Apariciones espectrales, ruidos inexplicables, voces y muchos más fenómenos se manifestaron durante décadas en una casa de Verges (Gerona). Ahora, Marta Fontana recupera la memoria de su familia y de ella misma, habitantes de la casa, para reconstruir su negra historia y buscar respuestas a lo que vivieron como imposible.
David Cuevas
28 de Abril de 2021 (15:08 CET)
La casa de Verges (Foto de Miriam Costa)
La casa de Verges (Gerona) no es una más. Es, a mi juicio, el Amityville catalán por excelencia. El rosario de fenómenos aparentemente paranormales que allí se desató durante décadas no tiene parangón. Ahora, Marta Fontana, famosa cantante de punk, reputada ilustradora y también una de sus antiguas habitantes, ha investigado sobre el terreno todo cuanto aconteció en aquella casa y lo ha publicado en La casa de Verges (La Marca Negra Ediciones, 2021), su primer libro. ESPACIO MISTERIO ha mantenido una charla con ella. Esto es lo que nos cuenta:
Pregunta: ¿Qué es la casa de Verges, Marta?
Respuesta: La casa de Verges es el lugar donde gran parte de mi familia vivió los mejores años de sus vidas y también es el lugar donde el misterio y lo paranormal se entrelazó con nuestro destino para siempre. Ahora es un libro donde he recogido y tratado de arrojar luz a la oscuridad de todas aquellas extrañas vivencias.
P: ¿Cuándo y cómo se te ocurrió plasmar su historia en un libro?
R: Siempre había sido una cuenta pendiente. Era una historia alucinante que tarde o temprano quería dejar escrita. Pero muchas veces el tiempo que siempre te empuja hacia adelante solo te deja mirar al frente y casi como un mecanismo de supervivencia todos hicimos lo mismo, el tiempo cubrió con un velo los recuerdos y por desgracia también se llevó algunos familiares. Cuando quedé embarazada supe que había llegado el momento de dejarle a mi hija la insólita historia de su familia.
Entrada a la casa de Verges, donde tantos extraños fenómenos han tenido lugar (Foto: Miriam Costa)
P: ¿De qué fenomenología hablamos, Marta?
R: Apariciones espectrales, presencias, luminarias, voces, pasos, ruidos inexplicables (mimofonias), olores (clariesencias), episodios compatibles con visitantes de dormitorio…
P: ¿En qué ha consistido tu investigación?
R: En primer lugar, hablar con todos los testigos, grabadora y cuaderno en mano, lo cual fue muy productivo y emotivo, porque son mí propia familia y me encanta que me cuenten historias. El resultado; un montón de piezas desordenadas, muchos eran mis propios recuerdos, algunos que creía exagerados por la mente de la niña que los vivió; otros, descubrimientos inesperados, muchas risas y escalofríos al recordar los detalles.
Mi hermana Gemma me ayudó muchísimo, llevando la parte documental, intercambiando datos con historiadores, arqueólogo/as, hemerotecas, etc, y la logística a la hora de desplazarnos a visitar el terreno y otras reuniones.
Tuve clarísimo desde el inicio del proyecto que contaríamos toda la verdad, sin exageraciones ni ficción y que si algún dato no se podía contrastar, por muy suculento que fuera, no lo incorporaríamos (que hay algunos curiosos…).
Finalmente poner orden al caos de fechas, detalles y casos. Como se fue articulando el tiempo hasta ordenarse con precisiones horarias fue realmente emocionante. En algunas ocasiones puede colocarme cuarenta años atrás en la hora y fecha exacta.
Aquella noche, los golpes en la tercera planta eran brutales y empezaron a retumbar como mazazos por las paredes, los muebles también chirriaban y golpeaban el terrazo con muchísima fuerza
P: Cuéntame el fenómeno extraño más impactante del que hayas tenido constancia en la casa de Verges...
R: Hay un capítulo en el libro titulado “Semana Santa” y aún recuerdo la cara de mi tía Conchi relatando lo que sucedió aquella noche. Ella era una mujer de armas tomar, y el miedo que pasó en la casa la dejo vulnerable hasta el punto de querer abandonar el inmueble para siempre.
Fue una noche previa al Jueves Santo cuando, en plena madrugada, los ruidos de la temida tercera planta la despertaron. Los golpes eran brutales y empezaron a retumbar como mazazos por las paredes, los muebles también chirriaban y golpeaban el terrazo con muchísima fuerza y entre el caos identificó gruesas cadenas arrastrándose por el suelo.
En ese mismo episodio, otro de los personajes clave es un perro de la raza Pastor Alemán, bastante fiero, que como buen custodio de su familia subió como un resorte para atacar a los “intrusos”. Y al cual, evidentemente, era imposible sugestionar con historias de fantasmas, por lo tanto, la reacción de aquel cánido es una evidencia de realidad y no fruto de la imaginación.
Mi tía en estado de shock esperó impaciente cuando oyó a aquel animal caer rodando por las escaleras y apareció jadeando, hecho un ovillo de nervios y miedo. En ese instante ella supo que no se enfrentaba a algo de este mundo.
No fue hasta la mañana siguiente que se atrevió a subir. Para su sorpresa la habitación estaba en orden, sin ningún rastro del fragor nocturno, camas perfectamente hechas, muebles en su sitio y ventanas y contraventanas cerradas.
En esta casa no entres nunca porque aquí traían a las brujas y las mataban
Marta Fontana, autora de La Casa de Verges (Foto: Mikelsolitario)
P: ¿Y alguno más del que te hayas enterado después de haber publicado el libro?
R: ¡Sí! El libro está siendo un éxito también entre los propios vecinos del pueblo de Verges, y me ha llegado una historia alucinante que desconocía totalmente. Sí es cierto que la fama de la casa ya viene cargada de oscuridad, pero este reporte nos sitúa en la casa 300 años atrás.
Una mujer del pueblo nos contó que su abuela, la Quimeta, que murió con 102 años ya recordaba a su abuela advirtiéndola de que no se acercara a esa casa. Le decía, cuando iban a repartir la leche: "En esta casa no entres nunca porque aquí traían a las brujas y las mataban"
P: ¿Cuál crees tú, a título personal, que es la causa de dichos sucesos aparentemente paranormales?
R: Pensaba el otro día: ¿qué pasaría si metemos en una casa encantada a una familia de médiums o a un sujeto capaz de generar fenómenos poltergeist, o todo a la vez?
No tengo la certeza del desencadenante, pero estoy convencida de que aquel enclave tiene la respuesta. Un lugar marcado por la desgracia.
P: ¿Cuál fue la entrevista que más te impacto de todas las que hiciste?
R: Mi prima Ester vivió sola en la casa una temporada y realmente su testimonio me dejó impactada, por su manera de expresarlo y revivirlo y porque no solo le pasaron cosas extrañas allí, sino que parece que vive rodeada de fenómenos paranormales. Creo que es una mujer especial y muy sensitiva.
Luego la cita con un historiador del pueblo, que aprovecho para agradecerle toda su predisposición y ayuda, me dejó la sangre helada…no olvidaré jamás ese momento, pero no voy a hacer spoilers…
P: ¿Algo que te hubiera gustado hacer y no hayas podido con vistas al libro?
R: No quiero desvelar mucho, pero por desgracia no soy la propietaria del inmueble, ni es propiedad de mi familia. Hay algo en ella tan tenebroso como adictivo y sueño con recuperarla algún día, cosa muy complicada por varios motivos, pero es un sueño infantil del que no quiero desprenderme.
P: En un par de frases: ¿qué podemos encontrar en La casa de Verges?
R: Verdad, nuestra verdad. Nuestro miedo real.
El convencimiento ha sido mi compañero en todo este proceso y con él dejo acreditada la historia. También encontrareis a una familia muy especial, con sentido del humor, a veces un tanto macabro, pero una familia de la que estar orgullosa y de la que estaré eternamente agradecida.
Portada del libro La Casa de Vergés
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