La Isla de Pitcairn es un lugar tan remoto, y con una historia tan extraña, que hasta hace poco era más vista como un mito que como una realidad.
Pero los acontecimientos que tuvieron lugar en esta diminuta isla del Océano Pacífico fueron ciertamente reales. Colonizada por una decena de amotinados del HMS Bounty en 1790, junto con un pequeño grupo de Polinesios, la isla pronto se convirtió en algo parecido a la novela El Señor de las Moscas , en la que un grupo de muchachos que naufragan en una isla deshabitada caen en la barbarie y la inmoralidad.
Enfrentados al aislamiento físico, social y psicológico, por no hablar de las luchas por el poder, la población de Pitcairn disminuyó rápidamente debido a los asesinatos, los suicidios y la locura, y los habitantes que quedaban cayeron en el incesto, la delincuencia y los abusos sexuales. A día de hoy, 47 habitantes miembros de solo cuatro familias permanecen en esta isla maldita que carga con una oscura y terrible historia contada en infinidad de libros y películas.
Una Tierra Remota
La Isla de Pitcairn es una de cuatro islas volcánicas del Pacífico Sur que forman el archipiélago de las Islas Pitcairn. Situada a más de 3.000 millas (4.830 Km) de cualquier tierra continental, aproximadamente a mitad de camino entre Nueva Zelanda y América, es una de las más remotas islas habitadas y de las menos pobladas jurisdicciones nacionales del mundo. Es también el último Territorio Británico de Ultramar que queda en el Pacífico.
Con unas dimensiones de solo 2,2 millas (3,6 kilómetros) de Este a Oeste, la isla no es mucho mayor que el Central Park de Nueva York. Pero a pesar de eso, este minúsculo punto en el océano cuenta con una larga y agitada historia, que culmina en los dramáticos acontecimientos que se iniciaron en el siglo XVIII.
Civilización Perdida
La historia de las Islas de Pitcairn se remonta por lo menos nueve siglos atrás, cuando las islas fueron colonizadas por pueblos Polinesios. Su cultura floreció en ellas durante cuatro siglos antes de desaparecer misteriosamente. Los hallazgos arqueológicos también sugieren que diferentes pueblos procedentes de diversos puntos de origen llegaron a Pitcairn en diferentes momentos del pasado.
Cuando los europeos desembarcaron por primera vez en Pitcairn y las islas cercanas, descubrieron muchos objetos y huellas de los habitantes anteriores, como dioses de piedra toscamente labrada protegiendo lugares sagrados, representaciones de humanos y animales grabadas sobre las paredes de los acantilados, petroglifos, lugares de enterramiento con restos humanos, hornos de tierra, azuelas de piedra, gubias y otros objetos.
Aunque el origen y consiguiente destino de estos Polinesios es incierto, en general se cree que procedían de Mangareva, unos 490 Km al noroeste, en la Polinesia Francesa.
Motín en el Bounty y Colonización
En 1788 el HMS Bounty navegaba desde Inglaterra en dirección al Pacífico con la misión de recolectar plantas del árbol del pan para suplementar la dieta de los esclavos en las Indias Occidentales.
Habiendo fondeado en Tahiti por unos cinco meses, la tripulación del Bounty se sintió atraída por los encantos sexuales de las Tahitianas en tan paradisiaco entorno, y eran reticentes a marcharse.
De tal modo que, cuando el Teniente William Bligh instauró severos castigos por indisciplina a su tripulación, el Teniente Provisional Fletcher Christian reclutó un pequeño grupo de descontentos y se amotinó contra Bligh.
El 28 de Abril de 1789, solo 23 días después de haber dicho adiós a los sensuales placeres de Tahití, los amotinados se hicieron con el control del Bounty y abandonaron a la deriva en un bote a William Bligh y a 18 de sus leales.
Fletcher Christian y los amotinados abandonan a la deriva al teniente William Bligh junto a otros 18 miembros de su tripulación; 1790, pintura de Robert Dodd (
public domain )
William Bligh completó un viaje de más de 4.000 millas (6.500 Km), alcanzando finalmente Inglaterra en Abril de 1790, e inmediatamente envió al HMS Pandora a capturar a los amotinados.
Mientras tanto, Christian, junto con 9 de los amotinados y 18 polinesios – 6 hombres, 11 mujeres y 1 niño– se dispuso a buscar un nuevo hogar en el que estuvieran a salvo de ser apresados. Llegaron a la isla Pitcairn el 15 de Enero de 1790, y allí quemaron y hundieron el Bounty, (aún visible a día de hoy bajo las aguas de Bounty Bay). Para el resto del mundo, los amotinados se habían desvanecido de la faz de la tierra.
os colonos sobrevivieron inicialmente en Pitcairn cultivando y pescando. Sin embargo, como en la famosa novela El Señor de las Moscas , no pasó mucho tiempo hasta que el aislamiento, junto a la ausencia de gobierno y normas sociales, condujeron a la aparición de celos, traiciones y asesinatos.
Muchas de las tensiones giraban en torno a la falta de mujeres en la isla. Cinco de los amotinados fueron asesinados por Polinesios, pues creían que los Británicos les estaban tratando como a esclavos y utilizando a sus mujeres. Como represalia, los amotinados restantes mataron a todos los hombres polinesios.
Dos de los amotinados, Edward Young y John Adams, creyendo que sus vidas estaban amenazadas por el también amotinado Matthew Quintal, le ejecutaron por el “bienestar” de la comunidad. Otro amotinado, William McCoy, se suicidó después de haberse emborrachado con cerveza destilada en la propia isla. Unos pocos más de los habitantes de la isla murieron por enfermedades.
Hacia el 1800, solo 10 años después de la colonización, todos los hombres polinesios habían sido asesinados, y solo quedaba un amotinado (John Adams), junto con 9 mujeres polinesias y 19 niños.
John Adams se volvió a las Escrituras para crear una sociedad nueva y pacífica, y crió a los niños de la isla según la moral Puritana más estricta. Vivió en la isla de Pitcairn hasta su muerte en 1829, a la edad de 65. Es el único de los amotinados con un lugar de enterramiento conocido.
La casa y la tumba de John Adams en la isla de Pitcairn, 12 de Agosto de 1849 (
Wikimedia Commons )
Redescubrimiento
En 1808, tras 18 años de aislamiento, Pitcairn y la presencia de los amotinados en la isla fueron redescubiertas por el Topaz, barco norteamericano dedicado a la caza de focas. Seis años más tarde, los navíos ingleses HMS Briton y HMS Tagus recalaron inesperadamente en Pitcairn. Tras el redescubrimiento de la isla, se garantizó a John Adams la amnistía por haber formado parte del motín.
La población de la isla comenzó a expandirse al llegar nuevos colonos para establecerse en ella, mientras que otros también decidían quedarse después de naufragar y ser arrastrados hasta sus orillas.
En 1838, la isla de Pitcairn se convirtió en una colonia británica, y para esta época ya seguía las creencias de la Iglesia Anglicana.
Sin embargo, en 1886, el predicador Adventista del Séptimo Día John Tay visitó la isla y convirtió a sus habitantes, incluidos los polinesios, convenciéndoles para que aceptaran su fe. Hasta el día de hoy, los nativos de Pitcairn siguen siendo devotos Adventistas.
Grupo de mujeres y niños nativos de Pitcairn, 1916 (
public domain )
Paraíso Perdido
La nueva religión trajo paz a la isla y parecía que la violencia y las traiciones de antaño habían tocado a su fin. Sin embargo, una investigación de hace poco más de una década reveló que el mal aún residía en la malhadada isla.
En el año 2004, 7 hombres – más de la mitad de la población adulta masculina de la isla – fueron acusados con 96 cargos por abusos, que incluían violaciones y agresiones sexuales, en la mayor parte de los casos cometidos contra niños. Algunos de los delitos se remontaban a cuatro décadas atrás.
El juicio, que duró un mes, reveló una cultura fuertemente arraigada de abusos, incesto y terribles agresiones sexuales en la isla. Después de los extensos juicios, la mayor parte de los acusados fueron condenados, incluido el que era el alcalde de la isla en aquel momento. El Gobierno Británico construyó una prisión en la isla y los condenados empezaron a cumplir sus sentencias en el año 2006.
A día de hoy, solo 47 personas siguen viviendo en Pitcairn, la mayor parte de ellos descendientes de los amotinados y sus consortes tahitianas. La mayoría llevan el apellido Christian, por el líder del motín Fletcher Christian, que engendró numerosos hijos antes de su asesinato.
La que en el pasado fue vista como un refugio seguro y una isla paradisiaca, sigue aún hoy envuelta en la oscura nube de su larga y sórdida historia.
Fuentes:
http://www.ancient-origins.es/noticias-general-historia/el-se%C3%B1or-las-moscas-la-vida-real-la-extra%C3%B1-violenta-historia-la-isla-pitcairn-002790/page/0/2