Estimado lector, si usted tiene una cura para el Ébola y tiene la idea de promocionarla en Internet, debe saber que la policia vendrá a su casa y derribará su puerta.
Ésta es la triste verdad. Si alguien tiene una cura para el Ébola, nunca le dejarán venderla.
Por ejemplo, en EEUU, la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU) acaba de emitir un comunicado advirtiendo a cualquier persona o entidad que se atreva a afirmar que sabe cómo prevenir o curar el Ébola.
Los burócratas de la FDA exploran Internet en estos momentos buscando cualquier señal de una cura o tratamiento del Ébola para perseguirla con toda la dureza de la ley en los Estados Unidos.
El asunto ha estallado esta semana y lo hemos conocido a través de el New York Times, que ha iniciado una amplia campaña al respecto.
Según este periódico, el gobierno norteamericano está particularmente preocupado acerca de un producto conocido como nanoplata que está siendo promovido por una fundación conocida como National Solutions Foundation, una ong que promueve la medicina alternativa…
A la vez que se discutía el envío a Liberia de un fármaco experimental norteamericano conocido como, ZMapp, el ministro de Salud de Nigeria, Onyebuchi Chukwu, afirmaba que un científico nigeriano no identificado que vive en el extranjero, había desarrollado un medicamento experimental diferente, según informan varios medios de noticias de Nigeria.
Onyebuchi Chukwu, ministro de sanidad de Nigeria
Ese medicamento ha sido identificado como nanoplata, un suplemento alimenticio ofrecido por la Natural Solutions Foundation, que contiene partículas microscópicas de plata y que no ha sido aprobado por las agencias reguladoras (nota: la plata coloidal es un tipo de suplemento de nanoplata).
Se sabe que la plata mata algunos microbios a nivel de heridas superficiales, pero puede resultar tóxico y no está aprobado por la FDA para su uso sistémico contra los virus
Eso es lo que afirma el New York Times.
Por su lado, la directora médica de la fundación “National Solutions Foundation”, la Dra. Rima Laibow publicó una “carta abierta a los jefes de estados afectados por el Ébola”, alegando que según algunos estudios, la nanoplata inhibía el virus del Ébola.
La verdad es que no se ha demostrado científicamente que la nanoplata pueda curar el Ébola. Pero tampoco se ha demostrado lo contrario.
Como tampoco se ha demostrado científicamente que lo pueda curar el ZMapp en humanos, el tratamiento experimental que se está aplicando a varios médicos y profesionales sanitarios infectados de Ébola y que están siendo tratados “a ciegas” con tal medicamento.
No deja de ser significativo, pues, que los grandes medios de comunicación al servicio del establishement y las agencias reguladoras subsidiarias del cártel farmacéutico centren sus campañas de ataque y desprestigio y sus amenazas sobre cualquier posible tratamiento experimental no controlado por ellos.
¿Qué diferencia real hay entre aplicar un tratamiento experimental del que se desconocen totalmente los efectos secundarios u otro?
La única diferencia reside en el control del negocio y en el “tremendo peligro” que implica que alguno de estos tratamientos no controlados por las farmacéuticas pueda funcionar realmente.
Que quede claro que no estamos diciendo que la nanoplata o la plata coloidal puedan curar el Ébola, ni mucho menos.
Simplemente no lo sabemos, porque a estas alturas no lo sabe nadie. Como tampoco conoce nadie los efectos que puede provocar el tratamiento experimental ZMapp en humanos, el mismo que fue aplicado al sacerdote Miguel Pajares con tan “brillantes resultados”.
El sistema médico occidental, sistemáticamente, ha tratado de suprimir todo tipo de información veraz sobre la prevención y potencial cura de enfermedades que ofrecen los alimentos, las plantas medicinales y las terapias nutricionales.
Por ejemplo, la verdad acerca de la vitamina C y la vitamina D se ha ocultado deliberadamente durante más de 75 años. Los suplementos de vitamina D, de hecho, pueden llegar a ser la forma más económica y eficaz de defenderse contra todo tipo de pandemias virales; sin embargo, la vitamina D resulta ser tan barata de producir y distribuir que no ofrece ningún beneficio y por lo tanto, nadie hace alarde de las sorprendentes propiedades de la vitamina D.
También sabemos que la medicina occidental ha ocultado la verdad acerca de la plata coloidal o nano plata para su uso en hospitales y centros de quemados. Los vendajes para las heridas impregnados de plata podrían salvar muchas vidas en todo el mundo, pero la supresión deliberada por parte de la FDA (en el caso de EEUU) de la tecnología de la plata en la medicina de emergencia, ha impedido que muchos productos que podrían salvar vidas lleguen al mercado.
La plata nano-tópica resulta excepcional en la prevención de infecciones de la piel en pacientes quemados.
¿Y por qué razón la nanoplata no es un medicamento tópico estándar en las urgencias de todos los hospitales? La respuesta, por supuesto, es que no ofrecería ganancias a las grandes compañías farmacéuticas.
Así que la idea planteada por la Dra. Laibow, alegando que se está produciendo un encubrimiento deliberado de la capacidad de la nanoplata para el tratamiento del Ébola, aunque no ha sido debidamente confirmada, tampoco debería sorprendernos vista la forma de actuar de las autoridades médicas.
Por ejemplo, hace poco sabíamos que la FDA actuaba en connivencia con un fabricante de pasta dental, Colgate, para ocultar al público los efectos de una sustancia química llamada triclosán, contenida en sus productos, que provocaba el crecimiento de células cancerígenas.
Al final, la agencia se vió obligada a publicar dichos informes, en respuesta a una demanda judicial. Sin ese requerimiento judicial, la FDA habría seguido ocultando al público la toxicidad del producto de Colgate.
Como podemos ver, la verdadera historia de la medicina está repleta de casos de supresión de tratamientos naturales y promoción de productos tóxicos de grandes compañías.
Esto no significa que, automáticamente, todos los remedios naturales funcionen, ni que mucha gente con poca ética intente aprovecharse de la buena fe de la gente vendiendo productos naturales cuyos efectos son nulos o incluso tóxicos.
Pero debería hacernos pensar un poco acerca de la demonización automática de determinados productos por parte de las autoridades y sobre los intereses que ocultan dichas campañas.
A estas alturas, toda persona con dos dedos de frente ya habrá visto que en realidad, nuestra salud, les importa muy poco…