Gerardo Díaz Ferrán y Miguel Blesa. (EFE)
La Audiencia Provincial de Madrid ha anulado todas las investigaciones que realizó el juez Elpidio José Silva Pacheco sobre el préstamo de 26,6 millones de euros que Caja Madrid concedió a Gerardo Díaz Ferráncuando Miguel Blesa estaba al frente de la entidad financiera. Sin embargo, en el sumario de ese procedimiento, que ahora ha quedado sin valor, figuran documentos que no han visto aún la luz, que levantannuevos indicios de criminalidad en la relación de Blesa y Díaz Ferrán y que pueden ser claves para el relanzamiento del caso en otro juzgado, una opción que ha dejado abierta la propia Audiencia Provincial.
En concreto, la denuncia señala que Caja Madrid concedió créditos millonarios a los yernos de Gerardo Díaz Ferrán y Francisco Álvarez-Cascos en condiciones preferentes y sin los avales necesarios para la adquisición de bienes de lujo. Las operaciones se aprobaron cuando Blesa ocupaba la Presidencia de la caja de ahorros y Díaz Ferrán tenían un asiento en el Consejo de Administración. La denuncia es obra de Manos Limpias, el sindicato de funcionarios que propició la reapertura de este procedimiento en el Juzgado de Instrucción número 9 de Madrid, y comenzó a ser investigada por el juez Elpidio Silva antes de que lo expulsaran del caso.
Las receptoras de estos créditos presuntamente irregulares fueron sociedades vinculadas con Higinio Aldaz González-Mayo y Joaquín Valcarce Lledó, según especifica la denuncia. El primero está casado con Marta Díaz Santamaría, hija del expresidente de la CEOE y del Grupo Marsans. Y el segundo de los beneficiados por estos supuestos créditos, Valcarce Lledó, es marido de Elena Álvarez-Cascos Fernández-Escandón, hija del exvicepresidente del Gobierno y expresidente del Principado de Asturias Francisco Álvarez-Cascos. Además de los préstamos concedidos por Caja Madrid a sociedades mercantiles de Aldaz y Valcarce, ambos también habrían conseguido créditos de la entidad a título personal.
Ferrari, Lamborghini, Rolls Royce...
Fuentes cercanas a estas operaciones aseguran a El Confidencial que estos créditos de Caja Madrid fueron aprobados después de que Díaz Ferrán presionara al Consejo de Administración del que formaba parte para que tanto su yerno como el de Álvarez-Cascos consiguieran la financiación necesaria para poder adquirir en condiciones ventajosas propiedades inmobiliarias, automóviles y embarcaciones. En concreto, aseguran las fuentes consultadas, las líneas de crédito de la caja de ahorros se utilizaron para financiar la compra de al menos un Ferrari, un Lamborghini, un Rolls Royce, unas oficinas en la calle de Serrano y dos yates. Los préstamos se habrían autorizado sin exigir los avales necesarios, a pesar de que algunas de las sociedades beneficiarias carecían de actividad previa, y con tipos de interés excepcionalmente bajos en un contexto de fuerte restricción del crédito financiero.
Según las fuentes consultadas, el dinero se habría destinado a la compra de unFerrari de una edición limitada, bautizada como 612 Scaglietti Sessanta, que la marca italiana lanzó en 2004 para conmemorar su 60 aniversario. Sólo fabricó 60 unidades yel precio de cada ejemplar alcanzó los 400.000 euros. El yerno de Díaz-Ferrán se encaprichó de este vehículo pero, ante su desorbitado coste, el expresidente de la CEOE tuvo que conseguirle un préstamo para poder financiarlo cómodamente. UnRolls Royce y un Lamborghini también habrían sido adquiridos gracias a la financiación de Caja Madrid.
Una concesión náutica ruinosa
En cuanto a los dos yates, estos habrían sido comprados como resultado de un ruinoso negocio que Aldaz y Valcarce montaron en la calle de Velázquez de la capital. Los dos abrieron una oficina de representación de una firma náutica. El contrato les obligaba a vender como mínimo una embarcación al año, pero al menos durante tres ejercicios consecutivos no consiguieron firmar ninguna venta. Así que, para poder cumplir con las condiciones de la concesión y mantener el negocio abierto, ellos mismos compraron un yate cada año. Las operaciones las realizaron con la cobertura financiera de Caja Madrid. Al menos dos embarcaciones, valoradas cada una de ellas en más de un millón de euros, fueron adquiridas por Aldaz y Valcarce de esta forma.
También adquirieron mediante un leasing inmobiliario concedido por la caja de ahorros un local de oficinas en una de las zonas más caras de Madrid, en la esquina de la calle de Serrano con la calle de López de Hoyos. Según fuentes cercanas a la operación, el importe rondó los 1,2 millones de euros. El objetivo de los yernos de Díaz Ferrán y Álvarez-Cascos era revender esa propiedad por el doble del precio de compra. Pero finalmente no consiguieron desprenderse del local y este tuvo que ser asumido por el propio expresidente de la CEOE.
Créditos a los hijos de Díaz Ferrán
Aldaz y Valcarce no fueron los únicos que se beneficiaron de la posición de privilegio de Díaz Ferrán en Caja Madrid. El informe pericial que el juez Elpidio Silva encargó a la consultora KPMG sobre el crédito de 26,6 millones de euros concedido por Caja Madrid al expresidente del Grupo Marsans detalla préstamos similares a los que se beneficiaron los hijos del directivo.
Según este documento pericial, su vástago Gerardo Díaz Santamaría acumulaba en 2010 créditos de la caja de ahorros por valor de 5.625.000 euros. Algunas de estas operaciones fueron concedidas “sin más garantía que la personal del beneficiario y la garantía de sus progenitores” y “fueron comunicadas a la Comunidad de Madrid” después de haber sido autorizadas, incumpliendo la normativa. Por su parte, su hija Marta Díaz Santamaría tenía en 2010 créditos abiertos con la entidad que sumaban 3.120.506 euros. Según detalla KMPG, para estas operaciones se utilizaron avales que apenas cubrían el 19% de las cantidades concedidas.
La consultora también asegura en su análisis que los hijos de Díaz Ferrán no han devuelto los importes prestados. Gerardo debe a Caja Madrid el 83% de un crédito que asciende a 4,7 millones de euros y “su recuperación se encuentra inmersa en procesos judiciales”. En cuanto a Marta, debe el 100% de un crédito de 430.000 euros, cuya devolución también se dirime en estos momentos en los tribunales.
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