Cuando en el siglo XX se llegó a un estilo de hegemonía basado en el uso de vidas humanas como papel de fumar que se consume sin más rastro que el humo, a diferencia de Roma que hacía honores a sus soldados que se hicieron hasta el siglo XX dónde el error o la intención era convertir a los soldados en números. La numeración, los códigos de barras han convertido al siglo XX y XXI en la mayor fosa de números y ciudadanos.
6 de febrero de 2021
Todo lo hacemos en familia, únicamente usar tecnología adormidera.
Durante siglos se utilizó ´la estrategia´ y ´la bravura´ de los pueblos para ganar las guerras. Mundos más salvajes que lograron más un tiempo pero menos otros tantos con ´las negociaciones´.
Antes los pueblos eran pobres pero tenían la dignidad de honrar a sus soldados y ciudadanos, ahora nunca más. La gente muere anónimamente en los hospitales y residencias sin permitir siquiera su autopsia, la comunicación de la familia y amigos con ellos, y el símil del código de barras al silencio. Han matado a Dios por que Dios es amor, y el silencio, anonimato y desprecio a la dignidad de los ciudadanos es cosa del silencio de los códigos de barras y QR.
Tiene sentido la llegada de soldados robots en un mundo de QR y numerología desprovista de sentimientos y de respeto, porque el contexto ha sido logrado en el siglo XX y XXI.
La despersonalización ha sido el objetivo de las élites para facilitar el apropiacionismo de la sociedad, sus bienes, y sus deudas a través de la numerología desarrollada contra la decencia, la humanidad, y la dignidad.
Se usaron las drogas como camino duro a mansalva por toneladas. Se usaron los medios de desinformación y manipulación, y silencio de la información. Pero el arma más inusitada, mas sutil, menos ruidosa y más eficiente de todos los tiempos es EL BUENISMO.
Venimos de una situación de confort desde los años 50, venimos de una religión dónde y aunque los ciudadanos actuales no lo hayan mamado, si han mamado la ley del perdón, de la paz que saben manejar a su antojo los demonios, venimos del marcaje de una animadversión contra el protagonismo personal y su sustitución por una conciencia de grupo que solo se manifiesta para la ola consumista consensuada hacia unos productos y a otros no.
Venimos de un sello enorme contra toda posición personal y que no sea la de grupo, grupos matrix nunca identitarios, sino gregarios en todo y para todo. Venimos de programas que dicen cuando hay que aplaudir y reír, o abuchear, de partidos políticos que hacen lo mismo porque estamos tan bien adiestrados que aunque luego hagan todo lo que esté en nuestra contra seguimos votando enfervorecidamente, y aunque haya bajado el nivel de confianza se ha sustituido por las prebendas que muchos esperan adquirir creyendo que ese voto les va a beneficiar aun en contra de toda la ciudadanía.
El Buenismo es la adormidera del sistema. Todo nos parece bien, y si no nos lo acaba de parecer asentiremos igual con resignación de que nada podemos cambiar. Nombres como Podemos producen el efecto contrario: No Pueden. Porque una vez en el poder delegan y confían a fe ciega hasta que ven que no pueden hacer nada, y otorgan, NO PUEDEN más que con manipulación de votos y pagando a sus representantes.
Nombres como socialismo, hacen delegar en que habrá una intención social, y funciona como la vaselina, la meten por dónde quieren y hagan lo que se haga aguantan mientras se conserven las nóminas.
El buenismo y las nóminas y hacer funcionarios o dependientes de los funcionarios es una fórmula perfecta; por eso el socialismo soviético buscaba el cien por cien de la fuerza laboral en convertir a todos en funcionarios del estado. Las paguitas son la nueva droga, como micro funcionarios. Un estado y gobierno que no saben ni están capacitados para engendrar empleo más que empleo precario y dumping al que hemos llegado.
El buenismo, los funcionarios nomineros, y las micro paguitas son el nuevo opio del pueblo. el opio del socialismo internacional creador de jóvenes desesperanzados en una sociedad sin oportunidades que amuerma el cuerpo y la mente por la falta de motivación del esfuerzo, y la obtención de regalos de entretenimiento que finalmente acaban en enfermedades de ludopatía con el fomento socialista del juego.
Drogas, juego, y ocio del que no se disfruta son el nuevo opio socialista y funciona. Pueden decirnos, hacernos y obligarnos a todos que asentimos y obedecemos.
https://eladiofernandez.wordpress.com/2021/02/06/el-buenismo-es-la-mejor-formula-contra-la-brabura-y-reivindicaciones-de-los-pueblos-nomineros-micro-paguitas-y-mucha-television-y-movil-son-el-recetario-adormidera-del-nuevo-socialismo-siglo-xxi/