La parálisis del sueño es un fenómeno del que últimamente se ha hablado y escrito mucho, al parecer, porque una gran cantidad de personas se ha enterado de que «eso» que le sucedió a ellos, también le ocurrió a otras miles de personas en el mundo; no es que hayan aumentado los casos, sino que ahora se hizo masiva la difusión de este tipo de experiencias.
En la antigüedad, se la conocía como «terror nocturno», otros simplemente le llamaban pesadilla, pero nótese que hay una gran diferencia; en los sueños pesados se generan situaciones en las que el soñador interactúa con otros personajes y está en escenarios recreados por la psiquis (ensoñaciones), en cambio, en la parálisis del sueño uno se encuentra «despierto de mente», como si ya hubiera recuperado la lucidez para levantarse pero con la dificultad de que el cuerpo no acompaña; y todo esto ocurre en la propia habitación de quien lo experimenta, más no en otro lugar.
‘La pesadilla’, por Johann Heinrich Füssli, 1781.
Como decía antes, este fenómeno se ha registrado desde tiempos remotos bajo nombres diferentes, inclusive algunos lo interpretaban como un intento de posesión por parte de algún espíritu nocturno, ataques de íncubos y súcubos (demonios violadores), etc.
Uno de los artistas más conocidos que ha retratado en pintura este acontecimiento, es el pintor suizo Johann Heinrich Füssli, quien plasmó en dos obras, el momento en que unos extraños seres de aspecto atemorizante se posan sobre el pecho de una dama que yace sobre su lecho; esa famosa obra es The Nightmare (‘La Pesadilla’) también conocida como El íncubo, siendo más popular la versión de 1781.
‘La pesadilla’, por Johann Heinrich Füssli, 1790.
También se conocen testimonios de Santos o personas de fe que interpretaron en la parálisis del sueño, la señal de que estaban siendo acosados por Satanás para amedrentarlos y hacerlos desistir de su labor espiritual; como vemos, se le han atribuido varios nombres y descripciones según el contexto histórico y religioso, pero con el paso del tiempo, otras disciplinas también se ocuparon del tema y tienen una explicación para ello: Argumento psicológico
El cerebro tiene un sistema de defensa que bloquea los reflejos musculares para que el cuerpo no realice los movimientos que se dan en el sueño, por ejemplo, si una persona sueña que corre y lo hace de verdad, podría toparse con una pared, tropezar, o lastimarse de cualquier otra manera al desplazarse por la casa estando dormido; cuando el sistema de bloqueo natural falla, ocurre el sonambulismo, empero, no abundan demasiados casos en los que un sonámbulo haya sufrido graves lesiones.
De todas maneras, el cerebro humano está programado para realizar una parálisis momentánea, el problema es que algunas personas sufren un leve desorden neuronal que, aunque no es considerado una patología, produce un pequeño desfasaje entre el momento en que el cerebro da la orden para despertar y el instante en que el cuerpo responde a esa orden; allí es cuando la mente despierta y el individuo experimenta la terrorífica parálisis del sueño.
Seres oscuros
Otra característica típica, es que la mayoría de las personas que la padecen dicen haber sido asediadas por seres oscuros que tienen diferentes aspectos, algunos son altos con sombrero, otros pequeños, otros se suben encima de la persona quitándole la respiración, algunos acosan sexualmente al durmiente, y así, infinidad de representaciones que sería difícil de catalogar; pero la explicación científica propone que esas representaciones son creadas por la mente para dar fundamento al miedo inexplicable que siente el paciente al encontrarse paralizado.
En muchos países, desde México pasando por América central y del sur, existe una frase que reza: «Se te subió el muerto», haciendo referencia a que la supuesta entidad podría ser el espíritu de un difunto que sube encima del afectado para hostigarlo o, tal vez, para pedir algún tipo de ayuda, ya que se encuentra atrapado en este mundo como un alma en pena.
Por otra parte, están los íncubos y súcubos, unos demonios que se alimentan de la energía sexual de los humanos aprovechando el momento del sueño para poseer carnalmente a su víctima.
El íncubo es masculino y el súcubo femenino; se dice que el primero introduce una sustancia (a modo de esperma) en la cavidad vaginal de las víctimas, y los súcubos hacen lo contrario, sacan el esperma de los hombres y se lo llevan para producir en ellas un engendro mitad demonio y mitad humano.
Otra explicación posible es la que divulgan los ufólogos; sostienen que la parálisis es producida por entidades extraterrestres con el fin de abducir seres humanos para experimentación genética e investigación, así como los científicos hacen uso de cobayos para realizar todo tipo de pruebas con fines medicinales.
¿Quiénes pueden sufrirla?
Hay una característica que identifica a quienes han padecido este malestar, y es que casi todos o la mayoría, han empezado a tenerlo durante la etapa de la adolescencia, justamente cuando el cuerpo es una revolución de hormonas y experimenta cambios muy profundos; con el tiempo, he llegado a entender que justamente la inestabilidad emocional por la que pasamos a esa edad, crea un ambiente propicio para el padecimiento de este trastorno del sueño, aunque no es el único determinante ni la única edad en la que puede aparecer.
Súcubo.
Uno de los factores que favorece el desarrollo de parálisis del sueño en adultos, es el estrés, afección conocida como la enfermedad del siglo XXI, por el aumento de casos registrados desde el año 2000 hasta el presente.
Experiencias personales de Parálisis
Como dije antes, una etapa donde suele ocurrir mucho es en la adolescencia, y yo no fui la excepción.
Cuando tenía aproximadamente 17 años de edad, mis inquietudes eran muchas, una de ellas era la existencia de Dios; me sentía falto de espiritualidad, y en el comienzo de la búsqueda me aferré al catolicismo porque era el único camino que conocía —luego exploré muchos otros—, entonces sentí que estaba más fuerte y tenía fe en los preceptos de la Iglesia.
Una noche, mientras dormía profundamente, empecé a sentir que no estaba solo en la habitación y que una presencia me acechaba desde la oscuridad.
Al principio no vi nada concreto, pero percibí algo similar a cuando se siente la cercanía de alguien.
Entonces quise incorporarme para ver quién era y allí fue cuando me di cuenta de que estaba totalmente inmovilizado; el miedo no se hizo esperar.
De pronto, empecé a notar una figura humanoide más negra que la oscuridad misma agachándose y observándome con la cabeza inclinada hacia un lado.
No tenía ojos, pero me sentí observado; luego, se acercó tanto que no aguanté la desesperación y empecé a pedirle a Dios que me ayudara, pero no tuve éxito, y allí fue cuando un pensamiento se me pasó por la mente: «En nombre de Jesús te ordeno que te vayas».
En ese instante, la figura se alejó de manera repentina como huyendo despavorida. Entonces pude librarme de la parálisis.
Lo curioso es que la frase funcionó por un detalle; en esa época yo tenía fe en el poder de Jesús, pero luego el transcurso del tiempo me hizo ver que no todo estaba en las religiones, y justo cuando estaba pasando por un momento de ateísmo, me volvió a dar una parálisis del sueño y esa vez la frase no funcionó.
Lo que me demostró esa experiencia es que todo está en la mente, el poder protector está dentro de cada uno de nosotros, no es necesario apelar a un Dios externo.
Otro descubrimiento que saco de esa experiencia, es que si el problema hubiera sido solamente de tipo neurológico, la intervención de una frase espiritual no tendría porque haber funcionado, pero lo hizo, así que es evidente una cosa; además de estar paralizado por un problema del cerebro, también estuve en presencia de una entidad oscura. Otra experiencia reveladora
Una madrugada, aproximadamente hace cuatro años, empecé a sentir la parálisis del sueño. Experimenté el terror típico de esos episodios, y lo único que faltaba era que apareciera el «hombre sombra» de siempre, pero esta vez pasó algo distinto.
Una luz asomó por mi izquierda, y cuando la miré bien, noté que empezó a formarse un ser bajito y cabezón que permaneció quieto durante unos segundos a un metro de mi cama.
Este personaje tenía una mirada muy profunda y estaba envuelto en un halo parecido a los colores del arco iris, el cual permitía que fuera visible en la oscuridad.
Sus ojos negros y enormes parecían tener un poder hipnótico y eran probablemente los responsables de que yo no pudiera hacer ni decir nada; el ente no hizo ni un gesto, solo avanzó como flotando y cuando estuvo a centímetros de mi rostro sentí que quería hacerme algo, pero no movió los brazos ni nada, lo que fuera a hacer lo haría con la mente.
Entonces, me desesperé e hice un movimiento brusco para poder salir de la parálisis y logré despertar; estaba lleno de sudor y muy agitado. Eso fue todo lo que pasó, pero nunca pude olvidar su expresión ni el terror que sentí aquella noche.
Conclusiones
He tenido episodios de parálisis durante casi 5 años seguidos y otras veces más esporádicamente en años recientes, pero la figura que solía aparecer siempre, era absolutamente oscura, alta y sin facciones; por eso, la experiencia de ese ente que podría definir perfectamente como un «extraterrestre Gris», me desconcertó totalmente; yo no tenía ni idea de que en la parálisis del sueño se podían ver colores y formas tan definidas como las que vi, no lo digo solo por mis experiencias anteriores, sino también por los casos de personas que narran historias parecidas en diferentes partes del mundo.
Ilustración que hice para representar el Extraterrestre «Gris» de la parálisis del sueño.
Por esa particularidad, hoy pienso que este fenómeno está compuesto por diversos componentes; primero se da el desorden neuronal que describe la psicología, posiblemente generado por estrés o diversos factores psíquicos de la persona.
Luego, la víctima empieza a sentir temor porque se da cuenta de que no puede moverse e, invadido por el miedo, empieza a disminuir su nivel de vibración, y allí es cuando algunas entidades oscuras de baja frecuencia aprovechan la desprotección para acercarse y absorber su energía.
También puede suceder que algunas criaturas superiores al ser humano aprovechen el estado temporal producido por la parálisis del sueño para acercarse y hacer sus investigaciones o, directamente, que ellos mismos provoquen la parálisis para realizar su trabajo con mayor facilidad.
No nos olvidemos que una de las características principales de las abducciones, es la inmovilidad que los alienígenas provocan en las personas.
Finalmente, quiero compartir algunas técnicas para combatir la parálisis del sueño: Una de las formas es que si tienen algún tipo de fe, se aferren a ella e invoquen a su Dios con la seguridad de que él los ayudará.
Si no tienen fe o no practican religión alguna, pueden incursionar en la meditación, explorar su interior para realizar un profundo autoconocimiento y elevar la frecuencia vibratoria, así evitarán que algunos parásitos del bajo astral se les acerquen.
Si duermen con su pareja o con cualquier otra persona, pídanle que si los escuchan quejarse por las noches, los toquen de inmediato; cuando un estímulo externo interviene con la energía del propio durmiente, la parálisis desaparece automáticamente, con una palmadita en el brazo es suficiente.
A quienes padezcan este problema, espero que les sirvan mis consejos; y a quienes no lo tengan, solo preocúpense por estar siempre lo más positivos que sea posible, pasar algún tiempo con la naturaleza, los animales, y tratar de evitar los picos de estrés.
¡Gracias por leer y hasta pronto!
Por Gastón Caffa / Alien Hynek.