EL EXPANSIONISMO ISRAELÍ Y LA BALCANIZACIÓN DEL LEVANTE
Mientras Estados Unidos, por un lado, así como Francia y Turquía, por otro lado, tratan de rediseñar el Levante a su manera, Alfredo Jalife-Rahme observa la continuidad existente entre el plan de Oded Yinon –que data de 1982– y el de Moshe Yaalon, de 2014. Aunque respalda públicamente las visiones de los demás, Israel sigue adelante con su propio proyecto de balcanización de la región.
Históricamente Israel siempre ha buscado el desmembramiento de sus vecinos.
Moshe Yaalon, jefe de la inteligencia militar israelí (de 1992 a 1998), jefe del estado mayor israelí (de 2002 a 2005), diputado del Likud (de 2009 a 2013), ministro de Defensa del gobierno Netanyahu (desde 2013).
«Las estructuras étnicas de Siria la exponen a un desmantelamiento que podría dar lugar a la creación de un Estado chiita a lo largo de la costa, de un Estado sunnita en la región de Alepo, de otro en Damasco y de una entidad drusa que podría desear constituir su propio Estado –quizás en nuestro Golán– en todo caso con el Huran y el norte de Jordania. Un Estado así sería, a largo plazo, una garantía de paz y de seguridad para la región. Es un objetivo que ya está a nuestro alcance.»
Oded Yinon, «Una estrategia para Israel en los años 1980», Kivunim, febrero de 1982.
Durante su gira de 5 días en Estados Unidos, el ministro de Defensa israelí, Moshe Yaalon, sentenció, en Morning Edition, con Steve Inskeep, de NPR, que «las fronteras de Medio Oriente
están encaminadas a cambiar definitivamente» (sic) [
1].
Yaalon sigue al pie de la letra las balcanizaciones del Plan Yinon, anterior funcionario de la cancillería israelí [
2]: Para Yaalon, «las fronteras ya cambiaron» cuando Siria no puede ser unificada por su presidente, Bachar al-Assad, quien «controla solamente un 25% del territorio», contencioso con el que Israel «tendrá que lidiar». ¡Pobrecitos!
Para el juicio paleobíblico de Yaalon existen países con historia diferente y otros cuyas fronteras fueron trazadas artificialmente por Francia y Gran Bretaña, en referencia a
los acuerdos Sykes-Picot de 1916, para repartirse el féretro del Imperio Otomano.
Moshe Yaalon expectora perogrulladas perentorias: «Egipto seguirá siendo Egipto», pero «Libia fue una nueva creación, una creación occidental como resultado de la Primera Guerra Mundial. Siria, Irak lo mismo –estados-nación artificiales– y lo que vemos ahora es el colapso de la idea occidental».
Tras su incrustación y su ulterior persecución en Rusia en 1883, todavía en 1903 el sionismo errante titubeaba con la implantación "artificial" de asentamientos exógenos en países de la anglósfera: Canadá, Australia, África oriental, la parte sudoccidental de Texas (¡supersic!), Angola y Uganda [
4].
¿No habrá ya conseguido el sionismo financierista –más letal que su irredentismo territorial– incorporar a los citados países de la anglósfera en su totalidad en el siglo XXI, mediante la desregulación de la globalización bancaria?
En otra entrevista con Charlie Rose, Yaalon arremetió contra el presidente turco Erdogan, a quien denostó como «conocido seguidor» de la Hermandad Musulmana [
5].
El rotativo israelí Haaretz comenta que Yaalon «no discutió si las fronteras de Israel, que también fueron determinadas por las potencias occidentales después de la Primera Guerra Mundial, cambiarían» [
6].
Yaalon espeta otras injurias racistas contra los palestinos, llegando hasta el ultraje de su «transferencia étnica». El viaje de Yaalon a Estados Unidos fue para apaciguar los ánimos con el equipo Obama tras las afrentas tóxicas de Naftali Bennett –líder del partido religioso fundamentalista de ultraderecha The Jewish Home–, contra John Kerry, secretario de Estado, quien conectó el ascenso del Estado Islámico con la falta de resolución del conflicto palestino-israelí. Antes, Kerry había fulminado que Israel es «casi un Estado-paria». ¿Casi?
Haaretz expone que Yaalon fue «humillado públicamente» por Estados Unidos, que le negó la posibilidad de entrevistarse con altos funcionarios del equipo Obama, como el vicepresidente Joe Biden, Kerry y la consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice.
En una usual convergencia, la revista The Economist –propiedad, con The Financial Times, del Grupo Pearson, que controla el mayor banco de inversiones del mundo BlackRock que dirige el israelí-estadunidense Larry Fink [
7]– sentencia que la mayor parte de los 3 millones de refugiados sirios contemplan «la pérdida de su país» [
8].
El gobierno de Bachar al-Assad controla 25% de Siria y la mayor parte del restante se encuentra en manos de los yihadistas del Califato del Emirato Islámico (cuya capital es la ciudad de Raqqa, hoy controlada por la trasnacional mercenaria de encapuchados teledirigidos), mientras una relativa pequeña porción del territorio al noreste está aún en manos de los kurdos-sirios en la frontera de Turquía –cuyo
símbolo se ha vuelto la ciudad-mártir de Kobani, donde quizá el Emirato Islámico haya lanzado armas químicas [
9], lo cual es "extrañamente" ocultado por la maquinaria de propaganda negra de Estados Unidos e Israel (la mendaz «Hasbará»).
Existen otros enclaves en Alepo, afuera de Damasco, y en las alturas del Golán (
donde Israel juega la carta de Al-Nusra) en manos de la extraña coalición cocinada por "Occidente": Ejército Libre (sic) Sirio/Al-Nusra/Al-Qaeda/yihadistas del Emirato Islámico.
El
esquema balcanizador de los israelíes Yinon y Yaalon progresa vertiginosamente gracias a la entelequia del califato del Emirato Islámico, cuyos tentáculos emergen en el Maghreb (la parte occidental y norafricana del mundo árabe) para su balcanización [
10] y cuyo paradigma es Libia.
¿Constituyen los yihadistas del Emirato Islámico el cuchillo destinado a cercenar exquisita y selectivamente al mundo árabe, de acuerdo con los esquemas de los funcionarios israelíes Yinon y Yaalon, cuyos alcances llegan hasta Yemen? [
11]
A una inocencia de pensamiento lineal, no apta para los artilugios israelí-anglosajones, le asombraría ver que los aviones de Estados Unidos «se equivocaron» en la entrega de armas destinadas a los asediados kurdos-sirios en Kobani que acabaron en manos de los yihadistas del Emirato Islámico [
12]. Yeah, yeah!
Nadie conoce mejor la perfidia de los esquemas balcanizadores –desde la dupla Yinon/Yaalon pasando por los yihadistas del Emirato Islámico hasta los geoestrategas de Estados Unidos ("la fórmula Brzezinski/Rice/Peters/Clark/Wright" [
13]– que el recio presidente turco Erdogan –con su propia agenda en relación con los kurdos (apoyados por Israel y la OTAN) que constituyen entre 15 y 25% de una Turquía al borde de la implosión–, quien ha fustigado a los nuevos Lawrence de Arabia [
14], añejo espía de Gran Bretaña, máxima experta en balcanizaciones.
Israel prepara su enésima guerra contra el Hezbolá en Libano, al borde de la implosión, mientras a una escala estratégicamente superior, la convergencia balcanizadora de todo el arsenal propagandístico de Tel Aviv es propalada por el centro MEMRI –con sede en Washington y fundado por Yigal Carmon, espía militar israelí, y Meyrav Wurmser, amazona del Hudson Institute vinculada al partido fundamentalista sionista Likud– que plantea cuatro ejes del «nuevo orden en Medio Oriente» a conveniencia unilateral del «Gran Israel», gracias al avance fulgurante de los yihadistas del Emirato Islámico:
contencioso nuclear con Irán (sin derecho a poseer bombas nucleares en contraste con los "elegidos" celestiales de Israel);
conflicto árabe-israelí (congelado);
proceso (sic) turco-kurdo (¿implosión de Turquía y expansión del «Gran Kurdistán»?),
conflicto chiíta-sunnita (¿prolongar teológicamente una nueva «Guerra de 30 años»?).
Por estética, dejo de lado la gravísima acusación del presidente Putin de que «Estados Unidos promueve el terrorismo con su financiamiento a los yihadistas del Emirato Islámico» [
15].
¿La balcanización del «Gran Medio Oriente» y su «nuevo orden» se afinca en los planes de la dupla israelí Yinon/Yaalon ensamblados con "la fórmula Brzezinski/Rice/Peters/Clark/Wright" y el intrépido avance selectivo de sus polichinelas yijadistas?