Superficialmente, la atmósfera económica de los EE.UU. parece tranquila.
Las acciones están en alza, no abunda el empleo pero tampoco colapsa el mercado de trabajo y el dólar de EE.UU. parece estar fuerte.
Sin embargo, si retiramos esta capa superficial, nos topamos con una película de terror financiero.
El empleo en EEUU se ha incrementado sólo a nivel estadístico, pero no en la realidad, gracias a la “contabilidad creativa” del Departamento de Trabajo de EEUU.
Los Bonos del Tesoro de EE.UU. y por extensión el dólar, también se han mantenido a flote gracias al estímulo de la Reserva Federal.
Y es que las acciones estadounidenses han disfrutado de una protección sin precedentes gracias a la inyección constante de dinero fiat de la Reserva Federal, conocido como “flexibilización cuantitativa” (Quantitative Easing o QE).
Pero la flexibilización cuantitativa está llegando a su fin y está programado que termine este otoño, si no antes.
De hecho, creemos que la Reserva Federal retira deliberadamente el estímulo debido a la proximidad de un colapso inminente del mercado.
La eficacia del estímulo de la flexibilización cuantitativa tiene una vida útil y esa vida útil ya ha llegado a su fin: la monetización de la deuda ya no sirve para apuntalar la maltrecha economía de EE.UU.
Por esa razón, la Reserva Federal da un paso atrás y lo hace por su propio interés.
Si el colapso se produce mientras el estímulo está en pleno apogeo, entonces la Reserva Federal cargará automáticamente con las culpas de tal desastre y se verán obligados a admitir que los bancos centrales, como concepto, no sirven para nada útil.
Mi investigación durante muchos años me ha llevado a concluir que el colapso del sistema estadounidense no sólo es algo previsto por los financieros internacionales, sino que, de hecho, ha sido diseñado por ellos.
La Reserva Federal es una entidad creada por globalistas y para globalistas. Estas personas no tienen lealtad hacia ningún país ni cultura. Sus únicas lealtades son consigo mismos y con sus organizaciones privadas.
Muchas personas creen que las medidas de estímulo de la Reserva Federal tienen el objetivo de salvar la economía norteamericana y su moneda.
Sin embargo, algunos vemos en ello un programa de desestabilización y debilitamiento de la infraestructura fiscal de EEUU. con el objetivo de que cualquier crisis indirecta pueda ser utilizada para echarla toda abajo.
En los últimos meses, la reducción paulatina de los estímulos de la Reserva Federal y por lo tanto, la compra de bonos de EEUU, ha coincidido con una acusada reducción de las compras de deuda por parte de China y la venta de una quinta parte de la deuda norteamericana en posesión de Rusia.
Además con la crisis de Ucrania y el aumento de las tensiones, los países BRICS han empezado a discutir abiertamente la probabilidad de abandonar el dolar como moneda de reserva mundial en las cumbres internacionales.
Los EE.UU. necesitan desesperadamente a un benefactor que compre su creciente deuda y mantenga el sistema en funcionamiento.
Y curiosamente y de forma muy extraña, ha aparecido ese comprador, un comprador con fondos ilimitados que ha tomado el relevo de la Reserva Federal y de los BRICS.
Pero, ¿quién es ese comprador?
A primera vista, parece ser la pequeña nación de Bélgica.
Mientras que la inversión extranjera en los EE.UU. se ha reducido drásticamente desde marzo, Bélgica se ha convertido rápidamente en el tercer mayor comprador de bonos del Tesoro Norteamericano, sólo por detrás de China y Japón, comprando más de 200 mil millones de dólares en títulos en los últimos cinco meses, sumándolos a un total de alrededor de 340 mil millones de dólares.
Esto resulta bastante desconcertante, sobre todo si tenemos en cuenta que el Producto Interior Bruto de Bélgica en 2012 era tan solo de 483 mil millones de dólares. Es decir, según estos datos, Bélgica ha invertido casi la totalidad de su PIB anual en deuda de EEUU.
Evidentemente, esto es imposible y alguien, en algún lugar, está utilizando a Bélgica como intermediario con el fin de apuntalar a losEE.UU.
Pero, ¿quién está haciendo esto?
Recientemente, una empresa con sede en Bélgica llamada Euroclear ha afirmado estar detrás de las compras masivas de deuda estadounidense.
Euroclear, sin embargo, no es un comprador directo. En realidad, es un facilitador, utilizando lo que se llama una “autopista de garantía” que permite a los bancos centrales y a los bancos internacionales mover grandes cantidades de valores por todo el mundo con gran rapidez.
Euroclear dice administrar más de 24 billones de dólares en activos y operaciones por todo el mundo, pero estas operaciones no son iniciadas por la propia empresa.
Euroclear, en realidad, es un intermediario utilizado por un comprador secreto para desviar rápidamente valores del Tesoro de Estados Unidos hacia varias cuentas sin ser identificado.
Así que la pregunta sigue siendo, ¿quién es el verdadero comprador?
Mi investigación sobre Euroclear me ha permitido descubrir algunos datos interesantes.
Euroclear mantiene relaciones financieras con más del 90 por ciento de los bancos centrales del mundo y en parte fue propiedad y fué gestionada por 120 de las mayores instituciones financieras cuando era llamada “Euroclear System”.
La organización se consolidó y fue dirigida, nada más y nada menos que por JP Morgan Bank en 1972.
En el año 2000, Euroclear se convirtió en una entidad independiente. Sin embargo, hay que recordar que, una vez un banco pasa a ser controlado por JP Morgan, siempre seguirá siendo un banco de JP Morgan.
Otro hecho interesante: Euroclear también mantiene una fuerte relación con el gobierno Ruso y es un intermediario principal en la venta de deuda Rusa a inversionistas extranjeros.
Esto demuestra, una vez más, la teoria de que Rusia está íntimamente ligada a la cábala bancaria mundial, tanto como lo puedan estar los Estados Unidos.
El paradigma de la lucha entre Oriente y Occidente, o entre Este y Oeste, es una farsa.
Los lazos de Euroclear con la élite bancaria son obvios; Sin embargo, aún estamos lejos de descubrir los grupos específicos o la institución encargados de comprar la deuda de EE.UU.
Pero creo que el uso de Euroclear y de Bélgica puede ser clave a la hora de comprender este misterio.
Bélgica es el centro político de la UE, un lugar con más políticos, diplomáticos y grupos de presión que Washington DC. Y a pesar de su reducido tamaño y de la debilidad de su economía, es miembro de un club económico exclusivo llamado “Grupo de los Diez” (G10).
Todas las naciones del G-10 acordaron participar en un “Acuerdo General para la Obtención de Préstamos” (GAB), lanzado en 1962 por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El AGP está diseñado com un fondo en el que los miembros van ingresando dinero cíclicamente. En tiempos de emergencia, los miembros pueden pedir permiso al FMI para liberar fondos. Si el FMI está de acuerdo, entonces éste inyecta capital a través de compras del Tesoro y asignaciones de Derechos Especiales de Giro (DEG).
En esencia, el FMI toma nuestro dinero y nos lo da de nuevo en momentos de emergencia (con condiciones).
Un programa similar llamado “Nuevos Acuerdos para la Obtención de Préstamos” (NAB) implica a 38 países miembros. Este fondo se ha elevado a aproximadamente 370 mil millones de DEG (o 575 mil millones de dólares) mientras la crisis golpeaba los mercados de derivados en el período 2008-2009. Sin una auditoría completa e independiente del FMI, sin embargo, es imposible conocer exactamente la cantidad de fondos que tiene a su disposición, o la cantidad de DEG que ha creado.
Cabe señalar que el Banco de Pagos Internacionales es también un supervisor del G10 y se trata de un organismo financiero que no rinde cuentas ante nadie y que literalmente controla el curso de la vida económica mundial.
Creo que Bélgica, como miembro del G10 y de los acuerdos GAB y NAB, está siendo utilizada como intermediario por el Banco de Pagos Internacionales y el FMI, para la compra de deuda de EE.UU., pero a un alto precio.
Creo que estas élites bancarias se ocultan detrás de su intermediario, Euroclear , porque no quieren que sus compras de bonos del Tesoro sean reveladas demasiado pronto.
Y creo que el FMI, en particular, acumula deuda de EE.UU. para su posterior utilización como palanca para absorber el dólar y culminar así el establecimiento del Derecho Especial de Giro (DEG) como estándar mundial de reserva.
Imagínese lo que pasaría si todos los acreedores extranjeros abandonaran las compras de deuda de Estados Unidos debido a que el dólar ya no fuera considerado viable como moneda de reserva mundial.
Imagínese que los esfuerzos de la Reserva Federal por estimular la economía a través de la impresión de dólares se volvieran inútiles a la hora de apuntalar los bonos del Tesoro de EEUU.
Imagínese que el FMI aparece como el prestamista de última instancia: la única entidad dispuesta a pagar la deuda de EEUU y mantener el sistema en funcionamiento.
Imagínese qué tipo de concesiones tendrían que hacer los EEUU ante un prestamista mundial como el FMI.
Y es que el plan para reemplazar al dólar no es una mera “teoría”.
De hecho, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ya ha pedido abiertamente un “sistema financiero global” que asuma el control en lugar del sistema actual, basado en el dólar.
El sistema de Bretton Woods, establecido en 1944, fue utilizado por las Naciones Unidas y los gobiernos participantes para formar las normas internacionales de conducta económica, incluyendo las tasas fijas para las monedas y estableciendo el dólar como la columna vertebral monetaria.
El FMI fue creado durante este proceso hacia la globalización, mientras el Banco de Pagos Internacionales se retiraba a un segundo plano, después de que fueran expuestas sus relaciones comerciales con los nazis.
Fue el G10, respaldado por el FMI, el que luego firmó el Acuerdo Smithsoniano en 1971, que ponía fin al sistema de Bretton Woods de monedas fijas y del patrón oro. Esto llevó al sistema de moneda flotante que tenemos hoy en día, así como a la lenta inoculación del veneno de la inflación monetaria, que ha destruido más del 98 por ciento del poder adquisitivo del dólar.
Creo que el siguiente y último paso en el programa de las élites bancarias es reestablecer un nuevo sistema al estilo del de Bretton Woods, a raíz de una “catástrofe financiera prefabricada”.
Es decir, estamos a punto de volver al punto de partida.
Quizás Ucrania será el evento detonante, o quizás lo sean las tensiones en el Mar del Sur de China. Del mismo modo que Bretton Woods se dio a conocer durante la Segunda Guerra Mundial, el “Bretton Woods redux” podría coincidir con algún conflicto o quizás con una Tercera Guerra Mundial.
En cualquier caso, el falso paradigma Occidente/Oriente es la táctica más útil para que las élites puedan llevar a cabo una reducción controlada del dólar.
El nuevo sistema volverá a introducir el concepto de monedas fijas , pero esta vez, todas las monedas estarán fijadas o vinculadas al valor de la canasta mundial de Derechos Especiales de Giro.
Si el Yuan chino se pone en la cesta del DEG el próximo año, si los BRICS entran en una guerra económica contra Occidente y si el dólar se derrumba como moneda de reserva mundial, ya no habrá nada que se interponga en la creación de un sistema monetario global integrado.
Si el público no destruye este plan globalista por la fuerza, el FMI y el Banco de Pagos Internacionales alcanzarán su sueño: la disolución completa de la soberanía económica y la aceptación por parte de las masas de una gobernanza financiera global.
Las élites ya no quieren seguir ocultándose tras la cortina.
Quieren reconocimiento. Quieren ser adorados.
Y todo comienza con la compra secreta de América, la implosión de los mercados de deuda, y el aniquilamiento de nuestra forma de vida.
Brandon Smith, Alt-Market