martes, 17 de marzo de 2015

Lanzan una brigada compuesta únicamente por cristianos para combatir al Estado Islámico

IB.- Los Guardianes del Tigris son la primera división de fuerzas regulares iraquíes compuesta únicamente por cristianos. La tarea asignada es recuperar las ciudades y localidades cristianas en manos de los yihadistas del grupo Estado Islámico.

Los Guardianes del Tigris se situarán bajo el comando del gobierno de la región autónoma iraquí del Kurdistán, cuyas fuerzas de seguridad, los peshmergas, juegan un rol esencial en la lucha contra el Estado Islámico.

Los nuevos soldados desfilaron y saltaron a través de neumáticos en llamas ante una fila de responsables kurdos y asirios en Fishkabur, en el nordeste de Irak, cerca de la frontera turca y siria, constató la AFP.

La gran mayoría de cristianos de Irak vivían en la planicie de Nínive, una zona que se extiende de la capital del Kurdistán iraquí, Erbil, a Mosul, segunda ciudad de Irak tomada por el ISIS en junio, pero el avance de los yihadistas en agosto hizo huir a decenas de miles de ellos.

“Unos 600 hermanos cristianos de la planicie de Nínive participaron en la formación, que consistía principalmente en un entrenamiento físico, cursos de arte militar y ejercicios de tiro”, explicó el comandante de la academia militar, el general Abu Bakr Ismail. “Todos los participantes son voluntarios, quieren liberar su tierra de los yihadistas y después protegerla”.

Esta nueva brigada fue fundada sobre los restos de una fuerza asiria creada en 2004 para proteger las iglesias de la región.

Los cristianos de Irak nunca habían formado milicias y, tras la intervención estadounidense de 2003, adoptaron un perfil bajo en un momento en que el país se hundía en la violencia interconfesional, o bien se marcharon de Irak.

Pero aquellos que se quedaron, en los últimos meses, han decidido tomar las armas. Varias milicias cristianas se formaron de esta manera y aunque no responden al comando militar de los peshmergas, son apoyados por las autoridades del Kurdistán.

http://www.alertadigital.com/2015/03/13/lanzan-una-brigada-compuesta-unicamente-por-cristianos-para-combatir-al-estado-islamico/

La CIA se ve desbordada ante el inesperado apoyo de civiles al Emirato Islámico

Abrumada y sorprendida por el fulgurante desarrollo del Emirato Islámico, grupo yihadista que ella misma creó, la CIA (Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) será objeto de una profunda reorganización. 

Pero el problema que actualmente enfrenta la Agencia es realmente inédito: una retórica inventada por la CIA para justificar la firma de comunicados reclamando la autoría de atentados terroristas bajo bandera falsa se ha convertido en una poderosa ideología al entrar en contacto con una población cuya existencia la inteligencia estadounidense ni siquiera conocía. Para Thierry Meyssan, la reforma de la CIA será ineficaz y no permitirá a la Agencia manejar el cataclismo que ha provocado en el Levante.

El director de la CIA, John Brennan, no entiende por qué hay civiles que apoyan al Emirato Islámico, a pesar de los crímenes que cometen sus mercenarios, amamantados por la propia Agencia estadounidense.

En noviembre pasado, la CIA fue incapaz de evaluar la situación en Siria. Totalmente desorientada por sus propias mentiras, la Agencia ya no lograba identificar las motivaciones de sus «revolucionarios». Peor aún, ni siquiera pudo determinar de cuánto apoyo disponía la «oposición» ni de cuánto respaldo gozaba la República Árabe Siria. Este fracaso no ha hecho otra cosa que empeorar, lo cual quedó demostrado, a finales de febrero de 2015, con el derrumbe del Movimiento de la Firmeza (Harakat Hazm), el ejército oficial de la CIA en Siria [1]. Por supuesto, la vida sigue su curso y la CIA ya reagrupó sus fuerzas en el seno de una nueva formación, bautizada como Frente del Levante (Shamiyat Front).

Con la creación de al-Qaeda, y posteriormente al crear el Emirato Islámico (Daesh), la intención de la CIA era tener a su disposición cierta cantidad de mercenarios que utilizaría en la realización de misiones que ella misma no podía reconocer como propias. Pero la Agencia nunca imaginó que los civiles podían llegar a tomar en serio la fraseología barata que sus expertos inventaron para redactar los comunicados de esos grupos yihadistas. De hecho nadie dio importancia al galimatías de Osama ben Laden, cuando afirmaba que la presencia de los militares no musulmanes de la OTAN en suelo saudita, durante la operación «Tormenta del Desierto», era un sacrilegio que exigía reparación. Es imposible encontrar en el Corán algo que justifique aquella maldición. Y los mercenarios de al-Qaeda no tuvieron ningún escrúpulo en luchar junto a la OTAN en Bosnia-Herzegovina y en Kosovo. Así que no parecía que hubiese razones para creer que ahora sería de otra manera.

Sin embargo, ya en el momento de la guerra contra la Yamahirya Árabe Libia, observé que algunos mercenarios de al-Qaeda parecían realmente deseosos de volver al modo de vida de «los tiempos del Profeta»… en el siglo VII. Al menos ese era el caso en el oscuro emirato islámico que Abdelkarim Al-Hasadi gobernaba en Dernaa. Pero no se trataba para ellos del siglo VII levantino, cristiano y donde no se hablaba árabe. Ni siquiera se referían al siglo VII francés del rey Dagoberto sino al siglo VII de la Península Arábiga, con una sociedad estancada en el tiempo y que se componía –según el Corán– de beduinos ladinos y crueles que el Profeta se esforzó por convertir y apaciguar.

Posteriormente, durante la guerra contra la República Árabe Siria, observé que los sirios que apoyaban a al-Qaeda (y que hoy apoyan el Emirato Islámico), sin mediar en ello móviles financieros, eran todos miembros de familias muy numerosas cuyas mujeres no estaban autorizadas a controlar su fecundidad. La división que iba apareciendo en el país no era de carácter político, en el sentido moderno de la palabra. La ideología de los civiles que apoyan a los yihadistas se resume al deseo de retornar a una época de orígenes míticos, la de los camelleros de una Arabia de la Edad Media. Y la CIA, que provocó la aparición de esa “ideología”, no supo entender la fuerza de lo que estaba fabricando ni seguir su expansión.

Ni siquiera se trata en este caso del clásico boomerang que regresa y golpea a quien lo lanzó, dado que el Emirato Islámico no se ha vuelto contra la CIA. Se trata más bien de la transformación de un grupúsculo terrorista en un Estado y del triunfo, entre algunos sectores de la población, de una retórica ridícula.

La CIA se ve ahora ante el problema de todas las administraciones. Su modo de organización, que le valió en el pasado numerosas victorias en diversas regiones del mundo, ya no funciona porque la Agencia no ha sabido adaptarse. Organizar un golpe de Estado y manipular las masas para que apoyen una organización terrorista son dos cosas muy diferentes.

Es por esa razón que, el director de la CIA, John Brennan, ha anunciado, al cabo de 4 meses de consultas internas, una completa reestructuración de la Agencia.

Hasta ahora, la CIA se componía de 
• La Dirección de Inteligencia, encargada de analizar la información y los datos obtenidos; 
• La Dirección de Operaciones, rebautizada Servicio Clandestino, encargada del llamado “espionaje humano”; 
• La Dirección de Ciencias y Tecnología, especializada en el trabajo vinculado a la información científica y de carácter técnico; 
• La Dirección de Apoyo, encargada de manejar el personal, la entrega de equipamiento y del financiamiento.

El personal de la CIA se distribuía en función de sus capacidades: los intelectuales en la Dirección de Inteligencia, los “duros” en la Dirección de Operaciones, los “estudiosos” en la Dirección de Ciencias y Tecnología y los organizadores en la Dirección de Apoyo. Por supuesto, cada Dirección dispone además de colaboradores con perfiles diferentes para poder garantizar su trabajo pero, esquemáticamente, cada Dirección correspondía a un perfil humano bien definido.

Los documentos revelados por Edward Snowden confirman que la CIA es la agencia de inteligencia más grande del mundo, con un presupuesto de 14 700 millones de dólares en 2013 –el doble del presupuesto total de la República Árabe Siria. Sin embargo, la CIA es sólo una más de las 16 agencias de inteligencia que existen en Estados Unidos.

En pocas palabras, con todo ese dinero y todas esas “habilidades”, la CIA estaba dispuesta a vencer la URSS, que acabó por derrumbarse sola –sin ayuda de la Agencia– hace más de 25 años.

Para hacer avanzar la Agencia, John O. Brennan ha decidido generalizar el modelo del Centro Contraterrorista, creado en 1986 en el seno de la Dirección de Operaciones, un modelo ultrasofisticado que incluso ha aparecido públicamente en la serie de televisión 24 horas. Esta unidad multidisciplinaria hizo maravillas para responder instantáneamente a todas las preguntas que se le planteaban. Es capaz de identificar una persona, localizarla y eliminarla en un tiempo ínfimo, para gran regocijo de la Casa Blanca. Y ya sabemos que el presidente Obama visita diariamente su bunker subterráneo para señalar los blancos de sus drones y ordenar el asesinato de quien a él le parece oportuno asesinar, cuando a él le parece y donde a él le parece.

Según John Brennan, se trata ni más ni menos que de hacer entrar la inteligencia –o el espionaje– en la era de las nuevas tecnologías, los ordenadores y los satélites. Para ello la Agencia tendría que someterse a una rápida restructuración alrededor de 16 Centros “a cargo” de cada región del mundo y de diferentes objetivos generales.

Pero ¿cómo habría podido el Centro Contraterrorista darse cuenta de que una fraseología infantil se transformaría en una poderosa ideología?

El éxito del Emirato Islámico proviene, en primer lugar, del apoyo de los Estados que lo respaldan, de su armamento y de su dinero. Pero el apoyo que ha encontrado entre ciertos sirios no tiene nada que ver con el Corán ni con la lucha de clases. Es la rebelión de un modo de vida que está desapareciendo, de una sociedad violenta y dominada por los hombres contra un modo de vida donde se respeta a las mujeres y se abre la puerta al control de la natalidad. En Europa, esa transformación se produjo con el éxodo rural y las dos Guerras Mundiales, sin dar lugar a guerras suplementarias. El Irán del imam Khomeiny la realizó, a inicios de los años 1980, con rotundo éxito y poco a poco se extendió por el mundo árabe hasta tropezar con el Emirato Islámico. Se trata, por consiguiente, de un conflicto que no tiene nada que ver con la divergencia teológica entre chiitas y sunnitas.

Los próximos acontecimientos son perfectamente previsibles. Como siempre, los estadounidenses creen poder resolver el problema recurriendo al progreso tecnológico y van tratar de entender la situación en el «Medio Oriente» con un enorme despliegue de medios informáticos.

Pero ¿cómo podría Estados Unidos, nación fundada hace apenas 2 siglos, entender el enorme cataclismo que ha desatado en el seno de la civilización más antigua del mundo? ¿Cómo podrían los estadounidenses –desde su posición de bárbaros adinerados– y los beduinos del Golfo “organizar” pueblos que son civilizados desde hace 6 milenios?

Porque es precisamente ahí donde reside el secreto del Levante. Se trata de una región donde residen gran cantidad de pueblos diferentes, que tienen cada uno su propia historia, su propia lengua y su propia religión y que hablan además una misma lengua vernácula y colaboran todos en mantenerla viva [2]. Los nasseristas y los baasistas trataron de convertir ese mosaico en una fuerza política única. Quisieron conformar una «nación árabe» con pueblos mayoritariamente no árabes. Un sueño del que sólo subsiste hoy en día… la «República ÁrabeSiria». Ese es el proyecto político que el Emirato Islámico está atacando. Esa es la civilización que hoy se ve amenazada por los civiles que apoyan a Daesh.

Mientras que los Estados monoétnicos resultan fáciles de conquistar, los pueblos del Levante han aprendido con el tiempo que su diversidad y su imbricación los hacen invencibles. Es precisamente por eso que protegieron a los sobrevivientes de un mundo antiguo, sobrevivientes que hoy se rebelan contra ellos y los minan desde adentro.

¿Cómo podía anticipar la CIA que jóvenes europeos, igualmente nostálgicos de aquellos tiempos antiguos, se unirían por decenas de miles al Emirato Islámico para oponerse a la marcha del tiempo y destruir obras de arte milenarias?

En 2006, la derrota israelí en Líbano mostró como unos cuantos ciudadanos resueltos eran capaces de hacer fracasar el ejército más sofisticado del mundo. El hombre ya se impuso a las máquinas. Es un error creer que el progreso técnico es un criterio de civilización, creer que las computadoras permitirán entender algo e incluso dominarlo. Lo que pueden hacer, en el mejor de los casos, es contener gran cantidad de información, clasificarla y sintetizarla. La reorganización de la CIA permitirá a esa agencia estadounidense de espionaje responder las preguntas del momento, pero no predecir el futuro.

Estadounidenses y europeos son incapaces de reconocer que los pueblos a los que ayer imponían su tutela colonial han logrado salir de su atraso técnico, mientras que ellos mismos siguen sin salir de su propio atraso en materia de civilización. Hoy se ven por tanto ante sus propios límites y han perdido toda capacidad de influencia sobre el cataclismo que involuntariamente han suscitado.

RED VOLTAIRE | DAMASCO (SIRIA) | 16 DE MARZO DE 2015 

http://www.voltairenet.org/article187053.html

Peligrosas Entidades Astrales y Trastornos de la Personalidad

Qué es una Entidad Astral Parasitaria?

La intrusión astral se produce cuando una o varias entidades pertenecientes al plano comúnmente conocido como astral o etéreo se introducen en el campo energético de un individuo humano, con o sin su expresa autorización, fundiéndose parcial o totalmente en la mente subconsciente del individuo.

Estas entidades se abastecen, a modo de parásitos de los aparatos sensorio-motor y emocional de éste, a través de los cuales se relaciona con el medio externo. La intrusión astral no implica posesión, aunque ésta no se descarta. Un individuo puede desarrollar una vida absolutamente normal sin ser jamás consciente de que “su espacio” ha sido ocupado por diversas entidades adheridas a él.

Hay diferentes tipos de EAPs. Su grado de seriedad depende de muchos factores. La más común es la producida por la consciencia de entidades humanas descarnadas, es decir, seres humanos que por algún motivo no han completado el proceso de transición después de la muerte del cuerpo fí­sico, quedando “atrapados” con o sin su consentimiento en el estado intermedio o bajo astral.

También hablaremos de las entidades demoní­acas y de parásitos semi-conscientes o larvas. El tema de las entidades demoníacas es muy complejo, y para comprenderlo en su totalidad es necesario que el lector se familiarice con determinados conceptos relacionados con el sistema de control.

Después de la muerte física

Después de la muerte fí­sica el cuerpo etéreo, también llamado cuerpo sutil o astral se separa del cuerpo físico. La energí­a de un ser humano se halla almacenada dentro del cuerpo etéreo; la información correspondiente a la personalidad o falso yo, con toda la gama de patrones emocionales y residuos fí­sicos de las experiencias acumuladas durante la vida física, se halla registrada en este campo energético, incluyendo las experiencias de otras vidas.

Envuelto en este cuerpo sutil, el ser se dirige hacia la luz, la cual está¡ siempre presente. Los espí­ritus guías se acercan para recibir al espí­ritu del recién difunto. Los espí­ritus guí­as no tienen una forma definida, pueden parecer ángeles, personas queridas o pueden ser simplemente, formas de energí­a.

Los espí­ritus de los familiares o seres queridos pueden hacer de guí­a, y aunque éstos no posean forma, el difunto los reconocerá por la vibración de sus almas.

 Si el que viene no tiene una forma definida, los ojos, que son considerados las ventanas del alma, serán la clave para que se efectúe el reconocimiento. Esto es importante ya que muchas entidades, cuyo propósito no es, precisamente, el de guiar al recién llegado, se hallan a la espera de poder ”engañar” a los ilusos.

Éstas son entidades del servicio a sí­ mismo que buscan atrapar a aquellos espíritus que no posean el conocimiento suficiente para defenderse. De acuerdo a William Baldwin[*], los ojos de dichas entidades son negros, ya que carecen de luz.

Aparentemente, hay una barrera o un portal por el que hay que pasar para poder entrar completamente en la luz. Si el espí­ritu del difunto se mueve más allá de ese portal, avanzará hacia la 5ta densidad, a la cual van las almas de todos los seres después de la muerte.

Al morir, el cordón de plata que une al espí­ritu con el cuerpo físico en la tercera densidad se rompe definitivamente. Sin embargo, no todos los espí­ritus fallecidos siguen su camino hacia la luz. Algunos se pierden en el camino, ya sea por decisión consciente o por simple ignorancia, muchos quedan atrapados en el estado entre la quinta densidad y la densidad fí­sica, la tercera densidad.

Algunos autores denominan dicha zona como bajo astral, zona gris o zona intermedia. Aquel que no traspasa el portal, vagabundea por dicha zona y puede que encuentre a algún ser humano al que adherirse para poder seguir disfrutando de las actividades inherentes a la vida física.

De ésta forma, el encarnado se une de forma parcial o total a la mente subconsciente de un individuo “vivo”, ejerciendo un determinado grado de influencia en los procesos mentales, las emociones, la conducta y el cuerpo fí­sico. De esta forma la entidad se vuelve un parásito en la mente del huésped. Una víctima de esta condición puede resultar totalmente amnésica durante episodios de completa toma de control por parte de la entidad.

Hay una gran cantidad de razones por las cuales un individuo no completa su transición; como ejemplos podemos citar: Una muerte traumática o repentina puede tomar por sorpresa a la entidad, produciendo un trauma en la conciencia del espíritu recién difunto. Dicha muerte puede provocar diversos estados emocionales que pueden ir desde la sorpresa hasta la furia, el miedo, la desesperación, la culpabilidad, el remordimiento, etc.

Puede que la entidad se niegue a aceptar su muerte física o quizás sea inconsciente de que ésta se ha producido. Las emociones, sean estas de caracter positivo o negativo, que rayan en la obsesión actúan como un ancla que impide la partida de la entidad. Por lo tanto, los sentimientos de odio, culpa, remordimiento, furia, e incluso excesivo amor, pueden interferir con la transición.

Falsos sistemas de creencias sobre la vida después de la muerte pueden evitar que el espí­ritu se dirija hacia la luz; puede que la experiencia de la muerte no coincida con las falsas expectativas o nociones preconcebidas de cómo deberí­a ser.

La muerte por sobredosis de drogas o alcoholismo puede provocar que el espí­ritu del difunto conserve el apetito o el deseo de consumir tales sustancias; al ser un estado de conciencia-energí­a, el mundo astral no puede satisfacer tales apetitos, por lo que el espí­ritu decide holgazanear hasta encontrar un sujeto al que adherirse, por ejemplo, un adicto que le proporcionará satisfacción a través de su aparato sensorio-motor.

De esta forma el espí­ritu se convierte en un parásito. Lo mismo puede ocurrir con cualquier tipo de apetito u obsesión asociada al mundo material y físico de la tercera densidad, por ejemplo: comida, sexo, otro ser humano, etc.

Si al morir la persona tení­a dentro de sí­ una, o varias entidades parasitarias, la transición puede resultar un proceso difícil. En este caso hay varias posibilidades: El espí­ritu del recién difunto puede llevar consigo a la entidad parasitaria hacia la luz y de esta forma rescatar al alma perdida.

El espíritu del recién difunto puede separarse de la entidad parasitaria y dirigirse solo hacia la luz. Después de la separación la EAP puede encontrarse nuevamente perdida, por lo que reinicia la búsqueda de otro huésped en quien alojarse. Si la EAP posee una fijación con el individuo al que estuvo adherida, puede esperar hasta la próxima encarnación de éste, localizarlo en el momento en que se produzca el nacimiento, y uní­rsele nuevamente.

Esta intrusión puede ocurrir en repetidas encarnaciones del huésped. Si el espí­ritu de la persona recién fallecida no puede separarse de la entidad intrusa, quizás por carecer de la energí­a necesaria, puede también pasar a ser una entidad parasitaria con la otra EAP adherida a él.

De esta forma, ambas entidades pueden uní­rsele a otra persona, la cual a su vez, al morir, queda atrapada, y así­ sucesivamente, hasta formar verdaderas cadenas de EAPs. Estos espíritus encadenados pueden formar verdaderos cúmulos de entidades errantes.

Es necesario comprender que no se trata de una realidad fí­sica y que aplicar conceptos que sí lo rigen en un estado material es un error fundamental. Los espíritus son energí­a y no ocupan lugar. Una persona puede tener docenas, hasta cientos de entidades adheridas.

Hasta pueden reacomodarse en el aura o flotar dentro del aura fuera del cuerpo. Si una parte del cuerpo de una persona es particularmente débil, o ha sufrido un accidente o enfermedad, puede alojar a una EAP que a su vez, se identifica con dicha debilidad. También pueden situarse en cualquiera de los chakras, atraí­dos por la peculiar energí­a de uno de ellos o por las estructuras fí­sicas de esa parte del cuerpo.

Hay diferentes clases de EAPs. Los hay benignos, malignos y neutrales o pasivos. Las razones que pueden llevar a que una persona actúe como imán de estas entidades son muchas y de muy diversa Í­ndole. Puede tratarse de algo muy simple, como el hecho de estar físicamente próximo al lugar donde se produjo el deceso.

De acuerdo a W. Baldwin, aproximadamente el 50% de los casos investigados clí­nicamente se debieron a situaciones fortuitas sin que existiera relación alguna entre los EAP y el huésped ni en ésta ni en ninguna otra encarnación. La otra mitad de los casos pueden deberse a que existe algún tipo de relación o asunto sin terminar en esta u otra vida.

De acuerdo a los especialistas del tema, el fenómeno de Intrusión Astral se da con mucha frecuencia y todas las personas son afectadas por uno o más EAPs en algún momento de sus vidas. Una debilidad física, psí­quica o emocional es una invitación inconsciente para que una entidad se adhiera al individuo. Emociones demasiado fuertes, sentimientos negativos reprimidos consciente o inconscientemente pueden ser la señal que las EAPs necesitan para convertirse en inquilinos indeseados.

Algunos de los motivos que atraen a una EAP son: Todo tipo de cirugías, transplantes de órgano, transfusiones de sangre, enfermedades, debilidades físicas o psíquicas, depresión, enfermedades mentales, golpes en la cabeza, estrés, étc.

El uso de drogas, especialmente las alucinógenas, el alcohol, la anestesia, calmantes, y sustancias similares producen una abertura en campo energético que nos protege. Las relaciones sexuales pueden permitir el intercambio de EAPs.

El abuso sexual, el incesto, las violaciones, incrementan la posibilidad de intrusión astral por parte de entidades que se sientan atraídas por las vibraciones que semejantes situaciones producen.

Las prácticas mágicas de cualquier tipo, la canalización, la acción de pedir ayuda a los guías sin tener el conocimiento suficiente sobre el mundo invisible, las prácticas de meditación para contactar a los maestros espirituales, las sesiones espiritistas y todo tipo de actividades espirituales que sean realizadas sin un profundo conocimiento de los mundos invisibles, son invitaciones gratuitas a que espíritus oportunistas de toda clase, tanto descarnados como entidades demoníacas interfieran y produzcan todo tipo de problemas.

He aquí que muchas de las ideas propagadas por la Nueva Era no sean más que pura desinformación que puede costar MUY CARO a quienes no estén dispuestos a investigar más profundamente este tipo de enseñanzas. La práctica de ciertos estilos de vida, la fijación u obsesión de ciertos patrones mentales pueden atraer a aquellas entidades que tengan afinidad con los mismos. La exposición a ciertos ambientes en los cuales predominan las vibraciones negativas atraerán a una multitud de EAPs.

Un hecho que los jóvenes de hoy (y los no tan jóvenes también), que ignoran profundamente la seriedad del tema, están expuestos a la intrusión astral al escuchar cierto tipo de música, así como también a inclinarse por la práctica sexual promiscua, las drogas, el alcohol, etc.

No se trata aquí de ser puritano. Se trata de que el Sistema de Control utiliza estas herramientas para su beneficio, asignando una gran cantidad de entidades demoníacas a aquellos que podrían tener la posibilidad de DESPERTAR y de ENTENDER la verdadera naturaleza de nuestra realidad.

De esta forma, los jóvenes y hablo especialmente de los jóvenes porque en cierta forma, son los más vulnerables a las influencias externas impulsados por la necesidad de pertenecer a un determinado grupo, andan por caminos sinuosos que ponen en peligro mucho más que su vida física: ponen en peligro la libertad de sus ALMAS. Hablaremos de esto cuando tratemos el tema de entidades demoníacas.

Una persona puede ser afectada por una EAP de muchas formas sin llegar a sospechar nunca que una o varias EAPs se hallan adheridas a ella. Las actitudes, la conducta, las inclinaciones, los deseos, los pensamientos y las emociones pueden estar influenciadas o incluso ser determinadas por la acción de otra personalidad con una historia y un patrón de conducta diferentes, sin embargo el individuo creerá que son sus pensamientos y sus emociones.

Tal entidad actúa como un vampiro psíquico sin importar cuál sea la intención de la entidad, negativa o positiva succionando la energía vital del huésped quien en su ignorancia, cree que se trata de un hecho incorregible. La entidad vive al nivel del subconsciente del individuo y ejerce sobre él, todas sus cargas mentales, emocionales y físicas.

Una EAP es un parásito que impide a un individuo disponer de su energía, y realizarse espiritualmente. La EAP impone a su huésped su propia carga psíquica, la cual puede manifestarse emocional y /o físicamente interfiriendo con su vida, pudiendo alterar el plan original del huésped.

El karma puede ser alterado debido a la influencia de la EAP, causando una muerte prematura o una vida demasiado prolongada, impidiendo que el individuo pueda partir en determinado momento de su vida.

La EAP puede alterar la orientación sexual de la persona, la elección de la pareja, las relaciones con otras personas, etc.

En muchos casos una persona reconoce la posibilidad de haber albergado una EAP sólo después de haberse sometido a terapia y de haber descubierto o notado que ciertos hábitos, pensamientos, adicciones u obsesiones han desaparecido.

Esta nueva conciencia puede llegar pasados meses del tratamiento. Los síntomas de la intrusión astral pueden ser muy sutiles. Una EAP puede estar presente sin producir ningún síntoma notable y esto se aplica también a las entidades demoníacas. Sin embargo EAPs SIEMPRE ejercen algún grado de influencia.

Los lazos que unen a dos individuos en esta u otra vida ya sean de amor, de odio, celos, venganza, etc.- pueden ser un factor importante que permita la intrusión astral. Sin saberlo, un individuo puede, inconscientemente, invitar a un ser querido a unírsele cuando este último ha fallecido.

Esta invitación puede producirse por el dolor que produce la pérdida y por rehusarse a dejar ir al ser amado. El espíritu de la persona fallecida puede sentir de la misma forma y decidir quedarse para acompañar al otro, protegerlo, darle amor, etc. Sin embargo esto NO BENEFICIA a ninguno de los dos.

La intrusión que se produce por los lazos de amor que unen a dos individuos es una VIOLACIÓN del LIBRE ALBEDRÍO de ambas almas. La realidad es que por mucho que la persona que continúa viva extrañe, anhele o sienta dolor por la pérdida del fallecido, el espíritu de este NO TIENE derecho a invadir el espacio y la energía de la otra persona, así como tampoco, la persona viva NO DEBE jamás invitar a un espíritu a quedarse.

De ninguna manera es un acto de AMOR impedir el progreso espiritual de otro ser y es una acto extremo de servicio a sí mismo (SAS). Violar el libro albedrío de un ser es anotar una gran deuda en el libro del Karma y es completamente perjudicial para ambos seres.

Sin embargo pareciera ser que hay algunos casos en donde la intrusión astral es planificada en la etapa previa a la vida como parte del plan para aliviar deudas kármicas. De todas formas puede que esto sea una excepción que sólo se permite a ciertas almas.

La intrusión astral NO necesita del permiso del huésped para producirse. La ignorancia y el rechazo ante la idea de las EAPs NO ES DEFENSA contra éstas. El poseer un determinado sistema de creencias NO ES DEFENSA contra la intrusión astral.

La ÚNICA protección es el CONOCIMIENTO de que hay una gran cantidad de evidencia tanto en la historia, como proporcionada por investigadores científicos del campo de la psiquiatría y la psicología, de que la intrusión astral ES una REALIDAD. SABER que EXISTE y cómo se produce es ya, de por sí un escudo protector. EL CONOCIMIENTO PROTEGE, LA IGNORANCIA NOS PONE EN PELIGRO.

Una conducta inconsistente y errática puede resultar del pase del control del individuo de una EAP a otra. Este tipo de comportamiento es similar al cambio que se produce entre personalidades alternas en los casos de trastornos disociativos de indentidad o personalidad múltiple. Un individuo puede detectar un cambio repentino en algún aspecto de su personalidad, en sus intereses, sus inclinaciones, sus deseos, sus ideas y emociones, y sin poder explicarse la razón de semejante cambio.

Puede que éste se deba a la interferencia de una o varias EAPs que se han adherido a la persona. En este caso los síntomas que se manifiestan repentinamente, como salidos de la nada – pueden ser: la apremiante necesidad de consumir sustancias tóxicas, el inusual desarrollo de un acento extranjero o el conocimiento de otro idioma, patrones de conducta contradictorios, reacciones extrañas ante situaciones familiares, movimientos repetitivos de alguna parte del cuerpo tales como tics o temblores que escapan al control del individuo, síntomas físicos que no poseen una base orgánica, la pérdida del sentido de la identidad, la sensación de que un espíritu o alguna otra entidad ha tomado el control del cuerpo o la mente u ambos, cambios de personalidad desde los más sutiles a los más obvios después de haberse sometido a una cirugía, sufrido un accidente, pasado por una crisis emocional o al haberse mudado de casa.

Una intrusión reciente o una posesión puede causar el deseo desmedido por la comida, las bebidas, las drogas, el sexo, la obsesión por una idea o una persona, el cambio repentino del sistema de creencias, de los intereses, de los gustos, etc. La voz y las expresiones faciales y corporales también pueden cambiar drásticamente.

La realidad de las EAPs refuta el lema tan difundido en los últimos años por el movimiento de la Nueva Era de que tú creas tu propia realidad. Esto es una falacia peligrosa y puede desatar un verdadero caos psicológico en la mente de un individuo. A este respecto pueden leer el artículo de “Por qué TU NO creas tu propia realidad” por Moris Tarantella.

Una persona que sufre la intrusión astral puede tener ideas suicidas que parecieran salir de la nada. Puede experimentar imágenes mentales inexplicables, oír voces, presenciar extraños fenómenos, sentir miedo repentino o tener la sensación de ser observada o perseguidas. Las EAPs también se manifiestan en sueños y pesadillas. Una EAP puede reactivar la memoria de su muerte en la mente del huésped haciendo que éste tenga visiones o sueños con dicha escena.

También puede generar emociones asociadas a lugares, situaciones, ideas u otras personas. Es muy importante tener en cuenta que antes de realizar cualquier terapia de vidas pasadas, el terapeuta debe diagnosticar la posible presencia de EAPs.

Una terapia de vidas pasadas realizada sin esta precaución puede resultar en un completo fracaso para aliviar los síntomas del paciente, ya que podría estar tratando la vida de una EAP. Una persona puede creer que está recordando sus otras vidas, cuando en realidad, son las de la EAP.

Si realmente se trata de la vida del individuo, éste deberá recordar los acontecimientos que siguieron a la muerte, es decir, la luz, la transición a la 5ta densidad conocida como el Bardo por algunos autores- su estancia allí, el proceso de la planificación de la nueva vida, la vuelta a la 3ra densidad, la entrada al cuerpo y el nacimiento.

Si por el contrario, el individuo no tiene recuerdos sobre el proceso posterior a la vida, es probable que se trate de los recuerdos de la EAP. La entidad ha quedado traumatizada por los hechos previos a la muerte por lo que los síntomas del paciente pueden ser los de la entidad. El terapeuta o la persona misma deberá cuestionar los recuerdos hasta encontrar la prueba de que estos son de la persona en cuestión y no los de una EAP.

Por ejemplo, el tiempo o la época en la que transcurre la vida de la EAP pueden no ser los apropiados para los del individuo. La EAP recordará la edad que el huésped tenía cuando ésta se le unió así como también las circunstancias de la intrusión.

El propósito de la identificación de EAPs es la de liberar al huésped de los síntomas que le aquejan. No se trata aquí de resolver los problemas de la entidad al menos que sea necesario para que ésta acepte partir. De lo contrario, la entidad debe resolver sus propios problemas durante la vida y no a través del cuerpo y el aparato psíquico de otra persona.

La entidad debe ser liberada guiándola hacia la luz, el terapeuta o la persona que hace la liberación debe asegurarse de que la entidad caiga en buenas manos, es decir, que los guías que acuden a su encuentro provengan de la luz. Es necesario explicarle qué es lo que va a ocurrirle de modo que se deshaga de los obstáculos que le impiden partir.

Una espíritu humano descarnado puede no presentar tantos problemas como uno que tenga dentro de sí a una o varias entidades demoníacas o como una entidad demoníaca en sí misma.
Trastornos Disociativos de Indentidad o Personalidad Múltiple

¿Cuáles son las diferencias entre los síntomas de una persona víctima de una EAP y los de una persona que sufre de un trastorno disociativo (TDI)?

Un individuo que sufre de un TDI es incapaz de integrar la personalidad, siendo ésta una proliferación de personalidades diferentes entre sí.

El Trastorno Disociativo de Identidad se caracteriza, de acuerdo al DSM-IV (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, 4ta. Edición), por la presencia de dos identidades o personalidades distintas -cada una con su patrón estable de percibir, relacionarse y pensar sobre el ambiente y sobre uno mismo, que alternativamente, al menos dos de ellas, toman el control del comportamiento de la persona y que se acompaña por una incapacidad para recordar información personal importante que es demasiado amplia para ser explicada por un simple olvido.

Este trastorno se define por períodos de amnesia. Aunque la tercera edición revisada (DMS III R) del DMS eliminó el criterio de amnesia, la cuarta edición lo restableció por dos razones: En estudios sistemáticos de pacientes con este trastorno, la amnesia está presente virtualmente en todos los casos. Sin el requisito de amnesia, los criterios diagnósticos son demasiado amplios y facilitan el diagnóstico excesivo de este trastorno.

El Trastorno Disociativo de Identidad se caracteriza por fracasos crónicos en la integración de la identidad, la memoria y la consciencia. La identidad depende de la continuación de la memoria personal (James, 1890/1923).

En el caso de estos pacientes, alteraciones de la memoria y la conciencia provocan una escisión en la personalidad, que se presenta como una serie de identidades con patrones conductuales y cognitivos determinados, y con amnesia cuando menos entre algunas de estas identidades.

Las investigaciones determinan que los individuos que manifiestan el TDI relatan una enorme prevalencia de abusos físicos y sexuales durante la infancia; sin embargo, no es posible concluir que el abuso es suficiente en sí mismo para la presencia de este trastorno, puesto que hay muchos más casos de abusos en la infancia que de Trastornos Disociativos de la Identidad.

Terr (1991) concluyó que entre los niños traumatizados solo aquellos que sufren un daño crónico suelen presentar patrones disociativos. Por otro lado, Putnam (1985) declara que el 95% y 100% de los casos de TDI tienen una historia de incesto, tortura o algún otro tipo de abuso en la infancia. [*]

Los pacientes con trastornos disociativos presentan, por lo general, diversos síntomas psicológicos y físicos:
Ansiedad, depresión.
Abuso de sustancias psicoactivas (alcohol, drogas)
Automutilación.
Intentos de suicidio.

Síntomas de:

Somatización: consiste en la presencia de síntomas físicos

Similares a los de un problema médico, pero que no pueden explicarse por una enfermedad fisiológica, por el consumo de sustancias psicoactivas o por otro trastorno psiquiátrico. Incluye síntomas gastrointestinales, sexuales, seudoneurológicos, dolor sin una base anatómica o fisiológica permanente.

Conversión: consiste en la presencia de uno o más problemas motrices o sensoriales similares a condiciones neurológicas o médicas. Los síntomas de conversión son eminentemente disociativos en tanto que manifiestan una falta de integración entre la experiencia sensorial o motriz del individuo y la integridad anatómica y fisiológica.

Estos síntomas, por lo general, son parte de un cuadro más complejo que incluye otros fenómenos disociativos. El diagnóstico diferencial de este trastorno incluye síntomas causados por los efectos fisiológicos de una enfermedad, particularmente, algunas formas de epilepsia, y los efectos agudos de un medicamento.

De acuerdo al Dr. Richard Kluft (1986), hay cuatro factores determinantes para el desarrollo del TDI:

Una predisposición biológica para la disociación.
Un historial de trauma y abuso.
Estructuras psicológicas específicas o contenidos que pueden ser usados para la creación de personalidades múltiples.
La falta de un adecuado cuidado materno u oportunidades para recuperarse del abuso.
El Doctor Bennet Brown (1986) propuso un modelo 3-P del desarrollo de este desorden: Hay dos factores hipotéticos que predisponen a un individuo a desarrollar el TDI:
Una predisposición psicológica y biológica para la disociación.
Una exposición repetida a un ambiente de abuso.
Un evento que precipita el trauma, al cual el paciente responde disociándose.
La interacción con el abusador que continúa por un período de tiempo indefinido y cuyo control está fuera del alcance de la víctima.

Trastornos disociativos no especificados

Los trastornos disociativos no especificados se definen, según el DMS-IV, como trastornos en los que la característica predominante es un síntoma disociativo, por ejemplo, una perturbación de las funciones habitualmente integradas de la consciencia, la memoria, la identidad o la percepción del medio, que no cumple los criterios de los trastornos disociativos mencionados:

Casos similares al trastorno disociativo de identidad que no cumplen todos los criterios.

Por ejemplo, no hay dos identidades claramente diferenciadas o no hay amnesia de información personal importante:

Síntomas de desrealidad sin despersonalización.

Estados disociativos en individuos que han sido sometidos a formas crónicas e intensas de coerción (por ejemplo, lavado de cerebro).

Pérdida de consciencia, estupor o como que no son parte de un problema médico.

El síndrome de Ganser, que consiste en dar contestaciones aproximadas a preguntas (por ejemplo, 2 + 2=5), sin estar asociado a la amnesia disociativa o a la fuga disociativa.

El trastorno disociativo por trance, se caracteriza por un estado de trance involuntario que no es aceptado por la cultura de la persona como una parte normal de un colectivo cultural o de una práctica religiosa y que provoca un malestar o deterioro funcional clínicamente significativos.

Se considera al trance por posesión como un episodio de sustitución de la identidad habitual por una nueva, atribuido a la influencia de un espíritu, poder, deidad, u otra persona, y acompañado por conductas o movimientos estereotipados y culturalmente determinados que son controlados por el agente de la posesión y/o amnesia parcial o total del acontecimiento. [Manual de Psicología y Trastornos Psiquiátricos Vol. I, Siglo veintiuno de España Editores, SA., 1995]

Conclusión:

Podemos concluir que hay diversos factores que diferencian al Síndrome de Intrusión Astral del Trastorno Disociativo de Identidad.Veamos un cuadro que resume estas diferencias.

Trastornos Disociativos de Identidad (TDI) versus Síndrome de Intrusión Astral (SIA).
TDI SIA
-Los síntomas se inician en la infancia. Los síntomas visibles se dan, por lo general, entre los 20 y 40 años. La mayoría de los pacientes fueron víctimas de abuso durante la infancia.

-Una Entidad Astral Parasitaria puede adherirse en cualquier momento de la vida del huésped, manteniendo una consciencia clara de su identidad, del momento en el que se unió al huésped y de la razones que la llevaron a dicha unión. Sin bien la salud mental, emocional o física del huésped, pueden influir en la atracción de la entidad, no juegan un factor determinante en la intrusión astral.

-La meta de la terapia es la integración de las distintas personalidades o al menos, la cooperación y co-consciencia. [Braun, 1986·En el SIA, sólo la liberación de la entidad produce el alivio de los síntomas. Por lo tanto el tratamiento de los conflictos de la entidad sólo se realiza como un medio para lograr su partida. El objetivo final es aliviar los síntomas del paciente.

-Las personas que sufren de este desorden padecen de amnesia durante el período de control de una de las personalidades. ·Por lo general, el huésped no presenta amnesia sino que más bien, se identifica con las conductas, las emociones y los pensamientos de la entidad, como si se tratara de los suyos propios.

Sólo se produce amnesia en un caso de posesión total, lo que no es muy común. ·Dr Ralph Allison (1985, que ha investigado en detalle el tratamiento del TDI, declara que muchos de sus pacientes con TDI, han demostrado síntomas de posesión.

-Después de liberada la entidad, el paciente notará el cambio en su modo de actuar, sentir o pensar. Puede incluso llegar a sentir alivio, como si un gran peso se le hubiera quitado de encima.

-Las personalidades toman completo control de la conducta del individuo, resultando en personalidades diferentes entre sí sin ser conscientes de la presencia de otras personalidades.

-La entidad es consciente de que no se encuentra en su propio cuerpo. Por último, Allison (1980) describe numerosos casos de supuestas posesiones en pacientes con TDI. Ha desarrollado un esquema conceptual que distingue cinco niveles o tipos de posesión: [*]

Neurosis compulsiva obsesiva.
Formas mentales y seres creados.
Un aspecto fragmentado de la mente del individuo.
Un espíritu descarnado que en algún momento tuvo su propio cuerpo humano.
Posesión demoníaca.
Entidades Astrales Parasitarias

Todas las referencias que descubrí en lo que respecta a los espíritus descarnados parecían corresponder con el fenómeno de la canalización en general. Y cuanto más aprendía, más me parecía que los médiums estaban arriesgándose enormemente convirtiéndose en los inadvertidos cómplices de cuestionables atenciones por parte de los descarnados.

Antiguas enseñanzas espirituales de una gran variedad de culturas hablan de una hueste de seres descarnados que habitan una dimensión cercana a la Tierra. Este es el plano astral inferior, un triste pozo negro de los muertos, habitado por aquellos que han vivido vidas deshonestas, ignorantes o egoístas. Afligidos por el ansia de toda clase de placeres terrestres, su existencia decadente se enriquece gracias a su apego a ingenuos y necesitados individuos Terrestres.

Y así, se disfrazan de guías o maestros provocando el apego emocional en los seres humanos y reciclando la erudición disponible a todos los que habitan el universo inmaterial. Sus procesos mentales son tan rápidos como maquiavélicos; sus ansias vampíricas de energía humana no tienen límites. Estos espíritus descarnados o, en términos Tibetano-Budistas, los pretas o fantasmas hambrientos, son individuos cuyas mentes, en el momento de la muerte física, han sido incapaces de desembarazarse del deseo.

Esclavizados de esta forma, la personalidad queda atrapada en los planos inferiores aunque retiene, por un tiempo, su memoria y su individualidad. He aquí el término alma perdida, una entidad residual que no es más que un cuerpo astral en espera. Se condena a sí mismo a morir; ha elegido una segunda muerte.

En su libro,”El Cuerpo Astral”, el teniente coronel Arthur E. Powell asevera que las entidades que se reúnen alrededor de los médiums o personas sensitivas son gente que ha llevado una vida maligna y que se hallan llenos de deseos por la vida terrestre que han dejado atrás, y por las delicias animales que ya no pueden saborear directamente. [The Siren Call of Hungry Ghosts, Joe Fisher, Paraview Press, 2001]

Hoy en día, mucha gente arrastrada por la curiosidad y/o por la necesidad de una confirmación sobre la existencia del más allá o por la búsqueda de soluciones a sus vidas, entran en contacto con supuestos guías o maestros ascendidos, entregando así, a seres invisibles, su independencia mental, emocional y espiritual.

A causa de la ignorancia, las personas que practican el espiritismo, la canalización o que simplemente meditan pidiendo ayuda a un guía, se convierten en presas fáciles de los fantasmas hambrientos de los que habla Joe Fisher en su libro.

Sin mencionar el hecho de que el sistema hiperdimencional de control utiliza estos medios para subyugar a aquellos con posibilidades de despertar, tenemos el problema de que las personas ingenuas e ignorantes no sólo atraen a espíritus descarnados o sea, entidades que alguna vez han ocupado un cuerpo humano sino que también atraen a otro tipo de entidades, que nunca han sido humanos y que se conocen comúnmente como entidades oscuras o demonios.

Están también quienes practican la Magia cualquiera sea su forma, nombre o color, cualquier tipo de magia es una invitación para dichas entidades. No existe tal cosa como la magia negra, blanca, étc. Es en realidad lo mismo.

El verdadero buscador de la verdad espiritual sabe muy bien que la magia atenta contra el orden natural de las cosas y que aquellos que la practican son alimento de todo tipo de entidades, especialmente de las de la cuarta densidad servicio a sí mismo, sin mencionar que además, entregan su alma a fuerzas oscuras a cambio de favores, lo que los sumerge en un remolino que los hunde cada vez más hacia el servicio a sí mismo.

Al morir, estas personas se encuentran ante la terrible situación de verse atrapadas por las entidades oscuras que las esperan para darles la bienvenida en un verdadero infierno de esclavitud y servidumbre.

Aquellos que practican la canalización deberían leer todo el material posible al respecto antes de siquiera empezar a experimentar, además de estudiar muy bien sobre la variedad de seres que habitan en los reinos invisibles.

Invocar a verdaderas entidades espirituales de altas esferas de conciencia no es tarea para cualquiera, ya que se requiere de mucha preparación, es decir, de una verdadera voluntad por conocer el universo o sea, al Creador y de llegar a la verdad.

A este respecto hay muchísima información en el Material de los Casiopeos, que aunque se trata de un proyecto que incluye la comunicación superluminal, ésta NO es de ningún modo la actividad principal, sino que la autora del experimento Casiopeo ha dedicado años de estudio e investigación en TODAS las áreas del conocimiento humano.

El estudio y la Investigación son la base de dicho experimento, no la canalización que es más bien, una herramienta y no la meta final. Laura Knight Jadczyk ha experimentado en el campo de la liberación de entidades, como hipnoterapeuta profesional, y además ha creado su propia teoría en cuanto a la canalización de entidades de una conciencia superior.

En “Abre la Mente y Busca” comenta: 

“Hoy en día, está de moda canalizar al “yo superior” o a los “guías espirituales”, enviar amor y luz sin haber sido solicitado, (abriendo, de esta forma, un portal bi-direccional en donde las energías negativas que uno busca “transformar” pueden rebotar hacia el que las envía), etc.

Sin conocimiento y habilidad para discernir, uno se halla sujeto, no sólo a los caprichos de las entidades de paso que escuchan la llamada, sino también a las leyes cósmicas, las cuales son abismalmente ignoradas por la mayoría de los seres humanos.

Algunos se “rodean a sí mismos con luz”, o rezan y especifican en sus invocaciones, “por mi bien”. Lo que no se dan cuenta es que esto constituye realmente un permiso y una invitación para cualquier entidad descarnada que realmente cree que se halla actuando “por tu bien” en su propio plano de pensamientos anhelantes y fijación de su ego terrestre.

Tengan en cuenta que no estamos hablando de posesión demoníaca. Eso es algo totalmente diferente, aunque sigue las mismas reglas. Estamos hablando de la variedad que habita en el jardín de los bien intencionados sujetos difuntos que vagan en los planos astrales inferiores debido a su ignorancia o a alguna clase de afinidad hacia la Tierra.

Como Edgar Cayce comentó: Un Presbiteriano muerto es sólo eso: ¡Un Presbiteriano muerto!” 

[Laura Knight Jadczyk, El Experimento Casiopea, y Splitting Realities] Tener lo siguiente en cuenta, nos ahorra muchos problemas.
Pero volviendo al tema de las entidades parasitarias, en la primera parte de este trabajo hemos dicho que éstas succionan la energía de sus huéspedes. Esto no significa que una EAP sea la causa de una permanente falta de energía.

Puede ser una de las tantas razones, por lo cual es necesario que el individuo se asegure primero que no son otras las causas (Ej: Yendo al médico para un chequeo completo, cambiando los hábitos alimenticios, desarrollando una actividad física o intelectual de agrado, étc).

Claro está que, el que haya una manifestación física de los síntomas, no significa que se deba descartar la posibilidad de que se trate de una entidad, sino que por el contrario, puede que sea una entidad la causante del problema físico. Pero cada caso es diferente y requiere de un seguimiento individual.

Es interesante recalcar que, de acuerdo a la lectura seria disponible sobre el tema, los médiums experimentan grandes pérdidas de energía e incluso su salud física, claridad mental y emocional se ven deterioradas como resultado del contacto con entidades del más allá lo que es una clara muestra de que éstas se alimentan de la energía vital de los seres vivos.

Hay que recordar que, no importa quién sea la entidad si un amigo, familiar, amante, étc. o cuáles sean sus intenciones si lo hacen por amor o por el bienestar del otro, o por brindarle compañía, apoyo, étc. las EAPs son parásitos que impiden la realización del individuo, absorben su energía, llegando incluso a producir la enfermedad física o mental y hasta en algunos casos- la muerte prematura.

Las EAPs influyen en la vida de una persona pudiendo llegar a impedirle que cumpla con el plan realizado durante la etapa entre vidas. Esto genera enormes deudas Kármicas.

Sin embargo, las EAPs, más exclusivamente, los espíritus de seres humanos difuntos, son almas confundidas que necesitan ayuda para poder ver su situación. El rol del terapeuta es ayudarlas a encontrar su camino, tratando en la medida de lo posible, de resolver lo que los aqueja para poder desbloquear la energía que los mantiene atados al plano terrestre.

Por lo tanto, los viejos métodos de exorcismo no producen más que daño y en muchos casos, más confusión y dolor. “Liberando a los Cautivos – Louise Ireland-Frey” en su libro “Freeing the Captives”, explica que un acercamiento más suave, persuasivo, incluso con entidades fuertes y del tipo demoníacas, ha dado resultados positivos.

Ella dice: Entre los dos extremos [el de un acercamiento al estilo el exorcista y el estilo más terapéutico] se halla el del desafío, en donde el terapeuta es el que desafía, manteniendo a la entidad obsesiva en un modo defensivo, mediante el uso de preguntas y palabras fuertes, a la vez que mantiene un marco mental firmemente compasivo.

Estos métodos son útiles en muchos casos pero no cuando se trata de fuertes entidades oscuras, cuyo propio empuje verbal puede ser devastador para un terapeuta meramente humano haciéndole perder el equilibrio y permitiendo a la entidad oscura tomar la iniciativa.

Sin embargo en el caso de estas entidades oscuras, se necesita más de una persona para tratarlas, y muchas veces requiere tiempo. De acuerdo a Laura Knight Jadczyk, el hecho es que la víctima es, generalmente, incapaz de funcionar sin ellas si han estado presentes por un largo tiempo. La tasa de recaída con entidades de este tipo es alta, no importa lo que hagas.

Laura escribe:

“La otra noche, C** y yo estábamos discutiendo por teléfono, la complejidad de la intrusión astral y el potencial que tiene para producir profundísimos efectos en la vida de cualquiera. Ella se sorprendió un poco por las cosas que le dije, por lo que me di cuenta de que tal información, a pesar de hallarse ampliamente disponible para el practicante de la hipnoterapia, pareciera ser conocida sólo de una forma limitada por el individuo promedio, aún para una persona con una base fuerte y sólida en el estudio de la metafísica.

Hay una considerable cantidad de textos que han sido escritos sobre la materia, la mayoría producidos por la investigación y no por la canalización ni por conjeturas filosóficas. Muchos de los investigadores en este campo han sido psicólogos, psiquiatras, doctores en medicina, y hasta cierto punto, sacerdotes con una preparación médica o psicológica.

Me parece claro que las ideas de que tú creas tu propia realidad de acuerdo a aquello en lo que te concentras, así es que no consideres nada que no desees crear ha causado muchos problemas a una gran cantidad de buscadores del camino, impidiéndoles descubrir muchas de las cosas que les posibilitaría desenterrar las barreras que se interponen hacia el progreso.

Aprender algo, investigar, no es lo mismo que crear. La afección de la interferencia o intrusión astral o posesión, es casi universal en la población humana. Los practicantes de la psicoterapia y la hipnoterapia han descubierto casi la misma frecuencia de esta dolencia.

Si la intrusión astral es una afección tan común y es la raíz de tantos males sociales, debe ser estudiada y entendida. Es esencial que se haga a la gente consciente de que ésta existe y que más profesionales, en el campo de la salud mental y también en las profesiones clericales, reciban entrenamiento de las técnicas apropiadas para aliviar esta aflicción. Se deben descartar los mitos y las supersticiones sobre los espíritus y las posesiones, cuyo término más apropiado es el de intrusión astral.

La literatura existente sobre la intrusión astral se ha desarrollado tras muchos años de experiencia clínica entre algunos pioneros en los campos de la psicología y la psiquiatría, entre los que se encuentran el Dr. Carl Wickland, Dr. Edith Fiore, Dr. Joel Whitton, Dr. William Baldwin todos ellos entrenados científicamente. Hay miles de casos que han sido estudiados y trabajados por medio de la experimentación.

Cuando estaba aprendiendo la metodología, no informaba a ninguno de mis pacientes que iba a hacerles un par de preguntas en algún momento dado, diseñadas para identificar a las entidades parasitarias. En realidad, tenía mis sospechas sobre la afirmación de que mucha gente sufría de esta forma.

Pero al mismo tiempo, sabía que la hipnosis, la psicoterapia, y otros métodos estándar con frecuencia demostraban ser obsoletos o sólo funcionaban por un período de tiempo antes de que el proceso de extinción se iniciara. Esta extinción formaba parte de la teoría de un psiquiatra Suizo que trabajó mucho con la hipnoterapia, y que se dio cuenta de que los pacientes sometidos a sesiones intensivas, aún cuando demostraban un éxito inicial maravilloso, eventualmente recaían.

Yo experimenté el mismo problema con mis sujetos. Pero después de mis primeras sesiones de liberación de entidades, que seguían técnicas bastante específicas, la tasa de recaídas pasó a ser casi nula. La condición de posesión espiritual o sea, la toma de control parcial o absoluta de un ser humano por una entidad descarnada- ha sido reconocida o al menos, se ha teorizado sobre ella, en todas las eras y todas las culturas. En el 90% de las sociedades alrededor del mundo, hay reportes sobre fenómenos de posesión. (Foulks, 1985).

Una cantidad numerosa de evidencia contemporánea sugiere que seres descarnados, los espíritus de humanos difuntos, pueden influir sobre las personas vivas formando una conexión o apego físico o mental, imponiendo, posteriormente, síntomas y aflicciones físicas o emocionales perjudiciales. Esta dolencia ha sido llamada “el estado de posesión”, “Desorden de posesión”, “Síndrome de posesión de entidades”, “entidades obsesivas” o “intrusión astral”. (Hyslop, 1917; Wickland, 1924; 1934; Allison, 1980; Guirdham, 1982; Crabtree, 1985; Fiore, 1987)

Mi propia experiencia es que desde que aprendí el método de diagnóstico diferencial, nunca he tenido un paciente que NO tuviera alguna entidad intrusa de una forma u otra. Y en verdad, si se discute el tema antes de la sesión, algo que he hecho en ocasiones después de pasar un largo período verificando la hipótesis, aquellos que niegan la posibilidad con más vehemencia, ¡son, generalmente, los que tienen las entidades más obstinadas y profundamente arraigadas!” [Laura Knight Jadczyk, Splitting Realities]

Como hemos dicho antes, ignorar el tema no contribuye a que la situación mejore. Es importante recordar lo siguiente:

La Intrusión Astral es una violación del libre Albedrío. También parece refutar la noción tan difundida de que cada persona es totalmente responsable de crear su realidad y que no hay víctimas. El conflicto existe a causa de la falta de conocimiento. Y de acuerdo al lema de Los Casiopeos:

“El conocimiento protege, la ignorancia nos pone en peligro”

Por último recuerden que:

En la ignorancia y la negación de la posibilidad de la intrusión astral, no hay búsqueda del conocimiento sobre las definiciones del permiso y la elección del libre albedrío. La negación de la existencia de la intrusión astral no es una defensa contra la misma, y en verdad, constituye una aceptación tácita del engaño mediante la adopción de la ilusión.

Con un conocimiento si es que hay algún tipo de conocimiento limitado y percepciones distorsionadas de la naturaleza del mundo espiritual, la realidad no física, muchas personas dejan la puerta abierta y crean sus propias vulnerabilidades como parte de la idea de que tú creas tu propia realidad.

Artículo de Maria Berletta. (1)

Más información acerca de Peligrosas Entidades Astrales y el Trastorno de Personalidad en:
Realidades Hiperdimensionales
Casos de Hipnosis en Desorden de Personalidad Múltiple

Fuentes de Referencias:
Berletta, María. “Transtornos Disociativos de Identidad o Personalidad Múltiple” [web en línea]
Laura Knight Jadczyk. “Abre la Mente y Busca” The Wave Book 2 – Hackers del Alma

El Bajo Astral y Sus Habitantes

El Bajo Astral, entendido generalmente como el séptimo de los siete subplanos del mundo astral, es una dimensión llena de energías terribles en que pululan sombras, demonios, espíritus de suicidas, asesinos, violadores, magos negros y, según dicen algunos, animales…

Resulta complejo explicar lo que es el plano astral. Para hacerlo es necesario empezar por el hecho de que en el Universo “todo vibra”, y esto se da tanto en el plano de la materia-energía que es objeto del conocimiento científico, como en planos o estados más sutiles en donde son otras las partículas, la energía y las leyes de causalidad.

En este contexto, el plano astral no es un estado de conciencia o un espacio concreto, sino una dimensión. A su vez, este plano se divide a su vez en siete subplanos y cada uno de ellos tiene sus propias particularidades.

El séptimo subplano del Astral, conocido como Bajo Astral, es el más bajo, siniestro y peligroso de todos: la brujería, las maldiciones, la llamada “mala suerte” y algunas extrañas enfermedades, encuentran en éste subplano la fuente de su energía.

Una persona, a lo largo de su vida, puede ascender o descender dentro de los subplanos astrales, en función de la mayor o menor densidad de sus vibraciones energéticas. Así, las vibraciones más densas están vinculadas con los sentimientos, pensamientos y actos más bajos, mundanos, viles, malintencionados, etcétera. Contrariamente, los pensamientos elevados se asocian a sentimientos, pensamientos y actos de naturaleza opuesta, y conducen a la persona a vincularse con los subplanos astrales más elevados.

De los siete subplanos del mundo astral, el séptimo es el único que podría ser considerado como una especie de infierno; y, de hecho, según la Teosofía es este, vivido de forma diferente según las creencias y pensamientos de los sujetos, el subplano que ha dado lugar al mito cultural del infierno, entendido como un lugar de castigo generalmente concebido como eterno.

Es en el séptimo subplano donde se manifiestan las peores energías espirituales: la energia del odio, del rencor, de la ira, del egoísmo más crudo, de las tendencias homicidas, de las más retorcidas perversiones, del vicio incontrolable, etcétera… A este subplano van a parar los borrachos incorregibles y los drogadictos desmesurados, los asesinos, los ladrones, los violadores, los genocidas, los estafadores, los narcotraficantes, los maltratadores, etcétera…

Este tipo de seres, vagan por el séptimo subplano en medio del sufrimiento y generalmente también en medio de la confusión, intentando, cuando pueden, satisfacer sus bajos deseos captando a alguien en el mundo físico para, a través de algún mecanismo parasitario, satisfacerse…

Por su parte, el sexto subplano es menos denso y no está habitado por espíritus y entidades malas (en el sentido moral) sino meramente materialistas. De ese mismo modo, a medida que se asciende, los subplanos se vuelven menos densos, más buenos y con mejores habitantes.

Sin embargo, tanto el séptimo subplano como los primeros o los intermedios, no deben confundirse con el cielo, el infierno o algún otro lugar de morada permanente para el alma tras la muerte: no, pues son meras dimensiones de tránsito en las que el alma está por un periodo limitado de tiempo, pues posteriormente avanza al plano mental y después se reencarna.

Por último, cabe decir que el plano astral interpenetra a nuestra realidad, a la dimensión en que vivimos, y la influencia puede darse tanto desde nuestra dimensión hacia la astral, como desde la dimensión astral a la nuestra.

Cuando un mago negro utiliza el Bajo Astral con malas intenciones, puede crear entidades que ataquen a otros, causando depresión, confusión y, en algunos casos, la muerte… Ese tipo de cosas son factibles gracias a la materia del bajo astral, empleada de diversas formas por los hechiceros.

Para protegernos, podemos emplear rituales de protección, solicitar la ayuda de ángeles (sobre todo San Miguel), usar amuletos y efectuar contrahechizos. En casos difíciles, se recomienda orar, acercarse a Dios, mejorar nuestra conducta, espiritualizarnos…

Esto servirá porque dará fuerza y pureza a nuestra aura, haciéndonos inmúnes a la brujería, de modo que la mala energía volverá a quien la envió. En virtud de estos mecanismos, cuentan que muchos magos negros y brujas han perecido por enviar terribles maleficios a gente espiritualmente evolucionada, ya que las auras de estas personas no tienen fisuras y así el mal enviado le regresa al emisor…

Lastimosamente, lo que sucede con la energía que envían los magos negros, no sucede con las entidades que crean, pues a veces esas entidades se independizan del mago o quedan libres tras ser empleadas, atacando posteriormente a gente inocente…

Ahora bien, dos de los mejores métodos para elevar las vibraciones energéticas y protegerse son la música y los aromas, usados comúnmente en rituales de magia blanca…

Y es que estos elementos poseen el don de limpiar ambientes enturbiados por presencias malignas o energías enviadas por trabajos de magia negra. Particularmente, se recomienda encender sahumerios una vez al día, preferentemente al amanecer, junto con música que eleve las vibraciones y una pequeña campana (si es de plata, mejor) que haremos sonar por cada rincón de nuestra casa mientras sale el sol. Esto debemos repetirlo ininterrumpidamente por un mínimo de 15 días.

Habitantes del Bajo Astral

Durante el período intermedio entre una encarnación y otra, se da un proceso de purificación en el cual el Ego Superior (la parte que sobrevive de vida en vida) va, junto a la conciencia, pasando de un cuerpo sútil (el hombre tiene algunos cuerpos sútiles, siete en la mayoría de teorías) a otro, yendo del menos sútil al más sútil, y dejando atrás cada cuerpo sutil que abandona en el curso de esas transferencias, hasta finalmente no quedar sino sólo (o con el cuerpo causal según ciertas teorías) él, y la conciencia que volverá a activarse cuando se de la siguiente encarnación.

Ocurre sin embargo que, cuando el Ego Superior de alguien deja el cuerpo astral para pasar al cuerpo mental, el cuerpo astral la mayoría de veces se desintegra, aunque eso a veces no ocurre en casos de personas que, o bien han sido malas, o sin ser malas han tenido muy acentuada la presencia de “bajas pasiones y tendencias” (alcoholismo, violencia, envidia excesiva, drogas, adicción al sexo, etcétera). En esos casos el cuerpo astral está demasiado vitalizado por esas energías negativas como para desintegrarse, a la vez que conserva suficiente energía psíquica (debido a que tiene algo de materia del cuerpo mental pegada) como para tener cierto grado de conciencia y autonomía.

 Aquel cuerpo astral que no se desintegró, constituirá una suerte de versión negativa del individuo, algo así como su lado oscuro desprendido…su sombra. Desgraciadamente y como ya se dijo, esa sombra preservará una pequeña porción del cuerpo mental del sujeto, y eso bastará para que pueda tener gran parte de sus recuerdos y pensamientos.

Todo lo anterior da cuentas de por qué, en las sesiones de espíritismo, los espíritus que se manifiestan son muchas veces sombras (los espiritistas muchas veces contactan con el séptimo subplano astral), y por qué abundan tantos testimonios de personas que ven a sus fallecidos como si éstos se hubiesen deteriorado moral y anímicamente.

Así mismo, lo anterior explica el comportamiento destructivo y parasitario de las sombras; pues, si éstas están constituidas por energías astrales (y un poco de energía del cuerpo mental) negativas, intentarán alimentarse de miedos, emociones y tendencias nocivas para de ese modo postergar en lo posible su inevitable proceso de desintegración…

El Cascarón

Existen dos clases de “cascarones”: el astral, correspondiente al cuerpo astral, y el etérico, que se corresponde con el cuerpo etérico, cuerpo este que es consustancial al aura entendida como fenómeno electromagnético.

El “cascarón astral” es el cadáver astral de un ser humano, y en él, a diferencia de la sombra, no existe partícula alguna de materia mental, por lo que no tiene consciencia, inteligencia o autonomía. Es un simple ente pasivo que flota como nube en el mundo astral, aunque puede ser animado por médiums o hechiceros, al punto de asumir la forma de un fallecido o de un vivo, suscitando así nefastos engaños…

Por su parte, el cascarón etérico es el cadáver que queda del cuerpo etérico tras el proceso de desintegración del cuerpo físico, aunque ventajosamente no ofrece las posibilidades de animación que ofrece el cascarón astral.

El Cascarón Vitalizado

El “cascaron vitalizado” posee el mismo grado de consciencia de un elemental artificial, entidad creada en virtud de lo que se denomina “forma de pensamiento”. Las formas de pensamiento están asociadas a pensamientos emitidos por sujetos, y en el caso del cascarón vitalizado, pueden haber sido creadas a partir de pensamientos malintencionados, proyectados con mucha energía y persistencia.

Así, formas de magia negra como el vudú y el obeah, crean cascarones vitalizados a partir de formas de pensamiento, pudiendo engendrar entes con un poder suficientemente grande como para matar personas. Por fortuna, se dice que el karma por crear cascarones vitalizados es terriblemente elevado.

Animales

Se cree que los animales capaces de sentir emociones (perros, delfines, monos, etcétera), esto es los animales más evolucionados, poseen cuerpos astrales, aunque mucho más débiles y simples que los cuerpos astrales humanos. Estos cuerpos astrales serían la causa de las diversas historias que existen sobre animales fantasmas. Ahora bien: ¿por qué estos fantasmas animales están más que todo vinculados al bajo astral? Según refieren muchos expertos en el tema, cascadas de animales fantasmas surgen cada día en los mataderos de chanchos, vacas y otros animales que el hombre devora en embutidos, carnes empacadas y cosas por el estilo.

Y esos entes están, en opinión de los citados expertos, imbuidos en terror y odio hacia el hombre, por lo que pasan directamente al séptimo subplano… Esa es pues, según se dice, una de las principales razones espirituales por las que se recomienda ser vegetariano; ya que, la energía que esos animales producen en el mundo astral, nos perjudica aunque no lo notemos.

Suicidas y víctimas de accidentes

Se cree que ambas clases de fallecidos suelen afrontar una vida astral complicada. Si la víctima del accidente era una buena persona, estará en un estado de inconsciencia hasta que transcurra el tiempo que, según su karma, debió de haber vivido.

Transcurrido ese tiempo, recuperará la consciencia en los subplanos astrales elevados, por lo que antes habrá sido una entidad inconsciente en los subplanos inferiores, ya que no había acumulado suficiente energía negativa como para que su conciencia se active en el Bajo Astral, cosa aquella que representa un verdadero tormento. Pero lo mismo no ocurre con una mala persona que muere en un accidente: ésta va directo al Bajo Astral, donde permanecerá consciente por un buen tiempo…

En cuanto al suicida, siempre incurre en una gran deuda kármica con su suicidio, pero la situación puede variar dependiendo de por qué se suicidó, en qué estado de consciencia se suicidó, y cuál fue su naturaleza moral y espiritual, tanto en la globalidad de su vida como en sus últimos momentos.

 El karma por el suicidio suele ser una próxima vida llena de complicaciones y usualmente en un cuerpo seriamente limitado (alguien que nazca sin piernas, por ejemplo), y cierta teoría afirma que el suicida se queda penando en el Bajo Astral hasta que haya cumplido el tiempo que debió haber vivido, pero sumido en un estado de angustia, confusión y algo de pesar.

Vampiros y Lobos

Una teoría afirma que estas entidades, cuyos nombres son meramente metafóricos, pertenecen a restos de razas inferiores, que se quedaron muy atrás en la evolución general del hombre. Son los llamados individuos de la “cuarta raíz”, anterior a la quinta raíz a la que pertenece el hombre actual.

Por su parte, otra teoría dice que los vampiros y lobos astrales son personas fallecidas que se niegan a abandonar la Tierra e intentan permanecer en ella drenando la energía vital de las personas vivas, razón por la cual los médiums se debilitan cuando sin querer los contactan en las reuniones de espiritismo.

Pero… ¿Cuál es la diferencia entre los vampiros y los lobos astrales dentro de esta teoría? La diferencia es que el lobo ha sido siempre una persona que, además de no querer abandonar la Tierra una vez muerta, en vida fue realmente mala y además llegó a adquirir cierto poder sustentado sobre su energía oscura, siendo así más peligroso que el vampiro.

El Mago Negro y sus discípulos

No existe entidad astral más poderosa que el mago negro, el cual puede estar en el Bajo Astral por dos causas: 1) se ha desdoblado, ha realizado un viaje astral, y por ende está allí transitoriamente, 2) ha muerto.

Lo realmente inquietante es el segundo caso, ya que se sabe que, tanto los magos negros como sus discípulos, gozan de gran poder en el Bajo Astral, a lo cual hay que agregar el hecho de que conocen el Bajo Astral y en consecuencia no están desorientados o temerosos; pero, y esto es lo peor, suelen permanecer allí mucho más tiempo que las demás entidades, ya que para ese fin realizaron terribles prácticas de magia negra antes de morir, se hayan parasitando a los vivos desde el Bajo Astral, o bien ambas cosas…


Fuente: FC