Un estudio atribuye la enigmática sonrisa de La Mona Lisa a las extraordinarias capacidades visuales de Leonardo da Vinci, quien, en cierta manera, podía "detener el tiempo".
El ojo humano atrapa la luz por debajo de los 50Hz por segundo.
Eso nos permite ver una película (que se proyecta generalmente a 60 fotogramas por segundo) con continuidad, es decir, no vemos cada frame del film.
Pues bien, parece que algunas personas pueden “congelar” en su mente momentos que, para el común de los mortales, pasan inadvertidos, como el aleteo de un colibrí o el de una libélula. A este concepto psicofísico se le llama "critical flicker fusion frecuency" (CFFF) o frecuencia crítica de fusión de parpadeo.
El profesor de Genética, Microbiología y Biotecnología de la Universidad de Basilea (Suiza), David Thaler, ha tirado de esta capacidad visual para explicar la enigmática sonrisa de la Mona Lisa, una de las pinturas más conocidas del genio renacentista Leonardo da Vinci, expuesta en el Museo del Louvre de París.
Fue pintado por Leonardo entre 1503 y 1519 y aglutina diversos enigmas; desde la identidad de la modelo, la expresión de su rostro o su sonrisa.
Leonardo consiguió que la sonrisa de La Gioconda desapareciera al mirarla directamente y reapareciera solo cuando la vista se fija en otras partes del cuadro, elaborado con la técnica del sfumato. Con todo, el estudio de Thaler sugiere que el misterio sobre su sonrisa es debido a la capacidad visual de da Vinci que era inusual para captar movimientos.
Fue capaz, por ejemplo, de observar las características del vuelo de una libélula cientos de años antes de que las cámaras de alta velocidad ayudaran a hacerlo. Para el científico estadounidense, la magia de la sonrisa de La Mona Lisa recae en la capacidad de Leonardo para “captar a alguien que está empezando a sonreír, en vez de una sonrisa completa.
Es muy difícil recordar el momento en que alguien está en el proceso de sonreír", explica. Para Thaler es fácil reconstruir en la mente el rostro de esa persona sonriendo, pero es casi imposible reconstruir el momento en que empieza la sonrisa.
De ser cierta la teoría de Thaler, si el genio renacentista pudiera ir al cine o ver la televisión habría sido capaz de observar los fotogramas de forma individual.
Para demostrar su teoría acude a los escritos de Leonardo donde describe sus observaciones del vuelo de las libélulas: "la libélula vuela con cuatro alas y cuando las del frente están elevadas, las traseras están bajadas", se puede leer en ellos.
Para demostrar su teoría acude a los escritos de Leonardo donde describe sus observaciones del vuelo de las libélulas: "la libélula vuela con cuatro alas y cuando las del frente están elevadas, las traseras están bajadas", se puede leer en ellos.
Thaler analizó la agudeza visual en tres aspectos: espacial, espectral y temporal y asegura que la CFFF del artista renacentista sobresalía sobre la media de humanos.
Thaler asegura que tanto Kenneth Clark y Walter Isaacson, dos de sus biógrafos, observaron su "rapidez visual". Mientras para el primero era fruto de sus anormales "nervios en sus ojos y cerebro", para Isaacson, el maestro renacentista cultivó esa capacidad con su curiosidad y deseo de observar.
Thaler no concluye si la agudeza visual de Da Vinci fue adquirida o genética y no descarta un posible análisis del ADN del genio italiano para salir de dudas. Mientras, disfrutaremos de la enigmática sonrisa de La Gioconda como ese momento intermedio en el que la misteriosa mujer… empieza a sonreir.
Periodista y escritor
22 de Junio de 2020 (16:30 CET)