Uno de los antiguos artefactos cuya función ha sido reinterpretada por autores contemporáneos es una pequeña figura que fue clasificada como un jaguar de juguete cuando fue encontrada en Panamá hacia los años veinte.
Sin embargo, si consideramos la sugerencia de que esta figura es en realidad una máquina excavadora, como nuestros actuales bulldozers, entonces el objeto adopta una apariencia diferente.
A pesar de la antigüedad del modelo, los curiosos apéndices triangulares empiezan a parecernos ahora palas de brazos mecánicos. Las ruedas dentadas que están montadas sobre la cola del modelo parece como si fueran a engranarse con cadenas o correas.
A pesar de todas estas conjeturas, los escépticos señalan que la construcción de una excavadora de tamaño normal exigiría unos considerables recursos tecnológicos -para fundir el hierro, por ejemplo, y para fabricar las piezas grandes de la máquina- de los cuales no se ha encontrado absolutamente ninguna prueba.
Los autores que hablan acerca de este invento no dudan en conectarlo con hazañas tan prodigiosas como la construcción de la ciudad "perdida" de Machu Picchu, edificada a 2.100 metros sobre el nivel del mar en los Andes peruanos.
Afirman también que seguramente fue necesaria una maquinaria considerable para mover las grandes cantidades de tierra y de piedra precisas para la construcción de dicha ciudad. Pero este argumento tampoco parece tener mucha solidez: es bastante probable que estas grandes proezas no requieran más que una gran fuerza física
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