¿Cómo murió Rasputín? Si bien toda su vida está llena de misterios, su muerte no podía ser menos. Descubramos cómo fue asesinado y lo que costó a sus asesinos acabar con su vida.
Rasputín es, sin lugar a duda, una de las figuras más enigmáticas de la historia. Pese a los oscuros matices del personaje, un aura celestial lo rodeaba a todos los sitios a los que iba. Supo adentrarse a la perfección en la Corte zarista e, incluso, llegó a convertirse en una de sus personas de confianza.
Su magnetismo y capacidad de persuasión lo convirtieron en alguien al que, misteriosamente, nadie podía resistirse. Idolatrado por unos y odiado por otros, fue víctima de numerosos intentos de asesinato y, precisamente uno de ellos, resultó el definitivo.
Fue el 28 de diciembre de 1916. El príncipe Félix Yusúpov había invitado a Rasputín a su palacio. Sin embargo, los planes de este príncipe eran bien distintos a lo que Rasputín creía: Yusúpov era el pilar central de una conspiración orquestada por distintos miembros de la Corte para acabar con la vida del monje loco. El plan estaba a punto de ejecutarse.
Recreación de la última cena de Rasputín, organizada por los conspiradores que querían acabar con su vida (Fuente: Wikkipedia)
A su llegada a palacio, Rasputín fue conducido hasta el sótano, en donde se iba a celebrar la comida. Allí encontró un banquete repleto de comida y vino, una de las principales perdiciones, entre muchas otras, de Rasputín. Sin embargo, lo que este misterioso personaje desconocía es el contenido secreto de la comida: cianuro, un veneno mortal. Rasputín, perspicaz, no comenzó a comer, ya que veía que Yusúpov tampoco lo hacía.
Rasputín, llevado por sus vicios, acabó comiendo y tomando varias botellas de vino
Los dos conversaron durante largo rato, con aparente tranquilidad. De hecho, Rasputín se dedicó a hablar de cómo había logrado esquivar la muerte numerosas veces, especialmente, ante la cantidad de intentos de asesinato que había tenido que vivir. Un tema de conversación que indica que, posiblemente, era consciente de los planes de Yusúpov, sobre todo por el hecho de que continuaba sin comer ni beber nada de lo que tenía delante.
Pero, de repente, Rasputín quiso tomar un poco de vino de Crimea y vino de Madeira; también comenzó a comer los dulces que tenía delante. Rasputín llevaba una vida de excesos, así que al final acabó tomándose varias botellas de vino y numerosos pasteles, que contenían niveles altísimos de cianuro.
INMUNE AL VENENO
Sin embargo, el ansiado efecto del cianuro parecía no llegar. Yusúpov no entendía nada y conforme pasaba el tiempo se inquietaba más. Tal es así que, finalmente, el príncipe perdió los nervios y, entonces, cogió una pistola y le disparó en el pecho.
Rasputín cayó al suelo completamente ensangrentado. El resto de conspiradores, que estaban también en palacio, entraron corriendo en la sala al oír el disparo. Uno de ellos era médico, se acercó a él para comprobar si seguía vivo. Su respuesta fue clara: Rasputín estaba muerto, la bala le había atravesado el corazón.
Caricatura del momento del asesinato de Rasputín
Cuando pensaban que Rasputín había muerto, el místico abrió los ojos y salió corriendo
De repente, el místico abrió los ojos, se levantó y salió corriendo hacia el patio. Los conspiradores se quedaron helados al verle "resucitar". Antes de perderle de vista, los hombres volvieron a dispararle repetidas veces, en la espalda y en la cabeza. Rasputín cayó herido de nuevo, pero ¿estaba muerto de verdad?
El propio Yusúpov describió lo sucedido de la siguiente manera:
Parecía que el mismo diablo se había encarnado en él
"Era un hombre moribundo, envenenado y atravesado por una bala, en este cadáver que oscuras fuerzas habían puesto nuevamente de pie para vengar su muerte, había algo aterrador tan monstruoso que hasta hoy, cuando me acuerdo de ese momento, me embarga un terror indecible...
Me parecía que el mismo diablo se había encarnado en el mujik... y que sus dedos retorcidos me agarraban para no volver a soltarme nunca más... Pero mi sorpresa y mi horror fueron mayores aún cuando vi abrirse la puerta de entrada y Rasputín desapareció en la oscuridad".
EL FINAL DEL MONJE LOCO
Para que no volviera a levantarse, estos hombres metieron su cuerpo en un saco y lo tiraron desde el puente Pétrowsky al río Neva. Sin embargo, lo más impresionante de todo es que, cuando el cuerpo fue encontrado, se pudo comprobar que los pulmones estaban llenos de agua. En definitiva: ni las balas ni el veneno habían podido con él. Rasputín había muerto ahogado.
Los zares quedaron desolados al enterarse de la muerte de Rasputín. Se ordenó una semana de luto en la Corte
Tras envenenarlo y dispararle, el cuerpo de Rasputín fue arrojado al río Neva. Aún entonces seguía con vida.
La ciudad de San Petersburgo se llenó de alegría al recibir la noticia de la muerte de Rasputín. Era un personaje bastante odiado, pese al inmenso poder que tenía sobre Rusia. Los más afectados por su muerte fueron los zares, quienes sufrieron enormemente cuando se enteraron de la noticia. El zarévich Alejandro aseguró que tras esto, iba a morir él y la zarina ordenó una semana entera de luto en la Corte. Se hicieron exequias por el fallecido y a su funeral acudieron numerosos e importantes eclesiásticos y aristócratas.
Las penas contra los conspiradores fueron, hasta cierto punto, leves. En un primer momento, fueron desterrados, pero se les permitía residir en sus propiedades rurales. Yusúpov, el máximo responsable, tuvo que exiliarse en Crimea, pero acabó volviendo a San Petersburgo. Una vez fueron juzgados, se les envió a la guerra.
Tumba de Grigory Rasputin en el parque de Alexander, Tsarskoe Selo, San Petersburgo, Rusia
Este fue el inquietante final de uno de los personajes más misteriosos de Rusia. Su aura sobrenatural se manifestó incluso en el momento de su muerte, ya que, hicieran lo que hicieran sus asesinos, usaran armas o le envenenaran, les resultaba imposible acabar con él. Daba la sensación de que, efectivamente, Rasputín era inmortal.
Periodista e Historiadora
28 de octubre de 2021 (10:00 CET)
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