El presidente catalán, Artur Mas, así como altos dirigentes de su coalición, Convergència i Unió (CiU), aseguran que no tienen plan B para el caso de que el Gobierno central no permita que se celebre el referéndum independentista catalán en el 2014.
Pero sus compañeros de viaje sí lo tienen. Y perfectamente delimitado. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) cuenta con la negativa del Gobierno central y de ahí intentará sacar tajada: como el Estado español no quiere dialogar, el referéndum se hará por las bravas.
Y si finalmente éste no puede realizarse, queda el último cartucho: declarar la independencia unilateralmente, como Kosovo, y convocar elecciones plebiscitarias. Así se recoge en la ponencia política que los republicanos llevarán a su Conferencia Nacional por la República Catalana el próximo 6 de julio.
Y es que todo se puede abordar desde múltiples puntos de vista. Los republicanos aseguran que la “voluntad política” para fundar un nuevo Estado pasa por un referéndum que “proporciona un mandato democrático para modificar el estatus político. Este mandato permite abrir el proceso constituyente en el cual se escoge un nuevo Parlamento, se redacta una nueva Constitución y se proclama la independencia o viceversa: un Parlamento democráticamente elegido proclama la independencia y se aprueba una ley de reforma política que crea una legalidad transitoria. Mientras tanto, se convocan elecciones constituyentes que determinarán un nuevo Parlamento que tendrá como misión redactar una Constitución que podrá ser ratificada en referéndum al final del proceso constituyente”, escriben.
El último cartucho: declarar la independencia unilateralmente, como Kosovo, y convocar elecciones plebiscitarias
Esquerra cuenta, para llevar a cabo su plan, con las instituciones oficiales catalanas y con la “sociedad civil”, aglutinada en torno al Pacto Nacional por el Derecho a Decidir (PNDD). Éste,recoge el documento, “se inició el 6 de mayo de 2013 y ha de incluir ala mayor parte de la sociedad catalana,entidades cívicas, culturales, agentes sociales, etcétera.El mensaje es que el proceso catalán es un proyecto compartido por todo el país”. Subraya que el PNDD va de abajo a arriba “legitimado desde la base ciudadana e impulsado por losmovimientossociales por la independencia aglutinados en organizaciones como la Asamblea Nacional Catalana (ANC, la entidad que convocó la masiva manifestación despasado 11 de septiembre), òmnium Cultural,la Asociación de Municipios Independentistas (AMI) y muchas otras plataformas específicas”.
El documento contempla tres escenarios posibles para alcanzar la independencia. El primero podría ser un pacto con el Estado. "La inevitabilidad del proceso, así como la certeza de que no tiene marcha atrás, obliga al Estado española tener que abordar –de buen grado o no- este escenario”.
La segunda hipótesis sería un escenario de la consulta con la intervención europea. “Es en virtud de la intervención europea e internacional que el Estado español podría verse obligado a aceptar una consulta catalana bajo la tutela y supervisión de los organismos y actores internacionales que proveyesen las garantías mínimas para celebrar la consulta”.
El tercer escenario es el de “la prohibición de la consulta, sin garantías mínimas ni intervención europea”. Y dice el texto: “Ahora que hemos conocido el laberinto de intereses europeos, no podemos descartar esta eventualidad. De esta manera, el proceso se vería abocado al escenario de elecciones plebiscitarias, el resultado de las cuales podría permitir una declaración de independencia”. En este caso, advierte, “si el Estado español persistiese en la pretensión de no reconocer la nueva situación, estaría acercando jurídicamente el caso catalán al caso de Kosovo, respecto al cual existe el precedente favorable del pronunciamiento de la Corte Internacional de Justicia (resolución de 22 de julio de 2010 del Tribunal de La Haya). La Corte internacional reconoció la independencia de Kosovo y la sancionó, considerándola ajustada al Derecho Internacional, a pesar de haber sido declarada unilateralmente, sin mandato democrático previo y adoptada por una simple asamblea de cargos electos”.
Este tercer escenario, dice la ponencia, “tiene una virtud: aunque la UE decidiese no intervenir directamente y permanecer expectante, al menos sabría los motivos exactos que habrían obligado a la parte catalana a tener que recurrir a una declaración de independencia derivada de un mandato democrático procedente de unas elecciones plebiscitarias. Por tanto, al menos, se habría recorrido mucho camino procurando contar con la aquiescencia de la comunidad internacional a la hora de propiciar el reconocimiento del Estado catalán”.
Que Mas pida permiso al Estado
Se considera primordial que, de forma solemne, el presidente de la Generalitat, acompañado de las fuerzas parlamentarias y de la sociedad civil, solicite públicamente la autorización al Estado para hacer el referéndum o consulta
Así pues, la hoja de ruta está clara: “Las herramientas de la agenda española son el diálogo y la negociación con el Estado. El objetivo es que durante el primer semestre de 2013 se pueda iniciarla vía del diálogo con el Estado para llegara un acuerdo político que permita celebrar un referéndum de independencia. En el caso de un eventual y previsible nuevo portazo cerrando la vía del diálogo y la negociación, habremos conquistado un hito necesario en el camino: nos habríamos cargado de más razones y podremos abordar de forma legítima, a ojos de la comunidad internacional, la celebración de la consulta sobre la base de la legalidad catalana”.
Señala también que “en la lógica de agotar vías y de cargarse de razones que consoliden el derecho a decidir, se considera primordial que, de forma solemne, el presidente de la Generalitat, acompañado de las fuerzas parlamentarias y de la sociedad civil, solicite públicamente la autorización al Estado para hacer el referéndum o consulta. Una eventual negativa supondría el tercer portazo del Estado a las aspiraciones legítimas de Cataluña, después de los portazos que significaron la sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 y la negativa al concierto económico. De esta manera, se crearían las condiciones políticas necesarias para reforzar la mayoría social en Cataluña a favor del derecho a decidir y a favor del sí y se legitimaría, a ojos de la comunidad internacional,la opción de celebrar una consulta con la legalidad catalana”.
Esquerra parte de la base de que “hasta 24 de los actuales estados europeos consiguieron la independencia durante el siglo XX. La historia de Polonia, Noruega, Finlandia, Hungría, Irlanda, Estonia, Letonia, Lituania, etcétera, nos ilustra el hecho de que la libertad y la autodeterminación de los países es un fenómeno habitual en nuestras tierras”.
Antonio Fernández (Barcelona)25/05/2013 (06:00)
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