sábado, 18 de mayo de 2013

Rusia envía a Siria misiles avanzados anti-buque y Baterias S-300, mientras EEUU y Turquía exigen salida de Asad de Siria


Funcionarios estadounidenses han informado de la entrega al gobierno de Siria de misiles de crucero antibuque Yakhont actualizados con radar avanzado para extender su alcance y precisión. 

Está diseñado para hacer frente a cualquier intento de las fuerzas internacionales por suministrar a los rebeldes sirios por mar, imponer un embargo naval, establecer una zona de exclusión aérea o realizar ataques limitados. 

Los mejorados Yakhont permiten a Siria mantener a los barcos de misiles israelíes lejos de sus costas y bloquear cualquier desembarco de tropas.

Además Moscú informa de que cuatro sistemas de baterías antimisiles S-300 con 100-150 misiles antiaéreos guiados simultáneamente desplegables ya han sido enviados a Siria con equipos militares completos y “asesores” desde Rusia. Un ataque israelí para destruir este arma en Siria no podría evitar golpear a sus tripulaciones rusas.

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EEUU y Turquía exigen salida de Asad de Siria

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, insistieron el jueves en que Bashar al Asad debe abandonar el poder, aunque advirtieron que no hay una salida fácil al prolongado y sangriento conflicto en Siria.

“Los dos estamos de acuerdo en que Asad debe irse. Debe transferir el poder a un cuerpo de transición”, señaló Obama en una rueda de prensa conjunta con Erdogan tras una reunión bilateral en la Casa Blanca.

“Esa es la única manera en que resolveremos esta crisis”, sentenció.

Sin embargo, admitió que “no hay fórmulas mágicas para resolver situaciones extraordinariamente violentas y difíciles como la de Siria”.

“Si las hubiera, creo que el primer ministro y yo ya las hubiéramos puesto en práctica y la crisis hubiera llegado a su fin”, señaló el mandatario, quien hizo votos por el éxito de una conferencia sobre Siria que Washington organiza con Rusia para el mes entrante.

Obama, quien recibió en el Salón Oval a Erdogan, cercano aliado de Washington y actor de peso en la crisis en el vecino Siria, dijo que su gobierno evalúa constantemente opciones ante el conflicto, más allá del actual apoyo no militar para las fuerzas rebeldes y ayuda humanitaria para los refugiados.

Pero el mandatario no dio señales de que vaya a satisfacer los llamados turcos para que Washington entregue armas a los rebeldes que luchan contra el régimen de Asad.

“Me reservo la opción de tomar medidas adicionales, tanto diplomáticas como militares”, señaló Obama.

Erdogan dijo que los objetivos turcos y estadounidenses eran similares, e indicó que seguirán discutiendo cómo construir un gobierno de transición y dar mayor apoyo a la oposición siria.

Obama dispensa a Erdogan, uno de los líderes extranjeros con los cuales el presidente mantiene relaciones personales muy calurosas, según miembros de su gabinete, especiales honores, tales como una recepción en el Salón Oval y una infrecuente cena de trabajo en la Casa Blanca.

Pese a esta amistad y a la alianza de Washington y Ankara en el seno de la OTAN, las relaciones entre ambos países han sido puestas a prueba por la guerra civil que azota a Siria desde hace más de dos años.

El conflicto, que provocó más de 94.000 muertos según el Observatorio sirio de derechos humanos (OSDH), desborda sus fronteras, en particular con Turquía, que abriga a unos 400.000 refugiados y sufrió el sábado pasado un atentado en Reyhanli, cerca del territorio sirio, en el que murieron 51 personas.

Antes del ataque, Erdogan había llamado a Washington a adoptar una línea más dura con el régimen sirio, estimando que este usa armas químicas y que la “línea roja” marcada por Obama al respecto ha sido franqueada “hace largo tiempo”.

El mandatario estadounidense se resiste a entregar armas y municiones a los grupos armados de la oposición, temiendo que caigan en manos de extremistas ligados a Al Qaida.

“Todos en la comunidad internacional son muy conscientes y están preocupados sobre los elementos radicales”, admitió un alto funcionario turco que solicitó conservar el anonimato.

“Por supuesto nosotros estamos más preocupados que los demás, siendo vecinos de Siria, pero la manera de enfrentar el problema no es retaceando el apoyo. No hacer nada no es la solución”,añadió.

Obama dijo que Washington tiene un incentivo moral y de seguridad nacional para detener la matanza, pero solicitó más evidencia que fundamente versiones de que las fuerzas sirias han usado armas químicas, cruzando la citada línea roja.

Turquía también parece escéptico sobre la posibilidad de que la conferencia de paz que Washington planea con Moscú -estrecho aliado de Asad- produzca el tipo de hoja de ruta hacia una transición política que mantenga a Siria intacto, como espera Washington.

“Debemos ser… realistas y muy cuidadosos para no caer en un proceso de final abierto que ofrezca la oportunidad al régimen de ganar tiempo y continuar su campaña de violencia”, dijo la fuente.

El presidente ruso, Vladimir Putin, se reunirá el viernes con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, para discutir sobre la salida del conflicto.

Por otra parte, Jordania anunció que mantendrá la próxima semana una reunión del grupo de “Amigos de Siria”, reuniendo a cancilleres de 11 países clave, incluidos Egipto, Catar, Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Turquía y Alemania.

(Con información de AFP)

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