Con 26 millones de euros en ventas anuales, el comercio justo continúa su expansión en España.

En los años 60 fue Naciones Unidas quien impulsó el comienzo del comercio justo ante la realidad de unos países del Sur que no podían competir con el Norte debido a un sistema que les ahogaba, desprotegía y explotaba.
Foto © Coordinadora Estatal de Comercio Justo.
Dice Intermón Oxfam que “el comercio justo se establece sobre unas bases de igualdad y transparencia en las relaciones de trabajo que permiten mejorar las condiciones de vida de los productores y productoras de los países del Sur”
y afirma que se debe comunicar a los consumidores finales que los productos que adquieren han sido elaborados en condiciones dignas.
Para confirmar esas bases de igualdad y asegurar al consumidor final que esas condiciones dignas son reales se estableció en la década de los 80 la certificación Fairtrade.

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“Por otro lado –prosigue- los comerciantes importadores también deben cumplir ciertas normas.
Se comprometen a pagar un precio mínimo o el precio de mercado, si es más alto, así como garantizar el acceso a una parte del volumen del acuerdo como financiación previa, mantener contratos a largo plazo y abonar una prima por cada kilo de producto.
Cantidad que la cooperativa reinvertirá en la propia cooperativa o en mejoras para toda la comunidad. Esto es lo que se llama prima de comercio justo o Premium Fairtrade”.
El comercio justo se multiplica por 4 en diez años
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La alimentación continúa siendo el motor de este sistema comercial alternativo ya que representa el 88% de las ventas, y refleja una subida del 27% durante el último año.
Desde la Coordinadora también apuntan que esta alternativa comercial es cada vez más plural y compleja.
El crecimiento de ventas se produce especialmente porque empresas de hostelería ofrecen estos productos, como el café, así como grandes superficies lo cual lleva a que cada vez más gente pruebe y adquiera estos productos.
De hecho, las ventas en tiendas de comercio justo o minoristas (como herbolarios) han descendido un 10%. Juan José Martínez, vicepresidente de laCoordinadora Estatal de Comercio Justo, lo explica: “se da un proceso de caída de las ventas en las tiendas de comercio justo que sí es un reflejo directo de la crisis, es decir, en España están cerrando tiendas de comercio justo al igual que bajan la persiana los establecimientos del pequeño comercio.
Motivo por el cual el vicepresidente es prudente a la hora de celebrar triunfos pues “ese crecimiento puede esconder una disminución de las ventas intencionadas”.
La alimentación continúa siendo el motor de este sistema.
La crisis dificulta la sensibilización social
Se estima que en Europa el consumidor medio gasta al año cinco euros en productos de comercio justo, lo que es diez veces más que en el caso español.
Además, no hay que olvidar la sensibilización, la cantidad de personas que saben fuera de nuestras fronteras lo que es el comercio justo.
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El problema no es tanto que el conocimiento en España
sobre el comercio justo esté en torno al 25%-30%, cuando en los países del centro de Europa está por encima del 90%, sino que llevamos cuatro o cinco años estancados en ese nivel de conocimiento según las encuestas que se han hecho”.
Juan José Martínez hace hincapié en que “esto tiene mucho que ver con la crisis, hay mucha dificultad en poner encima de la mesa en la conciencia de los consumidores circunstancias que tienen que ver con los países en desarrollo .
Cuando la crisis aprieta, el actual contexto económico dificulta mucho la sensibilización a los consumidores sobre la realidad de los productores en Asia, África o América Latina”.
Asimismo reivindica que toda empresa que ofrezca estos productos también debería explicar en qué consisten y por qué ha tomado la decisión de adquirirlos.
Si la duda sobre adquirir un producto de comercio justo es el precio Juan José Martínez lo tiene claro:

De todas maneras, si alguien se toma un minuto en comparar los precios de los productos de comercio justo con los del mercado convencional, puede llevarse una sorpresa”.
Queda mucho por hacer para que la sociedad española sepa qué es el comercio justo, para que entienda por qué debería comprar ese alimento, esa prenda de ropa o esa pulsera. Por si sirve de algo:
Diez razones para consumir comercio justo
Porque los trabajadores y las trabajadoras reciben un salario digno.
Porque ellos y ellas reciben el mismo sueldo por la misma tarea.
Porque no existe explotación laboral infantil.
Porque es respetuoso con el medio ambiente.
Porque mantiene una relación comercial a largo plazo.
Porque las organizaciones funcionan de manera democrática.
Porque respeta la identidad cultural.
Porque parte de los beneficios se destinan a proyectos de desarrollo para toda la comunidad.
Porque son artículos de gran calidad.
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