Una dura respuesta
Cientos, y en algunos casos miles de activistas antibélicos, salieron a las calles de las principales ciudades de Turquía el jueves para protestar en contra de la moción y la política del gobierno frente a Siria.
“Turquía no tiene ningún interés en iniciar una guerra con Siria”, tuiteó Ibrahim Kalin, alto asesor del primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan. “Pero Turquía protegerá sus fronteras y tomará represalias cuando sea necesario”.
Muchos observadores turcos también creen que Turquía no tiene intenciones de lanzar una operación militar.
"Turquía no tiene ningún interés en iniciar una guerra con Siria" Ibrahim Kalin, alto asesor del primer ministro turco.
Por el contrario, la moción del Parlamento tiene como objetivo demostrar la capacidad de Turquía para responder a un posible asalto transfronterizo, dice el experto en política exterior, Ilter Turan.
“El mensaje de Turquía es claro: hemos respondido a tu bombardeo en Akcakale, pero si continúas, entonces estaremos listos para dar una respuesta más dura”, dice.
El columnista Avni Ozgurel, que escribe para el diario Radikal, se refiere a la disculpa que Siria ha emitido: “Es una clara señal de que la votación en el Parlamento turco ha alcanzado sus objetivos”.
Como parte de la política de “cero problemas con los vecinos” del canciller turco Ahmet Davutoglu que al final no duró mucho, los dos países han levantado mutuamente las restricciones de visado y han firmado acuerdos de libre comercio.
Sin embargo, desde que comenzaron los levantamientos en Siria en marzo de 2011, las relaciones se han puesto al revés.
¿Conflictos más
profundos?
Turquía inicialmente tomó la iniciativa para acabar con el aislamiento de Siria de la comunidad internacional y le pidió a Damasco implementar programas de reformas.
Sin embargo, de acuerdo a Ilter Turan, el líder sirio Bashar al Asad no cumplió las promesas hechas al premier Erdogan.
El fracaso de Damasco en la implementación de reformas no sólo dañó la reputación de Turquía como mediador en Medio Oriente, sino que también dio lugar a una grave crisis en las relaciones diplomáticas entre ambos países vecinos.
Miles de turcos salieron el jueves en la noche a la calle a protestar contra la posibilidad de que haya una guerra con Siria.
La llegada masiva de refugiados sirios a territorio turco empeoró las relaciones y planteó la pregunta de si una zona de seguridad se establecería dentro de territorio sirio.
El primer ministro de Turquía ha estado haciendo una campaña por una zona de seguridad en Siria apoyada por la ONU, que aliviaría la carga de la crisis de refugiados de Turquía. Pero la comunidad internacional sigue estando renuente.
Las tensiones escalaron en junio, cuando un avión de vigilancia turco fue derribado por defensas antiaéreas sirias.
Erdogan dijo que las fuerzas armadas turcas no permitirían ningún ataque contra territorio turco. Añadió que los ataques no quedarían sin respuesta.
Poco después, Turquía incrementó el número de sus
tropas a lo largo de la frontera.
En un momento en que la minoría kurda en Siria ha comenzado a controlar áreas en el norte del país –lo cual ha inflamado temores en Turquía de que esto podría incitar una situación similar en la región kurda dentro de este país- la disputa entre los dos países puede llevar a conflictos aún más profundos.