María Chivite, líder del PSN @Getty
24/06/201913:52
Un posible Gobierno del PSN reaviva los temores a que Bildu, imprescindible para la investidura de Chivite, imponga la Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución.
La más que probable investidura de
María Chivite (PSN-PSOE) como presidenta de Navarra, con el apoyo de Geroa Bai y Podemos y la consonancia de Bildu, refuerza el sueño histórico del nacionalismo navarro sobre una futura anexión al País Vasco en base a la Disposición Transitoria Cuarta, recogida en la Constitución.
Chivite necesita de los 7 escaños del partido de Arnaldo Otegi, aunque sea con una abstención, para ser presidenta.
Aunque Bildu no participe de ese acuerdo -los socialistas insisten en que no hay conversaciones con esta formación y que no reclamarán su apoyo- poca duda cabe de que el nacionalismo impondrá sus condiciones y ‘peajes’ a cambio de dar el Gobierno y, más importante, de sostener la legislatura. La aritmética, en este sentido, es clara: el PSN tiene 11 escaños, por 16 que suman Geroa Bai (9) y Bildu (7). Podemos tiene 2 e Izquierda Ezkerra, uno.
El debate sobre la Disposición de la Carta Magna es incómodo para los socialistas. No obstante, la propia Chivite ha sido una de las voces más persistentes en defenderlo, aún cuando el resto de fuerzas constitucionalistas, como el PP o ahora también Ciudadanos, lo rechazan.
Ciudadanos empoderados
La candidata a la presidencia navarra instó en 2014 a los socialistas navarros a plantear una reflexión interna sobre cómo abordar la citada Disposición Transitoria, y aunque entonces dijo tener "muy claro" que el PSN quiere a Navarra "foral, dentro de España y sin anexionarnos a ninguna otra Comunidad", avaló también el referéndum, recogido en la Carta Magna, "para poder decidir sobre si queremos o no anexionarnos al País Vasco".
"Cuando estamos abogando por que los ciudadanos se empoderen y tengan capacidad de decisión, quitarles esa capacidad también tiene su polémica", dijo entonces, preguntada por la supresión de esta posibilidad, reclamada por el PP. La socialista insistió: no quería la anexión al País Vasco, pero tampoco que se quitase a los navarros la posibilidad de votarla. Aunque una votación implique la posibilidad de que sea aprobada.
La Disposición Transitoria Cuarta de la Constitución establece lo siguiente: "En el caso de Navarra, y a efectos de su incorporación al Consejo General Vasco o al régimen autonómico vasco que le sustituya, en lugar de lo que establece el artículo 143 de la Constitución, la iniciativa corresponde al Órgano Foral competente, el cual adoptará su decisión por mayoría de los miembros que lo componen. Para la validez de dicha iniciativa será preciso, además, que la decisión del Órgano Foral competente sea ratificada por referéndum expresamente convocado al efecto, y aprobado por mayoría de los votos válidos emitidos".
"Si la iniciativa no prosperase, solamente se podrá reproducir la misma en distinto período del mandato del Órgano Foral competente, y en todo caso, cuando haya transcurrido el plazo mínimo que establece el artículo 143".
Un año después, en 2015, Chivite respondía a la reforma constitucional planteada por Pedro Sánchez defendiendo que, en esa revisión, habría que "preservar las singularidades de Navarra" como "entidad federada, propia y diferenciada".
Preguntada sobre la supresión o no de la Disposición Transitoria Cuarta, Chivite consideró que es un debate que no existe y que algunos sacan en período electoral para "enredar". Aunque añadió: se trata de "un mecanismo legalmente establecido y que la ley permite ejercitar".
Los socialistas, aseguró entonces, quieren una reforma constitucional que "clarifique la distribución de competencias" y un modelo en el que "todos nos sintamos cómodos".
A la investidura
La opción de que el PSN gobierne Navarra, de la mano de los nacionalistas y de Bildu, había sido rechazada históricamente por el PSOE. Pudo ser durante el mandato de Rodríguez Zapatero y también de Pérez Rubalcaba, pero ambos, como secretarios generales, lo descartaron.
Fueron sendos avisos al PSN y un toque de mando de Ferraz. Ahora, el ‘pacto’ con Bildu relaja además las posiciones de esta formación en Madrid. Sus 5 diputados bastarían a Pedro Sánchez para ser investido.
Entre tanto, el PSN iniciará este lunes los contactos con Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra para perfilar un acuerdo de programa de Gobierno.
Los socialistas, que insisten en su negativa a negociar con EH Bildu, pretende presentar en el Parlamento un acuerdo con 23 apoyos, los de PSN, Geroa Bai, Podemos e I-E, que no supondría una mayoría absoluta en la Cámara, formada por 50 escaños. Todo queda en manos de Bildu.