia semejante.
Sobre los contactos, casi siempre, ellos elijen acercarse de forma sutil para luego intentar una aproximación más directa.
Suelen optar por conexiones mentales o, incluso, a través del mundo de los sueños, antes de concertar una “prueba física”, como lo puede ser un avistamiento señalado previamente, con lugar, día y hora exactos, o el mismísimo encuentro cara a cara con ellos, aunque debo añadir que no en todos los casos la relación con estos seres deba seguir ese paso.
Lo cierto es que la conexión mental o telepática es la piedra cimiento del “modus operandi” de los Guías o Hermanos Mayores, como les llamamos en nuestra experiencia de contacto.
¿Cómo opera la telepatía?
¿Qué características debería tener un canal o antena?
¿Cómo identificar un buen mensaje de un mentalismo?
Sobre el método de recepción de mensajes telepáticos
Los mensajes mentales son formas de pensamientos que fluyen y recorren ilimitadas distancias hasta llegar a un receptor, que los decodifica e interpreta, y algunas ocasiones, plasmándolos por escrito (Psicografía o escritura automática).
Podríamos decir que estos seres (y vale para otro tipo de entidades, como seres de luz) que toman contacto con nosotros asumen el papel de emisor - lo cual no es improbable dados los altos niveles psíquicos que han desarrollado - y el contactado en la Tierra asume una función de receptor o antena, estando totalmente consciente antes, durante y después de la recepción.
Este último punto es muy importante de aclarar para no confundir las prácticas de recepción telepáticas con espiritismo o mediumnismo.
La telepatía es una capacidad inherente y natural al ser humano. Ejemplos lo vemos a diario: como cuando “adivinamos” lo que alguien nos va a decir antes de que pronuncie palabra alguna, o cuando pensamos “algo” y de pronto una persona nos “escucha”, como si hubiésemos expresado nuestra idea en voz alta.
¿A quién no le ocurrió? El tema pasa por desarrollarlo.
Y no es difícil abrir la mente cuando uno adquiere una técnica de adiestramiento basada en la respiración consciente y la concentración. La meditación, como afirmamos en el artículo anterior, es la base de toda preparación psíquica.
Y la telepatía no es un tema poco serio.
Recordemos que hay numerosas investigaciones científicas al respecto. Quizá el caso más célebre sea el del astronauta Edgar Mitchel, que a bordo del Apolo XIV en el momento de su paso detrás de la Luna, inició un experimento de telepatía con un receptor que se hallaba en la Tierra, específicamente en la ciudad de Chicago, en los Estados Unidos - el receptor era nada más y nada menos que el gran psíquico e ingeniero sueco Olof Johnson.
Según la comunicación de la Universidad de Massachusset, los aciertos de Mitchel fueron notables (cerca de un 80%) a pesar de estar separado de nuestro planeta por más de 400.000 Km.
La experiencia que vivió Mitchel en este viaje espacial cambió su vida como científico y militar norteamericano, dedicando sendos esfuerzos a comprender la mente humana, tarea que lleva en la actualidad en su Instituto de investigación en San Francisco, California. Mitchell también piensa que todos los seres humanos
podemos desarrollar la comunicación mente a mente.
Y sin duda, los seres que nos contactan ya lo lograron.
Características de una verdadera comunicación
De acuerdo a lo que hemos aprendido, todo aspirante que procure lograr y mantener un contacto mental debe ser una persona sana física, mental y espiritualmente. Con un gran sentido de autocrítica que le permita no perder de vista los posibles mensajes recibidos.
Y sobre las características que debería poseer toda auténtica comunicación, estas son:
Todo buen mensaje debe ser coherente y lógico.
Contener una sabiduría sencilla y profunda.
Ser positivo y de alternativa, y no caer jamás en el juego del catastrofismo.
Siempre aportará algo nuevo, y no será sólo la repetición de mensajes anteriores. Además, los mensajes no se contradicen, sino que se amplían y profundizan.
Los mensajes auténticos son atemporales. No importa cuando se recibió, pues al leerlos uno sienten que cumplen su función en el aquí y el ahora. Su sabiduría rompe el espacio tiempo.
Son de proyección futura, trayendo un aporte que la intuición percibe y la mente muchas veces no logra comprender.
Un verdadero mensaje debe ser universalista y no personal, ni exclusivo.
Propone un trabajo y un cambio para bien.
No confunde, ni entra en contradicciones y mantiene una línea de amor y respeto para todo y para con todos.
Y lo más importante: los mensajes se reciben con alegría, por cuanto no es rutina de costumbre. Toda
comunicación trae consigo Amor.
Tipos de Encuentros Cercanos
El fenómeno de los no identificados ha atraído la atención de importantes científicos de todo el mundo.
Uno de ellos fue el Dr. J.A. Hynek, quien luego de participar en varios proyectos de la USAF norteamericana, entre ellos el célebre
Blue Book, elaboró una clasificación de los encuentros cercanos de acuerdo a la mecánica de la experiencia.
Su tipología, conocida por todo investigador de
los OVNIs, se hizo conocida para el público común gracias al film “Encuentros Cercanos”.
Hynek clasificaba en tres tipos los principales acercamientos:
Primer Tipo: Observación del OVNI
Segundo Tipo: Evidencia física del OVNI, como tomar tierra. También se alude a la interacción testigo-avistamiento, como por ejemplo: si el testigo “sintió” salir a la montaña y es allí cuando observa el OVNI.
Tercer Tipo: Encuentro físico con los tripulantes del OVNI.
Actualmente, en el campo del estudio del fenómeno de los no identificados, se considera un Cuarto Tipo de encuentro, que involucra el ingreso físico al interior del objeto.
Tipos de contactos
Básicamente, podríamos resumir los encuentros cercanos en tres tipologías:
Interdimensionales: Seres de luz. Guardianes de otros planos y dimensiones.
Extraterrestres: Relacionados con seres que provienen de otros mundos, una de las explicaciones más usuales para la presencia de los OVNIs en cielos de la Tierra.
Intraterrestres: Seres que habitan bajo la corteza terrestre, muchas veces vigilantes de lugares sagrados. Podría tratarse de sobrevivientes de antiguas supercivilizaciones que habitaron el planeta en la superficie, hoy ocultos en sus Retiros Interiores "como narran las leyendas de
Shambhala" custodiando el conocimiento secreto que habla del origen y destino de la Humanidad.
Para quienes escuchan hablar por primera vez del contacto con los intraterrestres de la Hermandad Blanca, haré un pequeño resumen.
La Hermandad Blanca
El origen de esta civilización subterránea se hallaría en las estrellas.
De acuerdo a lo que hemos recibido en nuestra experiencia de contacto, hace miles de años, 32 seres extraterrestres, representando a diferentes civilizaciones unidas por las fuerzas de la Luz, vinieron a la Tierra para constituir un gobierno interior positivo, la Hermandad Blanca planetaria. Ello ocurrió en el antiguo desierto de Shamo, el actual
Gobi que comparten China y Mongolia.
Allí se desarrolló la “ciudad matriz”, el “foco de la Iluminación” que más tarde será recordado a través de la leyenda de Shamballa, centro espiritual del mundo intraterrestre de Agharta.
Hoy en día no es difícil escuchar de boca de los Lamas del Tíbet la existencia de este enclave, fundado en el pasado por “los Maestros del Cosmos” en el gran desierto mongol, con el objetivo de contrarrestar la influencia de la oscuridad en el mundo. La misión era sembrar la semilla de la luz para que en un futuro cercano el hombre pudiese encontrar la clave que lo llevaría a restituir el orden perdido entre el Cielo y la Tierra.
Según sabemos, valiéndose de su avanzada tecnología, y de un poderoso disco que construyeron con elementos de la Tierra y de sus propios mundos, lograron “leer” del denominado Registro Akáshico (que no sería nada más que el
cinturón magnético de Van Allen) la historia y origen de nuestro planeta, así como el posible futuro del mismo como una consecuencia lógica de todo cuanto había ocurrido.
Esta información es llamada simbólicamente “El Libro de los de las Vestiduras Blancas”, aunque realmente se trata de una suerte de biblioteca cósmica que consiste en extraños cristales de roca y planchas metálicas con ideogramas. Esta información, en su momento, será revelada para que el ser humano escuche su verdadero pasado y origen, comprenda su presente, y sobre esta base construya un futuro de paz y armonía en la Tierra de la mano de otras civilizaciones del Universo.
Luego de los 32 Maestros extraterrestres que vinieron al desierto de Gobi, aproximadamente hace unos 12.000 años, continuó lo que podríamos denominar la “segunda generación” de la Hermandad Blanca, esta vez compuesta por sobrevivientes de la
Atlántida - y otras civilizaciones perdidas - que se habían establecido en refugios subterráneos en diversas partes del mundo.
Actualmente, los descendientes de aquellos que sobrevivieron a la destrucción de la legendaria Poseidonis de Platón, aún continúan viviendo en el mundo subterráneo, custodiando y protegiendo los archivos que hablan de la verdadera historia de la humanidad.
Paititi o El Dorado, en las misteriosas selvas del Perú
la Sierra del Roncador en el Mato Grosso brasileño
el Lago Titicaca en el altiplano peruano-boliviano
Roraima en Venezuela
el mismísimo desierto de Gobi en Asia,
El contacto con ellos también es mental, astral y físico, aunque más difícil de lograr que el encuentro con seres extraterrestres.
Esto es debido a dos razones:
La primera, que los intraterrestres de la Hermandad Blanca no suelen salir de sus “Retiros Interiores”, ubicados casi siempre en lugares alejados e indóciles.
Y segundo, que su “modus operandi” somete a mayores pruebas al aspirante.
La
Hermandad Blanca trabaja intensivamente con los sueños, las
sincronicidades y la naturaleza, por lo tanto deberemos estar atentos a cada señal que podría conducirnos ante la presencia de los Maestros que visten de Blanco. Espero que este artículo haya podido transmitir cómo vivimos el contacto con los Hermanos Mayores y los Guardianes de la Tierra.
Y lo más importante: nunca olvidar que el verdadero encuentro cercano, es con uno mismo.
Los años no pasan en vano. He redactado este pequeño artículo como una autocrítica constructiva, pues el fantasma del error está continuamente planeando sobre quienes afirmamos haber vivido una experiencia de contacto extraterrestre.
Al margen de la realidad del contacto y su mensaje de alternativa, muchas veces el comportamiento del testigo puede poner en jaque la importancia de sus afirmaciones.
Nos hallamos ante un tema más que resbaladizo, en donde la duda, las críticas desmesuradas y opiniones peregrinas se deslizan permanentemente. Y es inevitable que ello siempre sea así, ya que nos hallamos ante un hecho controvertido, discutido y al mismo tiempo apasionante. Sin embargo, ello no debe permitir dejar de lado una visión constructiva y objetiva sobre todo el proceso que involucra estrechar lazos con inteligencias no humanas.
Por ello espero que este humilde aporte nos ayude a ser más responsables dentro del gran entramado que significa el mal llamado fenómeno ovni.
1. Ausencia de evidencias
Hablar de evidencias que respalden, o al menos, que otorguen el “beneficio de la duda” en torno a un testimonio de contacto extraterrestre, es muy difícil. Y no porque estas evidencias no existan, sino por el concepto que tenemos habitualmente de “evidencia”.
De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, Evidencia es “la certeza clara y manifiesta de la que no se puede dudar”.
Y me pregunto: ¿Existe algo así dentro del
fenómeno ovni? Para más de uno sí, pero la mayoría de los científicos contestará un no a boca jarro.
Y no es de extrañarse, pues en ciencia aquello que no se puede repetir o estudiar detenidamente en el laboratorio no es considerado como una verdad fuera de discusión. Muchos investigadores han decidido reemplazar entonces el término “evidencia” por el de “indicio”, palabra que se entiende como un “fenómeno que permite conocer o inferir la existencia de otro no percibido”.
Al parecer, es una definición que se acerca más a la realidad del contactismo. Sin embargo, no todos los casos de contacto cuentan con un mínimo de posibles indicios o evidencias.
Y ello despierta dudas en quienes se acercan al testimonio.
Uno de los aspectos más importantes dentro del contacto es la presencia adicional de otros testigos - para muchos investigadores son más importantes que una filmación o una fotografía - pues ellos podrían corroborar la experiencia o aportar datos complementarios sobre el fenómeno que se vivió.
No obstante, la creciente aparición de testigos de contacto que no tienen testigos de sus experiencias o avistamientos, que no disponen de alguna fotografía, filmación o elemento adicional de apoyo, terminan convirtiendo su caso de contacto en un completo “acto de fe”.
Debo decir que no cuestiono la posibilidad de casos reales ausentes de todos estos elementos, pero cuando se procura proyectar al público un testimonio, solitario y aislado, sin el más mínimo indicio de su posible veracidad, los investigadores y el público en general - el más racional fundamentalmente - dudarán.
A mi entender, si un presunto testigo de contacto está manteniendo una experiencia con civilizaciones no humanas a través del tiempo, es importante que procure contar con algún elemento de corroboración, y no para convencer a los demás de su contacto, sino por sentido común y responsabilidad. Aunque los seres que nos contactan tienen sus especiales consideraciones sobre las “pruebas” que puedan hacer llegar sobre el contacto establecido, si la experiencia es real y positiva, debe confirmarse por sí misma más allá del testimonio aislado.
En la actualidad, algunos testigos que practican el “
channeling” - en donde se “incorpora” a una presunta entidad extraterrestre que se comunica a través del individuo - basan la credibilidad de su contacto en la información.
Generalmente, se trata de un solo testigo que canaliza a la supuesta entidad no humana, y al ser todo etéreo o telepático, cualquier manifestación física que despeje dudas se halla al margen. Obviamente, esto no ocurre en todos los casos ni con todos los canalizadores. Pero hay una tendencia a creer que un testigo de contacto sin indicios de su experiencia pero con buena información es suficiente.
Como veremos en el segundo punto, aquello de la información también tiene sus traspiés.
2. Informaciones imprecisas y malas fuentes
Si una entidad superior, que se supone posee un nivel de consciencia algunos peldaños más arriba frente al ser humano, se “contradice” en sus mensajes, o estos son sólo repeticiones de otros recibidos, es probable de que nos encontremos ante uno de los males más comunes en el contactismo: los mentalismos.
Un mentalismo es una “interferencia” del canal o testigo en el posible mensaje extraterrestre. Es decir, es más un mensaje del individuo - o de su inconciente - que del supuesto extraterrestre.
Recuerdo que una vez circuló una presunta comunicación de extraterrestres en Internet que anunciaba el masivo avistamiento de una nave para el 14 de octubre de 2008 - nunca ocurrió la aparición.
Más tarde, Bloossom Goodchild (arriba), la canalizadora australiana que difundió el mensaje, reconoció que todo había sido una mentira.
No obstante, otros grupos de canalizadores se vieron “influidos” por la carta de Goodchild y empezaron a recibir mensajes de sus “fuentes extraterrestres” que confirmaban la llegada de “Alabama”, la presunta nave alienígena. Estamos ante un asunto grave, pues de una pseudo comunicación se terminó aglutinando a otros canalizadores que cayeron mansos en el mismo error.
Y este escenario lo he visto repetirse en diversos grupos de contacto. El poder de la sugestión es tremendo.
Muchas veces, las informaciones recibidas por entidades superiores pasa por el “filtro” cultural del contactado. Ello podría darle ciertos tintes al mensaje sacándolo de contexto. Por ejemplo, si una persona creció en un ambiente cristiano, en un país donde la religión católica tiene mucho peso, no sería raro de que sus mensajes tengan términos que escuchó en su niñez en la Iglesia, o que éstos se refieran reiteradamente a Jesús.
Este tema lo veremos más adelante.
Las malas fuentes constituyen otro virus dentro del contactismo que involucra, también, a los mismísimos investigadores. Y lo peor de todo, es un virus casi inevitable por la gran cantidad de información que circula y que muchas veces oculta su dudosa procedencia.
Más de un testigo de contacto - y aquí me incluyo - ha decidido ir más allá de su experiencia e investigar todo lo que rodea el fenómeno de los ovnis. Estas informaciones complementarias ayudan a enmarcar la experiencia con los no identificados.
Pero, ¿qué sucede cuando se cita una información que está probada se trata de un fraude?
Más de un contactado - e investigador - defendió la famosa “
autopsia de Roswell” como la evidencia definitiva de que los extraterrestres existían. A pesar de que desde un principio se sospechaba de un montaje, muchos defendieron a capa y espada la prueba, un film en blanco y negro presuntamente videograbado en una base militar secreta en Nuevo México.
Cuando Ray Santilli, el “descubridor” de esos perdidos rollos de 16mm de la US Air Force reconoció que la autopsia había sido un “muñeco”, la controversia no hizo más que levantarse.
Igual ocurre con algunas imágenes de los
Crop Circles que muestran ovnis trazando las figuras y supuestamente, en realidad, esas filmaciones habrían sido creadas en programas 3D de computadora, timando a más de un estudioso de los ovnis.
Si bien es cierto existen campañas muy bien urdidas para desacreditar el fenómeno de los ovnis, también hay que reconocer que en más de una ocasión, por no ser preciso con las fuentes, profundo con la investigación, y objetivo con las posibles evidencias, uno peca de ligerezas. Ligerezas que terminan creando un marco de duda en torno al contactado o al investigador.
Personalmente, pienso que hay un expediente abierto con los Crop Circles - al margen de algunos fraudulentos - con
el caso Roswell, las
construcciones de Marte y otros enigmas, pero hay que mirar bajo lupa las cosas por separado y al mismo tiempo en su contexto.
Por ejemplo, hoy en día en que se habla de la profecía de
2012 he escuchado cada barbaridad que nunca dijeron los mayas y he visto como se termina confundiendo a la gente. Y he allí el punto: la credibilidad del contactado que cita desordenadamente estas informaciones. Lo preocupante es el marco de desinformación que él mismo podría crear.
Esto sucede por varias cosas: Por un lado, una investigación que no fue profunda, y por otro, tomar datos de aquí y de allá para engatusar al público.
Lo primero se enmienda siendo mas riguroso. En el segundo caso, uno de los grandes males de la difusión.
3. Organizaciones sectarias
No hace falta que me explaye mucho en este punto. La formación se sectas en torno a un mensaje extraterrestre es un hecho común cuando se agrupan numerosas personas. Desde luego, el término “secta” suena muy fuerte, pero en su acepción literal se ajusta a la mayoría de organizaciones contactistas.
El significado de secta es “conjunto de seguidores de un parcialidad religiosa o ideológica”.
Si nos apegamos a la definición, ni siquiera
la Iglesia Católica escapa. Pero todo es diferente cuando la secta en cuestión es considerada “peligrosa”, y ello puede darse así por diversos factores. Uno de ellos, son los líderes y la dependencia de sus seguidores.
Marshall “Bo” Applewhite, líder de la secta contactista “
Heavens Gate”. Él y sus seguidores se suicidaron en California en 1997 esperando ser “llevados” a una nave extraterrestre oculta en la cola del
cometa Hale-Bopp.
Cuando se crean grandes grupos humanos que siguen un ideal, objetivo o conjuntos de principios, la mayoría de las expectativas se centran, conciente o inconcientemente, en la cabeza de la agrupación. Al margen de que esta organización sea visible - pues hay cargos jerárquicos, grados o funciones - o invisible - supuestamente no hay estructura, pero existe sutilmente en la práctica - tarde o temprano ésta puede alejarse del mensaje y devenir en confusión.
Usualmente todo se centra en el líder y se genera un lazo de dependencia que podría llevarnos, en muchos casos, al siguiente punto que tocaremos a continuación - el “religioso”.
Aunque el líder argumente en su discurso que es uno más y que promueve el trabajo en equipo, lo que en realidad genera la dependencia no son sus palabras, sino la forma en que se conduce como cabeza de grupo. Hay buenos y malos liderazgos en todas las organizaciones humanas. Y todo aquel que procure mantener un grupo girando en torno a sí mismo está condenando a los miembros de la organización a que sean sus eternos “discípulos”.
También resulta complicada la interacción humana al interior de un grupo, más aún si es de contacto extraterrestre. Malos entendidos, cuestionamientos, divisiones, posturas, es propio de la experiencia humana en organizaciones, aunque más visible y hasta veces desagradable en grupos contactistas o espiritualistas.
Lo ideal es fomentar la ausencia de estructuras, sean estas visibles o “invisibles”, alentar la comunicación y el real trabajo en equipo de la mano de una visión autocrítica y responsable.
4. Contactismo religioso
Y esto es tan peligroso como lo anterior. Y quizá más.
Estoy convencido de la realidad de un mensaje espiritual, positivo, de alternativa y esperanza tras la cortina del fenómeno OVNI. Pero ello está muy lejos de posturas desmesuradamente místicas que mezclan el contacto extraterrestre con expectativas religiosas o actos de fe. Para ir al grano, he visto gente vestirse de blanco y “rezarle” a los extraterrestres.
He escuchado afirmar que Jesús es uno de “ellos” y que viaja en OVNI. También he visto gente pedir a los seres de las estrellas favores espirituales o protección, como si fuesen ángeles y no cosmonautas de otros mundos. Al margen de que estos seres puedan ejercer algún tipo de influencia positiva en torno a algunos testigos, y de la incuestionable importancia de grandes seres como
Jesús, todo lo que cité anteriormente resulta demasiado.
Por otro lado, en las agrupaciones contactistas muchas veces el líder - generalmente el testigo original del contacto o el único canal - se transforma en un profeta, al que se le consulta cosas personales o se le pide consejo para todo lo imaginable. Por si esto fuera poco, la confusión llega a tal punto que el líder termina “apareciendo” en sueños a los miembros de la organización, y hasta se reciben mensajes espirituales de él.
Entonces se le empieza a considerar especial. Deja de ser un testigo. Estar con él es casi como estar con los seres del espacio.
De estos casos, hay muchos.
Cuando se pierde la objetividad, estas y otras cosas pueden suceder, afectando profundamente la credibilidad de una experiencia de contacto extraterrestre. El factor cultural y religioso previo de una persona influye también en todo esto. La recomendación es observar el contacto y vivirlo desde una perspectiva amplia que no esté condicionada por nuestro sistema de creencias o necesidades espirituales.
Un contacto real está más allá de todo eso. El “fenómeno ovni” escapa a nuestro marco cultural y religioso. Su mala interpretación podría generar nuevas doctrinas. No en vano - aunque esto suene controvertido - no pocos estudiosos argumentan que más de una religión se formó por una posible visita extraterrestre en el pasado al interpretarse equivocadamente la experiencia, que con el transcurrir del tiempo enterró el mensaje original.
Sin muy lejos,
Asthar Sheran, una presunta entidad extraterrestre que contactó con
Eugenio Siragusa en Italia en 1962, se convirtió en la actualidad en una suerte de “Maestro Acendido”.ç
Hay que evitar estas confusiones.
5. Los ovnis y el dinero
Este es otro aspecto controvertido dentro de la difusión del fenómeno OVNI, se trate de un testigo de contacto o investigador: un difusor de estos temas que cobre dinero por sus conferencias o sus libros sobre los ovnis, es un timador o embaucador.
Obviamente, es una generalización injusta, pero que vale la pena observar. Y podría hablar de mi experiencia personal.
Cuando viví la experiencia de contacto, y publiqué más tarde “Los Maestros del Paititi”, empecé a compartir mi testimonio en conferencias públicas y entrevistas en medios de comunicación. Los primeros años en que llevé a cabo esta labor lo hice gratuitamente, pues tenía un trabajo. Sin embargo, cuando mi frecuente aparición en los medios empezó a incomodar a mis jefes, concluyendo todo esto en mi despido, el panorama cambió.
Las invitaciones al exterior para dar conferencias continuaban y acepté todo ello. Sentía que era importante y, aunque esto no se entienda, formaba parte de mi compromiso con la experiencia de contacto que había vivido. Los grupos que me invitaban y me organizaban conferencias cubrían los costos de mi boleto de avión, hospedaje, la renta de los salones para las actividades, entre otras cosas, y se pedía una colaboración económica en las conferencias para cubrir esos costos.
Lo que quedaba al margen, era lo que me entregaban para mis gastos personales. Con el transcurrir de los años, siendo mi actividad permanente en la difusión del mensaje del contacto a escala internacional, ese “modus operandi” se ha mantenido en casi todos los lugares donde soy invitado. Desde luego, no se “cobra por el mensaje”, sino por todo lo anteriormente expuesto.
Y para que el mensaje llegue a más personas decidí abrir
este sitio Web, que contiene información, imágenes y artículos sobre todo cuanto hemos vivido, y de libre acceso para cualquier persona que ingrese en él.
Cuento esto no como “descargo”, sino para que se comprenda todo lo que involucra dedicarse a tiempo completo a tamaña tarea.
Lamentablemente, hay casos en que se cobran cantidades exorbitantes por presenciar una canalización de entidades no humanas - y se puede pagar con tarjeta de crédito - o consultas personales con el contactado que brinda consejos al individuo previo pago de otra cantidad importante de dinero.
Todo esto ha confundido las cosas y ha hecho que más de un crítico ponga a todos en “el mismo saco”.
Independientemente de que se pidan colaboraciones razonables para las actividades, tampoco ello es suficiente para eliminar el fantasma del dinero en torno a un mensaje espiritual. La mayoría de veces la cosa no pasa por cuánto se pide, sino por cómo se comporta el conferencista o escritor. Es decir, si su actitud está más pendiente de reunir dinero que el hecho de compartir un mensaje.
O si se relaciona más con personas o grupos que le garanticen una buena recaudación que por amistad o simpatía de trabajo. Podría convertirse todo esto en un negocio si se pierde el horizonte. Incluso, puede pasar que si el conferencista recibe menos dinero de lo que esperaba estalla en enojo, entre otras actitudes que terminan abriendo comillas a la situación.
Es verdad que más allá el contacto uno tiene familia y responsabilidades, pero se debería cuidar este punto y no obsesionarse con el dinero.
Y esto también pasa, increíblemente, con los investigadores.
Si un periodista escribe sobre fútbol, política o la guerra de Irak, está haciendo su trabajo, está todo bien. Pero si el mismo investigador escribe sobre los OVNIs, y da una conferencia sobre ello, se le acusa de estar “lucrando con mentiras”. No exagero.
Y ello habla de un preconcepto cultural en donde los fenómenos “no humanos” no pueden ir de la mano de la vida material. Ser investigador de ovnis, o escribir sobre parapsicología, o hablar de “ángeles”, no es serio.
Gracias a Dios esto ha cambiado en los últimos años, también debido a que se dispone de mayor información. Pero no deja de ser una advertencia.
Insisto: la esencia de este problema se encuentra en la actitud y la honestidad de la persona. Y debo decir finalmente que el hecho de que no se cobre por un libro o una conferencia no es garantía de nada. Lo que hace a la persona es su integridad, al margen de todo este tema.
Es verdad que hay gente que ha aprovechado el fenómeno ovni para montar un negocio. Pero también es cierto que hay otras personas que procuramos hacer lo mejor de nosotros y llegar a un público mayor a nivel mundial. Nunca hay que perder el camino.
La recomendación es saber conducirse con transparencia y equilibrio, y recordar que el Universo todo lo ordena.
6. El ego del contactado
Otro fantasma que planea sobre cada testigo de contacto. Y más aún si le rodea un grupo grande de personas, o si tiene seguidores. Si se trata de un grupo en donde es el único canal o testigo de la experiencia, las probabilidades de que se le suba el “humo a la cabeza” son mayores.
Si logró cierto reconocimiento, ya sea por sus libros, entrevistas en televisión, viajes a diversos países para dar conferencias, entre otras situaciones, podría terminar asumiendo un “personaje” frente a toda la gente que espera cosas de él. Y es que todos, en algún momento de nuestra vida, creemos ser importantes por nuestros “logros”.
Cada testigo potencial de contacto tiene un ego - me incluyo, obviamente - que debe trabajar para no creer que es el protagonista de la experiencia. En realidad, ¡la experiencia y su enseñanza es la protagonista!
El contactado es solo circunstancial, es el mensaje el que permanece. Y aunque el propio testigo reconozca todo esto, a veces sus acciones le contradicen, como el hecho de subestimar otras experiencias de contacto y sólo tener en cuenta lo que él hizo, vivió, escribió o investigó, omitiendo inclusive detalles de su experiencia al lado de otros pues esa situación podría quitarle protagonismo.
También hay casos donde uno se confunde y se proclama “mensajero exclusivo” de alguna entidad extraterrestre…
A lo largo de estos años he conocido, por lo menos, a cuatro “discípulos de cristo” encarnados y que ahora son testigos de contacto. Considero la reencarnación como posibilidad, pero de allí a seguir “viviendo” una supuesta vida pasada, es un delirio. Esto lo he experimentado, sobretodo, en los Congresos Ovni donde he sido invitado. Es otra de las situaciones que terminan quitando credibilidad al tema.
Podría añadir muchas cosas más, pero todo se resume en ser ejemplo de lo que se dice.
Pienso que debemos observarnos detenidamente para mejorar, primero que todo, como personas. El hecho de haber vivido experiencias extraordinarias no nos hace ni especiales ni nos pone por encima de nadie. Si alguien lo está empezando a considerar, se halla en un grave error.
Entre más se viva, se aprenda, o se “logre” en la difusión del testimonio de contacto, más humilde se debería ser. Pero una humildad sincera, que escape al discurso y la diplomacia para dar una “buena imagen”. Hablo de ser tal como uno es, sin mascaras, poses o actitudes que creamos dentro de algún perfil. La mayor fuerza del testimonio de contacto es la sinceridad.
Y comprender finalmente que el mensaje está por encima de nosotros.
Cuidémoslo.
7. Catastrofismo
Más de un testigo de contacto ha señalado el fin del mundo, o un cambio drástico para la humanidad en una fecha determinada.
El problema no es si ocurrió o no, sino la dramatización del mensaje, que en su naturaleza no es catastrofista o apocalíptico, sino de alternativa. Soy un convencido de que las profecías son advertencias para corregir.
Pero el miedo, o la pésima interpretación de los mensajes recibidos, podrían conducirnos a esgrimir advertencias terribles que no tienen el más mínimo sustento. Lo estoy viendo, por ejemplo, con el año 2012 y la supuesta extinción de la humanidad o el salto a la cuarta dimensión. No obstante, en la medida en que nos acercamos a esa fecha - una profecía real, mal interpretada, y que hablo detalladamente en uno de mis libros - algunos canalizadores han cambiado el discurso para “estirar” la fecha más adelante y seguir con la historia que montaron.
Sé que puedo sonar duro, pero en este punto debo ser claro: un mensaje de seres superiores no tiene porque estar insistiendo con el fin de la humanidad para una fecha.
Todo en el Universo son posibilidades, y tenemos un libre albedrío que puede interactuar dentro de esa “matrix” que fue diseñada para la experiencia humana. Las fechas del fin del mundo ha sido un mal que se ha repetido en famosos testigos de contacto. No se puede caer en el mismo error.
Si seres superiores entregan un mensaje que involucra un evento difícil para la humanidad, otorgan la información como “posibilidad” y siempre con algún margen de que se revierta, pues he allí el mensaje de su comunicación.
Yo he vivido esto cuando hablé de un incidente en Nueva York y su relación con un conflicto posterior en Irak antes de que se diera el extraño
atentado en las Torres Gemelas. Lo mencioné en medios de EE.UU. antes de que ocurriese. Fue un golpe tremendo el que no se haya podido evitar. Pero también en ese año mencioné que en agosto de 2007 podría desencadenarse una importante tensión bélica con China, situación que gracias al trabajo de mucha gente comprometida con el mensaje no prosperó llegada esa fecha.
En otras palabras, los seres que nos contactan quieren que nos hagamos responsables de nuestro futuro, y que co-creemos nuestra propia realidad favoreciendo circunstancias positivas y polarizando aquellas que se insinúan indóciles para la raza humana.
El catastrofismo no es un mensaje que ayude a evolucionar a las personas. Todo cambio basado en el miedo no es genuino. El cambio real se basa en el amor y en la consciencia. Al menos, es lo que aprendí estos años de contacto.
He resumido en estos siete puntos las cosas que todos los difusores de esa “otra realidad” debemos evitar, equilibrar y comprender para que nuestro rol dentro del gran mosaico humano sea más eficiente, sincero, real y luminoso.
Ninguno está libre de cometer estos errores.
Por ello es siempre positivo recordar de que estamos en el filo de la navaja, y que el contacto con los hermanos mayores de las estrellas es una gran responsabilidad.
Espero que este artículo, en su humilde aportación, sea de beneficio para todos los trabajadores de la luz.
por Ricardo González Alocilla
Julio 2009