El escritor Arturo Pérez Reverte publicó en el año 1998 un artículo que describe a la perfección una sociedad con una crisis económica y social como la actual, dando detalles muy difíciles de predecir con tantos años de antelación.
Reverte apunta en su texto publicado en ‘El Semanal’ a una sociedad en los que “ellos, esos hijos de puta, tienen en las manos y en el computador su futuro y el de sus hijos”, y “le van a mandar al paro en nombre de un tres punto siete o de un índice de probabilidad del cero coma cero cuatro”.
“Ellos estudiaron en Harvard e hicieron un máster en Tokio, van a la Bolsa de Madrid o a la de Wall Street y dicen cosas como ‘long-term capital management y hablan de fondos de alto riesgo, acuerdos multilaterales de inversión y neoliberalismo económico salvaje”, continúa en su pieza, que ahora rescata ‘El País’.
“No crean riqueza, sino que especulan. Y en cuanto sale bien la primera operación ya están arriesgando más en la segunda”, detalla, dando en el clavo con lo ocurrido en los últimos años, y asegurando que “hasta entidades bancarias oficiales comprometen sus reservas de divisas”.
“De pronto, resulta que el invento tenía sus fallos y que era alto riesgo de verdad. Y entonces, todo el tinglado se va a tomar por saco“, añade.
“Y esos fondos especiales, peligrosos, que cada vez tienen más peso en la economía mundial, muestran su lado negro. Y entonces, mientras los beneficios eran para los tiburones que controlaban el cotarro, resulta que las pérdidas no“, continúa.
“Las pérdidas, el mordisco financiero, recaen directamente sobre las espaldas de todos nosotros. El beneficio era privado, los errores son colectivos y las pérdidas hay que socializarlas acudiendo con medidas de emergencia y con fondos de salvación”, prosigue.
Reverte concluye el artículo afirmando que “eso es lo que viene, me temo”. “Nunca faltarán fondos para tapar agujeros de especuladores. Así que podemos ir amarrándonos los machos. Es el panorama que los amos de la economía mundial nos deparan, con el cuento de tanto neoliberalismo económico y tanta mierda, de tanta especulación y de tanta poca vergüenza”, finaliza.
elEconomista.es (3/06/2012)
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